Capítulo 2.
Akutagawa caminaba entre los callejones de la ciudad, y aunque solo fue un segundo en el que giro su cabeza, logro notar al albino pasar por la calle a dirección contraria, chasqueo la lengua pues odiaba que ni siquiera lo notará, Atsushi era lo que más odiaba – Rashoumon – llamo a su habilidad.
La tela de su ropa se extendió por el callejón, asomándose por la calle, tomo desde la cintura al albino y lo jalo hasta el callejón, dejándolo de sentón en medio de aquel pasillo entre edificios, el albino miro a su atacante, y de primera se sonrojo - ¿A-Akutagawa? – pregunto nervioso
― Jinko, tu
― N-no me ha-hagas nada – pidió nervioso
― ¿ah?
― L-lo de la se-semana pa-pasada – cerró con fuerza sus ojos – ¡no sé por qué usaste a Rashoumon pero eso fue indebido!
― ¿ah?
― Será mejor que te disculpes – dijo levantándose – y no culpes a Rashoumon, él no es como tú – se quejó mientras se iba
― ¿ah?
Akutagawa se había quedado en shock, está vez no sabía que debía decir, el albino había salido del lugar sin que el mafioso pudiese defenderse o decir algo, ¿Qué rayos había pasado?
La semana pasada pasaba por su cabeza una y otra vez, no había visto al agente albino, ni siquiera un día, entonces... ¿Cómo? – Higuchi – le llamo con aquel tono de voz serio
― Digame Akutagawa-sempai
― ¿Qué hice la semana pasada?
― ¿desde el lunes?
― Si
― Comió un desayuno de arroz y pescado frito, después, lavo su cara, entonces fue por el pasillo oeste de la base y
― No me refería a eso, rayos que inútil – se quejo
― ¿Qué información necesita Akutagawa-sempai?
― ¿tuve algún encuentro con Jinko?
― El chico tigre, no Akutagawa-sempai
― Bien – suspiro y miro a la chica quien seguía allí – ¿Qué esperas? Lárgate
― S-si Akutagawa-sempai
Una vez más solo en su área, se acomodó para mirar el techo ¿Qué era lo que había hecho al chico tigre? Incluso le pidió que le diera una disculpa. Akutagawa estaba dentro de un mar de confusión
El día paso y el mafioso termino su jornada, miro al cielo una vez más – Luna llena, mm... - menciono para sí mismo. El azabache comenzó su recorrido llevándose con él, el frio del lugar. Las calles desoladas, la oscuridad en todas partes y solo ligera luz que la luna llena prestaba. ¿Miedo? ¿Es enserio? Narramos sobre Akutagawa Ryunosuke, no temía de nada, ni nadie, quizá Dazai.
Siguió su camino por las calles, solo poca gente a la cual restarle importancia, hasta un callejón, escucho perfectamente un rugir, se detuvo en seco y volteo a ver al callejón - ¿Quién está allí? – Pregunto serio – si no sales, te mataré y aunque salgas, también te mataré. Da la cara y se valiente – dijo serio.
Se sorprendió de ver los filosos ojos amarillos en plena oscuridad, aunque al escucharle rugir le reconoció – Jinko – hablo molesto. Vio al tigre venir, el azabache lo esquivo, estaba cazándole como el buen tigre que era – ok, si está molesto – menciono al ver lo que le costaba esquivar al furioso tigre blanco.
El tigre blanco logró tomar a Akutagawa del brazo, subió por los edificios mientras Rashoumon envolvía al tigre en sus telas, el tigre comenzó a morderlas y quitarse aquella tela como si estuviese dándose un baño, entre ello Akutagawa cayó al suelo, más bien al techo del edificio. Estaba lastimado por las garras del tigre, miro como se acercaba, si moriría, lo haría con honor, pero había algo que le sorprendió. Rashoumon se materializo aun sin haberle llamado, dio una reverencia y el tigre bajo su cabeza para aceptar aquella reverencia, el tigre estaba dispuesto a saltar cuando el azabache lo tomo – Jinko, me dirás que pasa aquí y ahora – dijo serio pero el tigre solo le miro, lamio el rostro del azabache. Akutagawa sintió la lengua más áspera de todas que tuvo un escalofrió que recorrió toda su piel, después de limpiar la baba del tigre este se agacho - ¿quieres que te monte? Solo trae tu forma humana para que pueda matarte – ante ello el tigre gruño – bien – suspiro cansado. – pero te seguiré. – afirmo
El tigre comenzó su camino y el azabache le siguió a su destino, un edificio habitacional, el tigre se había reducido ¿Cómo? Bueno ni Akutagawa lo sabe, parecía un pequeño gato quien entro por una ventana, el azabache le siguió, topándose con el gran tigre una vez más quien se acomodaba a la par de un futon mientras Atsushi dormía – tu... ¿solo eres la habilidad? – Pregunto confundido mientras miraba al tigre - ¿Por qué me trajiste aquí? – pregunto
― Mmhg... - se escuchó a Atsushi quejarse, el tigre se unió al albino una vez más para desaparecer mientras el albino despertaba
― Jinko – le llamo y Atsushi rápidamente abrió sus ojos asustado. Se tapó con el futon sonrojado y lo miro nervioso
― ¡¿Qu-qu-qu-que haces aqu-a-qui de nuevo?!
