XII

Laureano.

Inmóvil, asustado, y sin aire.

Así me sentía, estaba muy asustado por lo que podía llegar a pasarle a mí hermanita.

—Lau, vámonos—. Escuche la voz de Sofi a mí lado. Sinceramente, agradezco que ella esté conmigo en un momento así.

Tuvimos que atravesar toda la casa de Alex para poder salir.

Salimos corriendo en dirección al hospital, no era lejos, tal vez unas 5 o 6 cuadras más o menos.

Al llegar, fuimos a dónde estaba la recepcionista y le pedimos el número de la habitación de mí hermana, cuándo llegamos estaban afuera del cuarto mí madre y mí padre.

—¡Mamá! ¿Qué le paso a Cassy?

—Ay Lau, no lo sabemos, el médico está con ella. Estábamos en casa y tú hermana comenzó a tener fiebre y espasmos. Intentamos con paños fríos pero tenía tanta que perdió la inconciencia.

—Esta bien, tranquila, ven acá. —dije abrazándola.

Podía sentir como sollozaba en silencio.

Pasaron unos diez minutos y el doctor no llegaba. Mama se había sentado a esperar mientras que yo me encontraba en un rincón con Sofi a mi lado. 

—Lo siento. —dije viéndola a los ojos. 

—¿Por qué? —pregunto con el seño fruncido. 

—Seguro querías estar en la fiesta, fue egoísta de mi parte, lo siento. 

—No me importa la fiesta Rubio, me importas tu. —dije viendo para otro lado. 

—¿Te importo yo? —pregunto asombrado. 

—No... SI... es decir, me importa Cassy  y ella es tu hermana, así que... Tu entiendes. —balbuceo monosílabos que casi no se entendían y cabe destacar que sus mejillas estaban rojas. 

Rei por lo bajo y sin  pensarlo tome su mano y la entrelace con la mía, acción que hizo que se sobresaltara y obligara a mirarme. 

—Gracias por estar conmigo en este momento. —dije con una sonrisa. Pero no una sonrisa artificial, mas bien una sincera. 

Asintió, dirigiendo su vista hacia otro lugar. 

—¿Familia Romero? 

—Si, somos nosotros, ¿Cómo esta Cassy?—. Mama se levanto rápido de su asiento para ver al doctor. 

—Por suerte, esta mejor, fue un virus lo que  ocasiono que Cassy contraiga fiebre, pero con antibióticos logramos bajarla. Tendrá que quedarse para realizarle unos chequeos de rutina pero ya esta fuera de peligro,  en dos días podrá irse a su casa tranquilamente.  

—Muchas gracias, Doctor. 

—No es nada, por el momento Cassy tiene que descansar pero podrá verla mañana por la mañana. Hasta luego. 

El doctor se fue y nosotros por fin pudimos suspirar aliviados. 

—Te dije que tu hermana estaría bien. —susurro Sofi en mi oído. Me di vuelta para abrazarla pero no me di cuenta que estaba demasiado cerca de mi rostro, hasta el punto de que nuestras narices rocen. 

—Yo... debo irme. —dijo separándose, mordí mi labio inferior conteniendo las ganas de besarla. 

 —Te acompaño. 

—Esta bien, nos vemos Señora Romero. 

—Nos vemos cariño, gracias por acompañar a mi Lauri hasta acá. 

—¡Mama! ya, déjala, nos vamos—. Me queje, "Mi Lauri" ¿Qué apodo es ese? 

Comenzamos a caminar hasta la salida del hospital, sinceramente no quería que acabara este día. El camino se hizo corto y silencioso. 

Al llegar a su casa me despedí de ella con un beso en la mejilla.

—¡Espera Lau! —dije extendiendo una cajita hacia mi. 

—¿Qué esto? 

—Feliz cumpleaños, Lau. 

La acepte gustoso, emocionado por saber que había en su interior. Al sacarte la tapa, se vio reflejada una pulsera que decía «Feliz cumpleaños, Rubio»

Quedé asombrado por el regalo, sin dudas no lo esperaba.

—No es obligación que la uses, es solo un detalle. —dijo sonrojándose.

Negué con mí cabeza sonriendo.

—Me encanta, muchas gracias Sofi.

La abrace poniendo mí mentón sobre su hombro.

Estuvimos así durante unos minutos, se sentía tan cálido y tan irreal que no podía dejar de pensar que ella realmente es un ángel.

