3 💀 - Libido descontrolado

Existen todo tipo de placeres en ésta vida que uno va experimentado poco a poco. Muchos a decir verdad. El placer de sacar tu primer Diez, recibir tu primer salario, el placer de ver a tu persona menos favorita caerse estrepitosamente de forma, totalmente humillante en el suelo y romperse la nariz... Pero por sobre todo eso, nada supera el placer inmensurable que uno siente, al poder apreciar con libertad, a un tipo bien SEXY, con buena espalda y retaguardia.

Nada.

Antes de que incluso sea consciente de lo que hago, mis ojos ya estaban recorriendo cada centímetro que tenía a la vista de este Dios Griego que había bajado del cielo a humillar a nosotros, los patéticos mortales.  Primero lo primero, me quedé un par de segundos de más mirando embelesado ese trasero dentro de esos jeans que resultaban demasiado pequeños para esa parte de su cuerpo. Se destacaban por su contextura redonda y parecían poseer una exquisita dureza, el cual automáticamente, creó una ardiente imagen que constaba de él. En mi cama. Con su trasero desnudo y posicionado sólo para recibirme a mí y a mi miembro, totalmente erecto.

Jodidas siete maravillas, he aquí su octava compañera pérdida. Todas las organizaciones internacionales debían hacerlo legal y protegerlo, ya mismo, antes de que me lo robará para mí placer personal, solo para seguir observando aquellas piernas, y aquella espalda; esos brazos bronceados que brillaban como arena caliente por el sudor, flexionándose con cada ejercicio de empujar y jalar la máquina.

Ah, ¡pero miren que brazos! Yo no solía ser el chico de abajo (Aunque se lo había permitido sólo a "esa" persona una vez) pero por ver esos bíceps flexionándose deliciosamente encima de mí mientras me embestía, definitivamente, con gusto sería el que recibe y morder la almohada.

—¡Hey, vaquero! —Lo llamo, y no me sorprende el tono ronco que ha salido de mis labios para dirigirme a él. Después de tantos pensamientos libidinosos, tampoco me sorprendería tener una erección en plena vista para todos. —¡¡HEEEYYY!!

Sus movimientos se detienen abruptamente, al oír mi voz casi siendo un grito para hacerme oír por sobre su música. La cortadora de césped, inmediatamente deja de hacer ese estruendoso y horrendo ruido del infierno, para finalmente llenar de tranquilidad el caluroso ambiente de Texas. Sus botas vaqueras de color marrón oscuro, empujan un par de cables de la máquina y se voltea con curiosidad para observar al insecto que osaba interrumpirlo, alzando el ala de su sombrero al mismo tiempo, con un dedo, para deslumbrar al propio sol con su rostro.

Y justo cuando pensaba que nada podría superar ese cuerpo que se traía, él me muestra su cara y tengo que evitar con todas mis fuerzas no dejar caer la mandíbula hasta el suelo por el estupor. ¿Pero quién carajos eran los padres de éste hermoso especímen viril? ¿Bradd Pitt? ¿Johnny Depp? ¿Un clon hecho por las células de los hombres más atractivos del mundo? ¿Qué? ¡¿Qué eres?! Sus ojos eran dos vibrantes pedazos de un cielo despejado, enmarcados con largas pestañas rubias; con labios perfilados y sensuales, hechos para soltar un montón de palabras calientes bajo las sábanas, y rasgos perfeccionados por el escultor más hábil de la historia.

Y juro que cuánto más lo observaba detenidamente. Me parecía aún más perfecto que con el vistazo anterior. Il mio cuore, è troppo per me.

Traductor de Google: Mi corazón, es demasiado para mí.

Sus perfectas cejas se fruncen con desconcierto, a la par que se quita uno de los auriculares de su oreja derecha, para poder oírme mejor; y entonces, toda su atención recae en mí, tan de pronto, que por un momento no supe que decir más que quedarme mirándolo idiotizado. Sin embargo, pronto me recuperé de la sorpresa inicial y carraspeé antes de hablar con claridad.

