16 🌞 Rápido, conquístalo o te lo roban.
Él siempre solía sentarse al final de la clase. Era una figura delgada y elegante en la última fila, con la mirada perdida mientras tenía los auriculares puestos. A veces mirando por la ventana, a veces leyendo un libro, o escondiendo su cara dentro de sus brazos entrecruzados sobre la mesa, dormitando. Pero nunca hablando con nadie.
Ese era el Nico adolescente: guapo y solitario.
Y luego estaba yo, siempre en primera fila, siempre intentando buscar y atrapar su mirada. Pero nunca lográndolo, siempre fracasando. Aquí estaba yo de nuevo, sentado lejos de él, mirándolo con anhelo; mientras tenía un montón de amigos hablándome a mi alrededor, y la ropa de escuela me estorbaba en la parte baja de mi cuerpo, por haber pasado horas fantaseando con él. Porque mis hormonas se volvían locas delante de él, y se quedaban hambrientas, cuando este tenía la costumbre de tocarse sus delgados labios con la punta de sus dedos.
¿Qué debo hacer para tenerte?
Desperté violentamente de mi sueño a causa de un chorro de agua potente y helada, derramada sobre mi cara sin reparo. Me incorporé de sopetón, y tosí y escupí agua de mis labios. Sentía que mi nariz ardía, y me sentí caer hacia abajo, hasta que mi trasero encontró una superficie debajo de él para apoyarse. Mi primer pensamiento fue, "¿Dónde rayos estoy?" Y luego, "¿Por qué diantres alguien me tiraría agua?" Después alcé la mirada y lo recordé todo.
De pie delante de mí, al final de las escaleras, se encontraban Leo Valdez y Jason Grace, mirándome con diversión. Excepto que este último, tenía un extraño aire gélido alrededor de sus ojos azules, y su sonrisa era sospechosamente demasiado suave. Cuando agaché la mirada, observé que su mano sostenía una jarra de plástico vacía, dejándome a conocimiento que fue él, Jason, quien había tenido la amabilidad de despertarme.
Pero fue Leo Valdez, quien saludó primero:
—Buenas tardes, mi querido amigo, ¿dormiste bien? — Una punzada de dolor intenso en mi cuello evitó que le contestara, formé una mueca, y automáticamente me llevé una mano detrás de mí nuca para masajear la parte adolorida. —Auch, ponle hielo después— Leo dijo de buen humor, y prosiguió—: Como sea, ¿recuerdas ese lago al que íbamos de niños, Will?, ¿con toda su cascada, y gigantes peces al fondo del agua, dentro de un bosque?
— ¿Siii? — Contesté, frunciendo el entrecejo.
Si bien no había ido allí desde hace años, (por la piscina pública con la que ya contaba el pueblo) todavía tenía un vago recuerdo del lugar del que hablaba Leo. También había sido un lugar tranquilo y agradable donde mi madre y yo íbamos a refugiarnos de la maldad de nuestros vecinos, o a pescar una buena trucha para la cena. Habían sido buenos tiempos, hasta que ella murió, y ya no pude volver, sin sentir que se me estrujaba el alma de dolor por los recuerdos. No sabía si eso había cambiado con el paso de los años.
— ¿Cuántos kilómetros son para llegar? — Leo volvió a preguntar, sacándome de mis cavilaciones.
—Ehh, no lo sé, —titubeé confundido— sólo recuerdo que nos tomaba una o dos horas a pie... Pero nos entretuviamos en el camino así que...
—Comprendo. También recuerdo que había un sendero seguro a lo largo de todo el camino, ¿aún existe?
—Supongo que sí, ¿por qué preguntas?
—Estaba pensando en llevar a la banda allí, —Leo contestó, cruzándose de brazos, con semblante pensativo— es un domingo demasiado caluroso para desaprovecharlo aquí adentro. Y será divertido — me miró con entusiasmo—. Por cierto, hablé con Calipso y ella estuvo de acuerdo con acompañarnos. Solo faltas tú, ¿qué dices?, ¿hacemos senderismo como en los viejos tiempos?
—Ahh... No lo sé,— inicié inseguro— tengo muchas que hacer, ¿sabes?, como eh... — mirar la televisión hasta hartarme—. Limpiar el sótano, y esas cosas...
—Claro que Will irá.
Giré mi cuello al instante, en dirección a la demandante voz de Calipso que provenía detrás de mí. La encontré de pie en la cima de las escaleras, con las puntas de su pelo algo húmedas, (signos inequívocos de que acababa de darse una ducha) y mirándome fijamente con un mensaje implícito en su ceja arqueada de: "TÚ, irás, Will Solace, aunque tenga que arrastrarte".