― ¿de nuevo? – pregunto. – jamás había estado aquí, tu tigre me trajo aquí
― A mí no me vengas con eso, me dormí desde temprano
― Tu no me vengas con eso, no estoy loco, el tigre me trajo y
― Es-espera su-suéltame – pidió el albino
― No te estoy tocando
― Eres un maldito degenerado, como puedes ser tan menti aah – gimió ligeramente con lo último y Akutagawa tapo su boca, ¿Qué estaba ocurriendo? – mmgh... su-suéltame – pedía el albino entre gemidos pero el azabache seguía sin entenderle
― Estás demente – dijo para salir de allí pero Rashoumon fue quien se lo impidió - ¿Rashoumon? – pregunto mientras escuchaba al albino gemir más – espera... - analizo su abrigo, más bien, su tela y pudo captar hilos que iban por el piso escondidos hasta por debajo del futon
― Aah~ de-detente – pedía Atsushi – y-ya no más – gemía
― Rayos ¿Qué diablos? ¡Rashoumon! – llamo con fuerza a su habilidad y miro como los hilos regresaron. Miro al albino sonrojado - ¿Qué sucedió?
― ¿en serio... t-tu no lo haces? – pregunto el albino
― No, ¿Por qué Rashoumon te ataco?
― N-no me ataco – dijo el albino mirando a otro lado – n-no preguntes
― Dímelo – dijo frio y serio mientras se sentaba frente a él - ¿Qué ha pasado contigo y Rashoumon?
Atsushi trago saliva, de verdad... se sentía avergonzado – Ra-Rashoumon m-me acaricia – dijo avergonzado
― ¿ah?
― Deja de preguntar de esa manera, ¡te estoy diciendo que me toca!
― ¿Qué idiote...? – el azabache recordó aquella noche que su abrigo estaba encima de él y no lo traía puesto, peor aún esa mancha blanca que le dificulto tanto quitar - ¿Qué putos carajos? – dijo nervioso, molesto y sorprendido - ¡¿lo hiciste con mi habilidad?! – grito molesto
― No lo hice con tu habilidad, TU habilidad me violo – se quejo
Akutagawa se levantó, estaba harto de escuchar aquello, puso su pie en la base de la ventana, pero en ese momento lo notó, Atsushi había querido una disculpa y fue atacado por el tigre por no hacerlo. Bajo su pie, volteo a verlo. Encontrar a Atsushi de perfil, mordiendo sus labios para no dejar salir ningún sonido y limpiando sus lágrimas con sus manos, su nariz roja, ¿tanto había pasado? Ladeo los ojos ¿Qué le importaba? Era un mafioso pero... el honor de su enemigo había sido manchado por el mismo, eso no era digno.
― Jinko – le llamo haciéndole respingar, el albino no lo miro solo respondió molesto
― ¿no que ya te ibas?
Akutagawa regreso sus pasos, se sentó frente al albino – Rashoumon lo hizo con el tigre – dijo mirando al albino, suspiro y agacho la cabeza – lo lamento Jinko
Atsushi se quedó sorprendido de ello y sin poder evitarlo comenzó a llorar, se agacho entre sus mismas rodillas para continuar llorando, Akutagawa lo tomo a mal, no había hecho nada malo, no se sentía responsable, o bueno... es que él era... Estaba llorando mucho, por su causa, una que quito valor a su honor y eso, también le molesto – lo lamento mucho Jinko, no tenía idea – volvió a decir
― Cállate idiota – dijo Atsushi y lo miro
La sonrisa de Atsushi era amplia, iluminaba el lugar, sus ojos rojos y llenos de lágrimas las cuales caían por las mejillas del albino, sus mejillas y nariz roja por haber llorado, cerro sus ojos de manera cálida, y giro ligeramente la cabeza – Gracias por disculparte Akutagawa – menciono alegre
Akutagawa no pudo evitar sonrojarse, ¿Qué era aquel dolor en su pecho? Una vez más sin poder evitarlo, Rashoumon apareció, aquella cabeza que siempre estaba presente al lado del azabache se acercó a Atsushi y acaricio su mejilla como si está fuese un perro en busca de cariño – ah lo si
― No tienes que disculparte, debió ser duro para ti hacerlo – sonrió y miro a Rashoumon – no me molesto esto, es lindo si solo hace esto
― Rashoumon no es lindo, mi Rashoumon es mortal – se quejo
― Puede ser lindo
― Oh vamos no me vengas con esas
― Incluso ni dejo marca cuando se llevó mi pierna
― ¿en serio?