—¿Sabes? —inicié— Yo estaba tomando una grandiosa siesta, allá en mi cama, cuando de repente oigo esa mierda y me despierta al instante. Me tomo la molestia de bajar hasta aquí esperando encontrarme con un mocoso con problemas de acné, pero... —Me detengo, solo para darle un repaso completo sin ocultarlo. Tardándome de más en cierta zona abultada. — ¿No te parece que estás un poco viejo para esto? — Continúo, con pura ironía goteando de mis palabras. — Es decir, para realizar éstas tareas típicas de un adolescente en sus vacaciones de verano.

Una mueca divertida y reprochable se muestra en sus carnosos labios, y para mi gran deleite, pude notar mientras hablaba, como aquellos orbes azulados, habían bajado de mi rostro para aterrizar descaradamente sobre toda la extensión de mi torso desnudo, (por lo cual me alegraba mucho el haber ignorado en ponerme una camisa antes de venir junto a él) Estaba satisfecho, al ver que no era el único embelesado por la apariencia del otro, cuando reconocí el interés brillando en sus ojos luego de devorarme con su mirada. De la cual estaba muy familiarizado entre hombres y mujeres.

—¿Y tú no estás demasiado viejo como para andar tomando siestas? — Contraata el vaquero, formando una sonrisa contenida que decía "jódete", y ojalá lo dijera en voz alta para que pudiera contestarle a eso adecuadamente. — Sí lo que estás esperando es una disculpa de parte mía, será mejor que traigas una silla y te sientes, porque esperarás un buen rato.

—Ya, pero resulta que no requiero de una disculpa tuya en realidad. — negué, cruzándome de brazos y dejando todo mi peso sobre una pierna. — Solo he venido a proponerte algo. Sí estás abierto a negociaciones...

Amer salvaje escribiendo: Entonces Nico le dijo: Ven a mi cama y déjame dejarte el culo tan abierto como un pavo de navidad, joder, papurro. * y gruñó*
Amer inteligente: Eso no va con la historia we, no. O sea, aun no al menos.
Amer salvaje: *chasquea dedos* mierda. Y parecía una gran trama con la cual iniciar.

El chico-ojos-encantadores, se sacó entonces el otro auricular restante de su oreja izquierda, luciendo ligeramente interesado, dejó colgando el cable sobre sus anchos hombros y luego, movió una mano al aire como indicándome una señal para que prosiguiera. Y me doy cuenta vagamente, ahora, (que me molesto en ver algo más, además de los contornos de su cuerpo) que la camisa celeste que trae, combina perfectamente con sus ojos.

—Te escucho, persona-no-texana. — Me dice, con voz juguetona y ligero acento casino, tan típico de los de su clase. —Pero apúrate, mi paga no va a venir corriendo sola junto a mí, sí no acabo con ésto pronto.

—Escucha, ¿podrías dejar éste arduo trabajo para después? Cómo no sé, las cinco o las seis, cuando todos estén despiertos. — Hablé, ésta vez, usando el tono serio y apático que me caracterizaba, repentinamente había recordado porqué estaba aquí, y el enojo que antes había sido desechado por su increíble atractivo, estaba volviendo a mí, en pequeñas cantidades para volver a acumularse. — En verdad necesito mi siesta, tú no lo sabes pero es fundamental para mí. Tú no pierdes nada, solo vienes un poco más tarde y listo.

El rubio ladeo la cabeza a un lado, como considerando la idea. Quería que se apurara en contestar, ya que el maldito sol estaba empezando a quemarme la piel y crearme sudor en la parte baja de mi espalda, ¡era un pedido sencillo! ¿Por qué tenía que hacer esto aho...? Entonces, justo en ese instante, pude divisar por el rabillo de mi ojo un par de movimientos que trataban de pasar desapercibidos, (suspiré con hastío) al girar mi rostro hacia ellos, los descubrí inmediatamente, a Leo y a Percy, tratando de esconderse y espiar deliberadamente detrás de un roble; que no era lo suficientemente grueso para ambos.

