❝31: I want to write you a song pt.2❞
—¿Qué conseguiste?— pasó un brazo por sus hombros.
—Esto— le mostró unas piedritas de colores—. Son las piedras del infinito. No es mucho, pero es trabajo honesto.
—Bueno, al menos conseguimos algo— de encogió de hombros—. Vamos a casa, Innie.
Dijo antes de salir del lugar.
×
—¿No íbamos directo a la casa?
—¿No quieres ir a dar un paseo por la playa?
—... Realmente no.
—Oh— le tomó de los hombros, dándole vuelta a JeongIn en dirección al mar—. No sea así, vamos, será sólo un rato.
Comenzaron a caminar, acercándose hasta la arena, donde dejaron sus zapatos en la entrada trasera de la casa.
—Recuerdas más temprano... cuando estábamos hablando de tu novio.
El menor rodó los ojos—. Sí, ¿qué tiene?
—Bueno, es estúpido pero, ¿en qué piensas cuando escuchas su nombre?
—... ¿Es en serio?— lo observó sintiendo la arena entre sus pies. SeungMin asintió—. Mmm... Bueno, es como si una parte de mí se iluminara, se sintiera feliz, y una emoción crece.
»Pero es sólo escuchar su nombre, verlo me dan muchas otras emociones, me dan ganas de quedarme a su lado siempre.
»Aunque quizá este— señaló su cabeza—, estúpido cerebro no funcione tan bien, quiero estar con él, pero tú sabes que yo no puedo decírselo.
Los dos sintieron como el agua fría se colaba entre sus piernas, agradeciendo haber usado shorts para que su ropa no se mojara.
—¿Por qué no? A ver, ¿qué es lo que crees que te hace insuficiente para él o por qué te da tanto pánico?
—Tengo miedo, Seung— declaró, deteniéndose frente a SeungMin—. Tengo mucho miedo, él es mi primera vez de muchas cosas, y siento que podría arruinarlo si llego a olvidar todas esas cosas alguna día.
El chico fue y lo abrazó.
Él había estado en la gran mayoría de sus pasos en su vida. Antes y después del accidente, cuando ingresó al instituto, cuando conoció a HyunJin, era muchas cosas.
Por ende sabía que el temor de que JeongIn por olvidar a HyunJin, no le dejaba tranquilo, porque eso significaba que el pelinegro se había vuelto completamente importante en la vida del peliazul.
Le pasó la vez que salieron por primera vez, y temía que volviera a suceder.
Por otra parte, también se sentía un poco culpable, él también fue de los que le dijo que se acercara al pelinegro, que le hablara, y que se hicieran cercanos.
Pero no dejaría que eso sucediera, no lo permitiría.
Sintió los brazos de JeongIn temblar, en señal de que estaba llorando.
—No, no, no, no llores, Innie.
Se separó un momento, limpiado sus lágrimas.
Odiaba ver a JeongIn llorar, sentía que se le desgarraba el alma con sólo verlo derramar una lágrima.
—Lo siento— le ayudó a su primo a limpiar sus propias lágrimas.
—No te disculpes, por favor, nada de esto es tú culpa, no— JeongIn asentía—. No voy a permitir que olvides algo de ese chico, y si pasa, estaré ahí haciéndote recordarlo las veces que sea necesario.
Sin darse cuenta, SeungMin estaba llorando también, no tanto como JeongIn, era mucho más leve, pero igual sintió las gotas bajar por su mejilla.
Los dos rieron—. ¿Ves? Siempre voy a estar contigo, incluso si es para llorar— limpió sus pocas lágrimas.
—No sé qué habré podido hacer para tenerte, pero gracias, Seung, de verdad— lo abrazó unos segundos más.
Nunca había estado sólo, tenía al mejor primo, a los mejores amigos, a las mejores persona a su alrededor.
Lo abrazó transmitiéndole todo aquel buen sentimiento que deseaba que tuviera su primo.
Sentía que un gracias no sería basto a todo lo que quería decirle, sentía que era muy poco, y SeungMin merecía más.
Merecía mucho más.
—Tengo algo para ti, ahora que recuerdo, ven— dijo, tomándole la mano, guiándolo hasta un poco más cerca de la casa.
—No corras, no quiero correr.
—Escucho borroso— dijo aún corriendo.
JeongIn vió como se acercaba hasta la casa, notando como la luz del pasillo para llegar al lado de la piscina estaba encendida.
Vió a ChangBin de pie en la puerta, con las manos en sus bolsillos.
Sonrió cuando los vió acercarse, pero mucho más cuando vió a su novio.
—¿Cómo estuvo su día?— preguntó, dejándole un poco más de tiempo—. A nosotros nos hicieron falta.