Antes de que pudiera objetar algo, Calipso añade:
—Es obvio que me acompañará— continuó decidida—: Porque, él no permitiría que una linda chica como yo, vaya a caminar sola con cinco hombres, (todos muy musculosos y altos, por cierto) dentro de un inhóspito bosque, ¿verdad, Will?, porque eso suena muy peligroso.
"Sí suena tan peligroso, ¿para que quieres ir de igual modo, tonta?", quise decir, en su lugar contesté:
—No estarías del todo sola, la hermana de Nico podría hacerte compañía...
"¡Nico!"
Pronunciar su nombre despertó un recuerdo letargo dentro de mi difusa mente de forma automática, e imágenes de nosotros, besándonos en la cocina, inundaron mis pensamientos tan rápidamente; que me pareció que volvía a tener agua dentro de mí nariz que me dificultaba la respiración. ¿Aquello había sido real?, ¿los besos, el roce? O fue todo producto del alcohol utilizando mis más oscuros deseos en mi contra. Porque la idea de haber conseguido besar a Nico, yo, es decir... "YO", era demasiado para mí, sentía que abriría mi mente.
Debía tratar de recordar con calma, pero ahora era imposible. Calipso bajó las escaleras de dos en dos, con prisa, y se colocó de cuclillas cuando hubo llegado junto de mí, para que quedáramos cara a cara esta vez. Mi amiga juntó las palmas de sus manos en un gesto de súplica frente a su rostro, y formó un tierno mohín sobre sus labios, el cual colaboraba con uno de sus típicos y viles chantajes en curso. Yo iba a caer, lo supe antes de oírla hablar.
—Por favor, Will. Nunca hacemos nada divertido en este pueblo olvidado por Dios, pero me sentiré más segura si estás conmigo. Por favor, por favor — suplicó, poniendo ojos de borreguito abandonado.
Solté un quejido exasperado en respuesta, y llevando una de mis manos contra mí cara mojada, me froté uno de mis ojos que ardía aún, por el agua. Seguidamente, miré a Calipso por el rabillo de mi ojo izquierdo, y traté de hacerle entender mediante una mirada significativa sobre mi "poco entusiasmo" a ir a caminar varios kilómetros en un domingo por la tarde. Pero, o bien ella no lo comprendió, o simplemente le importó un bledo mis sentimientos y los pasó por alto; ella siguió mirándome con anhelo en sus ojos, el cual finalmente, derribó mis próximas negativas, como castillos de arena.
—De acuerdo, solo por ti — Calipso me abrazó automáticamente y me dio un beso en la mejilla, y aquello me hizo sonreír. Añadí—: De todos modos, no tengo nada mejor que hacer.
—¡Genial! — soltó Leo vibrante, asustándome un poco, (casi me había olvidado de su presencia)— ¡Adoro la amistad!, ¡ustedes son adorables! — siguió hablando, y acto seguido, se dio la vuelta para volver hacia la cocina—. Ahora, levántate y ven a comer algo antes de irnos, Will. Y pronto, porque Frank está a punto de acabarse todas las salchichas, y también la bandeja debajo de ellas.
Oí un breve farfulleo enojado desde lejos en respuesta, pude identificar que era la voz de Frank replicando contra Leo, sin embargo; no pude entender muy bien lo que decía, sus palabras se entremezclaron con el fanfarroneo de Leo y pronto se enfrascaron en una calurosa conversación, de la cual no pude oír más, porque un minuto después, Calipso volvió a distraerme, al hablar con un ligero tinte entusiasta en la voz.
—Iré a enjuagarme la boca y a utilizar mi dedo como cepillo de dientes—. Informó, dándome un ligero apretón en el hombro a la vez, antes de incorporarse—. Guardame algo para comer, ¿sí?, ¡ya vuelvo!
Ella se fue inmediatamente dicho eso, subiendo por las escaleras con la misma prisa con la que había bajado hace rato, y entonces, devolví mi atención hacia adelante. El tórax se me llenó de frialdad. Ojalá no lo hubiera hecho, u ojalá hubiera acompañado inmediatamente a mi mejor amiga. Porque ahora, el único que quedaba delante de mí parado con los hombros rígidos, era la figura fornida e imponente de Thunder Knight; mirándome fijamente sin una pizca de su habitual calidez en sus rasgos duros de pómulos afilados.
Tragué saliva. Me hubiese gustado estar de pie para estar en "igualdad de altura" enfrente de él, no obstante, algo me decía que permaneciera en mi lugar, quietecito, para oírlo.
