27💀Una junta de la banda en el bar

La banda estaba agonizando, como mi primera relación con Percy.

De acuerdo, quizás estaba exagerando un poquito. ¡Sobre la banda!, todavía estábamos a tiempo de salvar la banda. Pero la relación con "ojitos de foca bebé", en definitiva, había sido una de las más insufribles, apáticas, y aburridas que había conseguido en la vida. Sí, sí, que Percy estaba más guapo que siete Dioses griegos fusionados, que su trasero podría detener la hambruna mundial, y que su voz ronca y baja podría desatar tormentas y terremotos de placer en el cuerpo de uno. Sin embargo, después de haber estado con Will, experimentar el verdadero frenesí y anhelo que podía existir detrás de un beso, y sentir lo que era realmente ser deseado por alguien, es que podía verlo con claridad:

Percy y yo, jamás, hubiese funcionado.

Y estaba jodidamente feliz por esta revelación, mientras miraba a Percy de soslayo, sin sentir la típica melancolía de siempre cuando lo hacía. Es decir, todavía percibía algunos vestigios de aquellos sentimientos, en lo más recóndito de mi interior. Pero se sentían lejanos, como si tratara de alcanzarlos desde el borde de un precipicio. Si no lo intentara, quizás con el tiempo se esfumarían completamente... Lo sé, lo sé. Pero ya era un gran paso, ¿okay? Había pasado de, depresivo con corazón roto, a, depresivo con corazón en proceso para sanar con curitas de un texano súper rubio y súper bronceado.

Ahora bien, eso tampoco quería decir que me estaba enamorando de Will... Aunque era cierto que había logrado lo que nadie nunca antes: volver a emocionarme por un posible romance. ¡Pero!, a pesar de que le había dicho a Will que podíamos "intentarlo", la cosa de salir y eso, ¡no significaba que le pondría las cosas fáciles solo por ser demasiado guapo para la cordura! Iba a hacerme el difícil, cual nerd en una historia badboy. No iba a ilusionarme como un perro corriendo por una pelota imaginaria otra vez.

Porque ilusionarse traería un corazón roto. Un corazón roto traería depresión. La depresión un bloqueo de inspiración. Un bloqueo de inspiración no producía canciones. Y no producir canciones pondría fin a nuestro contrato con la disquera dejándonos en bancarrota y sin pedigree para la perra de Percy por un largo tiempo.

En fin, que me había desviado completamente del tema. Pensar en el vaquero hacía eso.

—Así que, ¿qué dicen? —finalicé, después de haber soltado una larga y seria perorata sobre los pros y motivos de tener a Will Solace como segundo compositor de la banda—. ¿Está adentro?

Leo, que lucía una expresión felizmente boba en el rostro, como si estuviera volando sobre dragones imaginarios que escupían flores y corazones, respondió un coherente y refinado:

—¿EeeEh?

El tic nervioso sobre mí ceja izquierda empezaba a descontrolarse. A mi lado, Will trató de ocultar su sonrisa frotando sus deliciosos labios con su pulgar.

—Decía... que Will podrá ayudarme... a elaborar mejores... —Lo intenté. Pero Dios no me había bendecido con paciencia infinita—. ¡¿Alguno de ustedes, mequetrefes, me está escuchando?!

Percy había dado un respingo, como si hubiera caído de bruces de su imaginación. Miró por todo el lugar rápidamente, como si acabara de recordar que estaba en un bar, en medio de una "junta" con la banda, sentado en la cabecera de la mesa con Jason a su lado, luciendo igual o más perdido que él.

—Ah, uhm —inició, con la misma elegancia que Leo—. ¿Estabas hablando sobre... eh?, ¿unirte a la banda... de Will?

—¿Qué? —Jason salió de su estupor, dejando de jugar con el tenedor entre sus dedos—. ¿Nico nos abandona? —luego se dirigió a Will, molesto— ¡Oye, te dije que lo follaras, no que lo robaras de nuestro lado!

Will se sonrojó hasta las orejas, y levantó las manos moviéndolas con prisa.

—¡Espera, yo no lo hice!

—¿No te follaste a Nico? —inquirió Frank, sentado al lado de Hazel, quien, me lanzó una mirada escandalizada que yo trataba de ignorar. Sí, Haz. Tu hermano también coge.

