⊱ adicional: family

cuiden de sus cabecitas, vista y cuello, que este es largo <3
de paso les dejo la joyita de little things de one direction, sólo porque sí 😭

Felix dejó el teléfono a un lado de la mesa, volviendo a llevar la taza a su boca, tomando un sorbo. —Chris dijo que ya venía por mí.

—Oh —puchereó el menor. —Bueno, al menos estuvimos un rato juntos, y me trajiste brownies.

—Sí, quisiera visitarte más seguido, pero ya sabes —se encogió de hombros. —Medicina a veces es tan... Desgastante.

—Puedo imaginar que sí —asintió. —Chan hyung también debe estar cansado; pensé que llevaría la misma carrera que Hyunnie y MinHo hyung, pero se fue contigo a medicina.

—Psicología, Innie —rió.

—¿Qué no es medicina también?

—Sí y no, pero no quiero darte la charla de la vida.

—Bien, bien —escuchó los golpes en la puerta, dirigiéndose allí seguido del pecoso.

Se asomó por el pequeño hueco que había en el lugar, afirmando que era el novio de Felix quien estaba en la puerta; entonces abrió.

—¡Hyung! —saludó.

Felix simplemente le sonrió, no había mucho que decir para describir la felicidad que le daba con tan solo verlo.

—Hola, pequeño —devolvió el gesto. —¿Estás bien? ¿Todo ha estado bien?

—Todo en orden, hyung.

—Me alegro por ti —extendió su mano hasta Felix, quien la tomó acercándose a él. —Innie, quisiera quedarme a hacerte compañía, pero realmente quiero dormir.

—Oh, no te preocupes, HyunJin vendrá en un rato.

—Vendré cuando tenga otro día libre, ¿sí? —el pecoso le sonrió. —Cuídate, Innie.

—Sí, descuiden —devolvió el gesto. —Vayan a descansar, nos veremos otro día.

—Cuídate, pequeño; y salúdame a HyunJin —rió. —Vamos, pequitas.

Y luego el chico los vió alejarse y dirigirse al auto del mayor para emprender camino a su departamento, cerca de la universidad a la que asistían.

Nunca pensó que Felix escogería medicina, a Chan siempre le tuvo aires de psicólogo, así que era de esperarse.

Cuando cerró la puerta, dejó lo que habían usado en el fregadero, ya tendría tiempo de lavarlos más al rato, entonces subió a su habitación.

Justo cuando llegó, escuchó sonar su teléfono, y entre todo el desorden de cosas que estaba en el suelo, JeongIn buscaba el aparato que tanto hacía ruido.

Había llegado tan cansado la noche anterior a su casa y simplemente arrojó el teléfono quién sabe por dónde, y ahora, gracias a eso no lo encontraba.

Eran sólo dos tonos que él podía distinguir; el que le había puesto a HyunJin y el de su trabajo, o bien el de su jefe.

Recién había entrado a la universidad, graduándose con uno de los altos promedios, y de verdad esperaba a que le sirviera de algo para buscar un buen trabajo.

Sin embargo, el que sonó, fue el nada más y nada menos que el tono de HyunJin.

Cuando por fin lo encontró, se apresuró a contestarle; quería escuchar su voz desde que se fue en la mañana.

—Hyun, hola —suspiró, colocándolo en altavoz para acomodar un poco las cosas de la habitación. —Lo siento, no encontraba mi teléfono.

—No te preocupes, bebé —rió. —¿Qué estás haciendo? ¿Estás ocupado?

—Mm, no, Felix acaba de irse. Chan dijo que te manda saludos, por cierto y hace un rato llamó HongJoong hyung, que si podía cuidar a JongHo y a San en la noche —levantó un libro. —Pero ahora mismo no estoy haciendo nada, ¿por qué?

—Lo llamaré luego, gracias —rió desde su lado. —Entonces cámbiate la ropa, voy a llevarte a un lugar, ¿ok?

—Bien. Con cuidado, Jinnie.

—No te preocupes— sonrió, a pesar de que no podía verle. —Te quiero, nos vemos en un rato.

—Te quiero también —y cortó.

Tenía menos de un año de haber terminado su secundaria y haber comenzado oficialmente con la universidad.

Al momento de escoger qué carajos quería estudiar, no sabía por cuál optar.

Sin dudas, quería algo que no incluyera matemáticas... O al menos no del todo, podía lidiar con ellas.

Además, por su condición, según su médico: “no debe esforzar mucho su cerebro, como prevención”.

Pero, a fin de cuentas se decidió por diseño gráfico, específicamente; fotografía.

Y es que desde que era chico, le gustaba fotografiar paisajes, personas, flores, y entre muchos otras cosas.