Leo se dio cuenta rápidamente, que habían sido totalmente atrapados cuando mi mirada los fulminó a ambos en la distancia. Golpeó a Percy en la cabeza que estaba mirando desde el otro lado, y automáticamente, los dos volvieron a tratar de ocultarse tras el árbol. Parecían que eran demasiado imbéciles para notar que la mitad de sus cuerpos, eran perfectamente visibles detrás del árbol. Y viéndolos a ellos en este momento, todo ese comportamiento extraño que habían tenido en la cocina, cobró sentido para mí.

Querían verme todo Don Juan con el chico ojos-encantadores, y algo me decía, que estaba relacionado con la apuesta que habían hecho. ¿De verdad creían que era así de fácil? ¿Conocernos, hablar a la velocidad de una película porno y luego hacerlo en el césped? ¿Qué se creían? ¿Cúpido?

—¿Vas a pagarme más que el dueño? — Me pregunta el rubio, y mi atención volvió a él.

— Supongo. —Contesté reticente, sintiendo una mala espina en esto. —  Depende. ¿Cuánto cobras por este trabajo?

— Mil dólares. — Lo dijo sin pestañear ni lucir avergonzado.

—¡¿MIL QUÉ...? —Está vez, si que no pude detener mi quijada caer hasta el suelo, y casi empiezo a toser con mi propia saliva, el tipo sonrió divertido, por mi reacción con toda caradurez —¿Pero qué demonios haces? ¿Cortar el césped con las cuchillas de wolverine? ¡Esto es una estafa!

— ¿Eso es un no? — Inquirió, rascándose el mentón con una mano despreocupadamente.

—Por supuesto que es un no, ¿estás de coña? Imbécil de Valdez, puede hasta limpiarse el culo con su dinero, pero más le valía no tocar el mío. - Siseé, mordiendo la parte interna de mi labio.

—Entonces mi respuesta a tu propuesta es también un "no". Además, es demasiado tarde para mí, y a esas horas cumplo con mi deber en servir bebidas en la casa de Rach. — Dijo, agarrando de nuevo los auriculares que descansaban en sus hombros. — Oh, y, lindos tatuajes por cierto.

—¿Estás hablando en serio? — Bufé, descruzándome de brazos con ganas de romperle su perfecta nariz ahora por gilipollas. Sin embargo, él pareció que había dado por sentado la conversación, porque seguidamente, volvió a colocarse los auriculares en las orejas y luego de apretar un botón color naranja que hizo prender la máquina de nuevo y activar de nuevo ese asqueroso ruido, siguió con su trabajo de mierda, ignorándome totalmente. Continuó empujando y jalando la cortadora de césped, mientras movía ligeramente la cabeza al ritmo de una canción.

Contuve las ganas de tirarle agua y electrocutarlo hasta matarlo, e intenté llamar una vez más su atención, hasta que pasado unos minutos, me harté de ser ignorado como si fuera un popo de vaca más en el césped. Maldito, se creía demasiado por estar tan caliente como el sol. Desgraciado egocéntrico. No me quedaba de otra más que hablar con el "dueño" y amenazarlo para que hiciera algo. Para mi suerte, aquel dueño estaba solo a pocos metros a mi alcance. Di media vuelta y me encaminé hacia los árboles.

A medio camino, me encontré con el final del alargue del cable, es decir, donde los enchufes se conectaban para seguir su camino con otro cable hasta llegar a la casa en donde, obviamente debía estar conectado con la corriente eléctrica. Lo pisé distraídamente, meditando sí debía hacerlo o no, mientras una sonrisa diabólica hacia presencia en mi rostro. Por supuesto que lo haría, por más infantil que pareciera: me agaché y desconecté los cables, e instantáneamente, la máquina dejó de funcionar.

Seguí caminando como si nada. No tardé en oír su voz alzada, con un tinte molesto e irritado en mi dirección.