—Por tu extraña elección de lugar para dormir, —Jason inició, con una sonrisa tensa— ¿debo suponer entonces, qué no lograste absolutamente, nada, con mi vocalista?
Me sentí como una hormiga implorando para que un humano no lo despedazara. Fue involuntario. Y al mismo tiempo, me decía que no tenía el porqué de sentirme intimidado. Sin embargo, por debajo de esos penetrantes ojos azules, que me juzgaban de forma dura y quisquillosa; lo único que evocaba era una poderosa sensación de inferioridad frente a un monstruo colosal experimentado. Solo podía encogerme y desear hacerme más diminuto para desaparecer. Al final, tragando más saliva, le contesté valientemente:
—¿Un... besito?
Del cual ni siquiera estaba seguro que había sucedido.
—¿Y luego? — Jason presionó con suavidad, e inclinando el mentón de forma "adorable" que resultó más amenazadora que la primera intención.
No tuve el valor para hablar, así que sólo contesté negando con la cabeza firmemente, con un ligero sonrojo de vergüenza que se extendía sobre mis mejillas.
—Comprendo —Jason alzó despectivamente una ceja en mi dirección, y agregó—: Qué decepcionante.
Y dejó caer la jarra de plástico en el suelo en el acto, con un gran estruendo que llamó la atención de todos en la cocina. Thunder Knight me envió una última mirada desdeñosa, y después, alzó la barbilla en alto y se marchó; adentrándose en el pasillo del lado oeste, en donde lo vi desaparecer dentro de una habitación adyacente, cerrando la puerta con un portazo. Solté un suspiro de alivio luego de eso. Feliz de no haber sufrido un infarto.
¡Mierda! Ahora entendía porque Jason Grace siempre trataba de verse tan sonriente y amigable frente a todos, el tipo ponía un semblante mínimamente serio sobre su rostro y daba jodidamente miedo, ¡como si de sus manos podría lanzar rayos! ¿Cómo se vería realmente enojado? Me moví un poco de mi posición sentada y sentí una punzada en mi espalda al instante, auch. Okay, un ratito más sentado, entiendo.
Levanté la mirada. Ahora que ya no tenía los gigantescos pectorales de Jason acaparando mi campo de visión, podía ver hacia la cocina y observar al resto de los miembros de la banda, y a Hazel; almorzar tranquilamente en su respectiva silla delante de la mesa, (excepto Hazel, quien había preferido sustituirla por los muslos de su novio, Frank). Mis ojos vagaron sobre cada uno de ellos; sobre Percy sin camiseta masticando pan, sobre Frank raspando el brazo de su novia con su barba cual lija para hacerla "enojar", hasta que irremediablemente, lo encontré: Nico.
Estaba sentado en la cabecera de la mesa, y solo podía verlo de perfil. Era una figura pálida y delgada en la distancia, sosteniendo una salchicha con un tenedor entre las manos. Y me lo quedé mirando. Nico debió sentir mi pesada mirada, porque al cabo de un rato, su rostro viró ligeramente en mi dirección, y nuestras miradas se encontraron. Sentí que algo golpeaba dentro de mi pecho, como si sus manos invisibles me hubieran dado un puñetazo. Y de pronto, imágenes de él estirando mi pantalón, nuevamente inundaron mi mente.
¿Fue solo un sueño, o...?
La sonrisa que Nico me envió a escondidas, desbarató completamente mis cavilaciones. Su rostro relajado era mejor que el enojado que siempre había conocido. Y sus pestañas seductoramente largas, descendieron unos centímetros, como si estuviera provocándome. Entonces, Nico llevó el pedazo largo de embutido delante de su boca, y le dio un mordisco duro, en la punta.
—Esto está delicioso —Dijo a nadie en particular sobre la mesa.
Y yo, por alguna razón, sentí el impulso de agarrarme mis partes íntimas con las manos, muy protectoramente.
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El bosque a mi alrededor parecía más profundo y peligroso de lo que recordaba. Constaba de una variable vegetación; y un montón de pinos, robles, lakes, entre otras especies que mi escaso conocimiento no podía nombrar. Árboles altos y frondosos, con ramas gruesas y curvadas sobre nuestras cabezas, cuyas hojas apenas dejaban un pequeñísimo hueco para los rayos del sol; mientras que el sendero del cual Leo y yo recordábamos, de vez en cuando desaparecería debajo de nuestros pies a causa de los arbustos o raíces que lo ocultaban.
No era una sorpresa. Si las personas habían dejado de circular por aquí, era normal que la naturaleza volviera a borrar todo rastro de actividad humana en su hábitat. Le correspondía.