Se podía decir era fan de ello; era como capturar un momento, o un recuerdo en un pedazo de papel, del que años adelante podría recordar.

Quizá sonaba cursi, pero era la manera más bonita de decirlo.

HyunJin, por su lado, escogió Derecho; quería llegar a ser un gran abogado, o un reconocido juez.

Los dos estaban llevando sus cursos en la misma universidad, donde por suerte fueron aceptados con altos puntajes.

Por parte de JeongIn, había sido un poco más liviano, su carrera podía no ser tan exigente como podía serlo la de HyunJin, que si bien salía un poco más temprano.

El mayor pasaba en clase toda la mañana, y una pequeña parte de la tarde, que no pasaba a más de las tres.

En lo que restaba a su relación con HyunJin, todo había sido una completa montaña rusa.

Luego del primero mes, el ahora peliblanco tuvo otro episodio, en el cual, volvió a olvidar parte de sus amigos, y entre ellos, su pareja.

Sin embargo, al cabo de dos días que realmente para HyunJin se sintieron como largos meses, su memoria volvió a estar como antes.

Según el médico, significaba un avance, una mejoría, que en otras palabras se traducía como que iba a seguir teniendo episodios, pero al cabo de pocos días, volvería a la normalidad.

Y así fue.

Pasaron los meses, y en el día de San Valentín, HyunJin quiso sorprenderle.

Le tocó una canción, le llevó flores, tuvieron una cena romántica y existió lo de la típica frase de “una cosa llegó a la otra”.

A la mañana siguiente de todo ello, JeongIn pensó que había dormido con un extraño y había engañado a su pareja.

Al día siguiente, volvió a ser él; y hasta el día de hoy, no había sucedido nada más.

HyunJin siempre se quedó con él, y en cada uno de esos episodios, nunca se cansó de tratar de hacer que su cabecita lo recordara.

Una vez listo, vió su reflejo en el espejo, suspiró; pero la verdadera sonrisa llegó cuando escuchó el abrir de la puerta.

Al comenzar la universidad, los dos buscaron un departamento que pudieran compartir cerca de la institución.

Entonces corrió a los brazos de HyunJin, buscando ese característico calor y sentimiento mientras se restregaba en su pecho a la misma vez que el pelinegro acariciaba su espalda, con sumo cariño.

—No tienes idea de cuánto te extrañé —se separó, buscando sus orbes.

—Yo igual —besó su cabellera. —Quería abrazarte desde que salí de aquí.

—Yo ni me doy cuenta, siempre te vas muy temprano.

HyunJin asintió, eso ya lo sabía, entonces sólo lo besó, de una manera suave.

—¿Ya estás listo?

Asintió efusivo. —¿Nos vamos?

—Sí, aún tenemos que ir por el regalo de mañana para el baby-shower de YeJi.

—Oh, cierto —se dirigieron a la puerta. —Dios, ¡ya quiero tenerle en mis brazos!

HyunJin reía tiernamente por la imagen de su novio cargando a su sobrina/o mientras salía de su departamento.

Aún le parecía graciosa la mezcla familiar que había entre los hermanos Yang, él y su hermana, era extraño. Pero lindo.

Se pasaron la tarde en el centro comercial más grande que pudieron haber encontrado, buscando ropa para bebé y que al final se hayan decidido de comprar unos pañales y una linda tina.

JeongIn quería pijamitas, HyunJin una linda mudada, y discutieron por cuál comprar hasta que llegaron al mismo punto.

No sabían el sexo del bebé aún.

Entonces, así terminaron en otra tienda diferente a muchos pañales, cunas, encierros y entre otras cosas.

Algo que era especial para los dos y que tanto les gustaba; las tiendas de ropa.

HyunJin ya tenía comprado lo suyo, estaba esperando a JeongIn a que terminara de buscar qué llevar.

Estaba sentado en uno de los sofás frente a los probadores, usando su teléfono.

—¿Esta te gusta? —salió con una sudadera azul con leves adornos blancos.

—Innie, todo lo que te has probado se te ve muy lindo —se levantó, guardando su celular y dirigiéndose hasta él. —Creéme que te ves perfecto con todo.

—... ¿Ya te quieres ir, verdad?

El mayor parpadeó, perplejo. Contestó honesto. —Sí.

—Bien —sonrió. —Llevaré esta y aquella —señaló otra hoodie de color blanco.

—¿Te espero afuera? —inquirió, recibiendo como respuesta, un asentimiento.

Decidido, se giró sobre sus talones y comenzó a caminar fuera de la tienda mientras esperaba a que su chico terminara de pagar.

