Lima y Verde se miraban una y otra vez, ya estaba comenzando a atardecer y estaba en un momento de tranquilidad que les ofrecía el tiempo para pensar bien en como actuar ahora.

-Bueno, creo que voy a buscar algo de fruta, ya encontré algunas que son comestibles.-Lima comenzó a ponerse de pie.

Verde también se puso de pie un poco rápido, para cubrirle el camino de la salida a Lima.

-¿Verde?-Lima ladeó la cabeza confundido dando un paso adelante, pero Verde más cubrió el camino.

-No, yo traeré comida, cazares algún animal y te lo traeré, pero no salgas... está muy peligroso y no quiero perderte otra vez.-Verde estaba poniéndose algo paranoico.

-...-Lima se mantenía en silencio y retrocedió hasta la esquina donde se puso de manera fetal y se escondió.

Verde camino hasta Lima nervioso, lo había hecho llorar.

-No, no llores Lima, ¿por qué lloras?, ¿Es porque dije algo que no te gusta? O ¿Te sientes mal?-

-T-tú no confías en mí... para nada. - Las lágrimas corrían por el rostro de Lima y Verde o era capaz de hacerlo dejar de llorar.

-¡No!, Digo si, ósea no, no es que no confíe en ti, es que no quiero ponerte en peligro, yo... te amo.-

Lima lo miro con los ojos rojos, un sonrojo lleno su rostro y se sentía algo dolido.

-Tengo algo de comida para los dos, mañana en la mañana podemos salir juntos...-Lima miro a Verde y este asintió rápido para que el pequeño dejará de llorar.

Verde acercó su cara a la de Lima, que miraba los labios de Verde como si no los hubiera besado en siglos, nervioso Lima acepto el beso y poco a poco se sintió cómodo como para abrazarse al cuello de Verde; había extrañado eso desde hace mucho tiempo.