Así que Leo debía guiarse de una brújula de vez en cuando para no perdernos, en tanto yo hacía el esfuerzo sobrehumano, de no desfallecer en el camino irregular.
¿Dormir sobre las escaleras?, no se lo recomendaba a nadie, y menos si tenías planeado hacer senderismo al día siguiente. Los músculos de mi espalda gritaban desde hace una hora con cada maldito paso que daba, y ni hablar de mi cuello, este dolía de forma punzante, cuando apenas intentaba girar mi cabeza a un lado, queriendo repentinamente mirar algo hacia a los costados. Me preguntaba también, qué mierda me había dado de beber Leo, anoche; porque aunque no había mencionado la resaca, no significaba que no estaba sintiéndola como un mono con platillos golpeando dentro de mí cráneo.
Me llevé los dedos sobre el puente de la nariz, y empecé a darme un masaje. Calipso, quien había caminado conmigo todo este tiempo, me miró con diversión al notar mi rostro moribundo y preguntó:
—¿Te sientes bien?
—Sí — respondí desganado, y sin ser capaz de formar una sonrisa—. En realidad, no. Estoy en la mierda. ¿Crees que Leo le haya puesto metanfetaminas o alg... ? — Me callé, cuando súbitamente un recuerdo fugaz de Nico aparece en mi mente, negando ese hecho. Empecé a murmurar— Aunque Nico dijo... que las drogas estaban prohibidas en la banda... O eso creo.
Miré a Calipso, ella estaba observándome con picardía, y yo rodé los ojos, ya advirtiendo lo que diría a continuación.
—Uhhh... Así que, tú y Nico, ¿eh? Entonces, ¿pasó algo entre ustedes?, ¿al menos tuviste más suerte que yo con Percy?
Aparté una rama de su camino, ella se agachó un poco, sin dejar de mirarme con expectante emoción.
—Cali, yo no... —dudé, y decidí mejor ser sincero— no lo sé. Mi mente está algo confusa. Es raro. Como si los recuerdos de ayer hubieran sido parte de un sueño.
—Te entiendo— Calipso asiente, dándome algo de tranquilidad—. También me ha pasado. Desde Hazel cantando el karaoke y a partir de allí, tengo la mente en blanco.
Ambos nos quedamos en silencio después de eso, por un breve momento, en el cual rumié bastante sobre ese hecho. Delante de mí, a varios metros, Leo empezaba a quejarse de sus pies con Frank, y exigía un cambio, para ser cargado en lugar de, Hazel, tras su espalda como un koala. Frank parecía a punto de darle negativas violentas con su puño. Detrás de ellos, Jason caminaba flanqueado por Nico y Percy, en cada costado. Mis ojos se detuvieron sobre Nico, sobre su nuca pálida mejor dicho, y luego, descendí hasta aquellas caderas estrellas enfundadas en unas bermudas negras que le quedaban hasta las rodillas.
—¡Oye! — Calipso me llamó, y pensé que me había descubierto mirando a Nico hasta que habló—: No tengo idea de lo que haya ocurrido anoche, pero, ¿no recuerdas de qué hablaste exactamente con Jason ayer? Es que te ha estado mirando un poco... raro últimamente, como... si estuviera decepcionado, o algo así.
Contuve un hipido exaltado, e inquirí agitado:
—¿Tú también lo has notado? — así que no había sido solo mi imaginación, oh. Solté un largo suspiro de alivio—. No lo sé — respondí finalmente, y luego, le susurré cerca del oído—: Tal vez está enojado conmigo, porque no logré cumplir su demanda de follarme a su vocalista, por el bien de la banda.
Recordé tarde, que mi amiga tenía una forma de reacción bastante explosiva.
—¡¿QUÉÉÉÉ?! — Calipso abrió los ojos y la boca desmesuradamente, y acto seguido, se dejó llevar por el patatús que la embargó— ¡¿TE PIDIÓ QUÉ...?!
Le cerré la boca con las manos antes de que continuara, y la miré aterrorizado a causa de su, casi, abismal desliz. Inmediatamente, giré mi cabeza hacia adelante, justo para ver a Jason, Nico y Percy, girarse hacia nosotros, para observarnos con confusión por el arrebato. Me quedé repentinamente estático en mi lugar, y esperé; no sabía qué, pero esperé.
—¿Sucedió algo? —Jason preguntó luego de una pausa incómoda, frunciendo un poco el entrecejo.
Boqueé en pánico.
Calipso quitó mis manos de sus labios inmediatamente.
