Capítulo 2: Una nueva oportunidad

El capitán se encontraba entrenando junto a su gran amigo de confianza, Sam Wilson. Este día no era el mejor para Steve, su cabeza no se encontraba en su lugar, solo podía pensar en una bruja que se encontraba lejos de él.

-Steve- habló Sam para llamar su atención, pero el rubio no reaccionó. -Steve- volvió a repetir, pero el rubio ni caso. -¡Steve!- gritó el moreno, ahora Steve ya había reaccionado.
-Dime- habló, su tono era tranquilo.
-¿Te ocurre algo?
-No, es solo que no me encuentro muy bien para entrenar.
-Si quieres podemos hacerlo otro día- habló Sam.
-Vale- Steve comenzó a andar hacia sus cosas, en ese momento Sam se acordó de una cosa importante que debía decirle a su amigo.
-Steve, tengo que contarte una cosa- Sam se acercó hasta él.
-Dime- dijo el capitán.
-¿Te acuerdas de aquella vez en la que Nat te entregó los archivos del soldado de invierno?- le preguntó Sam a su compañero, este ante la pregunta frunció el ceño.
-Bucky- dijo Steve.
-Sí, Bucky, he encontrado dónde puede estar- explicó Sam.
-Eso es muy buena noticia- el rostro ido de Steve cambió a uno lleno de esperanza.
-Pero hay un...
-Esta tarde salimos- le interrumpió el capitán.
-Espera, ¿crees que él querrá verte?
-No lo podré saber hasta que no lo intente.
-Pues intentémoslo- finalmente Sam se decidió.

En la granja de los Barton...

-¿Entonces si pulso el botón blanco salta?- le preguntó Wanda al pequeño Barton. Ellos dos se encontraban jugando a la consola.
-Sí pero tienes que mantenerlo presionado- explicó el niño.
-Pues si que es complicado- Wanda presionaba el botón del mando mientras alargaba los brazos como intentando que el personaje fuera más rápido.
-Wanda- apareció la pequeña Barton detrás de ella.
-Dime bonita- Wanda no apartaba la mirada de la pantalla.
-¿Quieres hacerte una foto conmigo y mi hermano?- Wanda rápidamente paró de jugar para mirar a la niña, esta traía una cámara de fotografía en sus pequeñas manos.
-Si claro, ves a buscar a Clint para hacerla- la niña salió corriendo para ir a buscar a su papá.

Cuando Clint llegó con la niña, les dijo que se pusieran para hacer la foto. Los tres se habían puesto en el suelo y sacaban sus lenguas mientras cerraban los ojos.
-Patata- dijo Clint y el flash de la cámara salió disparado apuntando a los tres.
-¿Papá puedes imprimirla?- preguntó la pequeña Barton.
-Sí claro- Barton se marchó con la cámara en mano y dejo a los tres en el salón.
-¿Quieres jugar?- Wanda le ofreció el mando a su ahora, hermana pequeña.
-Vale, ¿y tú?- le preguntó la pequeña.
-Iré a ver que hace tú mamá- respondió Wanda.

Wanda recorrió todo el salón para entrar en la cocina. Allí, encontró a Laura cocinando mientras que el pequeño Nathaniel jugaba en su silla.
-Que bien huele- dijo Wanda.
-Menos mal porque me está costando mucho- dijo Laura.
-¿Como está el pequeñín?- dijo Wanda mientras se acercaba al pequeño de los Barton.
-Tata- dijo el pequeño, en estos pocos días el pequeño aprendió a llamarla así a Wanda, eso a ella le emocionaba.
-Hola pequeñín- Wanda le agarró la manita, el pequeño la apretó con fuerza. - Oye este niño ha sacado la fuerza de su padre- dijo Wanda de forma divertida. Laura rió.
-Es muy probable- respondió la mamá riendo.

Con los Vengadores...

Steve había conseguido distraerse gracias a la buena noticia que le había dado Sam esta mañana. Pensar que su amigo de la infancia podía volver a su lado le hacía sentirse feliz.

-Sam, vámonos- Steve golpeaba la puerta de Sam.
-Ya salgo, espera- respondió apurado el moreno.
-¡Venga!- volvió a insistir el rubio.
-Ya va- Sam abrió la puerta y salió de la habitación.

Los dos chicos se dirigieron hasta los vehículos.
-¿Eres consciente de vamos sin armas?- preguntó Sam al cerrar la puerta.
-¿Y tú eres consciente de que te has dejado los archivos en la base?- el moreno abrió los ojos en forma de asombro.
-Ahora vengo- Sam salió de el coche y corrió hacia los papeles.

Pasaron unos dos minutos y Sam ya se encontraba en el coche con los documentos en la mano.
-¿Y a dónde nos dirigimos?- preguntó el capitán arrancando el coche.
-A Brooklyn- respondió Sam. Steve al escuchar esa respuesta no pudo evitar en sentir una esperanza inmensa por volver a estar con su viejo amigo.