—¡Hey! — Exclamó, —¡Vuelve a conectar esos cables ahora mismo!

—¡Por mil y un dólares lo hago! — Le devuelvo a voz en grito, para luego soltar una pequeña carcajada divertida. Pero entonces mi risa se atraganta en mi garganta, cuando segundos después que haya respondido, algo muy duro y pequeño se estampa contra la parte baja de mi cráneo, creando un dolor de cabeza más potente del que ya tenía.

¡¿Pero qué demonios?! Al voltear y rebuscar por el césped lo que me había acertado, finalmente encuentro el objeto culpable del golpe, era el mismísimo productor de música del rubio, quien lo había lanzado en mi dirección con sinceras ganas asesinas. Era más que obvio. Alcé mi mirada de nuevo hacia él, el tipo estaba conectando de nuevo los cables bajo farfulleos de enojo, y sabía que al terminar eso vendría en búsqueda de su carcacha de música. Así que lo agarré aprovechando que estaba cerca mío, y lo guardé en mi bolsillo trasero.

—¡Devuélvelo, ladrón! — Gritó Will, viniendo hacia mí con los puños ligeramente cerrados. — ¡No te atrevas...!

—¡Tú lo lanzaste hacia mí! ¿Recuerdas? — Me jacté con sarcasmo, dándole la cara sin temor alguno. — Supuse que era un regalo, así que me lo quedaré. Gracias.

— Oh, no, con mi música, no... — por fin ha llegado en frente de mí, y está demasiado cerca para que se consideré adecuado para el público. Puedo ver el enojo bailando alrededor de esos ojos tan penetrantes, y llámenme enfermo, pero ésto estaba resultando bastante excitante para mí. Sé qué está mandándome al diablo en este momento, pero toda mi atención estaba puesta en su atractivo cuello, y no tenía problemas en que intentara sacarme su mp3 a la fuerza. — ...régresalo, y no voy a arruinarte tu cara de niño bonito.

— Eso suena tentador... — Suelto sin darme cuenta, mientras sus labios captan toda mi atención ahora, y un montón de pensamientos sucios nuevamente atacan mi mente. Y lo siento, cada célula de mi cuerpo grita porque lo haga mío, o moriría, y él también lo siente, lo sé, es como una canción que está anestesiando mis sentidos. Solo existe él y yo, aquí y ahora.

—¡Hola, mi muy viejo amigo del alma! — de improviso, la voz de Leo, se interpone en medio de nuestra conversación utilizando un tono santurrón, ahora él también está usando un sombrero vaquero de color beige, y de sus labios cuelga un pedazo de hierba de forma despreocupada. Detrás suyo, Percy viene pisándole los talones. — Veo que ya conociste a uno de los miembros de mi banda, ¿cómo has estado?

Por un momento, el chico rubio se queda totalmente desconcertado y descolocado en frente de Leo, parpadea, y parece que le cuesta hacer funcionar su cerebro nuevamente con cordura. Vaya, realmente lo había afectado mucho. Solo faltaba saber de qué manera. Finalmente, me echa una mirada fugaz, antes de saludar al baterista.

—Todo tranquilo, amigo. — Lo saluda el rubio superestrella, y resulta aterrador la velocidad en que su semblante cambia a una de verdadera serenidad; se abrazan fraternalmente y luego le da un ligero apretón de manos a Percy. — Aquí, tratando de ganarme el pan de cada día, pero éste idiota lo hace difícil.

—Oh, no, ¡Nico! — La voz chillona de Leo, adopta un tinte indignado, y contengo las ganas de rodarle los ojos. —  ¡Pero qué haremos contigo! Por favor, amigo, discúlpalo, su hermana dice que siempre se caía en la ducha y se golpeaba la cabeza. Por eso es así de tontito.

—¿No serás tú el que siempre se cae en el baño, idiota? — Contrarresté, sintiendo la pesada mirada del rubio sobre mí, ya no me veía enojado, ahora lucía... extrañamente meditabundo acerca de algo. —¿Y qué es eso de mil dólares? ¿Por qué mejor ya no le compras un coche?

