4 💎- Superando la timidez
¿Adivinen que acontecimiento magnífico hay el 16 de junio?
Claro que sí, perras, el cumpleaños de esta hermosa y suculenta, escritora amateur.
¡Disfruten el cap! -Amer
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Suelto un largo suspiro cuando término con mi arduo trabajo de depilarme las piernas. Una tarea pesada, tediosa y aburrida pero necesaria teniendo en cuenta que a mi novio, le encantaba tocar mis piernas a dos por tres. No me mal entiendan, me encanta que no pudiera mantener las manos alejadas de mí en ningún momento, sin embargo, admito que a veces extrañaba tierra soltería y los días con piernas de cactus sin preocuparme.
Luego de cerrar el grifo de la ducha, y agarrar la toalla para cubrirme el cuerpo con ella. Me di cuenta que se me había olvidado traer un sostén limpio. El que estaba reposado encima del lavabo, ya tenía uso de una semanas y, ya no creo que fuera sano seguir usándolo. Teniendo cuidado de no caerme de sopetón por el piso mojado y romperme el trasero, llegué hasta la puerta para abrirla y entrar en la habitación...
Un gritito agudo y muy vergonzoso sale de mi garganta cuando veo a mi novio, sentado en el borde de la cama, de frente hacia mí. ¡Mi corazón se detuvo, y volvió a funcionar con más rapidez. Él había estado con la cabeza agachada, mirando las suelas de sus zapatos campiranos con curiosidad (que probablemente Leo les había regalado) cuando al oírme, alzó su rostro, de golpe y con sobresalto, por mi exaltación.
-Hola, - susurro, lo primero que se me ocurre para fingir naturalidad y ocultar mi nerviosismo. Sus ojos primero se encuentran con los míos, pero luego, observa mi escasa ropa, y allí entiende, el porqué de mi reacción.
-Oh, hola a ti de nuevo... - Saluda, poniendo unos ojos deslumbrados como si hubiera visto la octava maravilla del mundo en su propio cuarto. -No esperé que saldrías, así.
-Lo siento, es que olvidé traer... eh, ropa. - Sí, era una excusa tonta, pero cierta, había estado tan distraída preocupándome por la salud de mi hermano, que había salido sin pensar en lo obvio. - ¿Qué pasa? - exigí en tono algo ansioso, cuando noté su pesado escrutinio.
-Nada, es solo... ¡Dioses...! ¿Por qué eres tan maravillosamente hermosa?- susurra fervorosamente, y viéndolo a la cara, parece que ha sido un comentario para sí mismo. - Creo que me va a petar el corazón o algo, Haz.
Su último comentario actúa de inmediato en mí, haciéndome reír a carcajadas limpias delante de él, mientras pego mis rodillas y junto más la toalla contra mi pecho en un reflejo de extrema timidez. No puedo evitarlo, había sido educada en colegios religiosos desde mi niñez hasta mi adultez, mi pudor y recato era diferente al resto; y supuestamente, eso era una de las cosas que a él lo enamoraron de mí en primer lugar.
Eres diferente al resto, (dijo una vez) al resto de las chicas con pircings en los... pez... pezon... ¡Ahg! En los pechos, (la parte de los botoncitos rosados, ¿okay?) Al resto de las chicas ebrias y ninfomanas, con las cuales los chicos de la banda se metía en sus bragas impuras, y a pesar de eso, a nadie parecía importarle mucho que tal chica, pudiera tener una enfermedad venérea, muy contagiosa. Pero bueno, así eran ellos, y yo ya no gastaría saliva tratando de hacerles cambiar de opinión.
-¿Quieres que salga de la habitación para que te cambies tranquila? -pregunta, y sonríe con extrema dulzura que causa un revoloteo mágico en mí. Se que él jamás me presionará a hacer algo que no quiero. Pero sus ojos están oscuros y en llamas, (fallaba estrepitosamente en lucir calmado) mirando las gotas de agua que se resbalan de mi cuello hacia mi escote, como si fuesen sus dedos recorriendo mi piel.