—Lo siento —Les dijo, forzando una risita nerviosa—. Una serpiente pasó cerca de mis pies, es todo. Casi muero del susto.
Nico alzó una ceja con escepticismo, pero no dijo nada.
—Momento... — Percy soltó, mirando por todas partes a la vez, con una expresión asustada— ¿hay serpientes aquí?
—Claro —Nico rodó los ojos, volviéndose a girar para alcanzar las figuras de Frank, Hazel y Leo, quienes habían tomado bastante distancia ya de nosotros — estamos en un bosque después de todo, genio. Lo normal es que haya también osos.
—MOMENTO... — Vi a Percy ponerse un poco pálido — ¿dijiste osos?
Nico hizo un gesto vago con la mano al aire, sin detenerse. El guitarrista principal se quedó tieso unos segundos en su lugar, echó un último vistazo a su alrededor con miedo, y entonces, corrió a su lado, para empezar una calurosa charla con di Angelo sobre la fauna de Texas. Jason optó por quedarse en la retaguardia un rato más con nosotros, y luego dirigió su mirada eléctrica en mi dirección. Él me lanzó una sonrisa cálida, mientras sus ojos se entrecerraban de forma atemorizante.
¡Ángeles del cielo, sálvenme! Y como si, alguien, me hubiera escuchado; Jason finalmente se dio la vuelta, y empezó a andar para alcanzar a Nico y Percy. Calipso y yo volvimos a caminar, aliviados, y unos minutos después, ella me preguntó, esta vez con voz más comedida:
— ¿Cómo que te pidió que cojas con su vocalista? ¿Estamos hablamos de Nico, no? —yo asentí sin mirarla. —¿Pero cómo pudo ofrecértelo?
—Pues, de la misma forma en que también me ofreció dinero para hacerlo.
— ¡Que descaro! —Cali chilló bajito, se tapó los labios con las manos, y luego las apartó para añadir—: No cabe duda que los chicos de ciudad, son totalmente diferentes a nosotros: Los pobres e ingenuos chicos de campo.
No estaba muy seguro de que ella entraba en esa categoría de pobre e ingenua en lo absoluto, sin embargo, antes de que pudiera replicar algo, Leo Valdez se me adelantó en ese instante, soltando una exorbitante exclamación, cuando vio lo que tenía enfrente de sus ojos.
—¡Pero miren nada más está belleza!, — estiró los brazos, como queriendo agarrar toda la extensión delante de él — luce mejor de lo que recordaba, sin ninguna duda.
Llegué con Calipso unos segundos después y miré lo que Leo veía: Una gigantesca y excepcional cascada de varios metros de altura, con un espacioso lago de agua cristalina abajo, con rocas rodeando la orilla, y árboles de hojas rojas que pintaban el suelo rocoso de aquí para allá, como gotas de pintura. Y Leo tenía razón. Se veía mejor de lo que recordaba, a pesar de que la nostalgia empezaba a causarme una pequeña sensación de quemazón en el interior de mi pecho, parecida a la congoja; la cual traté de ignorar para disfrutar lo máximo posible de este día. Inspiré hondo, y el olor a flores de campo y humedad, inundó mi nariz.
—Aquí es donde mi prima venía a coger en la secundaria —Calipso comentó a mi lado, despreocupadamente.
Observé a Nico a punto de sentarse sobre una roca cerca de la orilla del lago, pero justo cuando lo haría, Leo lo agarró de su antebrazo y lo obligó a seguir de pie, bajo la mirada enfadada y estupefacta de Nico por su atrevimiento.
—¡Ah, ah!, solo un tramo más, di Angelo y luego podrás sentar tu trasero en donde se te pegue la gana — Leo prometió, con un brillo malicioso en la mirada, que advertía que estaba conteniendo difícilmente su lengua viperina frente a Nico.
Por suerte, Leo debió haber recordado que no era bueno tentar a la bestia, con el pueblo tan lejos para acudir a un centro médico, porque pronto lo soltó y seguidamente, nos ordenó a todos seguirle para llegar hasta arriba. "Donde hay mejor vista", había dicho, con una sonrisa gigantesca sobre su faz juvenil. Calipso sin embargo, decidió quedarse abajo, y simplemente me advirtió que no me rompiera el cuello al caer.
Empezamos a escalar una pendiente bastante empinada, de donde no había nada de qué sujetarse, excepto por algunas ramas, raíces, y rocas salientes con musgos de extraña procedencia. Uno más viscosos que otros, que te dejaban la mano con un extraño picor desesperante. Frank tuvo especial cuidado en ayudar a su novia para subir, manteniéndola de la mano todo el tiempo, o posando una mano sobre su cintura como soporte, cual digno caballero. Nico soltaba quejas a lo largo del camino, su ceño jamás se vio más fruncido, y tenía las manos llenas de cortes y rasguños por haberse agarrado mal de una roca filosa.