—¡No!, digo sí —Wil me miró de forma desesperada, yo le alcé una ceja: Solito entras, solito sales. Lució con ganas de llorar—. O sea... ¡Ahhh...!

—¿Arriba o abajo? —interrogó Percy.

—Qué te importa —respondí, indiferente.

—Es de vital importancia —contestó Leo en su lugar, aterrizando su dragón en tierra firme—. Percy y yo apostamos sobre si estarías abajo o arriba, aunque... —se volteó hacia Percy—, ¿tú recuerdas la posición que apostaste? Yo ya no tengo ni pinche idea.

—Mmm... Tampoco lo recuerdo —Percy se llevó una mano en el mentón, y mostró una expresión meditabunda—. Aquellos días en el bus, antes de llegar aquí, se sienten como si hubieran pasado años.

Todos asintieron tranquilamente en concordancia, incluso Frank añadió un proverbio chino ancestral que decía algo como: "El tiempo es como el agua de un río: nada permanece, siempre es diferente". A Percy le gustó muchísimo la mención del agua. Hazel miró a Frank con estrellas en los ojos. El resto volvió a asentir con gran solemnidad, incluyendo un conmovido Will.

Cerré los ojos, y conté hasta diez.

No sabía cómo había sucedido, pero hasta ayer, había tenido una banda. Hoy, si bien tenía a todos los integrantes (y Hazel), compartiendo una mesa conmigo, cada uno parecía estar a mil años luz del otro, físicamente presentes, pero mentalmente lejos de aquí. ¿Cómo era posible? Parecía que, en algún punto a lo largo de la mañana (incluyendo Hazel), se habían ingeniado en conseguir una aventura de la que no tenía idea.

Podría ser que en este pequeño pueblo de Texas, ¿todos íbamos a conseguir nuestro desarrollo de personaje como si fuéramos parte de una tórrida y extraña historia sumamente predecible en desplegar todos los acontecimientos de la trama en un solo lugar por conveniencia de una escritora que ha sido presionada constantemente por los deseos de un público exigente de situaciones que no tienen nada de lógica pero que calmarían sus ansías impuras?

¡¡Quién escribiría una mierda así!!

Como sea, el punto era, ¡qué estábamos en crisis! Siempre había pensado que yo era el único problema, pero ahora, ¡habíamos evolucionado catastróficamente! Percy parecía estar perdido en una profunda dicotomía. Jason olía sospechosamente a excremento de vaca a pesar de que se había dado una rápida ducha en el baño del dueño del bar. Frank se veía nervioso como si estuviera en una encrucijada sin dejar de ver a Hazel a escondidas. ¡Incluso Hazel estaba como al aire! Y Leo, el miembro más importante, la cabeza, el centro, la raíz de todo, de entre todos, era el que estaba, ¡¡peor!! ¡Absolutamente perdido!

Cara de bobo. Sonrisa de idiota. Ojos prácticamente soltando chispas y confeti rosa. ¿Qué demonios con él? ¡Ah, acaba de soltar una risita con forma de corazones? ¡Aterrador! ¡Sumamente aterrador!

Debía ponerme a escribir antes de que la banda se fuera a la mierda y Jason tuviera que vender pilas en los semáforos, o peor, ¡trabajar como abogado!

Jason estornudó en ese momento, y frunció el ceño, confundido.

—En resumen —volví a empezar, a la vez que entrelazaba mis dedos sobre la mesa, para evitar golpear a alguien—. Contraté a Will como segundo compositor de la banda. ¿Objeciones?

Hubo un conjunto de exclamaciones llenas de alegría y alivio. Leo se llevó una mano al pecho, dando gracias en voz alta hacia el cielo. Supongo que estaban verdaderamente preocupados con el destino de la banda. Me sentí un poco culpable por haberlos hecho sufrir tanto tiempo, pero en mi defensa, jamás había conocido a alguien tan talentoso como Will, y sospechaba que si no hubiera descubierto aquel cuaderno de canciones viejas debajo de su cama, quizás jamás hubiese siquiera considerado trabajar con otra persona.