— Déjenme presentarlos. — Continúa Leo, sin darle importancia a mis palabras. — Will Solace, — cuando oigo ese nombre, no puedo evitar que mis ojos se abran desmesuradamente por el estupor, — te presento a Nico Di Angelo. — y cuando Will oye mi nombre, adquiere la misma expresión de sorpresa que yo, porque también me ha reconocido.

Un fugaz de recuerdo de cuando éramos niños, me ataca repentinamente, pero lo dejó a un lado antes de distraerme demasiado en los flash Backs. Ha cambiado, por supuesto, pero jamás espere que de tal manera como lucía ahora. ¿Qué le daban de comer? ¿Leche de cabra? Cómo pasó de ese niño con patas de pollo a ¡ésto!

— Tú...

— Tú... — Decimos al mismo tiempo, mientras Will lleva una mano por debajo de su sombrero y pasarlo por su pelo ondulado, en cambio yo, miro hacia el cielo como preguntándome, ¿por qué yo, señor?  — Ahora todo tiene sentido, ya sabía yo que tú personalidad egocéntrica y presumida me resultaba conocida de algún lado.

—Lo mismo digo, y además de eso. — Se burla el rubio, — ya me parecía familiar ese horrible acento italiano tan forzado el tuyo.

— Mira quien habla. — Devuelvo, haciendo alusión a su tono campirano.

—Wow, wow. Paren todo. — Leo nos interrumpe, alzando las manos en alto, y rompiendo la burbuja que hemos creado Will y yo sin darnos cuenta. — ¿De dónde se conocen?

—Es una larga historia. — Contesto,  dejando por zanjado el tema. Mientras un montón de recuerdos invaden mi mente, y tengo que ignorarlos fuertemente para que no me abrumen.

— Okay, supongo que puedes contárnosla en la fiesta de ésta noche. — se encoge de hombros, pero a mi me ha tomado completamente de sorpresa.

—Espera, ¿qué? ¿Fiesta?

—¡Oh! Aprovechando que estás aquí Will, — Inició el latino, (ignorándome) sus ojos picarescos me miran a hurtadillas y no me dan buena espina ni un ápice. — te cuento que haré una fiesta hoy a la noche en mi casa, para festejar el regreso a mi viejo hogar. Y de paso, poder invitar a algunos amigos para ponernos al corriente de todas las cosas GENIALES que me he perdido.

—Oh, vaya, — Dice Will, adoptando un tono juguetón que hizo su voz aún más rica de lo que ya era. — Me pregunto si aún estaré en esa larga lista de amigos del famoso chico rockero.

—Podrías estar en el primer lugar si me presentaras a tu hermana.— Aprovecha Leo para lanzarse como la rata pervertida que es, sin embargo Will se burla de inmediato de su pedido, con una mirada llena de advertencia.

— Eh, sí claro. —Dice sarcástico. — A ella le encantaría un corazón roto de nuevo. Claro. 

Leo le da un fuerte puñetazo en el hombro entonces, (jugando por supuesto) sin embargo, el violento gesto no lo ha movido ni un centímetro, y ni siquiera logró sacarle una mueca incómoda. Todo esto, me hizo conocer un dato muy importante y curioso, qué debajo de esa camiseta que se traía Will, en verdad él se traía un vigoroso y saludable cuerpo, cubierto de una atractiva musculatura.

—Sobra decir que estás invitado, y llama a los demás también. —agrega Leo, Percy aún callado, estudia toda la situación de a su alrededor cuidadosamente, y es ahí cuando me sorprendo de mi mismo momentáneamente, al darme cuenta que casi me he olvidado de su completa existencia al estar muy concentrado en Will. — Iré al pueblo a comprar las cervezas y la comida con Percy, —anuncia para ambos. — y no te preocupes por Nico, Will, ladra pero no muerde. Trabaja con calma.