Y son esos ardientes ojos los que me envalentonan a hacer lo que hago.
Con mi corazón acelerado como si fuese nuestra primera noche juntos, lo hago, un rápido movimiento de dedos; dejé caer la toalla al piso, la cual ocultaba mi esbelto cuerpo. Su reacción es mejor de lo esperado, inhala con fuerza y abre mucho los ojos mientras su mirada se posa por todas partes de mi desnudo ser, rápidamente como si temiera que desapareciera. Y tengo que contener mi impulso de ocultarme con mis manos, ¡tenía que superar esta timidez delante suya!
-Ven aquí, - vuelvo a hablar en un bajo susurro, porque mi voz no podía usar un tono más alto. ¡Somos novios hace dos años por el amor de Dios! Que Dios me perdone pero, ¡Al demonio, con la timidez! Y creo que sabía cómo desaparecerlo, y con ayuda de quién, razoné, mientras Frank se ponía en pie hasta llegar a mí, para rozar sus dedos sobre mí clavícula y con la otra mano, sostener mi cintura para pegar nuestros cuerpos; hambrientos del uno por el otro.
Su manzana de Adán se mueve cuando traga saliva, y movida por la adrenalina, depósito un húmedo beso en ese lugar tan sexy, gesto que repercute automáticamente en la entrepierna de mi novio. Lo sé, porque lo siento en mi muslo, duro y caliente, retorciéndose al crecer a través de la tela de su pantalón; y a partir de este punto, ya no es necesario hablar.
No tengo que darle órdenes a mi cuerpo para que actúe a partir de aquí, éste ya sabía qué hacer, y estaba más que gustoso por cumplir. Mis manos se dirigen hasta posarse por debajo de su nuca, cerca de su musculosa espalda tan varonil, y poniéndome de puntillas, me encuentro con los suaves y tibios labios de Frank a medio camino. Todo mi cuerpo tiembla cuando sus manos pasan por mi espalda desnuda, y se detienen en la curvatura de mi trasero como pidiendo permiso.
El beso (teniendo en cuenta las condiciones presentes de mi falta de ropa) pronto pasó a ser más fogoso y con un grado más lujurioso, nuestras lenguas se tocaron dentro de nuestras bocas al mismo tiempo que Frank soltaba un sensual gruñido, y me alzaba entre sus brazos, para luego depositarme cuidadosamente sobre la cama. Tragué saliva, excitada, no necesitaba ser muy avispada para comprender lo que significaba ahora aquella mirada de mi novio.
Él sigue besándome con dulzura e intensidad, sujetando todo su peso sobre un codo que reposa cerca de mi costado, y su rodilla descansa al otro lado de mis pequeños muslos, en cuestión de segundos, su boca pasa a dejar un reguero de pequeños y tiernos besos a lo largo de mi cuello y de mi clavícula, mientras mis manos se cuelan por debajo de su camiseta para tocar su espalda, y, sacársela con una sonrisa tímida.
-Con su permiso señorita, - Dice con juguetona formalidad, para luego, bajar su boca caliente y húmeda hacia mi pecho.
Mis ojos se cierran automáticamente, cuando la lengua de Frank, pasa por uno de mis puntos redondos y comienza con su placentera tortura de girar su lengua alrededor del botón, hasta que finalmente, lo sumerge en su boca completamente y me obliga a soltar un gemido bastante audible, cuando lo succiona y lo besa de esa forma que me encanta. Por lo que agradezco a los dioses, de que nadie esté en casa para que me oiga, dejarme ir totalmente.
Mientras que con la otra mano, gira el botoncito que queda libre con su pulgar e índice, y causa un tipo de incendio que empieza a descontrolarse en mi entrepierna. Luego sus labios bajan de mis pechos hasta mi estómago y luego alrededor de mi ombligo, donde su lengua lame y succiona la piel cerca de mi vientre. Mi pecho se mueve ligeramente por una risa jadeante a causa de su lengua curiosa y aventurera, y me falta la respiración, cuando finalmente llega hasta mi entrepierna.