Por otro lado, no me di cuenta de que estaba realmente preocupado por la respuesta, hasta que sentí la tensión abandonar mis hombros. Dejé que mis labios se relajaran con una sonrisa, mientras observaba a Will ser felicitado por Hazel, Frank y Leo, con palabras y gestos de aliento. Jason también vitoreó y tuvo la desfachatez de decir que era todo gracias a él. Todos lucían sinceramente felices. Todos, excepto uno.

—¿Estás seguro? —dijo Percy, sin ocultar el tono escéptico en su voz. Descansó su mentón sobre la palma de su mano, e hizo un gesto vago hacia Will, que se había quedado rígido a mi lado—. Es decir, ¿es realmente bueno? Apenas te has acostado con él, ¿sabes?

Alrededor de nosotros, el bar mantenía un leve murmullo de conversaciones que provenía de cada mesa ocupada del lugar. Además, utensilios raspando platos, vasos con hielo chocando, música country sonando de fondo; eran los sonidos que significaban vida. Pero en nuestra mesa, habíamos capturado el silencio, junto con la incomodidad y la tensión.

Hazel me envió una mirada preocupada, pero yo, a pesar de que no había esperado este resultado de los acontecimientos, había logrado formular calma y le contesté:

—Puedes ser claro.

Percy soltó un suspiro cansino, como si hubiera esperado aquella respuesta y se lamentara lo que diría a continuación:

—Solo digo que, ¿no es muy apresurado decidir esto? —se encogió de hombros—. Normalmente no eres el tipo que toma decisiones rápidas, así que...

—¿Crees que tomé esta decisión en un momento de locura post sexo? —dije sin emoción en mi voz, mirándolo directamente sin intimidarme—. Qué Will me lo hizo tan maravilloso que perdí la cabeza por completo, porque soy así de indulgente, ¿es eso lo que querías decir?

—Bueno, no así de directo —Percy le dio toquecitos a sus labios, que contenían un rictus burlón—. Pero sí. Básicamente eso.

Frank, Hazel, y Leo, me miraron automáticamente alarmados como si fuera a explotar por los próximos cinco segundos. Incluso Will posó una mano sobre mi muslo debajo de la mesa, como si con eso fuera a detenerme. Jason, por otro lado, se quedó mudo en primer lugar, pero rápidamente se recuperó y tomó los hombros de Percy para empezar a zarandearlos juguetonamente.

—¡Vamos, bro, tú realmente no querías decir eso!, ¿verdad? —fingió una risotada alegre, pero sonó como cables chasqueando en el aire con la tensión.

—¡Percy!, eso fue bastante grosero de tu parte, y Will no ha sido nada más que amable con nosotros —interfirió Hazel, adoptando el papel de mujer severa cada vez que alguien metía la pata. Leo y Frank, que estaban sentados a sus costados respectivamente, soltaron un pequeño escalofrío de terror. Luego tuvieron otro cuando, de forma cortés pero impávida, dejó caer su mano sobre la mesa—. Pide perdón ahora mismo.

—¡Perdón, perdón, perdón! —se disculpó inmediatamente Percy, inclinando la cabeza en pos de reverencia, aunque por la sonrisa maliciosa en su rostro, era obvio que no lo hacía en serio—. Mami Hazel, sabes que siempre olvido usar mi tonta cabeza para pensar.

—Y yo no estoy pensando con la cabeza de mi pene, si es lo que tratabas de decir —solté yo, luciendo muy digno.

—¡Nico! —Hazel me pateó debajo de la mesa— ¡No digas pene tan abiertamente en la mesa!

Por unos segundos, hermano y hermana se enfrascaron en una campal pelea de patadas. Leo fue uno de los daños colaterales.

—No tengo nada en contra de Will, de hecho, me cae bastante bien —dijo Percy después de un rato, enviándole un guiño a Will, quien lo contemplaba en silencio—. Solo estoy tratando de proteger los intereses de la banda. Y yo... No lo conozco.

