Capitulo 34:Beso
Cinco días para el cumpleaños de Bell.
Nos encontramos en las calles de Orario donde cierto albino caminaba con una expresión sería.
Era Bell el cual caminaba a paso lento.
Ya había pasado un día desde su recuperación que tardo una semana y como ese día era domingo decidió ir inmediatamente al calabozo para entrenar.
Sus amigas al ver que se iba de la sede le preguntaron inmediatamente a donde iba pero él simplemente respondió que volvería más tarde ya que iría donde Let y que no se preocuparan, no haría una locura.
Las chicas no quedaron muy contentas ya que no querían dejarlo solo pero también entendieron que necesitaba despejar algo su mente, al menos si estaba en la ciudad no estaría solo ya que había mucha gente alrededor.
Y Bell no mintió sobre ello, de verdad iría a la forja de Let, su diosa le había dicho hace unos días que Let tenía su espada rota y que cuando se recuperara fuera inmediatamente a su forja ya que quería hablarle de unas cosas importantes de su espada.
Así que iría allí y después de recuperar su espada iría al calabozo a entrenar, tenía que ser más fuerte si quería aplastar a Sava.
Bell solo observo de reojo como algunas personas hacían sus cosas asustadas y nerviosas, a pesar que ya había pasado una semana de la masacre del distrito rojo la gente aún tenía miedo y no los culpaba, la cantidad de muertos era absurda, incluso el se sorprendió y enojo cuando Astrea le dio la cantidad exacta.
—tengo que aumentar más mi entrenamiento —pensó seriamente—. Pero será difícil, si tan solo existiera una forma de ser más fuerte más rápido.
Lastimosamente eso no existía, hay gente que mejoraba más lento y otras más rápido, afortunadamente el era de los que mejoraba rápido ya que no cualquier persona llegaba a nivel cuatro fuera de la ciudad pero aun así el lo sentía lento.
Estaba cerca de ser un nivel cuatro a finales de camino, estaba seguro que si entrenaba mucho en las próximas semanas llegaría a nivel cinco.
Solo esperaba que con ese nivel tuviera más oportunidad de hacerle frente a sus enemigos.
Y entre todos esos pensamientos Bell por fin llegó a la forja de su amigo y tocó dos veces.
Segundos después la puerta fue abierta por Let el cual se alegro al verlo.
—¡Bell! Me alegra verte ya curado, adelante pasa —dijo dándole paso al albino el cual entró a la forja.
Como siempre al entrar vio al fondo al pequeño Welf martillando con fuerza unas armas que estaba fabricando pero se detuvo al ver al albino dejando lo que estaba haciendo y acercarse.
—hola chicos —saludo Bell tranquilamente.
—¿Cómo estás viejo? ¿Ya te recuperaste de tus heridas? —pregunto Let preocupado.
—si, fue una semana larga pero ya estoy recuperado —respondio moviendo su brazo ya no sintiendo ningún tipo de dolor.
—supe lo que sucedió esa noche, de verdad lo siento —se disculpo Welf triste por su amigo.
—no te preocupes.......mi debilidad causó todo eso —susurro con la mirada baja.
—....
—....
—ejem, dejando eso de lado me alegra verte recuperado —dijo Let cambiando de tema.
—gracias Let —agradeció el albino—. Si no hubieras llegado en ese momento Haruhime estuviera muerta.
—¿Haruhime? —pregunto extrañado.
—.......es la única niña que sobrevivió de todos los niños —susurro bajando la mirada con frustración.
—oh ella, de nada aunque yo no sabia, yo solo quería salvar a un amigo aunque el aura de ese tipo es aterradora, por un momento vi mi muerte al ver sus ojos —dijo Let con un escalofrío en su espalda—. De verdad que es fuerte, mi Big bang no lo daño.
—suena como un tipo peligroso —susurro Welf.
—es muy fuerte, se nota que es parte del tiempo en que aún existía la familia Hera y Zeus —susurro Bell con enojo—. Maldito bastardo.
—vamos Bell cálmate, siento que me darás un puñetazo si sigues con esa expresión —pidió Let con una sonrisa nerviosa.
—perdón —se disculpo reteniendo su enojo—. Por cierto ¿Y mi espada?.
—¡Oh! Aquí esta.
Let camino hacia un mueble y trajo con él la espada envuelta en una manta y mostrarsela a Bell.
El albino al ver el arma que le regalo su preciada maestra hecha pedazos le dolió el corazón y recordando con enojo como Sava mato a los niños con esa arma.