Es ahí donde mi vergüenza es más fuerte que mi lujuria. Es casi un reflejo. Mis piernas se cierran automáticamente, guardando mi tesoro femenino de su boca atrevida, a la vez que mis manos vuelan y ocultan también aquella zona sensible por encima. Mi piel oscura debe estar roja, pero eso no me detiene a mirar a Frank y negar con la cabeza con vergüenza.
A pesar de que lo quería, allí, con todas mis fuerzas, (lo anhelaba tanto en esa parte tan íntima) pero mi corazón era demasiado débil ante el bochorno.
- ¿Qué pasa? --pregunta Frank, con voz tan dulce y aterciopelada que casi me hace soltar lágrimas. Es tan perfecto.-Ya lo hemos hecho antes...
-Lo sé. -musito, moviendo un poco mis rodillas con él aún encima de ellas. - Solo espera un momento, eh, yo... Mmm
-¿No te gusta?
Siento que vuelvo a sonrojarme, ¿qué si no me gusta? ¿Existe acaso una mujer a la que no le guste el sexo oral?
- No es eso, créeme, para nada es eso. --Niego, y luego bufé con frustración, porque las palabras correctas para explicarme, no podían salir por mis labios, ya que de repente mi cabeza estaba muy ruidosa, pero mi boca muy cerrada, como con extra pegamento o en huelga.
- Está bien, no tenemos porqué hacerlo ahora, -suspira, pasándose una mano por el pelo --Hace calor aquí, ¿no? Cómo demasiado. - se ríe, mientras acaricia de manera dulce mi rodilla, con la respiración agitada y los ojos aún muy nublados, pero tratando de controlarse; me hizo amarlo aún más por detenerse por mí, llegados a este punto. -¿Quieres que paremos aquí o...?
-No, no, no, no nos vamos a detenernos. - Exclamo, mi voz sonando más desesperada de lo que pretendía, (¡que vergüenza!) los labios de Frank están cerrados, pero sus ojos de se ríen de mi sufrimiento, (maldito)- Ah, solo, solo hazlo, ¿ok? -- aparto mis manos y abro ligeramente mis piernas, mi pecho sube con una honda inspiración expectante. -- Hazlo, por favor...
--¿Segura?-vuelve a preguntar, pero ya está agachándose hacia allí.
-Solo, hazlo, antes de que me... ahhh, -- mis palabras se cortan con un gemido que escapa de mis labios, al momento en que siento su lengua húmeda girar en círculos en mi intimidad. -- Sí...
Lo admito, al principio siempre dudaba, pero luego, simplemente no quería que se detuviera o realmente creo que podría matar a alguien por interrumpirlo. Y hablo muy en serio, cuando empieza a lamer como solo él lo sabe para hacerme perder la cordura, mientras sus manos sostienen mis muslos para evitar que yo lastime su cabeza. (Una vez ya había ocurrido)
No dure mucho, se sentía demasiado bien, y él... él sabía mover rápidamente su lengua, mis caderas se movían y no podía dejar de gemir; ni más de un minuto después, me dejé llevar por el orgasmo, y mientras Frank me dejaba recuperarme de los temblores de mi cuerpo, fue a buscar rápidamente en su billetera (hombre precavido vale por dos), un condón.
Él se deshizo de sus pantalones, y sus bóxers, y allí estaba, la bestia... bueno, me gustaba llamarlo así, no se burlen. Porque aquel tamaño, a pesar de ser el primero que había visto en mi vida, estaba seguro de que superaba el de cualquier otro, con creces.
- Te amo, --Dice, como todas las veces que hacemos el amor.
Su miembro entra lentamente dentro mío, y a partir de ese momento. Yo ya no pude pensar con claridad. Simplemente me dejé llevar, soltando gemidos y jadeos con cierto grado de timidez y felicidad, mientras la cabecera de la cama, chocaba contra la pared y Frank movía tanto la cama (valga la redundancia) que hasta creí que la romperíamos.