—¡Yo sí lo conozco! —colaboró Leo al instante, alzando la mano cual alumno frente al director. Seguidamente, llevó esa misma mano en puño frente a sus labios, y carraspeó suavemente, adoptando un aire empresarial—. He conocido a Will desde que éramos chamacos, luchando arduamente para terminar con las clandestinas peleas de gallos en nuestro pueblo. También he escrito canciones para la iglesia con Will, ¡y eran verdaderamente asombrosas! Juraría que el Jesús de cerámica en el altar lloraba un poquito siempre que cantábamos. Tiene un gran oído musical. Un amplio vocabulario musical. Creatividad e ingenio para ser un compositor a la altura de Taylor Swift.

>>Cabe mencionar que siempre pondría mi mano al fuego para defenderlo. Will es una persona muy íntegra y honrada, jamás haría algo indebido (no se extiende a Nico en asuntos de la cama), que perjudicaría a la banda. Por lo que, creo firmemente que añadir a Will al equipo, es una decisión bastante acertada e inteligente por parte de nuestro miembro más valioso, Nico di Angelo, mejor conocido como Ghost King, y sombritas emo entre sus amigos presentes.

Leo volvió a carraspear, y asintió reiteradas veces con seriedad. Will, a mi lado, le regaló una sonrisa agradecida. Leo le hizo un gesto de mejores amigos: golpeó su pecho, besó su dedo índice y medio, y finalmente se lo lanzó con un guiño genial.

Hazel, a su lado, daba pequeñas palmaditas alegres.

Soltando un suspiro, devolví mi atención a Percy, quien tenía los ojos entrecerrados con diversión. Y, por primera vez, descubrí que aquel gesto que siempre me había resultado "adorable", ahora me irritaba mucho.

—Yo también lo conozco desde antes. Siendo más específico, en tiempos de secundaria —dije, elevando mi mentón con arrogancia—. Y no, en aquellos días aún no me acostaba con él. Pero sabía esto con seguridad, viéndolo cantar en las obras de teatro del colegio, aún siendo tan joven. Si él no se hubiera mudado a Texas, si hubiese seguido allí... quizás hubiera tenido mi vida.

Estupefacta por mi extraño arrebato de sinceridad, mi hermana soltó un pequeño jadeo y se tapó los labios con la mano. Frank, Leo y Jason lucían igual de atónitos, y asustados, como si alguien me hubiera extirpado el cerebro y puesto otro más benevolente.

Yo también estaba un poco sorprendido de mi propio afán por defender a Will, cuando ni siquiera yo había estado tan convencido al principio. Sin embargo, al virar mi rostro, y atisbar el precioso brillo de cariño en sus ojos azules, ya no me quedó ninguna duda. Esto estaba bien, se lo debía, al fin y al cabo.

—Mmmm —Percy soltó un sonido reflexivo, mientras contemplaba la escena—. ¡Oigan!, no me miren como si fuera el malo del cuento, ¿okay? —Levantó sus manos enfrente de su pecho, y apartó las de Jason de sus hombros—. Solo digo que no deberíamos apresurarnos.

—Percy tiene razón —Era la primera vez que Will hablaba desde que yo lo había hecho, ¡y era para decir semejante estupidez! Sentí ganas de golpearlo en su adorable cabeza rubia. No obstante, él ignoró mi expresión enfadada, y continuó—: Poniéndome en su lugar, yo también pondría un par de quejas si sospecho que uno de los miembros de mi banda, de un día para el otro, metió a un desconocido solo porque folló con él. Y encima, alguien sin ninguna experiencia previa. Percy está en todo su derecho de mostrarse receloso. Y... no me siento ofendido en lo más mínimo —añadió Will, aunque sus palabras salieron algo titubeantes— por sí se lo están preguntando.

Percy soltó una carcajada exultante. Sus ojos soltando pequeñas lagrimitas en las esquinas, no parecía que hace sólo unos minutos hubiera insinuado que Will había manipulado al vocalista gay para entrar en la banda.

—Gracias, Will, mi corazón está en paz gracias a tus palabras —sonrió de forma ladina—. ¿Ven? Él entiende. Como sea, tampoco estaba negándome, chicos. Se exaltaron demasiado pronto mientras sólo estaba tratando de llegar a un acuerdo justo —colocó un dedo índice sobre la mesa—. ¿Qué dicen si primero lo ponemos a prueba? Unos... ¿qué?, ¿dos o tres meses?

