☀️ ፧ 𝘁𝗿𝗲𝗰𝗲 • ✦⁾

✦ #13 — ɢᴏɴᴇ ᴅᴀʏs
  ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴

—¿Ya me vas a decir qué pasó?

Jay le seguía rogando a Jungwon en el transcurso en que se dirigían hasta el hospital. Beomgyu le había enviado la ubicación, y los dos habían tomado un taxi hasta dicho lugar.

Jungwon rodó los ojos, también era un tema sensible para él—. Sunoo tiene amnesia, tuvo una crisis hace un rato.

Jay procesaba la información.

Si bien no era tanto, y era algo fácil de pasar y pensar, pero dado que venía del mejor amigo de su... algo, pensaba que podría ser algo difícil de poder llevar.

—Pero dí algo —Jungwon trataba de llamar la atención de Jay.

—Es que no sé qué decir —respondió con lo que primero le pasó por la mente, Jungwon le miró mal, apartando la vista y dándose cuenta de que estaban por llegar.

El resto del camino fue en silencio.

Principalmente el menor, no habló porque mentalmente estaba preocupándose por su mejor amigo, de lo que pudiera o no recordar.

Jay por su lado, trataba de juntar palabras de apoyo a Jungwon, y seguramente Beomgyu.

Quien se imaginaba había estado solo un buen rato cuidando de Sunoo.

Cuando el taxista se estacionó frente a las puertas de emergencias, rápidamente Jungwon le dió el dinero, y se bajó junto a Jay del auto.

Caminaba bastante rápido, y Jay básicamente trotaba detrás de él.

—Jungwon —le llamó el pelinegro, y él se dió la vuelta—. Lo siento.

El menor hizo una mueca, y levantó sus cejas, como preguntando el por qué de sus disculpas.

—Por no haber dicho nada —Jay se acercó y lo atrapó entre sus brazos, rodeándolo y sobando su espalda, tratando de darle tranquilidad—. Sé que te molestaste, sólo no supe qué decir, pero todo estará bien, lo verás.

A lo último lo tomó de sus hombros, viéndole a sus ojos. 

El menor no decía nada, quizá pudo haberse molestado, pero no era para tanto.

Al no decir nada, el mayor le habló, viéndole a los ojos, y tomándole de las manos.

—Perdóname, hoyuelitos.

Al menor le brillaron mucho más los orbes claros cuando le llamó así, aunque no era la primera vez, amaba ese apodo con el que Jay le había bautizado, y sonrió asintiendo.

Jay dejó un beso en su hoyuelo como agradecimiento, para luego tomarle la mano y caminar hasta donde Beomgyu dijo que se encontraba.

Que para suerte no era tan lejos.

Después de caminar unos cuantos metros más, vieron a Beomgyu.

Estaba sentado en una de las bancas, solo. Sus manos tapaban su cara y su pierna izquierda no dejaba de moverse, inquieta.

Pero antes de acercarse más a él, otro chico también se le acercó.

Por su mente jamás pasó que Soobin estuviera acompañando a Beomgyu, aunque no sería nada extraño que éste le hubiera llamado por apoyo.

Continuaron caminando más rápido, llegando al lado del rubio y su acompañante.

Cuando Jungwon y Beomgyu se vieron, automáticamente se abrazaron, dándose un poco de paz por lo que estaba sucediendo.

—¿Cómo está? —preguntó rompiendo el abrazo.

—Está bien, consciente —Jungwon suspiró aliviado—. El doctor dijo que le haría unas cuántas preguntas para ver que tanto la crisis afectó su memoria.

El otro asintió.

Jay se asomó, tomando a Jungwon por los hombros, dándole caricias para bajarle el susto—. ¿Cómo pasó?

El rubio lo pensó un poco más, tratando de recordar los días pasados.

—Últimamente había tenido mucho dolor de cabeza, incluso estaba tomando las pastillas que el médico le envió para eso —ladeó su cabeza—. Hoy no fue la excepción, antes de su cita, cuando llegué al dormitorio el bote estaba abierto, y al lado había una botella de agua.

»Cuando llegó de su cita, venía muy, muy feliz, podría jurar haber visto corazones salir de su cabeza —los otros ahí sonrieron un poco por eso—. Le pregunté cómo le había ido, que me diera detalles, ya saben. 

»Me volteé un segundo para buscar sus pastillas porque dijo que ya no soportaba el dolor de cabeza, y cuando me dí vuelta estaba en el piso y me asusté porque no reaccionaba y... y-

Beomgyu había comenzado a llorar, por lo que Soobin lo atrajo a él y lo abrazó, tratando de tranquilizarlo, dándole suaves toques en su cabello y espalda, mientras besaba su cabellera rubia con delicadeza.

Jay hacía casi lo mismo con Jungwon, sólo que el menor estaba sentado en el regazo del mayor, apoyando su cabeza en su hombro, hipando y tratando de controlar las ganas de llorar, mientras el mayor le repetía una y otra vez “todo va a salir bien, hoyuelitos”.

Estaban preocupados por su amigo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top