No obstante, (salvándonos de una explicación muy vergonzosa) no ocurrió nada de eso.
💀Regreso a la casa luego de ir la tienda💀
Dos horas después del ejercicio Frazel💀
La chica (Dorothy) que pronto estará en la cama de Leo esta noche, gritando por que le rompa en dos con su "ardiente verga", se encontraba cocinando una extraña salsa para los fideos finos y largos que también se cocinaban en un olla distinta, Percy está sentado en la cocina hablando con ella casualmente, posando su mentón en su puño, y una lata de cerveza en la otra mano. Jason y Leo debían de estar abajo en el sótano, arreglando y acomodando los instrumentos para practicar más tarde.
Y mi hermana y mi cuñado... No quería saber. Habían cosas que era mejor dejarlas en el anonimato.
Yo me encontraba semiacostado en el sofá, en la sala que estaba solo al frente del comedor (donde Percy se sentaba). Estas dos habitaciones no tenían una pared divisoria, por lo tanto, podía verlo perfectamente en todo su esplendor con zapatillas y una camisilla azul que resaltaba ciertos tatuajes suyos. La razón por la que estaba acostado aquí leyendo y no en mí cama, era simplemente porque aquí el ruido de la cortadora de césped, era menos audible.
-Will está por irse a su casa. - Anunció Leo, entrando en la cocina con el pelo semi mojado y enrulado, (gracias a la desaparición del Gel) llevaba en sus manos unos cables de algún equipo de sonido, con su sonrisa brillante y pícara dirigida a mí. -¿No irás a despedirte de él, Nico? Y lo más importante, ¿por qué no le has devuelto su mp3 aún?
-¿Debería? - Respondí, respecto a la primera pregunta, -- y no le daré nada, mientras siga jodiendo mis siestas.
Se lo merecía por idiota, y por haberme hecho bullying cuando éramos niños... Bien, yo también lo había molestado en primaria, pero él definitivamente empezó todo con los apodos raros y ofensivos. No sé cuál era su puto problema con los italianos hace años. Habíamos tenido como once años, pero las palizas que nos habíamos dado, ¡ufff! Aún tenía ciertas cicatrices en algunas partes de mi cuerpo.
--Mierda, Di Angelo, te ganarás una demanda. -- Dice Leo, carcajeándose. Él llega hasta Dorothy, con la excusa de vigilar su cocina, y pone un brazo alrededor de sus hombros, con sus caderas tocándose demasiado cerca. Asquerosos.
-- Quiero ver que lo intente. -- Susurré, a través de un chupetín en mi boca, que reemplazaba los cigarrillos que mi hermana odiaba, y luego pasé a la siguiente página del libro que hasta ahora, venía siendo uno de mis favoritos.
-- Tengo que ir a terminar algo en el sótano, pero pronto estaré contigo de nuevo, nena-- Oigo murmurar a Leo en el oído a la chica, y ésta se ríe contentísima y muy sonrojada. Realmente esperaba que se besaran o algo, en cambio, solo compartieron miradas ardientes y luego Valdez se volteó hacia nosotros.-Dentro de 20 minutos habrá ensayado en el sótano, -anuncia, con un tinte mandón. - Quiero comprobar el sonido, y que todos los instrumentos estén nivelados. ¡Los veo abajo más tarde!
-¿Qué hay de las supuestas vacaciones? -. Le grito, indignado--. ¡No ha pasado ni medio día que descanso mi culo en este sillón! ¡Danos un respiro!
--Te espero, en el sótano, en veinte. -- Repite Leo, despacio como hablando con un idiota. -- Ni un minuto más, ni menos. ¡Oh! Y creo que invitaré a Will para que nos escuche, será bueno recibir la opinión de otro músico.
--¿Músico? -- Inquiere Percy confundido.
--Pueden preguntarle a él, es un chico conversador.