Cada kilómetro que avanzaban con el coche era más desesperante para Steve. El camino se le hacía eterno, no veía el final.
-Te veo nervioso- habló Sam.
-No sé porqué, pero sí lo estoy- habló Steve.
-És muy importante para ti, ¿verdad?
-Ni te lo imaginas- sonrió Steve.

Pasó una hora y ya habían entrado en Brooklyn.
-¿Sabes concretamente dónde está?- preguntó Steve echándole un vistazo a los archivos mientras conducía.
-Sí- respondió Sam.
-¿Se puede saber cómo has conseguido encontrarlo?- preguntó extrañado Steve.
-Tengo mis contactos- habló misterioso Sam, Steve rió.
-Venga dime, ¿a dónde voy señor de los contactos?- el tono de Steve era divertido.
-A las afueras dirección sur- respondió firme Sam.

Steve hizo caso a Sam y comenzó a conducir hacía las afueras del barrio.

-Ahí, ahí- habló Sam, Steve de inmediato frenó el coche.
-Podrías haberme avisado antes.
-Calla y aparca- ordenó Sam.

Habían llegado a un edificio que se encontraba situado en medio de un descampado. Parecía recién obrado, la fachada estaba sin terminar.

Se acercaron a la entrada y se pararon dudando en entrar.
-Vamos sin armas- habló Sam.
-Vamos, parece mentira que seas un Vengador.

Los dos Vengadores entraron al edificio y lo contemplaron, estaba sucio y descuidado, no tenía pinta de vivir nadie.
-¿En que piso estará?- Sam miraba hacia arriba.
-Habrá que descubrirlo- Steve comenzó a subir las escaleras.
-Te repito que vamos sin armas- volvió a decir el moreno.
-Mejor razón para que te pongas delante.
-Ni de broma.
-Pues cállate- ordenó Steve, Sam así lo hizo.

Ya llevaban dos plantas y ni rastro de Bucky, hasta que Sam dio con la puerta. Esta no estaba cerrada como las otras.
-Steve, esta está abierta- susurró Sam.
-Entremos- Steve comenzó a andar con cuidado por el interior de la casa.

Los dos llegaron al salón, estaba pintado con un verde feo y sucio, los muebles eran viejos y la mayoría de ellos estaban rotos.

-Aquí no hay nadie- dijo Sam.
-Si que hay alguien- Steve se agachó y encontró a Bucky profundamente dormido, con ropa sucia y rota, dormía en un colchón pequeño todo rasguñado.
-Así no da tanto miedo- soltó Sam.
-Quieres cerrar la boca- insistió Steve.
-Vale, vale- Sam empezó a dar vueltas por la pequeña casa.

Steve se acercó más a Bucky y le zarandeó para despertarlo.
-Bucky- dijo Steve. -Bucky- volvió a repetir. Ahora el soldado si se había despertado. Rápidamente se abalanzó hacia el capitán dejándolo noqueado debajo de su gran cuerpo.
-Ey relaja- se escuchó las voz de Sam, el soldado lo miró e inmediatamente soltó a Steve, Bucky los había reconocido.
-Vosotros...- habló dudoso el soldado.
-Bucky- le llamó Steve, él aún estaba debajo del soldado.
-Steve- Bucky le miró a los ojos, pero no se apartó.
-¿Te acuerdas de mí?- preguntó Steve con esperanza.
-No lo suficiente, pero sí- Bucky se apartó y dejó que Steve se levantara.
-Me alegra escuchar eso- dijo Steve mientras sacudía su ropa.
-¿Que queréis? ¿Como me habéis encontrado?- preguntó rápidamente Bucky.
-Tranquilo, paso a paso- lo intentó calmar Sam.
-Bucky te he encontrado gracias a Sam, el que por cierto no me quiere decir como te ha encontrado- Steve le dirigió una mirada de cabreo a Sam, el aludido levantó las manos.
-Son mis contactos- dijo Sam, Steve dirigió su mirada otra vez a Bucky.
-Y pues lo que quiero de ti es que vuelvas a mi lado.
-¿Irme contigo a dónde?
-Venirte con nosotros a la base de los Vengadores dónde podrás empezar una nueva vida- explicó el capitán.
-¿A la base?, estas loco, no puedo ir a ese lugar, puedo dañar a alguien y estoy en busca y captura- los nervios del soldado se aceleraron.
-No te preocupes con eso, yo te protegeré y ante lo de dañar a alguien, te ayudaré a que eso no pase.
-No sé, pero algo me hace confiar en ti- sonrió levemente Bucky. Steve también sonrió y agarró a su amigo del hombro.
-Contigo hasta el final- dijo Steve.

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