°«02. Era mi fan y yo era su fan»°

“Le gustaba tanto mi sonrisa, que se la llevó
Anonimo

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Estabamos en la universidad, en el campus para ser mas específica. Yo sostenía mi café barato y simple de la cafetería que quedaba a unos poco metros de la universidad y tu tenías tu malteada de café con chocolate del starbucks mientras reíamos con mis planes para la clase de hoy.

—Pensé que tirar bolas de papel ensalivadas con un sorbete ya había pasado de moda — Me decías con tu característica sonrisa, tan encantadora.

—Perdón por ser la chica mala cliché — Me encogí de hombros con la sonrisa que tu provocaste.

—Deberías grabarlo — Tomaste de tu malteada —Me encantaría ver la cara de Moryam —Reiste leve.

—Lo siento, no me expondré así — Me negué rotundamente.

—Que tal si me das de tu café barato y yo te doy de mi malteada — te acercasté mas a mi mirándome coqueto y luego desviaste la vista al estúpido café.

—Asco, no — Hice una mueca y empuje suave tu hombro — No quiero probar tu malteada barata, me quedo con mi café de starbucks — Dije mientras te quitaba la malteada y te daba el café, luego sonreí con suficiencia.

—Eres una cínica... Fantástico — Luego de eso reiste y tomaste de mi café.

Admito que aveces compraba el estúpido café a propósito solo por esto.

Me encanta que yo te encanto — Me permití admirar tus pecas.

—A mi me encanta que existas.

—¿Por que eres tan cursi? — Encarné una ceja con una sonrisa burlona.

—Deja de ser tan borde y acepta que te gusto — Volvió a acercarse mas.

—Soy tu novia ¿no? — Lo admití, obviamente yo nunca admitía nada como tu lo querías.

Me tomaste por la parte trasera de mi cabeza y me besaste, tus besos siempre fueron indescriptibles ¿Como se describe un beso cien por ciento real? Pues no lo sé, solo sé que ese beso sabia a café barato y malteada de café y chocolate del starbucks. Ese beso sabia a eterna realidad.

Para mi eras una constelación, una galaxia llena de estrellas, un universo paralelo a toda la mierda que era el mundo.

Y yo, yo era una simple luciérnaga a la que describías como una aurora boreal.

Hubiera deseado nunca fallarte, hubiera deseado ser la perfecta aurora boreal.

*

*

Caminábamos a tu auto mientras reíamos a carcajadas, tus ojos se achicaban de una manera hipnotizante.

Yo hubiera podido mirarte reir por toda una vida.

—Soy tu fan — Dijiste entre risas — No puedo creer que le dijeras que lanzabas bolas de papel ensalivadas como terapia psicológica.

—No olvides la parte de la mirada arrepentida mientras le pedía disculpas como una pequeña — Reí y tomé tu mano.

Reiste con mas ganas y sé que mientras yo reía te miraba como estúpida enamorada.

—Enserio, soy tu fan — Lo afirmaste.

—Yo soy tu fan desde que tu estúpido plan para colarnos aquella vez funcionó — Nos tomamos las manos y tu toqué siempre se me hizo electrizante.

Entramos en tu auto y encendiste el motor, no sé porque pero nos miramos fijamente por un momento.

—Me gustaría decir que tus ojos son como el cielo — Sé que tus ojos me detallaban, te conozco lo suficiente.

—Enserio me gustaría decir que tus pecas son como estrellas — Fingí una actitud de "demonios ¿porqué?" mientras cerraba mi mano en puño. Reiste y tu risa siempre sera lo máximo.

—Pero no somos tan cliché — Encendiste el auto.

—Quiero creer eso — Pasé mi mano por detrás de tu cuello para hacerte mimos en la parte de tu cabello cerca de tu nuca.

—Me encanta cuando eres diferente conmigo.

—Me encanta que saques lo bueno que queda en mi.

—Gracias por existir, Beth — Apretaste suave mi muslo.

—Eso debería decirlo yo — Y sin pena alguna me permití mirarte como una tonta enamorada.

¿Porqué amar tiende a rompernos el corazón?

*

*

Al llegar a mi casa subimos a mi habitación, de nuevo, mamá no estaba en casa. Nos lanzamos en mi cama uno al lado del otro, "She's kinda hot" sonaba y me reía de lo animado que cantabas.