― En serio, - el azabache miro a Rashoumon – eres bueno Rashoumon – miro al albino – déjame ver
Así fue como ambos chicos terminaron hablando sobre sus habilidades y sus experiencias con cada una de ellas
― ¿te gruño?
― Lo hizo
― Pero el tigre solo le ha gruñido a Dazai-san
― Pues me gruño y lastimo mi brazo, ha contrario de mi Rashoumon tu tigre es un salvaje
― Bueno... es un tigre – dijo bromista – déjame ver
― No
― ¿Por qué no?
― Debo quitarme el abrigo
― Vamos, Rashoumon ahora puede tomar forma natural, ¿no? No pasa nada - sonrió el albino amplio y burlón – ¿o tienes miedo?
― Maldito Jinko, yo te enseñaré – Expreso molesto
El azabache se quitó su abrigo, deshizo su cuello de cascada y se quitó su camisa, el albino pudo notar la tenue y pálida piel del azabache, pero su mirada se fue más allá de lo rojo que estaba su brazo, el tigre le había dejado grandes marcas – eso debe doler – dijo Atsushi – iré por algo para sanarlo
― ¿Qué? ¿de qué estás hablando? – pregunto al ver al albino levantarse – Oi Jinko
― Solo espera, no es gran cosa, Yosano-sensei me enseño – decía mientras tomaba un botiquín - ¿serás bueno y me dejarás hacerlo?
― Solo hazlo
Atsushi se sentó a su lado, del lado del brazo lastimado claro, comenzó por limpiarlo con alcohol y un algodón, el albino era delicado con el azabache, cualquiera que viera aquella escena se conmovería de verlos juntos, y eso fue lo que Akutagawa vio. Tapo su rostro fingiendo toser mientras se dejaba hacer por el albino, Atsushi ponía una crema, untaba y acariciaba con delicadez, - definitivamente esa doctora no debe enseñarle más – pensó el azabache al sentir el cuidado de las manos del albino. Atsushi finalizo por poner un vendaje donde el tigre mordió, sonrió al azabache
― Listo, como nuevo
― Sí, eso veo. Era tu deber al fin y al cabo fue tu habilidad
― ¿así? ¿entonces como curaras mi ano? – pregunto sin darse cuenta
De inmediato, los dos se sonrojaron, Atsushi lo había dicho solo por decir y el azabache había entendido eso pero seguía siendo incomodo, Atsushi se levantó, fue a dejar las cosas que uso en su lugar, y así intentando evitar el tema. Por su lado aun con sus más grandes intentos, no pudo evitar sentir curiosidad - ¿te lastimo? – pregunto el azabache mirando al albino
― No, bueno... al-algo... el tigre me regenero – menciono mientras tragaba saliva
― ¿Cómo lo logro?
― Umh... bueno, ese día yo aam – raspo su garganta – pues había tenido mucho tra-trabajo, estaba cansado y no pude defenderme
― Comprendo... en-entonces... entro allí
― Ca-cállate ni lo digas – se quejó el albino – no era como si pudiera detenerlo, los hilos de Rashoumon solo se adueñaron de mi piel – menciono haciendo al azabache sonrojarse
Hubo un silencio incomodo, Atsushi había terminado de poner todo en su lugar, se había quedado de espaldas al azabache, el mafioso comprendió aquella acción, se levantó, tomo su camisa para comenzar a vestirse, Atsushi se abrazó a sí mismo, estaba nervioso y fue aquello que lo hizo hablar
― creí que eras tu
― ¿eh?
― Y-yo... creí que eras tú... usando tu armadura demoniaca – menciono el albino aun de espaldas
Atsushi suspiro, aquel silencio había sido aún más largo y sin sentido, el agente lo supo, el mafioso seguro se había ido, con la mirada baja junto con su cabeza, se voltio sin esperanzas pero lo único que hizo fue chocar de frente al pecho del azabache (si pecho, estaba con cabeza abajo) – ¿A-Akutagawa? – pregunto confundido
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