Al final, no nos tomó más de cuatro minutos alcanzar la cima, sin heridos en el trayecto, (sí es que descartábamos la pequeña herida de Percy, que le causó una avispa en el cuello, el cual ya se estaba hinchando del tamaño de un pequeño tumor). Entonces, admiré lo que la naturaleza me regalaba; un ancho riachuelo de corriente tranquila, y piedras desperdigadas que partían olas delante de mí. No era profundo, tal vez alcanzaba hasta las rodillas, lo que sí era hondo, era el lago de abajo. Estaba seguro que tenían la profundidad de dos Percys y medio. O un Leo tres cuarto, no lo sabía bien.
—Extrañaba este lugar — Leo se acercó a la orilla y agarró agua en la palma de su manos, para mojarse la cara con ella. Inmediatamente, Percy se acercó también e hizo lo mismo, tirando más agua sobre su cabeza—. ¿Alguien se encarga de cuidar este lugar, Will? — se dirigió a mí—. Se ve bastante limpio para estar completamente deshabitado.
—O justamente por esa razón, se ve tan incontaminado — Hazel respondió en mi lugar, recibiendo una botella de agua que su novio le pasaba—. El ser humano destruye todo lo que toca.
—Supongo que sí — contesté en voz baja, mientras un movimiento de mi campo periférico desvió mi atención.
Nico se dejó caer sobre una roca plana que estaba muy cerca de la saliente, debajo de un abeto que daba mucha sombra, dejando salir un pequeño quejido a la vez de sus labios. Sus mejillas estaban ligeramente sonrosadas, y tenía la frente perlada en sudor. Seguidamente, apoyó sus brazos sobre sus muslos y agachó la cabeza, como derrotado. Sus hombros subían y bajaban superficialmente, contrario al resto de nosotros, a Nico parecía faltarle el aire.
Demasiado concentrado estudiándolo, no me di cuenta de la presencia de Hazel a mi lado hasta que la oí hablar.
—No te preocupes por él, — ella me sonrió, con un aire suspicaz— Nico es un sedentario. Nunca ha caminado más de veinte metros, por lo que es normal que esté así.
—Oh, no se me había ocurrido— respondí sorprendido—. Él se ve bastante atlético.
—Es pura fachada para las groupies —Hazel confesó, y soltó una risita maliciosa.
Volví a mirar a Nico, su rostro lucía menos rojo ahora, y poco a poco, su tono blanquecino iba regresando sobre su faz.
—Ten— agaché la mirada, observé desconcertado a Hazel colocar una botella de agua fría sobre mi mano; y me sonrió de forma entusiasta — Llévale esto a mi hermano por mí —me guiñó un ojo, y luego, se dio la vuelta para volver con su pareja.
Me quedé parado, solo, nervioso y confuso. Aquella mirada picarona de Hazel, no había que ser muy listo para comprenderla. ¿Eso significa que tenía su bendición? Como sea, antes de pensarlo demasiado, mis pies ya estaban encaminándose hacía Nico sin ningún plan en mente. Cuando llegué delante de él, encuadré mis hombros y hablé firmemente:
—Ten, agua — quería sonar amable, pero fallé estrepitosamente, había sonado como un mandón. Ya que, estiré el brazo, y esperé incómodamente a que él agarrara la botella.
Nico alzó la cabeza, colocó su mirada sobre mi mano extendida y luego la subió hasta mi rostro. No me acobardó su mirada oscura, porque estaba más ocupado mirando sus labios que otro lado de su cara, (y por primera vez, no de forma lasciva) estos se encontraban visiblemente secos y agrietados por la deshidratación; y piel muerta colgaba de una de sus esquinas como si la hubiera estado estirando durante todo el camino hasta aquí, tratando de quitársela.
—Tu cuerpo está suplicando por agua. Tienes los labios rotos— dije enojado, y volví a acercarle la botella de agua, con mayor firmeza. — Bebe.
Él me envió una sonrisa burlona, pero acató mi orden, aceptando la botella de agua y llevándosela hasta sus labios para beber largos tragos como un camello en el desierto. Sentí que aquello me relajaba, y mis hombros perdieron algo de su rigidez.
—Gracias — Dijo, luego de un rato, dejando la botella cerrada en el césped. Dio una ojeada veloz a mi cuerpo—. Tú no te ves para nada cansado.