Deje una mano sobre el colchón y tu me miraste directo a los ojos, con tu habitual sonrisa. Tomaste mi mano y comenzaste a jugar con uno de los anillos que traía llevando tu vista a el.

Jamas entendí porque te gustaba jugar con mis anillos, jamás entendí porque te gustaba yo.

Yo la típica chica mala que aveces se pone una camisa a cuadros a modo de chaqueta y que usa un montón de anillos poco femeninos en sus manos. La chica que no se maquillaba y que borde solo para que dejaras de hablarle.

No sabes cuanto quiero que estés conmigo otra vez.

Solo son anillos, Cameron — Giré los ojos mientras sonreía.

Siempre fuiste dueño de mi sonrisa genuina.

—Shhh — No despegabas la vista de los anillos en mis dedos —Es mas entretenido de lo que crees.

Yo reí con ganas para luego mirarte sonriendo, paraste de jugar con mi anillo por un momento y me miraste directo a los ojos, yo definitivamente hubiera podido quedarme así de por vida.

—Me encanta tu sonrisa, Beth.

—Me encanta cada organismo de tu ser — Sonreí de lado.

—Me encantas, Beth — Tu mirada me hipnotizaba.

—Me encantas, Cameron.

Y luego sonreiste para volver a jugar con uno de mis anillos.

*

*

Jamás pensé que podía llegar a enamorarme de alguien como tu, ni que alguien como tu podía llegar a enamorarse de mi, mejor dicho, no me interesaba que alguien como tu se fijara en mi. Pero luego me sentía tan feliz, tan a gusto, tan encantada a tu lado.

Te miraba como una idiota cada vez que traías un cómic y me platicabas de el, era esplendido el entusiasmo en tu rostro, me embelesaba.

—¿Me estas prestando atención? — Levantaste una ceja.

—Claro que si — Me recoste poniendo mis brazos detrás de mi cabeza —Decías que batman le decía a linterna verde que hubiera deseado que Barry estuviera vivo para verlo con dinero ¿no? Estaban en un casino o algo así.

—Por lo menos sé que me escuchas — Rodaste los ojos y luego te pusiste sobre mi —Aveces siento que no te importo.

—Se supone que yo soy la mujer de la relación no tu, Cameron — Te miré juguetona.

Pusiste los ojos en blanco y nos comenzamos a besar. Sentir la piel de tus labios contra los mios siempre podré describirlo como "diferente". Tu siempre fuiste "eso" diferente en mi vida.

Fuiste mi único escape para toda la mierda que es vivir.

Al separarte miraste directo mi ojos, con seriedad. No fue incómodo, fue... Indescriptible.

—No quiero incomodarte, pero ¿Que tanto te importo, Beth?

—Tanto como no perder mi semestre, creemelo — Reímos al unísono.

—Jamás me imagine contigo, pero me encanta.

—Creeme que a mi también — Tomé tu nuca y te acerqué para que volvieras a besarme.

Comenzaste a acariciar los costados de mi abdomen y yo tu espalda, tus caricias siempre fueron electrificantes aunque no eras tan esperto. Te ayudé a quitarme mi camisa a cuadros y luego a que te quitarás la camiseta, abriste tu  pantalón y me acerqué para besarte por un corto momento. Me aparté e iba a quitarme la blusa cuando...

—¡Beth, ya llegué! — Mamá había llegado del trabajo.

—Oh mierda — Dije mientras te bajabas y te ponías la camiseta rápidamente.

—Hoy llegó temprano — Dijiste riendo.

—Que desgracia — Recuerdo como la ironía teñía mi voz.

—¿Estas con Cameron? Traje comida china — Decía mamá desde abajo.

—Ok, eso no es una desgracia — Dijimos al unísono y luego reímos.

—Ya bajaremos Claudia — Le dijiste a mamá.

Recuerdo muy bien que no hiciste nada para ganarte su confianza, solo ser tu. Tanto que ella te dejaba tutearla.

¿Porque la vida tenía que ser tan perra? Te hizo encantador y tan casi perfecto, te puso en mi vida y luego, quedé yo sola en esta historia.

Tomaste mi rostro con una de tus manos y me diste un corto beso.

—Me importas mucho, Beth — Dijiste mirándome directo a los ojos.

—Gracias por existir — Solo yo sé lo sinceras que fueron esas palabras, solo yo sé que de verdad lo expresaban todo lo que sentía.

Porque si pudiera pedir un deseo con la seguridad de que se haría realidad, sabes que pediría.

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