La mano de SeungMin pasó a entrelazarse con la de ChangBin, mientras sonreía.
—Oh, Innie, adentro está tu sorpresa, yo ya entraré, adelántate.
Y no pudo decir más, pues ya se encontraba besando a ChangBin.
El peliazul dió la vuelta y se dirigió hasta la piscina, donde en una silla estaba JiSung junto a MinHo.
El otro peliazul sostenía una guitarra en sus piernas, y veía su teléfono tratando de hacer unos acordes.
A los dos los saludó.
—Hola chicos— sonrió.
—Hey, Innie, ¿la pasaste bien con Seung?— dijo MinHo, JiSung estaba concentrado en la guitarra. El chico asintió—. Bien. Tu sorpresa está adentro.
El chico asintió, y continuó caminando hasta entrar a la casa, donde vió saliendo a Chan y a Felix tomados de la mano.
Los saludó también.
—Hey, ¿disfrutaron su tarde?— preguntó el peliazul.
—Sip— sonrió Felix.
Chan sonrió—. Tú sorpresa está allá en la playa.
—¿Qué? Pero vengo de ahí con Seung.
—Sí, era parte del pl-
—Tu sorpresa espera, Innie— sonrió Chan, tapándole la boca a Felix.
Giró sobre sus talones algo confundido, y se digirió de nuevo hasta la puerta, donde extrañamente, ya no estaba ni MinHo o JiSung, y justo había pasado por ahí hace unos segundos.
Siguió caminando, siguiendo los pasos que había dado hace un rato cuando venía entrando.
Se tomó sólo un minuto para pensar, ¿qué pasaría si diera la vuelta y se dirigía hacia su cama a dormir?
No creía que pasaría algo malo, pero después de todo, una sorpresa era una sorpresa.
Llegando hasta el portón que daba hacia afuera, notó que tampoco estaba su primo y su novio.
Comenzaba a hacer frío, una correntada helada se metía por sus pies aún apenas mojados por haberse metido al agua hace sólo minutos.
Caminó, y siguió caminando de nuevo, hasta que por fin llegó a tocar el agua nuevamente.
No había rastro de sus amigos, y comenzaba a creer que todo era una estúpida y horrible broma que querían jugarle.
Rodó los ojos, no podía creer que estaba haciendo eso, tuvo que haberse ido.
Decidido, se dió la vuelta, y comenzó a caminar, sintiendo la arena mojada, hacer hueco bajo sus pies.
Hasta que escuchó una voz, un poco lejana, pero fue suficiente para entender que estaban gritando su nombre.
—¡JeongIn!— volvió a escucharlo, y se dió la vuelta hacia el lugar proveniente.
Observó al trabajado cuerpo acercarse hacia él, trotando, viendo como su mullet se movía por el viento y el movimiento.
Automáticamente JeongIn sonrió, achicando sus ojos cuando lo vió cada vez más cerca.
—Hey— saludó—. ¿Tú también vas a decirme dónde está mi sorpresa?
—¿Qué? No— le tomó de la mano—. Ven conmigo.
Ni siquiera chistó cuando HyunJin comenzó a correr en la misma dirección en la que venía, como lo hizo con SeungMin.
Se detuvieron cuando vieron a los otros seis frente a ellos; JeongIn frunció el ceño.
¿Qué se traían entre manos?
JiSung tenía en manos la guitarra, lo cual era un poco raro, pues no recuerda haberlo visto empacándola.
HyunJin se dió la vuelta, sonriéndole como de costumbre, con esa hermosa y característica sonrisa que hacía que el corazón de JeongIn comenzara a ir rápido.
El peliazul desvío su vista hasta el chico, haciendo la misma acción, sonriendo y sintiéndose un poco ansioso.
—Esta es parte de tu sorpresa— sonrió, entrelazando su mano con la del menor.
—¿Y la otra?
HyunJin se volteó hasta JiSung, quien tenía a SeungMin, MinHo y Chan al lado con una sonrisa en sus labios, y Felix tratando de no llorar, al igual que ChangBin.
( si ustedes gustan, pueden poner la canción de galería, descargarla, o ponerla en Spotify, “I want to write you a song” de One Direction, para que entren en ambiente uwu )
Comenzaron a caminar hasta más adentro de la playa, donde sus pies pudiera tocar el agua.
Detrás de ellos, los acordes sonaban en la guitarra de JiSung, seguidos de la voz de SeungMin.
Combinaba perfectamente con la melodía, los acordes, sabía que su primo tenía un gran talento con su voz.
HyunJin le extendió su mano, invitándole a bailar, disfrutar de la melodía.
Con gusto, JeongIn la tomó, sintiendo como el pelinegro lo acercaba más a su cuerpo, tomándolo con seguridad por la cintura, y él ponía su rostro en el pecho contrario.