—Me parece bien —se apresuró a contestar Will, antes de que pudiera hablar—. Si en dos meses te parece mierda lo que escribo, o lo empeoro todo. Tienes permiso de golpearme y subirme desnudo a YouTube.

—Creo que eso dispararía tu fama aún más rápido que estando con nosotros —señaló Percy sarcástico, pero estiró su mano en su dirección, con un aire desganado—. ¿Tenemos un trato?

Will cuadró los hombros y extendió su propia mano.

—Trato.

Observé, literalmente enfrente de mis narices, a Percy Jackson y a Will Solace estrechar las manos. Mi ex y mi actual pareja. La situación me dejó mudo. Debía confesar que me pareció un poco raro. Quizás demasiado. ¡Muy turbio!

Traté de quitarme la mala sensación moviendo los hombros en gestos circulares. Will le dio un apretón a mi muslo con la mano que todavía seguía allí, y esperaba que permaneciera por un largo rato más.

—De acuerdo —inicié—, ¿alguien más tiene algo que decir?

Hazel y Frank negaron, ambos aún lucían felices por la noticia. Leo dio palmadas de emoción, dejando más que claro su aprobación. Finalmente, miré hacia Jason, pero él estaba más ocupado prestando atención a su guitarrista principal. Formando un puchero enojado, recostó todo el peso de sus brazos sobre el hombro izquierdo de Percy, y empezó una de sus típicas escenas como de novia quejosa frente a él.

—Eso fue malvado, Perce. Pudiste haber empezado desde allí —bufó—. No has cambiado nada desde que éramos adolescentes.

—Sabes que soy más de acciones que de palabras —respondió Percy, golpeando su frente con uno de sus dedos. Jason rodó los ojos.

—¿Qué sí lo sé? Recuerdo perfectamente cómo te burlaste de mí cuando dije que quería unirme a tu banda —volvió a recostarse sobre su silla, pero uno de sus brazos siguió descansando sobre Percy, seguidamente, miró a todos los de la mesa—. ¿Pueden creer que este tipo llegó a dudar de que fuera bueno con la guitarra?

—¡¿Qué?! —exclamó Will, quien había visto y oído en persona las majestuosas habilidades de Jason, y no podía creer que alguien pudiera atreverse a dudar—. Pero si eres uno de los mejores guitarristas rítmicos de tu generación. ¡No te creo!

—¡Créelo! —devolvió Jason con el mismo ímpetu—. Solo después de mostrárselo fui aceptado, ¿verdad?, ¿señor "ver para creer"? —terminó Jason con voz burlona, al tiempo que picaba con un dedo la mejilla de Percy con insistencia—. ¡Luego te dejé con la boca abierta! ¿Tuviste ganas de llorar? ¡Buu, buu, buu!

Percy atrapó su muñeca, y la sostuvo contra la mesa. Quizás eso fue un poquito sexy.

Leo fingió sacar su celular para grabar, diciendo: "Esto va para las fujoshis". Hazel le dio un sape en la cabeza.

—¿Vas a parar alguna vez con eso? —demandó Percy, alzando una ceja.

—Nunca —Jason imitó su ceja altiva— es uno de mis recuerdos favoritos. Sabes que amo cuando tengo la razón.

—¿Ah, sí? —La voz de Percy se volvió baja y peligrosa—. Pues seguro amarás cuando les cuente que te metiste con...

—¡OH MIREN AHÍ VIENE NUESTRA COMIDA! —gritó Jason de forma aguda, mientras un par de camareras, vestidas con shorts y tops demasiado ajustados, empezaban a dejar un montón de platos con distintas comidas para todos, excepto para Will y para mí, ya que habíamos almorzado mucho antes que ellos—. ¡La próxima vez, puedo contarles más sobre mi ingreso a la banda! Ahora, ¡buen provecho!

Acto seguido, engulló su boca con un enorme trozo de salchicha con queso que escurría de la comisura de sus labios. Al mismo tiempo, fingía no darse cuenta de mi mirada recriminadora, pero, podía ver que había empezado a sudar. ¡Maldito pervertido que has hecho ahora! Percy tampoco fue de ayuda, rápidamente se había sumido en una cita pasional con su costilla de vaca bañada en queso cheddar.