—lo siento Bell, intente repararla pero es imposible para mi, no tengo las habilidades para trabajar con un material tan bueno, solo lo voy a estropear.
—¿Hay alguna otra manera?.
—bueno, podrías ir con un herrero más experto pero ellos fundirian todo el material y la crearían desde cero pero no te lo recomiendo.
—¿Porque?.
—son mis compañeros de familia y los conozco y se que aprovecharan la oportunidad, no todos los días trabajan con un material tan bueno como este, lo que harán ellos es tomar una parte de la espada y guardarla para ellos para fabricar otra arma y venderla a un buen precio, el resto de la espada la fundiran con otro material y crear tú espada pero dado que lo juntaron con un material más débil no será la misma espada, será una más débil. En pocas palabras te van a estafar.
—entiendo —susurro Bell frustrado.
—se que es un regalo de tú maestra así que mejor te recomiendo que la guardes como un tesoro, es lo mejor que puedes hacer o será arruinada por los herreros estafadores.
—gracias por el consejo Let, creo que es lo mejor —dijo resignado volviendo a tapar su espada rota y guardarla en la mochila que llevaba con él.
Se sentía frustrado y triste por no volver a utilizar la espada de su preciada maestra pero era un precio por su debilidad.
—la espada que te prometí aún no la tengo lista, lo siento —se disculpo—. Pero he tenido muchos encargos de armas y demás que no me ha dado tiempo a terminarla.
—tranquilo, lo entiendo.
—pero no te preocupes, estoy seguro que la próxima semana ya la tendré lista sin falta —prometió levanto el pulgar—. ¿Quieres que te preste alguna espada mientras tanto?.
—no es necesario —se negó Bell mostrando su daga—. Aún tengo mi daga la cual es más que suficiente.
—es cierto, ese material que te regalo tú amiga es muy resistente, esa daga es una de mis mejores creaciones.
—Neze siempre está ayudándome —susurro recordando que ella le dio el material para fabricarla.
—¿Y ahora que harás? —pregunto Welf curioso.
—iré al calabozo a entrenar, tengo que ser más fuerte —respondio poniendose de pie.
—¿Tú solo? No es muy recomendable que vayas al calabozo tú solo en estos tiempos, puede ser peligroso —aconsejo Let.
—da igual, si no lo hago jamás seré fuerte —dijo caminando hacia la salida.
—parece que es testarudo —dijo Welf mientras Let soltaba un suspiro cansado.
—espera Bell —hablo el chico haciendo que el albino se detuviera—. Entiendo tú enojo y tú deseo de ser más fuerte pero no hagas una tontería.
Bell solo se quedó en silencio escuchando las palabras de Let.
—no se si es correcto que diga esto pero esa noche algunas de tus amigas lloraron al verte en ese estado —dijo Let haciendo que Bell bajara la mirada—. Si de verdad las quieres no hagas algo que las vaya a preocupar más, piensa en las personas que te aprecian y en las consecuencias de tus actos.
—últimamente se han visto miembros de Evilus en el calabozo con esa elfa que dicen que es una fundara, será demasiado peligroso si vas solo —agrego Welf.
—pero si quieres ir hazlo, no soy más que un amigo así que no puedo detenerte —dijo Let dándole unas palmaditas en la espalda—. Si quieres ser más fuerte entrena con tú familia, es mucho más efectivo entrenar con otros aventureros que ir al calabozo aunque solo es un consejo, piensa en ello.
Bell simplemente levantó la mano sin voltear a verlos y se despidió saliendo de la forja.
—¿Crees que vaya al calabozo? —pregunto Welf.
—espero que no, tengo fe que pensara mejor las cosas y tomara una mejor decisión —respondio cruzándose de brazos.
—bueno, entonces seguiré con mi trabajo.
—por cierto, muchas gracias —agradeció Let a Welf.
—¿Porque?.
—¿Crees que no lo se? Se que fuiste de niñito chismoso a decirles a las chicas que Bell y yo fuimos al distrito del placer.
—eso fue porque se burlaron de mi.
—jajaja pues te salio mal ya que si no fuera por ellas estuviera muerto, indirectamente salvaste mi vida.
—para que veas, yo ya sospechaba que algo malo iba a pasar así que fui con esa excusa para que fueron a ayudarlos —hablo el pelirrojo orgulloso.
—pequeño renacuajo mentiroso, solo querías que ellas nos dieran una paliza.