Sonriendo, sonriendo ampliamente por el momento que estaba viviendo con el chico que le gustaba.
Se movían al compás de la melodía, que no dejaba de ser tocada por JiSung y sus manos en la guitarra, y cantada por SeungMin y los coros por el mismo guitarrista.
Todos habían colaborado para que el plan de HyunJin estuviera saliendo perfecto.
Pocos segundos después, Chan y Felix se unieron a su baile, seguidos por ChangBin y SeungMin, dejando a JiSung con la música, ahora acompañado por los vocales de MinHo.
Tenía un hermoso círculo de amigos, donde estaban todos para el otro, y ahora estaban colaborando todos para que por fin se declarara el amor que había entre ellos dos.
Sentía su corazón cálido, lleno, y completo, aún sin poder creer que estaba pasando ese momento, su interior se movía con facilidad, sintiéndose muy feliz.
Escuchar el corazón de HyunJin le traía tanta paz, como ahora, que se sentía muy feliz.
Sentía como HyunJin acariciaba su cabello, y dejaban pequeñas caricias en su misma cintura, haciéndole sentir mariposas.
Poco después dejó de escuchar la canción, observando como JiSung estaba disfrutando del ahora silencio del momento junto a MinHo.
Cada uno de ellos estaba en el lugar que le correspondía, en su lugar seguro, donde se sentían felices, donde se sentían completos y cálidos de tener a alguien con quien poder compartir un momento tan hermoso como ahora.
—Innie— la voz de HyunJin hizo que levantara su cabeza hasta el rostro contrario.
Sin esperarlo un segundo más, se acercó hasta sus labios, dejando un suave, cálido y acogedor beso, donde esperaba poder transmitirle todo aquel sentimiento que estaba teniendo con él entre sus brazos.
JeongIn le siguió segundos después, captando todo aquello que las palabras no podía decir.
Nada podía compararse con aquel momento que estaba compartiendo, donde de un momento a otro, sólo estuvieron ellos dos sumidos en sus sentimientos.
( si ustedes quieren, pueden quitarla ya, o dejarla, ya saben, ambiente )
Se separaron un momento, juntando sus frentes, respirando un poco agitados, y sonriendo en medio.
—¿Quieres construirme un bote?— rió bajo JeongIn.
—Mejor te presto mi chaqueta, así no pasarás frío— copió su acción.
Aún sin apartarse, HyunJin dejó un beso en la cabeza de color azul entre sus brazos.
—Innie.
El chico hizo un sonido afirmativo con su garganta, mostrando que estaba poniendo atención a lo que decía.
Con una mano, levantó la cabeza del azabache desde su barbilla, teniendo su atención completa, y dejó otro suave beso en sus labios.
Podía jurar que podría besarlos todo el tiempo.
—Te amo, Innie— dijo finalmente al separarse—. Me gustan tanto, que estoy enamorado de ti, y te amo.
Su corazón se sintió cálido, su mente se sintió en paz, y una chispa eléctrica pasó desde sus pies hasta su último cabello.
—Yo también te amo, HyunJin— volvió a juntar sus labios con los del otro, poniéndose apenas de puntas para alcanzarlo.
Lo tomó por la nuca, juntando y humedeciendo un poco más aquel beso, que esperaba se sintiera tan bien como lo hacía sentir HyunJin.
Detrás de ellos, los otros celebraban viendo la escena, sonriendo y... otros limpiando sus propias lágrimas.
Pero estaban felices, todos sentían una maravillosa emoción de ver a aquellos dos por fin rompiendo las barreras de inseguridad que les hacían imposibles aceptar el amor que tenían el uno por el otro.
HyunJin se separó primero, viendo con ojos brillantes a JeongIn, sonriendo por la felicidad del momento.
De su bolsillo sacó una cajita pequeña, que escondió en su mano, pero imposible a que JeongIn no la viera.
Volvió a besar sus labios una vez más. Besarlo comenzaba a hacérsele un hábito, uno que no quería quitarse en un futuro.
Se separó de él, haciendo que el corazón de JeongIn comenzara a correr con mucha más fuerza de la que ya estaba haciendo.
—Sabes, desde que entré en ese salón, me llamaste la atención y no podía dejar de pensar en ti. Pasaba muchas clases periodo en el nada, pensando en ti, en lo lindo que eres, y muchas otras de tus cualidades.
»Comenzabas a gustarme, comencé a sentirme atraído a ti cada vez más y más, y agradezco que ese asiento haya estado libre esa primera clase.
—HyunJin-
—Shh— lo calló—. Déjame terminar antes de que comience a tartamudear— JeongIn rió, amaba su sentido del humor.
