☀️ ፧ 𝘀𝗶𝗲𝘁𝗲 • ✦⁾
✦ #7 — ʜᴏᴍᴇʀᴏ
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Tal y como Riki dijo, los dos estaban cómodamente hablando en el salón de clase, esperando por la profesora.
Temas varios, por supuesto.
Sunoo se veía increíblemente atraído a conocer más sobre la vida de Riki, y viceversa.
—Entonces... ¿tienes hermanos? —preguntó el mayor.
Sunoo lo pensó un momento, y respondió—. Sí, soy el de el medio. ¿Tu tienes hermanos?
La respuesta de Riki fue detenida por la entrada de la profesora Park, poniendo orden y silencio con sólo entrar en el lugar.
El lápiz de Riki tocó el piso, haciendo un ligero sonido, y llamando la atención de Sunoo, quién quiso recogerlo.
Al hacerlo, su mano y la de Sunoo, torpemente chocaron, y fue cuando lo escuchó hablar, mientras él trataba de evitar su sonrojo.
—Tengo una hermana mayor —susurró, siendo audible apenas para Sunoo.
Los dos levantaron sus cabeza casi al mismo tiempo, chocando sus miradas, sonrojándose y sin saber qué decir.
Qué difícil era tener a Riki como compañero de asiento.
No podía tener tanta concentración en la clase debido a que Riki retenía partes importantes de su atención.
Incluso, en ocasiones, no podía sacarle la mirada de encima a Riki, y eso que trataba de observarlo únicamente por el rabillo de su ojo.
—Sunoo —JiHyo, su profesora, le llamó su atención—. ¿Podría decirme quién es el escritor de la Odisea?
Estaba en blanco, su mente le jugó mal, y estaba sin respuesta alguna.
Podía jurar que si decía alguna cosa incorrecta, su profesora le dejaría incluso la tarea de leer aquel libro, y él no estaban en esa disposición.
—Eeh, y-
—Homero —respondió Riki por él—. Homero escribió el libro, profesora Park.
Su ángel, le habías salvado en ese momento, Riki estaba ahí, rescatándolo.
—Así es, Riki —sonrió JiHyo—. Sunoo, pon más atención, por favor.
Él menor asintió sonrojado, y Riki sonrió por verlo de aquella manera.
El rubio rasgó un poco del papel de su cuaderno, escribiendo en ella.
“Es sencillo, ¿cómo no lo recuerdas?”
Será porque tenía amnesia, sólo que Riki no lo sabía.
Sunoo leyó unas cuantas veces más el comunicado de Riki, hasta que otro papelito llegó.
“No tienes que responder, estoy bromeando”.
Sunoo rió, haciendo reír a Riki también. Él menor comenzó a escribir en ese mismo papelito, devolviéndoselo a Riki.
“Gracias, hyung. ¿Qué puedo hacer para pagarle?”.
Nishimura rió y no respondió nada más, dejando la pregunta preferiblemente para cuando saliera de la clase, ahorrándoles un posible regaño por no prestar atención en la clase.
. . . . . . . . . . . . . . . . ꒰ ☁︎ ꒱ ,, ⌲
Sunoo nuevamente rodó sus ojos.
—¡Ya! Sólo respondió por mí, tampoco es que me propuso matrimonio —Sunoo regañaba a Jungwon, que estaba totalmente emocionado por lo que el menor le acababa de contar.
Beomgyu estaba despistado, en otro mundo, Sunghoon disfrutaba de su jugo de manzana y su bolsita de papitas, el de hoyuelos estaba encima de Sunoo mientras él le contaba su historia.
—¿Y a este que le pasa? —dijo Sunghoon, hablando de Beomgyu.
—Tiene que ver con Soobin —resaltó Jungwon—. No tengo pruebas pero tampoco dudas.
—Ya veo —Sunghoon pasó de Beomgyu hasta Sunoo, quién estaba por abrir su soda—. ¿Y a ti-
—Pregúntenme por Riki una vez más y les dejo caer a todos Coca-Cola en la cabeza.
—Pero por qué tan agresivo —la voz de Jay se hizo detrás de ellos—. ¿Es así normalmente?
Lo que le faltaba era que uno de los mejores amigos de él, se le hicieran presente justo cuando estaban hablando de él.
Gracias destino, por siempre estar en mi contra.