Una vez afuera, tomó asiento y cerró sus ojos un momento. Había sido cansado el día; no por JeongIn, sino por sus clases.

Había dormido poco ya que se acostó tarde estudiando para sus prontos exámenes, y luego pasó toda la mañana en clase, sin poder pegar un ojo en su receso.

Si bien, quería estar tiempo con su novio, pero a veces el cansancio podía más.

Además, antes de haber entrado en la tienda, se ofreció a JeongIn para ayudarle con los hijos de su jefe.

Sería una manera en la que pasarían un poco más de tiempo juntos.

—Disculpe señor, ¿me permite robarle su bolsa con todo lo que tiene dentro? —escuchó esa voz que en cualquier lado del planeta reconocería.

—Tengo 20 años —abrió sus ojos, riendo. —Tú eres el señor, MinHo.

—Quisieras —se sentó a su lado. —¿Cómo estás?

Volvió a tirar su cabeza hacia atrás, cerrando sus ojos. —Cansado, quiero dormir.

MinHo asintió. —Sí, te entiendo.

—No sé a qué hora escogimos Derecho —rió. —Pero me encanta.

—¿Masoquista, eh? —escuchó la suave carcajada de HyunJin. —¿Dónde está Innie?

Aún sin abrir sus ojos, señaló el local de enfrente, donde pudo observar al peliblanco haciendo fila para pagar.

—... ¿No ha vuelto a tener más episodios?

—No, han pasado meses desde el último —se enderezó, observándolo. —Parece que ya está superándolo.

—Qué bueno, Hyun —colocó una mano en su hombro. —De verdad me alegro por ustedes.

—Gracias —sonrió, pero frunció el ceño al verlo solo. Por tener los ojos cerrados no se dió cuenta de aquello. —¿Y JiSung?

Señaló la tienda de la par, donde JiSung pagaba en la caja, a punto de salir.

—¿Es una tienda de discos?

MinHo asintió. —Su favorita, de hecho. Antes tenía que viajar hasta su ciudad para poder comprar un solo disco; pero ayer me enteré de que habían abierto una aquí, entonces lo traje hoy como sorpresa.

—Woow, pero eres todo un romántico, Lee MinHo —le palmeó la espalda.

Pronto, observaron a JiSung acercarse, con una inmensa sonrisa en sus labios, dando ligeros saltitos.

Detrás de él, JeongIn salía satisfecho con sus bolsas de compra.

—Me gusta ver feliz a la persona que amo —atrapó a JiSung por la cintura cuando llegó hasta él, depositando un beso en su mejilla.

—Hey, HyunJin —saludó, recibiendo una sonrisa de vuelta.

JiSung sabía que donde se encontraba HyunJin, estaba JeongIn, entonces volteó detrás de él y lo vió caminando revisando sus bolsas.

—¡Innie! —se separó de su novio y corrió al peliblanco.

El chico apenas lo notó, pero cuando lo vió acercarse a él con los brazos abiertos, no dudó ni un segundo en copiar su acción y recibirlo.

Luego de la secundaria, tomaron un camino diferente cada uno, ya que Sung escogió música e Innie se fue por el diseño gráfico, aún así, el lazo de amistad que tenían era lo suficientemente fuerte.

Juntos se acercaron a los otros dos. —Hyung, hola —se dirigió a MinHo.

—Hola, pequeño, qué bueno es verte nuevamente —sonrió, recibiendo otra vez en los brazos al amor de su vida.

—¿Tienen prisa? Podemos ir a tomar un café si pueden —ofreció el ahora castaño; JiSung.

—Oh, quisiera, hyung, pero tengo que ir a trabajar y Jinnie va a acompañarme —puchereó. —Podemos ir otro día, ¿este fin de semana pueden?

—Creo que no tenemos nada que hacer, así que te avisaremos, ¿sí? —JeongIn asintió.

—Nos vemos —despidió HyunJin. —Cuídense —JeongIn les regaló una sonrisa a los dos, antes de seguir caminando de la mano con su novio.

La otra pareja les vió alejarse, mientras tomaban la mano del otro.

—¿Estás feliz? —sonrió MinHo, ojeando a su novio.

—Como no tienes idea, amor —juntó sus labios con los del otro. —Vamos a casa.

—Vamos.

—¡San, baja la cuchara!

—¡No!

—Dios... —JeongIn volteó a su derecha. —JongHo, cariño, deja de partir la manzana con tus manos.

—¡San! —volvió a gritar HyunJin.

El pequeño simplemente le sacó la lengua al mayor, haciendo reír a JeongIn y su hermano menor.

—Sannie, dame la cuchara, por favor —habló con dulzura el chico de cabellos blancos. —Si lo haces, te contaré tu cuento favorito para dormir, ¿está bien?