—ugh.
Volviendo con Bell.
Este caminaba a paso lento por las calles de Orario dudando en que hacer.
Let tenía razón, por más que quisiera acabar con Evilus en su nivel actual le era imposible y por lo visto esa elfa llamada Lilith vagaba por el calabozo, no sabía que tan fuerte era pero si era amiga de Sava entonces ha de ser también muy fuerte.
—¿Que hago? —pensó Bell deteniéndose y observar la calle la cual a pesar que estaba algo llena la gente no hablaba, simplemente caminaban directamente a hacer sus cosas, por lo visto no querían estar mucho tiempo en la calle.
Como dijo Let sería más efectivo entrenar con sus amigas que luchar con monstruos pero no quería molestarlas en su día de descanso, habían trabajado mucho en la semana que el se estaba recuperando.
—da igual, iré al calabozo —pensó dirigiéndose hacia Babel.
Pero antes de que caminara un metro una voz a sus espaldas lo detuvo.
—Bell.
El albino al escuchar su nombre por una voz femenina ya conocida para él se dio la vuelta para verla.
Era Ardee.
—h‐hol.....
Pero Bell ni siquiera pudo terminar su saludo cuando la chica corrió hacia él y le dio un fuerte abrazo sorprendiendolo.
—¿A‐Ardee?.
—me alegra verte —susurro la chica sin dejar de abrazarlo—. Perdón por no ir a visitarte cuando estabas en recuperación, quería ir pero tenia demasiado trabajo.
—no te disculpes, Ryuu-san me explico todo así que te entiendo aunque no niego que me hubiera gustado verte —dijo Bell sinceramente haciendo que Ardee se sonrojara un poco.
Lentamente la chica se separo del abrazo y lo volteo a ver a los ojos.
—¿C‐Cómo estás? —pregunto tomando el brazo de Bell y acariciarlo suavemente—. ¿Aún te duele?.
—no, ya estoy completamente curado, ya puedo moverlos con normalidad —respondio haciendo que Ardee soltara un suspiro de alivio.
—cuando me enteré en el estado grave en el que estabas de verdad me preocupe, me alegra verte recuperado —dijo con una bella sonrisa, sonrisa que calmaba a Bell—. ¿Ibas a alguna parte?.
—al calabozo —respondio apartando la mirada.
Ardee al escuchar su respuesta puso una expresión preocupada.
—¿Al calabozo? Ir solo a ese lugar es muy peligroso, los aventureros ya casi no hacen exploraciones, solo las familias grandes cuando es investigación —explico no queriendo que Bell fuera alli—. Evilus está rondando por esos lugares, una persona sola es presa fácil.
—lo se pero..... —susurro Bell frustrado.
—aparte que tienes poco tiempo de haberte recuperado, tú cuerpo a perdido práctica, si vas al calabozo serás muy vulnerable, tus movimientos serán lentos.
Bell bajo la mirada mucho más frustrado sabiendo que Ardee tenía razón, apesar que tenia su cuerpo recuperado es verdad que lo sentía lento y entumecido por haber estado en reposo por una semana completa.
Esa lentitud y torpeza lo perjudicaría si sucedia algo haya abajo.
—mejor sígueme.
Con una pequeña sonrisa Ardee tomó la mano de Bell el cual se puso un poco nervioso.
—¿A‐A Dónde?.
—a un campo abierto.
Y sin soltarlo de la mano Ardee empezó a caminar guiando a Bell por las calles de Orario él cual solo se dejaba guiar viendo el rostro sonriente que tenía.
Después de caminar por unos minutos llegaron a un campo abierto tal y como lo había dicho, se habían alejado un poco de la ciudad estando en ese campo con césped y unos cuantos árboles a los alrededores.
—puedes dejar tu mochila bajo ese árbol —señaló Ardee mientras hacía unos cuantos estiramientos.
—claro.
Aun un poco extrañado Bell dejo su mochila bajo el árbol y se acercó a su amiga.
—¿Que haremos? —pregunto curioso.
—entrenar —dijo sonriente sacando su espada.
—¿Entrenar?.
—sip, tienes que entrenar si quieres volver al calabozo, de esa manera tú cuerpo no estará muy lento.
—n‐no lo se —susurro Bell viendo su daga.
Tenía miedo de lastimar a Ardee con su daga, sabía que solo sería un entrenamiento pero incluso en los entrenamientos habían accidentes, no quería que eso pasara, por esa razón entrenaban con armas de madera en la sede.