—La mayoría del tiempo, es sólo de acostumbrarse —Jungwon hizo un gesto y sonrió con la presencia del mayor—. ¿Cómo estás?
—Oh, bien —sonrió también al ver a Jungwon sonreír—. Estoy bien, ¿ustedes están bien?
Jay sacó su teléfono, tecleando rápidamente y luego volvió a guardarlo.
Todos asintieron a la misma vez. Incluso Beomgyu, quién no había dicho ni una sola palabra hasta el momento.
—¿Por qué Beom tiene el mismo comportamiento que Soobin? Los dos andan como en la luna —frunció su ceño.
—¡Se los dije! —exclamó el de hoyuelos.
Las conversaciones con Jay, básicamente cambiaron un poco, obviamente no iban a hablar tanto de Riki y Sunoo, aunque se mencionaba, no se hablaba.
El tiempo pasaba tan lento, que no era aburrido. Generalmente la hora del almuerzo no era aburrida, pero sí de tomaba su largo tiempo.
Lo bueno era que pudieron conocer un poco más sobre Jay, descubriendo su amor hacia la música en general.
Les mostró un pedazo de una canción que estaba produciendo.
La melodía era un poco movida, y tenía su beat. Increíblemente, Beomgyu despertó de aquel sueño del que se encontraba cuando escuchó lo que Jay estaba poniéndoles.
El joven tenía talento, y aunque Beomgyu no lo dijera, improvisó mentalmente unas cuantas letras para la producción de Jay.
—¡Hyung!
Y fue lo suficientemente rápido para caer en cuenta de dónde y de quién venía esa hermosa voz.
Por instinto, Sunoo observó a Jay, y observó cómo éste sonrió y le guiñó el ojo a Riki—. Yo me robaré a Jungwon un rato, nos vemos.
Y bueno, dos menos.
—Hola Beommie —la voz de Soobin le asustó a su lado, bueno, al lado de Beomgyu, pero este estaba a su lado—. ¿Vamos?
Y sin decir mucho, sólo quedaban tres.
Claro, uno sólo hacía de mal tercio—. Uh, sí, yo... quedé de verme con Jakie en... —hizo que veía su reloj—. ¡Mierda! Se me hizo tarde, Sunnie.
Los labios de Sunoo susurraban: “No me dejes Hoon, te lo pido”.
Pero los ojos de Sunghoon decían: “Luego me lo agradeces”.
Y sin importarle dejarlos solos, apenas llegó a despedirse—. ¡Nos vemos!
Sintió como Riki se sentó a su lado.
Sunoo temblaba, sudaba, parecía que su corazón terminaba de hacer una maratón, y sabía que llegaría a trabarse. Todo, sólo con la presencia de Nishimura Riki.
El alto tomó asiento junto al pelirosa, soltando un suspiro. También estaba nervioso, y no podía negarlo.
Ninguno de los dos tenía las palabras exactas para poder hablar en ese momento, por lo que el silencio fue el compañero fiel de ambos.
Observó, por el rabillo de su ojo como Riki sacó de su mochila, un cuaderno, y dos lápices.
Abrió el cuaderno en la última página.
No sabía de qué hablar, la conversación que tuvieron durante la clase anterior había sido tan normal, y ahora ninguno de los dos tenía las palabras en la boca.
Era extraño, y a su vez, tierno.
Porque Riki tenía ya su plan en mente, pero con sólo ver a Sunoo, se le fue todo de las manos, pues el nerviosismo y las cosquillas en su estómago, se hicieron presente, impidiéndole poder hablar con él.
Riki le acercó un pedazo de papel a Sunoo, junto con uno de los dos lápices.
“¿Todavía quieres pagarme el haber respondido por ti?”
Nervioso, Sunoo respondió que sí. Riki volvió a escribir en el papelito.
“¿Sería mucho pedirte que salgamos este domingo?”
Cinco, o seis veces no fueron suficientes para darse cuenta de que Nishimura, su ángel, el chico nuevo, el chico lindo, Riki, lo estaba invitando a salir.
“¿Sería mucho decir que sí?” respondió Sunoo.
La sonrisa de Riki creció, junto con el sonrojo de Sunoo.
“Claro que no”. Agregó Nishimura.
Iban a salir, ¡iban a salir! Y quería gritarlo.
De no haber sido porque había gente en el mismo lugar, juraría haberse subido a bailar a la mesa.
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