—Em... Lau, debo irme. —murmuro separándose de mí.

—Si, lo lamento, nos vemos. —dije besando su mejilla y comencé a caminar despacio hacía mí casa. Le mandé un mensaje a Alex que continuaran la fiesta sin mí.

Llegué a mí casa, me fui directo a mí habitación. Llamé a mamá y me dijo que estaba en su habitación y que en la mañana iría a ver a Cassy. Así como estaban me tiré en mí casa para después quedarme profundamente dormido.

<•>

—¡Laureano Romero! ¿Me estabas prestando atención?—. Escuché el grito de mí compañera a mí lado.

Abrí mis ojos observando como me miraba. Cerré el libro de historia que tenía en mis manos y pegue un bostezo.

—¿So? ¿Qué haces acá? Es el aula de los de 5to. —dije fregando mí ojo.

—Ya lo sé idiota, vine a ver como estabas. Los idiotas de tus amigos me dijeron que andabas en modo zombie, y no mentían ¿Qué no te dije que no exprimas tu cerebro?

—Estoy bien, además hoy es el examen y todo acabará.

Pasaron dos semanas de que Cassy salió del hospital y a partir de ahí, no he descansado. Sofi me dijo que me haría mal estudiar todo de golpe pero sentía que no llegaba.

Hoy por fin era el examen y estoy seguro de que me irá genial.

Esperemos.

Sofi

Maldito idiota, lo matare. Me encontraba en mi aula y mis compañeros me miraban como si estuviera loca. 

Y puede que sea verdad, es decir, estaba caminando de un lado al otro con mi uña entre mis dientes.  Es que ese idiota me hace enfadar. Solo esperemos que todo vaya bien y que sus esfuerzos valgan la pena. 

Mi profesora llego y no tuve otra alternativa que sentarme en mi lugar junto a mis amigas, las horas parecían ir mas lentas que nunca y eso lograba frustrarme aun mas. 

La ultima hora termino, y salí corriendo como loquita del salón para ver si Lau ya había terminado pero aun no había señales de el. 

—Mierda. —susurre. 

—¿A quien buscas? —escuche una voz detrás de mi pero no le preste atención. 

—Al idiota de Laureano ¿Lo has visto? —susurre entre pucheros—. Maldito Rubio, ¿Dónde esta? 

Me gire dispuesta a volver con las chicas pero choque contra persona con la que hablaba, que sinceramente me había olvidado de su existencia. 

—Auch, ¡Cuidado idiota! —exclame sobándome la cabeza, alzo la mirada y me  encuentro con nada mas ni menos que con Laureano. 

—¿Me buscabas? —dijo con cara de inocente. 

—¿M..e, me escuchaste, verdad? —balbuceé avergonzada. 

—Un poco si, no sabia que era tan buscado por ti. 

—Cállate idiota, me voy. 

—¡Espera Sofi! 

—¿Qué quieres? —me gire a verlo. 

 El saco una hoja y en ella había una "9.5". Esperen ¿Que? 

—No me digas que... 

—¡Si! aprobé maldita sea. —dijo mientras estiraba los brazos, sabia que significaba  por lo que corrí hacia el,  y lo abrace fuerte. 

—Te felicito, Rubio. —dije susurrando. 

—Te lo debo todo a ti, gracias. —dijo depositando un beso en mi frente.

—Bueno, creo que con esto concluyen las tutorías, ¿No? 

—Eh si, creo que si. —murmuro asombrado. 

—Creo que nuestros caminos se vuelven a separar así que, suerte Lau. —dije con una sonrisa. 

—¿Qué dices? lo siento querida pero de mi no te salvas, soy como un jodido grano en el trasero, además somos amigos ¿No?

¿Amigos? ¿Me acaba de mandar a la friendzone?  auch. 

—Eh si, somos amigos, claro, esto... nos vemos al rato ¿Si? 

—Si, nos vemos por ahí—. Me dijo con el seño fruncido. 

Me fui de ahí sintiéndome de lo peor, dios, necesito un pote de helado y a mis amigas. 

¡Hola amigos! Feliz año, espero que todos estén bien. 

Les traigo un nuevo capitulo de "Amor a medias" espero que lo disfruten. 

Y no lo olviden votar, comentar o seguirme si el capitulo fue de su agrado. Muchas gracias y nos vemos en el próximo capitulo. 

Sofia Ponce. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top