Dicho eso, se dirige de vuelta hacia el pasillo para bajar al sótano, (no sin antes dejarle un beso a la chica en la mejilla muy cerca de los labios) dejándonos a Dorothy, Percy y a mí solos. El caramelo de limón en mi boca me distrae de su presencia. Minutos después, esta chica, Dorothy, se va. Por el rabillo de mi ojo, y escuchando a hurtadillas. Oigo que le dice a Percy que traerá más tomates de la huerta, justo antes de salir por la puerta trasera, dejando a dos chicos en solitario.
Y de nuevo la sala y el comedor queda en silencio; trato de seguir leyendo. Justo llego a la parte en donde la malvada y loca secretaria, seducía al magnate para una sesión sexual intensa. Ufff, este libro lograba lo imposible, que una pareja heterosexual me excitara. De pronto estaba muy concentrado en mi lectura, claro que, manteniendo un rostro inmutable y serio mientras llegaba a la parte donde la anaconda tomaba acción en "introducirse" en el refugio de la pelirroja.
-¿No quieres ir a espiar al vaquero?- Pregunta Percy repentinamente, causándome un imperceptible respingo, le miro con mala cara por interrumpirme, este solo seguía luciendo entusiasmado.-Apuesto que se ve fatal con el sudor marcando sus pectorales y todo eso.
-Jódete. - Le digo, y sigo con mi lectura, pero me doy cuenta que leí la misma palabra más de diez veces.
--Pensé que te gustaría, Leo y yo estábamos casi seguros. - Continúa diciendo, girando todo su cuerpo y su silla en mi dirección. Sigo guardando silencio, pero sus siguientes palabras me dejan desconcertado. - En realidad, debí saberlo, es bastante obvio que él no iba a gustarte.
Alzo mis cejas ,confundido.
-¿De qué estás hablando?
-Es rubio, -Dice, como si eso lo resumiera todo - normalmente no te acuestas con rubios. - Sonríe, sentado en la silla con sus largas piernas estiradas hacia mí, y su mechón azul posado sensualmente cerca de su ojo izquierdo. - No son tu tipo.
Bufé una risa irónica sin poder detenerlo a tiempo, y dejé el libro encima de la cabecera del sofá, rendido a poder concentrarme y leer, con él, en la misma habitación conmigo. Saco el chupetín de mi boca y juego con girarlo en mi mano.
--Ya sabes, siempre te enrollas con sujetos de pelo negro crespo y ojos claros. -- Su voz es extremendamente divertida y mal intencionada, su cabeza ladea a un lado ligeramente y pone esa cara de "Desarmo intenciones inocentes con solo un parpadeo de mis ridículamente largas pestañas". -- Tipos, casualmente parecidos a mí...
Me lo quede mirando anonadado. ¿Está diciendo lo que creo que dice? ¿Qué mis conquistas anteriores eran... algo así solo para tener una copia barata de él en mi cama? No jodas.
-Tú no eres mi tipo.- Finalmente suelto, alzándole una ceja despectiva. -Ya no.
--¿No? -- Sus labios ameritaban tener seguridad máxima, por lo peligrosamente sexys que se veían.
--No. -- Trago saliva.
De improviso se para de su silla, dejando su lata de cerveza en la mesa, con un objetivo brillando en sus ojos. Con un aire sensual rodeando su cuerpo, y un andar atrayente y suelto como el de una serpiente ogullosa. Hasta que finalmente, llega hasta mí.
Y se inclina hacia mí, sujetándose de las manos contra el respaldo del sofá detrás mío, y encerrándome así, en su jaula de brazos musculosos. Sus intensos ojos aguamarina, adquieren ese típico aire seductor y ardiente, y me cautivan completamente, dejándome con la boca seca y extasiado por la cercanía.
Entonces, sigue acercando su rostro al mío, luciendo completamente serio por un momento. Demasiado cerca, demasiado peligroso. Estamos solos en la habitación, y los recuerdos de lo que hacíamos antes, inunda mi mente y crea un cosquilleo en mi entrepierna.