—me subestimas Bell, no soy débil —dijo apuntándole con su espada—. Solo será un entrenamiento así que no te preocupes.
—p‐pero.....
Ardee ni siquiera lo dejo hablar cuando se lanzo a él y lo atacó con su espada obligandolo a que se defendiera rápidamente con su daga.
—¡Bien! Parece que tus reflejos están igual —felicito la chica.
—Ardee no creo que sea buena idea —dijo Bell nervioso.
—¡Vamos! Sigamos.
Y haciendo uso de sus habilidades Ardee empezó a atacar al nervioso Bell el cual bloqueaba los ataques de la chica como podía.
—tiene más fuerza que antes —pensó Bell sorprendido al bloquear sus ataque.
—he entrenado mucho —dijo Ardee dando unos pasos hacia atras—. Desde los sucesos de la carcel me he esforzado para seguir adelante y ser de utilidad para mi hermana.
Y nuevamente se lanzo al ataque lanzando una rápida ráfaga de ataques obligando a Bell retroceder.
—probablemente hubiera hecho alguna tontería pero no lo hice ¿Sabes porque?.
Bell solo abrió los ojos con sorpresa al bloquear uno de los ataques de su amiga la cual causó una pequeña ráfaga de viento.
—porque tú estuviste conmigo —susurro con una bella sonrisa sorprendiendo a Bell—. Estuviste conmigo en el hospital cuando me estaba hundiendo en depresión, no me dejaste sola y me animaste a seguir adelante, fue por esa razón que decidí mejorar mucho mas y no hacer alguna estupidez.
—Ardee.
—y por esa razón no te dejare solo Bell, no permitiré que te hundas en depresión como me iba a suceder a mí y tampoco permitiré que vayas al calabozo solo, lo prometimos, prometimos que nos haríamos fuertes juntos por esta ciudad.
Bell nuevamente abrió los ojos con sorpresa al escuchar esas palabras, esa promesa que hizo con Ardee en el hospital.
—y si aun sigues de testarudo queriendo ir al calabozo entonces tendrás que derrotarme en este entrenamiento, si te sucede algo malo al hacer algo imprudente muchas personas estarán tristes.....y yo seré una de ellas.
Y con eso dicho Ardee empezó a atacar con rapidez a Bell el cual se defendía aún pensando en las palabras que le acababa de decir su amiga, unas palabras las cuales le habían causado mucho impacto.
—jeje ¿Que pasa? —pregunto con una sonrisa al ver la expresión del albino—. Si te he ofendido pues no me importa, puedes enojarte conmigo por no dejar que hagas alguna locura pero me da igual, no me iré de tú lado aunque no quieras que este contigo.
—Ardee —susurro Bell viendo la bella sonrisa de su amiga—. Yo.....yo......
Bell iba a decir algo pero mejor decidió quedarse callado y ver su daga.
Y segundos después volvió a ver a Ardee solo que esta vez con una mirada distinta.
Y sin decirle nada empezó a atacar por primera vez desde que comenzó ese duelo amistoso haciendo que Ardee empezara a retroceder.
—o‐oye espera —pidió Ardee pasando ahora ella a la defensiva.
Iba a decir algo más pero al ver la mirada de Bell decidió quedarse callada y sonreír.
—bien, entonces sigamos.
Ambos chocaban sus armas con algo de fuerza desplazándose por todo ese campo abierto donde Ardee demostró que había entrenado mucho en ese tiempo.
En un rapido movimiento Ardee le dio una patada a una de las piernas del albino haciendo que este perdiera un poco el equilibrio.
—eso es trampa —se quejo Bell empezando a sentir una extraña emoción dentro de él.
—jeje ganar es ganar —rio la chica volviendo a tener ese intercambio de ataques.
A pesar de que no lo decían era más que claro que ambos estaban disfrutando de esa pelea amistosa haciendo que Ardee empezara a sentirse feliz al ver la mirada de Bell.
—Bell yo siempre estaré contigo.....y‐yo —pensó Ardee viendo el rostro de Bell mientras chocaban sus armas viendo como un brillo había aparecido en los ojos del albino haciendo que la felicidad aumentara en el rostro de la chica—. Yo.....
—¿Eh?.
Para confusión de Bell, Ardee soltó su espada pensando que se había rendido.
Pero al instante corrió hacia él tomándolo por sorpresa.
—e‐espera.