—Jason, por favor, modales —lo regañó Hazel, a lo que Jason le respondió con un pulgar arriba. Resignándose, entonces se giró hacia Will—. De nuevo, estoy muy feliz de que te hayas unido con nosotros. Debes saber que es algo sin precedentes. ¡Jamás he oído a mi hermano admitir que alguien es tan bueno como él! Eres un caso excepcional.

—Así es —confirmó Frank, robándose las patatas fritas del plato de Hazel, por lo que se ganó un pequeño golpe en el brazo con su cuchara—. Olvida las palabras de Percy, Will, y confía en ti. Estoy seguro de que nos sorprenderás a todos. Y como Jason, harás que ese arrogante se trague sus propias palabras.

—Te estoy yendo, Sir Panda —bromeó Percy, enviándole un guiño.

Frank se limitó a sacarle el dedo del medio.

Will echó un bajo sonido divertido. Tenía una dulce y pacífica sonrisa que suavizaba el color de sus ojos, hasta adoptar el tono amable del cielo en un día fresco. Quizás me quedé demasiado rato observándolo embobado, porque de pronto, Leo había empezado a tararear la música de Titanic, con lo cual se ganó un dedo medio del mío.

—¡¿Has visto, Willy?! —Me apuntó Leo, indignado—. ¿Dejarás que me trate así? Ahora que ustedes están juntos, tienes que... —súbitamente, sus ojos se abrieron como platos— ¡Es cierto! ¡Tú, maldito traidor! —explotó llamando la atención de todos en el bar—. ¡Ya me enteré! ¡Le dijiste a Nico que era el benefactor del Orfanato y ahora todo el mundo lo sabe! ¡Te dije que era un secreto, idiota!

—Tú eres el idiota —le devolví al instante. Leo se limitó a sacarme la lengua afuera.

—¡Lo siento, lo siento, lo siento! —se disculpó desesperadamente Will, juntando la palma de sus manos delante de su rostro—. ¡Juro que no era mi intención ser un chismoso! ¡Sé me salió en un momento de descuido!, ¡¿verdad que sí, Nico?!

—Nah.

Will pronunció mi nombre en forma de reproche, y luego golpeó mi muslo con su puño. Leo soltó una carcajada, y volvió a hablar:

—Como sea, ya te había perdonado desde hace horas —alzó un hombro de forma despreocupada. Luego, su sonrisa adoptó un brillo sospechosamente pervertido—. Después de todo, gracias a ti, tuve la mejor mañana de mi vida —finalizó, soltando un largo suspiro extasiado que casi soltaba humo rosado de sus fosas nasales y orejas.

Hazel movió su mano de lado a lado, como si estuviera espantando mosquitos delante de su rostro. Inmutable, siguió comiendo sus fideos. Sonreí, el buen humor volvía a embargarme, y de la nada, empecé a reconocer el subidón de energía que me impulsaba a ir a escribir un par de locuras que con suerte, luego se transformarían en algo remotamente decente. Además, tenía a Will de mi lado ahora.

Oh, tenía a Will de mi lado, cierto.

—Bueno, si no hay nada más de que hablar, supongo que Will y yo podemos marcharnos —anuncié, poniéndome en pie al mismo tiempo, con miradas significativas hacia el rubio que ahora me miraba con suspicacia—. Nos adelantaremos. Ah, y... tómense el tiempo que quieran.

Percy fingió toser ruidosamente. A su lado, Jason le golpeó la espalda mientras negaba con la cabeza en forma de reproche. No me importó. Estaba demasiado contento para que las típicas niñerías de Percy me afectaran. Y eso, también era otro gran paso.

—¿Iremos realmente a tu casa? —Me preguntó Will, cuando subimos en el interior de la camioneta.

No contesté, en su lugar, lancé un rápido vistazo a nuestro alrededor. Nos encontrábamos en una esquina bastante escondida en el estacionamiento, con otras dos camionetas detrás de nosotros que servían de pancartas. Un frondoso árbol de mangos nos daba sombra y más secretismo que unas ventanillas polarizadas. Cuando me cercioré de que no había moros en la costa y Will cerraba la puerta de su lado, con un cuidadoso jalón, finalmente me lancé hacia él, cual dementor contra su cara, para robarle más de esa exquisita felicidad que proveían sus labios.

