Capítulo 14: Serenidad
-¡Sam!- se escuchó la voz de Natasha desde el baño. Sam al escucharla corrió más rápido.
-¡Sam Wilson!- volvió a gritar la pelirroja, pero ahora ya fuera del baño.
-Nat, ¿qué te ha ocurrido?- le preguntó la bruja a su amiga, apareciendo por el pasillo.
-El tonto de Sam...- la pelirroja no pudo seguir hablando, ya que Wanda había empezado a reírse. - No tiene gracia- se quejó Natasha. Wanda no pudo hablar, ya que las carcajadas se lo impedían.
-Natasha te queda bien el pelo blanco- dijo burlón Sam.
-Eres un cabrón- le insultó Natasha.
-Lenguaje- dijo Sam guiñándole un ojo y señalándole de forma divertida con sus dedos. Wanda volvió a reír.
-¿Qué me has echado?
-Es harina, no te preocupes- respondió el moreno.
-Iré a lavarme- Natasha miró desafiante a Sam y se volvió a meter en el baño.
-Eres malo- dijo Wanda acercándose a su amigo.
-Un poquito- rió él y comenzaron a andar juntos.
Los dos llegaron al salón y se sentaron en la mesa.
-Me aburro aquí metido- dijo Sam.
-¿Y por qué no salimos a dar una vuelta por la ciudad?, se ha quedado una buena tarde- propuso Wanda.
-Sería perfecto, ¿le decimos al viejo ese del brazo de metal si se viene?
-A lo mejor le parece buena idea, pregúntaselo, yo le diré a Nat- Wanda se levantó y fue en busca de Natasha.
Cuando llegó al baño tocó la puerta.
-Pasa- dijo Natasha. Wanda abrió la puerta y entró al baño, este estaba completamente nublado, ya que Natasha se había duchado con agua caliente.
-Qué calor- se quejó Wanda.
-¿Querías algo?
-Sí, ¿te apetece venir a dar una vuelta por la cuidad?
-¿Ahora?- preguntó Natasha, Wanda asintió. -Vale, ¿quiénes vamos?
-Pues tú, Sam, yo y a lo mejor Bucky- respondió ella.
-Iré a cambiarme- dijo Natasha abriendo la puerta.
-Vale, yo te espero en la sala.
Wanda llegó a la sala y se asustó al escuchar el teléfono sonar, se acercó hasta la mesa y lo agarró.
*Llamada telefónica*
-Base de los Vengadores, dígame- respondió la bruja.
-Hola, soy Clint Barton, ¿puede pasarme con Wanda Maximoff?
-Clint, soy yo- rió la chica.
-Hola Wanda, no te había reconocido.
-Hola- volvió a reír ella.
-¿Qué tal va todo por ahí?
-Bastante bien, tenemos un integrante nuevo.
-Sí, lo sé.
-¿Qué querías?
-Quería preguntarte si te apetecía venirte a cenar y así ves a los niños, te echan de menos.
-Es una buena idea, pero también irán Nat, Sam y Bucky, ¿vale?
-De acuerdo, aquí os esperamos.
-Vale, hasta luego.
*Fin de la llamada*
Wanda dejó el teléfono en su sitio y miró hacia atrás dónde se encontraban Sam y Bucky.
-Sam, me ha dicho Clint que nos invita a cenar- dijo la chica.
-Es una buena idea, ¿nos vamos o falta Nat?- preguntó el moreno.
-Falto yo- Nat apareció detrás de los chicos dándole una calvotada a Sam.
-Auch- se quejó Falcon.
-Quejica- Natasha se posicionó al lado de Wanda, la pelirroja pudo notar como el castaño del brazo biónico no apartaba la mirada de la menor, este gesto hizo que a Natasha se le ocurriera un plan.
-¿Al final dónde vamos?- preguntó Bucky.
-A casa de Clint- respondió Wanda.
-Pues vámonos- Sam se apartó de Bucky y comenzó a andar hacia la salida, Bucky rápidamente salió al lado del moreno.
-¿Has visto como te mira Bucky?- susurró Natasha.
-No me mira de ninguna manera- dijo Wanda y salió de la sala.
Ya en el garaje cogieron el coche de Natasha.
-Sam, tu delante, conmigo- dijo Natasha guiñándole el ojo al moreno, Sam tardó en reaccionar, pero cuando por fin lo hizo le mandó una mirada juguetona a Wanda, esta lo miró mal.
El trayecto fue incomodo para un tal castaño de cabellos largos, en cambio para los demás fue bastante divertido.
Cuando llegaron a la casa, aparcaron el coche y bajaron, Wanda inhaló profundo el bello aroma del campo, este le traía muy buenos recuerdos.
Los cuatro se acercaron a la entrada y tocaron el timbre, esperaron un poco y Clint abrió la puerta.
-Hola- saludó él.
-Hola Clint- le abrazó Wanda seguida de Natasha.
-Sam- Clint le estrechó la mano al moreno.
-¿Que tal flechas?- habló divertido Sam, Clint sonrió.
-Hola compañero- se dirigió el rubio al soldado.
-Hola- respondió Bucky.
Ya en el salón todos se saludaron mutuamente.
-Huele que alimenta- dijo Sam.
-Es que he hecho tu plato preferido- habló Laura.
-Hay que quererte- Sam abrazó a Laura, los demás rieron.
Bucky estaba parado hasta que notó un roce en su mano humana, bajó la mirada y estaba la niña de hace unos días.
-Hola- saludó ella.
-Hola pequeña- habló él.
-Veo que has conocido a mi hermana.
-Sí, ¿quieres que te cuente una cosa sobre ella?- le preguntó Bucky a la niña.
-Vale, pero vamos a fuera- la pequeña agarró la mano humana de Bucky y tiró de ella para que el soldado la siguiera.
En el porche se sentaron en un sillón.
-¿Qué es lo que me ibas a contar?
-Pues... ¿te acuerdas de la foto que me diste?
-Sí- afirmó la pequeña.
-Pues esa foto ha hecho que me enamore perdidamente de tu hermana- le explicó Bucky a la niña.
-¡Eso es magnífico!- exclamó la pequeña Barton.
Dentro de la casa, se encontraban todos sentados en la mesa para comenzar a cenar.
-¿Y Bucky?- preguntó Laura.
-¿Y nuestra hija?- intervino Clint.
-Iré a buscar a los dos- Wanda se levantó de la silla y salió de la cocina para dirigirse al exterior de la casa.
-¡Bucky!- gritó la chica nada más salir por la puerta.
-¡Estamos aquí Wanda!- gritó la pequeña de los Barton.
-Es la hora de cenar- dijo Wanda sin apartar la mirada del soldado.
-Vamos Bucky- la niña agarró a Bucky de la mano y le ayudó a levantarse del sillón.
La cena transcurrió mejor de lo que esperaban, entre risas y bromas se pudo hallar la serenidad.
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