Y soltando su daga para no dañar accidentalmente a Ardee se preparo para la pelea cuerpo a cuerpo.
Pero en vez de eso ella solo se lanzo hacia él obligando a que ambos cayeran hacia atrás con Bell con su espalda en el suelo y Ardee encima de él con ambos brazos en el suelo impidiendo que sus cuerpos se juntaran.
—jeje —río Ardee.
—jaja ¿Que fue eso? —pregunto Bell soltando un pequeña risa por ese extraño movimiento de ataque.
—....si....
—¿Uh?.
El corazón de Bell se aceleró un poco al ver la hermosa sonrisa que había aparecido en el rostro de Ardee aún en la misma posición.
—me gustas mucho más cuando sonries.......ese es él Bell que me gusta —susurro acariciando la mejilla del albino.
—A‐Ardee —susurro Bell un poco nervioso por el actuar de su amiga recordando que el también le dijo esas palabras en el pasado cuando vio su rostro por primera vez.
Poco a poco Ardee fue dejando caer su cuerpo acercándose más al rostro del albino el cual empezaba a sentirse más nervioso.
—......lo que más me gusta de tí es tú sonrisa...... —volvió a susurrar Ardee a unos cuantos centímetros del rostro de Bell—. Jeje miento.......me gusta todo de tí.
—o‐oye que.....
Pero Bell ni siquiera pudo hablar abriendo los ojos en shock al sentir como los labios de Ardee se unieron con los de él en un dulce e inexperto beso haciendo que algo dentro de el explotara, una explosion de sentimientos.
No pudo hacer nada más que quedarse congelado mientras sus labios seguían unidos aún no creyendo que eso estuviera sucediendo, lo único que podía sentir era la suavidad de los labios de la chica la cual no daba señales de querer separarse.
A lo lejos una chica vio esa escena de Ardee besando a Bell haciendo que frunciera un poco el ceño.
Se quedó de pie unos segundos viéndolos para después bajar la mirada, darse la vuelta e irse de allí sin que ninguno de los dos la notarán.
Pasaron los segundos hasta que Ardee al fin decidió separarse viendo fijamente a Bell el cual seguía en shock.
Lentamente Ardee se quito encima de Bell y se sento en el césped apartando la mirada sonrojada.
—p‐perdón, no pude evitarlo —se disculpo.
Mientras Bell como pudo se sento también en el césped viendo sorprendido a Ardee.
—e‐escucha, no quiero verte deprimido —susurro viendo a Bell aún sonrojada—. E‐Eres importante para mí, muy importante y por esa razón no quiero que vayas solo al calabozo, n‐no soportaría si te llegara a suceder algo otra vez.....p‐por eso hice esto del entrenamiento, p‐para evitar que fueras a ese lugar.
—......A‐Ardee......
Rápidamente la chica se puso de pie y limpio un poco su traje tomando rápidamente su espada y colocarla en su cintura.
—p‐por cierto, me hace feliz verte sonreír —susurro apenada—. No quiero verte triste otra vez......a‐adiós.....
Y dándose la vuelta Ardee intento huir del lugar pero Bell la tomó de la mano impidiendo que se fuera.
—¡Espera! —pidió viendo a la sonrojada chica—. T‐Tú....¿Porque....?.
—¿Porque te besé? —termino la pregunta viendo con timidez a Bell.
El albino asintió levemente aún no creyendo que se haya besado con ella.
—¿No es obvio? Porque me gustas —susurro apenada.
—y‐yo.....
—¡Pero olvídalo! —pidió rápidamente haciendo que Bell tuviera una gotita estilo anime—. N‐No planeaba confesarme p‐pero cuando estuvimos cerca n‐no pude evitar b‐besarte......
Ambos se sonrojaron al recordar el beso recién.
—e‐esta confesión esta incompleta así que borrala de tu mente —pidió avergonzada—. C‐Cuando derrotemos a Evilus y haya paz en la ciudad me confesaré otra vez, t‐te diré todo lo que siento, no ocultare nada —susurro.
—p‐pero ya te confesaste.
—¡Por eso quiero que lo olvides! L‐Lo hice por impulso, t‐tenia planeado algo más romántico no en medio de un entrenamiento —explico apenada.
—.....
—¡Aaaaah! Esto no tenía que terminar así —dijo sintiéndose cada vez más nerviosa.