Por suerte, Will no se apartó, y en cambio, me devolvió el beso con el mismo entusiasmo que mi lengua se movía dentro de su boca. Ese gesto, esa respuesta inmediata. Me hizo ver estrellas. ¡Qué bueno era la reciprocidad! ¡Amaba lo mutuo! ¡El deseo correspondido manda!

Will hizo un pequeño sonidito de felicidad contra mis labios, algo tan maravillosamente dulce que hizo retorcer los dedos de mis pies. Rodeé sus pómulos con la palma de mis manos, y controlé en su mayoría los movimientos de su lengua, aunque de vez en cuando, dejaba que investigara cada parte de mí como si fuera un envoltorio con restos de chocolate. De nuevo yo era el instrumento, y Will el músico que me tenía a su merced para hacerme vibrar y explotar en sonidos que no sabía era capaz de formular.

Los dedos de Will hicieron un suave recorrido por mi cuello y siguieron descendiendo hasta que se toparon con el dobladillo de mi camiseta, entonces, se introdujo para acariciar la piel de mi vientre, creando chispas y tirones en mi miembro, que eran placenteros pero también doloroso por la tela de mis bóxers. A sabiendas de su efecto, Will sonrió a través de los besos, y le dio una mordida a mi lado inferior antes de separarse.

—¿Siempre te sales con la tuya? —inquirió, refiriéndose muy probablemente, a la disputa sobre meterlo a la banda.

—Suelo tener mis momentos —respondí honestamente— tuviste suerte de presenciar uno de ellos.

Mi corazón retumbaba frenético en mi pecho, como si estuviera al lado de unos parlantes del escenario, que hacían saltar mi corazón y estómago hasta mi garganta, al ritmo constante de un tambor. Mi cara también se sentía caliente, y esperaba que no se notara mucho a través de mi piel.

Will estiró los brazos hacia adelante, haciendo todo un espectáculo con sus perfectos bíceps. Luego tronó cada uno de sus nudillos, al mismo tiempo que hablaba:

—Bueno, supongo que ahora debemos ponernos manos a la obra. Tienes suerte, después de la charla con tu guitarrista, me siento más inspirado que nunca —sonrió irónicamente—. Por cierto, ¿cómo suelen componer las estrellas del Heavy metal? ¿Enojado? ¿Triste? ¿Depresivo?

—Un poco de enojo y muchos deseos de morir, esa siempre es una mezcla exitosa —respondí, provocando en Will una risa que fue muy placentera de oír.

—Buscaré a mi yo adolescente cuando le empezaban a salir granos dentro de las orejas —sonrió, y entonces, volvió a acercarse para dejar un suave beso sobre mis labios, que por alguna razón, se sintió diferente. Más, cálido. Su voz también había adoptado un tono increíblemente cálido, a través de la alegre incredulidad mientras preguntaba—: ¿Cómo es que terminamos así?

Me encogí de hombros.

—Fue un muy buen sexo —musité, fingiendo indiferencia en tanto arrancaba la camioneta, y Will recostaba su codo sobre la ventanilla.

—Cuando lleguemos, podrías intentar hacérmelo a mí —soltó, con voz casual.

Las cosas estaban empezando a ir bien para mí. Inesperadamente, Leo había tenido razón sobre venir a Texas. Un cambio de ambiente, y conocer a sexys vaqueros, realmente eran la medicina que todo compositor necesitaba para volver a inspirarse en esta difícil y estresante vida donde debías soportar incómodas situaciones con tu ex. A pesar de eso, estaba empezando a sentirme con "esperanza" después de tanto tiempo nadando en una nube negra de depresión y autocompasión. Quizás por fin estaba tomando un buen camino para el porvenir, pensé, mientras conducía con la mano de Will sobre mi muslo en dirección a la casa.

¡Hola, espero que les haya gustado este capítulo! El que sigue es de Jason y Archie, están advertidos. 

¿Creen que Percy fue malo, o fue algo normal?

Me preguntaba, si fueras a reencarnar en una historia de fantasía, o fic, ¿en cuál te gustaría estar?

YO quiero ser Dylan de Sol para que Percy me coja. ejem. 

Bye, byeee ~~~~

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