— Trabajo mejor con mi mp3 sonando en mis oídos. Lo que me recuerda... — viró su cuerpo hacia mí, — Trae eso al verdadero dueño. Ahora.

— ¿Nico...? — inició Leo entretenido, con intensión en su voz.

— También iré al pueblo, — lo corto de sopetón, —Necesito unos nuevos auriculares para mi "nuevo" Mp3. — sentencié, y seguidamente, me doy vuelta y me alejo de ellos en dirección a la camioneta vieja y sucia que nos espera.

—¿En serio harás esto?

—Solo tiene 24 años, compréndelo... - escucho decir a Percy, lo cual enciende una chispa de molestia en mí al instante. Él siempre creyéndose el adulto que debía cuidarme, pero por favor. Al final de la noche, ¿quién cuidaba a quién?

—¡Solo llevamos 3 años de diferencia, Jackson! —aclaré, — ¡Y tú me superas en infantilismo!

—¿Sabes qué estás cometiendo un robo, Di Angelo? —oigo a Will decir, con ligero tono divertido.

Me giré hacia él y empecé a caminar de espaldas, para hablarle. Su gallardo rostro tenía una mueca de desagrado en todo su esplendor, pero a pesar de eso, seguía tan o más guapo que antes. Y dándole otro repaso a su cuerpo, (porque estaba seguro que nunca tendría suficiente de eso) me pregunto si las riñas en nuestra niñez podrían superarse para comenzar... algo nuevo.

—Yo no tengo mi siesta, tú no tienes tu música. — Me encogí de hombros, todos descontentos.

— Tú... Aliento de muerto. ¡Sigues siendo un completo gilipollas! ¡DEVUÉLVELO!

— Después, — los pasos de Leo y Percy, los oigo acercarse detrás de mí. — ¡Nos vemos, vaquero!

Supongo que éste lugar no sería tan aburrido después de todo.

💀💀💀

Próximamente en el siguiente capítulo.

El beso (teniendo en cuenta las condiciones presentes de mi falta de ropa) pronto pasó a ser más fogoso y con un grado más lujurioso, nuestras lenguas se tocaron dentro de nuestras bocas al mismo tiempo que Frank soltaba un sensual gruñido, y me alzaba entre sus brazos, para luego depositarme cuidadosamente sobre la cama. Tragué saliva, excitada, no necesitaba ser muy avispada para comprender lo que significaba ahora aquella mirada de mi novio.

Mis ojos se cierran automáticamente, cuando la lengua de Frank, pasa por uno de mis pezones y comienza con su placentera tortura de girar alrededor del botón, hasta que finalmente, lo sumerge en su boca completamente y me obliga a soltar un gemido bastante audible. Por lo que agradezco a los dioses, porque nadie este en casa para que me oiga, dejarme ir totalmente.

¡No te lo pierdas!

💎💎💎

Holi, soy yo, ¡y yo les advertí que está historia iba a tardar! T^T ya sé que habré perdido lectores, pero no te escondas del sol, amor. Me importa más mantenerla al día que está nueva ♡ pprque esa fue la primera que me llevó la cúspide de mi carrera wattpadera :"v

Ok, SI LLEGO A LOS 200 VOTOS SUBO CAPÍTULO NUEVO EL JUEVES AHRE. LO JURO POR EL ESTIGIO.  MUJAJAJAJA (lo promete porque sabe que nunca ha llegado a los 200 votos y Está tranqui por eso :3) oh, y se acerca el lemon. EL LEMON JODER.

Juro que estoy más emocionada que ustedes con esta historia. Lástima que tengo otras responsabilidad en la vida cotidiana. Ya que.

Quiero hacer un estudio general, les pregunto, ¿CUAL es su límite en el shippeo? Es decir, ¿qué son capaces de leer? Y que no, (aclaró que acá no habrá fetichimos raros de orinar encima del otro;v) hablo de, un beso percico... ¿Cómo reaccionarias?

Los quiero muchísimo. ♡ nos vemos en Perseus. U escondas del sol.

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