Jamás pensó confesarse a Bell, solo quería animarlo pero cuando quedaron cara a cara y el albino sonrió no pudo evitar decir todo eso y besarlo, había estado ocultando sus sentimientos por mucho tiempo que simplemente no pudo retenerlos más.
—n‐no me respondas, mi próxima confesión será mejor....adiós.....
Y con ese susurro Ardee salio corriendo del lugar dejando solo al albino en shock.
Pero cuando ya estuvo unos metros lejos Ardee se detuvo y lo volteo a ver aún sonrojada.
Lentamente empezó a caminar otra vez hacia él hasta estar frente a frente.
—.....solo una vez más.....
—¿Que?.
Y otra vez no tuvo tiempo de asimilar nada cuando Ardee lo volvió a besar por segunda ocasión dejándolo congelado.
Después de cinco segundos se separo apartando la mirada.
—y‐ya termine......adiós......y n‐no hagas locuras, s‐si quieres desahogarte con alguien yo siempre estaré para ti.
Y ahora si se dio la vuelta y salió corriendo del lugar dejando otra vez solo al sorprendido Bell no creyendo que haya besado a Ardee dos veces, bueno, ella lo beso.
Lentamente llevo su mano a sus labios recordando la suavidad y la dulzura de los labios de Ardee aún asimilando todo.
Era tanta información que a penas podía procesarla pero cuando al fin lo hizo pudo decir esas palabras.
—le gusto a Ardee —susurro no pudiendo creerlo—. L‐Le gusto a Ardee.
Mientras la Varma menor corrió hacia su sede completamente sonrojada por lo atrevida que fue al hacer eso.
—no puedo creer que lo haya besado —pensó roja de la vergüenza —. ¡Aaaah soy una tonta!.
Por días estuvo pensando como confesarse a Bell cuando derrotaran a Evilus, había veces que antes de dormir escribía en una hoja las posibles confesiones de amor y decidir cual le gustaba más.
Pero al final nada de eso funcióno y sus impulsos terminaron ganando diciendo lo primero que se le vino a la mente cuando lo vio sonreír.
—tonto corazón —pensó dejando de correr y caminar a paso lento al ya estar cerca de su sede—. Será incómodo la próxima vez que lo mire......soy una tonta.
Mientras Bell caminaba a paso lento a su sede, después de esos sucesos ya no quería ir al calabozo, no estando así de distraído, lo mejor sería entrenar en su sede probablemente Neze o Iska se ofrecerían a entrenar con él.
—me beso —pensó Bell recordando esos sucesos—. Sus labios son suaves.
Un pequeño sonrojo apareció en el rostro de Bell aún no pudiendo creerlo pero una extraña felicidad aparecía en su corazón al pensar en ello.
Era raro.
Después de eso vio su daga recordando la platica que tuvo con ella.
Aun tenia su gran deseo de ser fuerte para matar a Sava pero.....Ardee al igual que Let tenían razón, no haría una locura solo por ser fuerte y preocupar a las personas que quería, entrenaria con las chicas para seguir mejorando y vencer juntos a Evilus.
También se sentía triste por las muertes de esos niños, era algo que aún le seguía afectando pero no estaba solo, tenía a su lado gente que lo quería y siempre lo apoyaría, tenía que seguir adelante por el bien de todos.
—gracias Ardee —susurro sintiendo una calidez al pensar en ella.
Pero aun quedaba el otro problema aunque no lo consideraba así, más bien le causaba una gran confusión de sentimientos en su corazón.
La confesión de Ardee.
—¿Que hago? —pensó llevando su mano a su corazón el cual latía suavemente—. .....Ardee......
Y con ese susurro Bell llego a su sede y entro a su hogar para platicar con las chicas ya con un poco más de tranquilidad dentro de él.
Mientras apoyada en la ventana de su habitación una chica observo como Bell entró a la sede notando como su mirada no estaba tan deprimida como cuando se fue.
Después recordó el beso que vio en el parque, como Ardee había besado a Bell sin dudar haciendo que frunciera el ceño celosa.
—tsk —y con ese chasquido de lengua dejo de apoyarse en su ventana e ir a dar una vuelta por la sede.
Probablemente en los próximos dias algunas chicas ya no querrán seguir ocultando sus sentimientos de Bell algo que dejara al albino con más dudas en su corazón.
===Fin del capítulo===
Bueno aquí termina el capítulo de hoy espero que les haya gustado si es así voten y comenten que les pareció ya que eso me motiva a seguir escribiendo.
Sin más que decir me despido adiós cuídense y no tomen drogas.
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