»Sé que tienes amniesia, Innie, y te digo algo. No me importa cuántas veces llegues a olvidarme, porque si pasa, te prometo que daré lo mejor de mí para que cada vez que suceda, sea como la primera vez, porque no me cansaré de quererte.
Quería llorar, quería esconderse, sentía su corazón a reventar por sus palabras. Poco creía que HyunJin no se cansaría, pero sí creía que estaría dispuesto a tratar, al igual que él.
Una ansiedad también vino con ello, sintiendo sus manos sudar de a poco, y pensando en muchas cosas que podrían suceder en ese momento.
Pero lo que le hizo colmar el vaso, fue ver a HyunJin arrodillándose y levantando la cajita entre sus manos.
Sería de otras imágenes que querría borrar de su memoria, posiblemente nunca.
—JeongIn— dijo el pelinegro.
—¿Qué demonios está haciendo?— susurró SeungMin.
—Esto no venía en el plan— del mismo modo habló Felix.
—Yo creo que no nos contaron todo el plan— se cruzó de brazos MinHo.
—Cállense, no me dejan escuchar— se quejó Chan.
La emoción de JiSung se apoderó de su cuerpo, abrazando a MinHo con felicidad por la escena que seguían contemplando.
ChangBin por su lado, acudió a su novio para limpiar un poco de lágrimas, sintiéndose sensible al ver lo hermoso de la situación.
Y Chan y su novio estaban hechos ya un nudo desde hace un rato, uno sintiéndose como padre orgulloso y el otro más feliz que nunca.
HyunJin abrió la cajita, dejando ver dos lindas pulseras rojas, simples, completamente simples.
Aún arrodillado, tomó la mano de JeongIn, esperando no tartamudear para hablar.
—¿Saldrías conmigo?— dijo sintiendo su rostro arder—. Si aceptas, me dejas ponertela, sino entonces está bien, después de todo no es la gran cos-
—HyunJin, sólo ponme la pulsera y ya— dijo con una brillante sonrisa en sus labios.
La sacó de la cajita, y se la colocó, también sonriente.
Luego se colocó la de él, que era tan similar como la de JeongIn, sonriendo porque ahora compartían algo juntos.
O bien, siendo la primera vez que compartían algo con alguien.
En un abrazo se juntaron nuevamente, llenándose por dentro de pura felicidad que el otro transmitía.
Podían sentirse la vibras a su alrededor, donde los corazones y los colores vivos podían verse en la noche oscura.
Y detrás de todo, la bulla de sus amigos en modo de celebración pudo escucharse también, haciéndolos sonrojar a los dos.
Habían estado metidos tanto en su propia burbuja que no recordaban la compañía que les hacían su hermosa burbuja de amistad, que comenzaban a ser más como su familia.
Un último beso, y los dos comenzaron a acercarse hasta donde se encontraba el resto de sus amigos, quienes les recibieron con abrazos, y muchas lindas palabras.
—Bueno, esto tenemos que festejarlo, ¿no creen?— Chris, quien llevaba a su novio de la mano, ofreció.
—Nosotros ya tenemos planes, así que...— MinHo y JiSung comenzaron a adelantarse.
—Nosotros también— sonrió en una mueca SeungMin—. Descansen.
—Chris y yo igual— llegando a la entrada comenzaron a despedirse de JeongIn y HyunJin.
—¿Qué? ¿En serio?— Chan frunció el ceño, algo extrañado, no recordaba esa parte de la conversación con Felix.
—Sí— lo jaló hasta adentró de la casa, yéndose mientras corrían, siendo seguidos por los últimos dos.
Los vieron alejarse riéndose.
Sintió una tela caliente en sus hombros, haciéndolo sentirse cálido, brincando por dentro.
—Te dije que te prestaría mi chaqueta— sonrió HyunJin, contagiando a JeongIn mientras entraban a la casa—. Después de ti— dijo abriendo la puerta.
Los dos entraron y sintieron una pesadez, sabían qué estaban haciendo cada uno de ellos.
Se vieron algo tímidos cuando subiendo las escaleras de escuchaba todo silencioso, y con luces tenues.
Con extremo silencio, cerraron la puerta, y HyunJin rió al ver aquellos dos sobre de preservativos sobre la cama.
Hombre preparado vale por dos.
—Eso no es mío, ni lo pienses— dijo un ruborizado JeongIn, haciendo reír más a HyunJin.
—¿Te gustaría darle uso?— sonrió pícaro HyunJin.
Y lo último que escuchó fue el cerrojo de la puerta.
dios, el capítulo era tan largo que lo quise dividir en dos, je, así que también se disculpen los errores que tiene, estaba demasiado inspirada
bueno, ya sabrán lo que pasó ahí, así que nos vemos en el epílogo :D
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top