Estoy deseoso, y él lo nota. Perfectamente. Para mi desgracia.
-Sabía que aún era tu tipo,-susurra suavemente, su voz ronca, pasando por mi piel como un escalofrío placentero.
Muestra esa sonrisa torcida adornando sus perfilados labios, con diversión y socarronería. Porque ha logrado probar su punto, y el orgullo brilla en sus ojos. Segundos después, vuelve a incorporarse y a alejarse de mí, como si nada, silbando alegremente sin remordimientos mientras se pasea por la cocina. Por un mísero segundo, (del cual me arrepiento eternamente) me había hecho creer que nuevamente, esos labios volverían a mí. Pero no. No lo harán.
Lo tengo por seguro. Qué idiota había sido, pensé, viéndolo sacar de la heladera, una jarra de jugo de naranja. Idiota, idiota. ¿Él se creía ser el único capaz de seducir a alguien? Dos podíamos jugar a este juego. ¿Él me calentaba y se iba sin mas? Le demostraría lo que ocurre al jugar con llamas.
Antes de que me hubiese dado cuenta, o lo hubiera pensado lo suficiente para detenerme, yo ya estaba levantándome del sillón y colocándome en frente de Percy mediante un par de largas zancadas, acorralándolo detrás de la heladera. Sus cejas se alzan ligeramente con curiosidad e intriga, pero no dice nada cuánto más me acerco a él. Sin dejar de mirarlo con mi mirada oscura. Puedo ver como traga saliva, y muy dentro de esos ojos despreocupados, una chispa de nerviosismo e inseguridad flotando en ellos.
💀
En el próximo capítulo:
Su voz me incita a imaginarme un montón de escenarios húmedos y calientes, en donde todo su cuerpo está a mi poder, con sus manos sujetando las sábanas de la cama, mientas sus sensuales brazos se flexionan y mis caderas hacen el trabajo, de hacerlo gritar mi nombre.
Nico Di Angelo, era mucho mejor que el porno, cuando cantaba. Desde lejos, mejor que los pornos del pelado de Brazzers.
Y a pesar de que sus ojos oscuros reflejaban todo excepto sumisión, estoy seguro que resultaría muy divertido persuadirlo para tenerlo bajo mi posesión.
¡No te lo pierdas, solo por Wattpad, con Amer, reina de sus corazones!
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Holaaaaaaaa *aparece con ojeras* Dios, lo exámenes deberían ser ilegal de acuerdo? Los odio. LOS. ODIO. AGGGG
No podre publicar en la siguiente semana ni en al siguiente chicos, lamentablemente. Pero instituto será publicado está noche. Estoy en finales, :( pero luego tendré todo julio libre :3 para que me crean, aquí abajo les dejo mi horario de exámenes. Soy del tercer curso.
VEN? VEN? ES UNA MIERDA.
Al punto, gracias por los votos a esta historia y los comentarios WOW. WOW WOW. Son asombrosos... Aunque admito que me da algo de tristeza, que esta historia sea mas famosa que No te escondas del sol, siendo esa la más complicada y Está la más... relajada y sexosa... No lo sé, algo no me satisface del todo... Solo debe ser la depresión de los exámenes, no? 😂
Ehhh... Miren, recuerdan que el año pasado en julio había pedido preguntas las cuales contestar? Pero luego ocurrió... (se acerca más víspera que nervios) tuve ataques de ansiedad y depresión y blah blah, estrés, y etc.
Y se me ocurrió hacer lo mismo que mi sis, ustedes me dejan las preguntas más locas y perversas o intensas qe se le ocurran, y yo pues, las contestaré con toda la sinceridad del mundo. Preguntas de todo tipo, son libres en su imaginación.
Dejar preguntas aquí ♡
Y; eso es todo supongo, ¡nos vemos en otro día! Los quiero muto mis rockeros ssssexosos.
Psd: logramos 178 votos :v en el anterior cap. ¡MI CUMPLE ESTÁ CERCA!
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