—Tengo bastante resistencia. Puedo durar por horas...— ¿por qué dije eso? — hablo de caminar... — ¿para qué lo específicas Will, ahora definitivamente lo mal pensará, ¡idiota! — ¿Hace mucho calor, verdad?
—Bastante — Nico respondió, con voz neutral, y fue lo último que dijo, para después concentrarse en rascarse un lado de su brazo, ignorándome completamente.
Me quedé de pie sin saber exactamente que hacer a continuación. No quería que el silencio incómodo se extendiera entre nosotros pero tampoco sabía sobre qué hablar mientras los segundos empezaban a pesar sobre mi cabeza, causándome ansiedad. Mi mente estaba en blanco, y Nico estaba más ocupado rascándose un lado de su pierna ahora, a la vez que se frotaba el cuello, como para prestarme atención.
Pensé en probar preguntándole algo trivial sobre cómo le había ido en su vida, cuando de pronto, Nico explotó:
—¡Ah, joder!— se miró los brazos con el ceño fruncido— ¡¿Qué mierda me está picando?!
Fue ahí cuando caí en cuenta que la roca en donde se había sentado, estaba llena de hormigas negras que empezaban subir por las pálidas piernas de Nico, hacia sus shorts, y sobre la tela de su camiseta.
—¡Levántate de ahí! Te has sentado sobre un hormiguero — ordené, agarrándolo del brazo bruscamente sin pensar para sacarlo de allí. Nico chocó contra mí pecho, y colocó una mano sobre mi hombro para mantener la distancia. Parecía que iba a decir algo, pero hizo una mueca de dolor, y se miró las piernas.
—¡¿Está en todos lados?! — Nico empezó a sacudirse sus muslos con las manos, y yo me fijé en su espalda, había un montón de hormigas negras como el alquitrán, correteando libremente en sus anchas sobre Nico. Y pronto estarían subiendo por su cuello, si es que no lo habían hecho ya. —¿Qué, hay más?
Apreté la mandíbula enojado.
—Sí. Tienes suerte de que solo sean hormigas, y no un escorpión, o una víbora, o un ciempiés venenoso sin cura, sin antídoto — lo acerqué a mí, estirándolo del brazo— ¡Estarías muerto ahora mismo! ¡Y yo arrastrando tu cadáver por varios kilómetros, apestando a muerte!
—Ahh... — Nico me miró sorprendido, mientras yo seguía despotricando su descuido y zarandeaba la tela de su camiseta con mis manos, para quitar las hormigas; intercalando entre sacudidas y palmadas.
—¿Cómo no te fijas en donde sentarte? ¡Esto es un bosque!, no uno de tus elegantes restaurantes de cinco estrellas de los Ángeles. ¡Hasta las ranas podrían matarte!
De improviso, Nico empezó a reírse cerca de mi oído, y entonces, es que me doy cuenta de lo cerca que estábamos.
—Perdón, mamá — se mofó, y me sonrió de una manera que deslumbraba.
Aquello funcionó para calmarme.
Aparté la mirada, y cambié mis violentos golpeteos, a suaves sacudidas con manos gentiles sobre su espalda. Sentí la mirada de Nico estudiando mi cara, y yo fingí no notarlo. Estábamos demasiado cerca, su cuerpo y su mandíbula las tenía casi rozando contra mi piel. Me olvidé de la existencia del resto. Seguí concentrándome en quitar hormigas, y entonces, mi mirada bajó hasta su trasero. ¿Sería muy atrevido también "sacudir" allí?, es decir, ahí también había hormigas... Muchas. Hormigas. Podría tomarme horas tratando de quitarlas...
— ¿Dormiste bien anoche?— Su voz era satinada al preguntar, y me distrajo brevemente de mi deseo interno.
—Hubiera dormido mejor si "alguien" no me dejaba sobre las escaleras — respondí divertido, tomando el coraje para corresponder su mirada tan de cerca. — ¿Y tú?
—Hubiera dormido mejor si "alguien" no me dejaba empalmado.
Mi mano se detuvo de súbito sobre su espalda baja, suspendida en el aire, mientras sentía mi corazón hacer un vuelco de ciento ochenta grados. Él ladeó la cabeza curioso, esperando mi respuesta.
Me aparté. Retrocedí y me lo quedé mirando sintiéndome acalorado.
—Entonces... ¿Eso no fue un sueño?
—No — Nico me dio una mirada burlona— ¿No bebes mucho, verdad? Sí. Eso fue real.
—Oh.
