❝13: Gone Days❞

—¿Ya me vas a decir qué pasó?

Chris le seguía rogando a Felix en el transcurso en que se dirigían hasta el hospital. JiSung le había enviado la ubicación, y los dos habían tomado un taxi hasta dicho lugar.

Felix rodó los ojos, también era un tema sensible para él—. JeongIn tiene amnesia, tuvo una crisis hace un rato.

Chris procesaba la información.

Si bien no era tanto, y era algo fácil de pasar y pensar, pero dado que venía del mejor amigo de su... algo, pensaba que podría ser algo difícil de poder llevar.

—Pero dí algo— Felix trataba de llamar la atención de Chan.

—Es que no sé qué decir— respondió con lo que primero le pasó por la mente, Felix le miró mal, apartando la vista y dándose cuenta de que estaban por llegar.

El resto del camino fue en silencio.

Principalmente el pecoso, no habló porque mentalmente estaba preocupándose por su mejor amigo, de lo que pudiera o no recordar.

Chan por su lado, trataba de juntas palabras de apoyo a Felix, y seguramente JiSung.

Quien se imaginaba había estado solo un buen rato cuidando de JeongIn.

Cuando el taxista se estacionó frente a las puertas de emergencias, rápidamente Felix le dió el dinero, y se bajó junto a Chan del auto.

Caminaba bastante rápido, y Chris básicamente que trotaba detrás de él.

—Felix— le llamó el castaño, y él se dió la vuelta—. Lo siento.

El pecoso hizo una mueca, y levantó sus cejas, como preguntando el por qué de sus disculpas.

—Por no haber dicho nada— Chan se acercó y lo atrapó entre sus brazos, rodeándolo y sobando su espalda, tratando de darle tranquilidad—. Sé que te molestaste, sólo no supe qué decir, pero todo estará bien, lo verás.

A lo último lo tomó de sus hombros, viéndole a sus ojos.

El menor no decía nada, quizá pudo haberse molestado, pero no era para tanto.

Al no decir nada, el mayor le habló, viéndole a los ojos, y tomándole de las manos.

—Perdóname, pequitas.

Al pecoso le brillaron mucho más los orbes claros cuando le llamó así, aunque no era la primera vez, amaba ese apodo con el que Christopher le había bautizado, y sonrió asintiendo.

Chris dejó un beso en varias de sus pecas como agradecimiento, para luego tomarle la mano y caminar hasta donde JiSung dijo que se encontraba.

Que para suerte no era tan lejos.

Después de caminar unos cuantos metros más, vieron a JiSung.

Estaba sentado en una de las bancas, solo. Sus manos tapaban su cara y su pierna izquierda no dejaba de moverse, inquieta.

Pero antes de acercarse más a él, otro chico también se le acercó.

Por su mente jamás pasó que MinHo estuviera acompañando a JiSung, aunque no sería nada extraño que éste le hubiera llamado por apoyo.

Continuaron caminando más rápido, llegando al lado del peliazul y su acompañante.

Cuando el de pecas y el de mejillas regordetas se vieron, automáticamente se abrazaron, dándose un poco de paz por lo que estaba sucediendo.

—¿Cómo está?— preguntó rompiendo el abrazo.

—Está bien, consciente— Felix suspiró aliviado—. El doctor dijo que le haría unas cuántas preguntas para ver que tanto la crisis afectó su memoria.

El otro asintió.

Christopher se asomó, tomando a Felix por los hombros, dándole caricias para bajarle el susto—. ¿Cómo pasó?

El peliazul lo pensó un poco más, tratando de recordar los días pasados.

—Últimamente había tenido mucho dolor de cabeza, incluso estaba tomando las pastillas que el médico le envió para eso— ladeó su cabeza—. Hoy no fue la excepción, antes de su cita, cuando llegué al dormitorio el bote estaba abierto, y al lado había una botella de agua.

»Cuando llegó de su cita, venía muy, muy feliz, podría jurar haber visto corazones salir de su cabeza— los otros ahí sonrieron un poco por eso—. Le pregunté cómo le había ido, que me diera detalles, ya saben.

»Me volteé un segundo para buscar sus pastillas porque dijo que ya no soportaba el dolor de cabeza, y cuando me dí vuelta estaba en el piso y me asusté porque no reaccionaba y... y-

JiSung había comenzado a llorar, por lo que MinHo lo atrajo a él y lo abrazó, tratando de tranquilizarlo, dándole suaves toques en su cabello y espalda, mientras besaba su cabellers azul con delicadeza.

Christopher hacía casi lo mismo con Felix, sólo que el pecoso estaba sentado en el regazo del mayor, apoyando su cabeza en su hombro, hipando y tratando de controlar las ganas de llorar, mientras el mayor le repetía una y otra vez “todo va a salir bien, pequitas”.

Estaban preocupados por su amigo.

i love drama. :)

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