Lentamente, el chiquillo dejó la vajilla en la mesa, y tomó asiento en su respectivo lugar.

HyunJin retaba con los ojos al menor que se encontraba frente a él, cosa que JeongIn notó y dejó su mano en su muslo, en señal de que tuviera paciencia.

—JongHonnie, Sannie, vamos a ponerles sus pijamas —se levantó, observando a su novio. —Ayúdame a lavar los platos, amor.

JeongIn se levantó junto con los dos niños, tomando al pequeño JongHo entre brazos y a San de la mano para llevarlos a su habitación.

Detrás, HyunJin a regañadientes recogió los platos de cada uno, llevándolos al lavaplatos, donde segundos después comenzó a fregarlos.

Sabía que tardaría un momento con los dos, para arroparlos, contarles el cuento que le dijo al niño mayor y esperar que se durmieran, así que cuando terminó con los trastos, se recostó un momento en el sofá, a esperar a su novio.

Siempre le fue muy confortable ver a JeongIn jugando con niños, el trato dulce que tenía con ellos, y ni hablar de la paciencia que cargaba.

JongHo era callado, le gustaba observar y tenía una manía con romper fruta con sus manitas, diferente a San, que era básicamente lo contrario; ese niño tenía la adrenalina al mil por mil.

Y ahora que lo pensaba, si algún día llegaba a tener niños, le gustaría que fuera una combinación entre esos dos diablitos.

Más de JongHo que de San, pero se entiende.

Al cabo de un rato ya escuchó las pisadas llegando hasta donde él se encontraba, y no pasó mucho para que el peliblanco se acurrucara entre sus brazos.

Fueron pequeños segundos lo que estuvieron así hasta que el teléfono del pequeño alumbró la notificación de “videollamada entrante de Seung🧸”.

—Seuuung —saludó JeongIn primero.

—¡Innie! Hola, bebé, ¿cómo estás?

—Estamos bien, ¿y ustedes? —codeó al chico para que saludara.

—Hey, Seung —rió por la acción de su novio.

—Hey, Hyun. Nosotros estamos bien, y me alegra que ustedes igual —sonrió desde su lado de la línea.

—Qué bueno, Seung. ¿Y ChangBin hyung?

—Oh, él fue a dejar su hermana a su casa, hoy estuvo de visita aquí —rió. —Te iba a preguntar qué iban a hacer mañana luego del baby-shower.

—Nada, ¿cierto?

—No, íbamos a estar en casa luego del baby-shower.

—¿Podemos llegar mañana? Binnie tiene días rogándome porque te llame para que les hagamos visita —apoyó la cabeza en su mano.

—Claro, ajá, algo me huele a que ese eres tú —rió. —Podemos irnos juntos a casa mañana, ¿te parece bien?

—Totalmente —sonrió. —Le diré a Binnie.

—Claro. Nos vemos mañana, hyung. Salúdame a ChangBin hyung.

De acuerdo. Hasta mañana, Innie. HyunJin —despidió.

—Adiós —y cortó.

HyunJin ya se sentía a dormir en el mismo sofá, entonces acostó su cabeza sobre la de su novio, cerrando los ojos por un momento.

Algo tan dulce y sencillo como ese momento eran de las cosas que los dos amaban; el tiempo juntos, las pequeñas caricias, pequeñas cosas que para ellos eran grandes actos de demostraciones de todo el amor que tenían.

—Hyung —susurró en el pecho de HyunJin. —HyunJin, no te duermas que no estamos en casa.

—Shh, un poco más, por favor —lo abrazó a como pudo. —Es lindo estar así.

El peliblanco suspiró. —Sería más cómodo si estuviéramos en casa.

HyunJin se separó un poco para verlo. —... ¿Qué estás insinuando?

—No en ese sentido, tonto —rió. —Me refiero a sólo tú y yo.

—Claro, haré de cuenta que no era por otra cosa.

Y lo último que sintió fue el golpe en su pecho de parte del menor, junto con una ligera risa.

Esa era la relación de los dos; una llena de amor y color, que a veces podía tener ciertas manchas grises, que entre todos el arcoiris que formaban se notaban en ligeros puntos.

Porque no había Hyun sin Jeong, tampoco Yang sin Hwang.

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Y no tiene fin, porque ese amor que tienen los une con cariño por mucho, mucho tiempo...

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no quedó como esperaba, pero haya sido de sus agrados ♡︎

lo que se intentó fue mostrar cómo había ido siendo la relación del hyunin, y pequeños detalles de las demás parejas, así que espero les haya gustado ♡︎

feliz san valentín <33

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