Nico se quedó esperando por una reacción más de mí parte. Cuando vio que tenía los cables fundidos, y estaba más ocupado luchando por no tener mi propio cortocircuito, decidió darme mi espacio y se dio la vuelta para caminar hacia la orilla del arroyo.
Decir que estaba patidifuso era quedarme corto, estaba enloqueciendo. No podía creer que había besado a Nico di Angelo, a mi crush de la infancia. Era subir a dieciséis escalas más en autoestima y espera... Lo más importante: Nico no se veía disgustado o enojado por ello... >>Lo recordé invitándome a su cuarto<< Pero claro que no estaba enojado, si fue él, el que casi me violó en primer lugar. Motivado por una fuerza mayor, caminé para llegar junto a Nico otra vez.
Lo miré. ¿Y si me arriesgaba?
—Así que... —empecé, Nico se acercó hacia la orilla de la cascada para mironear, y yo lo seguí nervioso— es domingo.
—Ajá.
—Y... ¿No te gustaría...?
— ¿Ajá? —Los ojos de Nico tenían un brillo malévolo.
—Después de esto... — seguí bajito — ¿hacer algo juntos?
Nico me sonrió cálidamente.
—Supongo que...
Entonces Percy apareció como un vendaval a su lado. Lo cogió de las caderas. Se echó a Nico en el hombro como un saco de patatas, y me gritó exultante:
— ¡ROBADOOO!
Acto seguido, Mister tides procedió a correr rapidísimo en dirección al borde de la cascada, y sin duda alguna en sus ojos verdes: saltó. Nico gritó un "HIJO DE PERRA" fuertísimo entre sus brazos, mirándome una última vez con el horror impreso en su rostro, y luego; ambos estaban cayendo en picada hacia el lago, con Nico vociferando más obscenidades en el trayecto, hasta que los dos se hundieron en el agua con un fuerte chapuzón que reverberó por todo el bosque mediante el eco.
Quedé boquiabierto.
—¡ERES UN IDIOTA! — Leo apareció a mi lado, gritando hacia abajo. — ¿Cuánto a que Nico lo ahoga?
No pude responder, aún estaba en shock. Jason se colocó de pie a mi lado, con los brazos cruzados mirando hacia abajo, como yo, a las aguas revoltosos, esperando a que ellos salieran pronto. Lo miré con profunda tristeza.
— ¿Por qué? —le pregunté débilmente, soltando un largo suspiro— Él estaba a punto de acceder a una cita.
Jason me miró con esa mirada de "papá decepcionado" una vez más en el día, y lanzó:
—Por lento — luego se marchó.
Miré hacia abajo, a las figuras de Nico y Percy emerger a la superficie justo a tiempo. Nico estaba soltando más quejas mientras tosía desesperadamente, y se limpiaba los ojos. Percy reía nada más a su lado, con fuertes carcajadas, que no se detenían ni cuando Nico le lanzó agua con una brazada violenta. Percy simplemente imitó su gesto, aún riendo. Y al cabo de un rato, Nico solo le estaba devolviendo la sonrisa a Percy, de una manera; que me hacía sentir cierto tipo de aprehensión dentro de mí pecho.
— ¡Déjame en paz, Jackson! — Gritó Nico, y se rio.
Debía ser más rápido la próxima vez.
Bueno, un capítulo más de rock.
Ahora, voy a responder la duda de una lectora ♡ aquí, para que todos también lo sepan, en caso de que también tengan la misma duda.
Preguntaste: ¿Alguien sabe cuántos años tienen en rock?
-Lo pongo en el capítulo "Libido descontrolado". Nico tiene 24 igual que Will (ambos compartieron escuela), y el resto de los chicos, pues, ahí está. >> Se llevan tres años<< Puedes hacer las cuentas ❤ Son todos hombres jóvenes.
Me sorprende la verdad tu pregunta, ¿Te saltaste ese capítulo?, ¿te saltaste el párrafo?, jajajajaja.
¿Cuando empezó la banda? Eso es espoiler, sorry. Pero no es una pregunta que jamás obtendrá respuesta. Será con su debido tiempo nomas.
Y sobre Will de sol, ya lo dije. Se los quita cuando coge, folla, o hace el delicioso con el nikki jajajja. Tendré que ser redundante al parecer y mencionarlo. Por suerte para ustedes, pronto harán los aplausos del placer 7w7
Es todo. Si tienen dudas o preguntas sobre la historia.
♡ Déjalo aquí, y contestaré tu comentario.
Bye!
Psd: Gracias por hablar cn tu amiga de mis historias ♡₩♡ ¡Gracias por leerme, espero que sigas leyéndome por muchos años más ♡.
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