Naranja andaba graciosito, estaba buscando a Cian para gastar una broma, ese nene le encantaba, pero lo que más le gustaba era su trasero, santa madre de los impostores, si alguien le hubiera dicho que esa clase de bombones existía en este planeta ni de locos se hubiera quedado en planeta madre y hubiera buscado la tierra hace mucho tiempo, pero no para matar, sino para clavar, aceptaba que todos eran muy guapos, pero el que más lo ponía graciosito y calentaba su corazón era Cian.

-Cian- Canturreo al encontrar al chico guardando agua en la alacena.

-¿Si naranja?-Pregunto tranquilamente Cian mirando a Naranja con esos ojos tan bonitos que tenía, que se le descolocó el corazón a Naranja y no fue capaz de juntar bien sus ideas en su mente.

-C-chiste- Dijo embobado

-¿Chiste?, me encantan los chistes, aquí va uno, ¿Qué le dice un pato a otro pato?- Preguntó coqueto Cian y Naranja reacciono tratando de pensar bien la respuesta.

-¿E-estamos empatados?-Pregunto Naranja tratando de no quedar como bobo.

-JAJA no... dice, te amo pato-da la vida- Seguido Cian le dio un beso en la mejilla a Naranja que lo dejo loco y se escapó dando risitas a los cuartos, lo último que escucho Naranja fue un - Te espero en el cuarto-