Capítulo 2: Cada vez mas cerca.


Ambos se hallaban caminando hacia dentro del gran hospital. Namjoon se sentía tan nervioso, que era capaz de darse la vuelta y salir corriendo del lugar sin importar nada. Sus manos temblaban, no era que él tuviera alguna enfermedad o algo parecido, pero en ese instante parece que le agarro el caso más grave de Parkinson. Sentía como su mano quemaba y ardía levemente, pero, luego de bajar la vista rápidamente a sus extremidades, se percató de un pequeño detalle, que tenía los nudillos blancos de apretar la tira del bolso negro de SeokJin que tenía colgado en el hombro. ¡Jesús! Nunca en su vida se aferró tanto a una cosa como a ese bolso en ese preciso momento, sentía que si lo soltaba por casualidad el caería al negro abismo de la ansiedad y nerviosismo.

Sino fuera porque veía la cara de sufrimiento de su esposo que lo hacía sentir mal, seguramente se lo planteaba dos o tres, o quizás como ocho veces cruzar esa puerta.

— Nam, creo que vomitaré —exclamó el rubio haciendo que su esposo volteara de inmediato.

Mierda.

Namjoon sabia que él se sentía mal, lo podía sentir, ver y hasta predecir.

Lo conocía tan bien a SeokJin, que sabía perfectamente que en cualquier situación en la que lo ponga un poco nervioso ya era suficiente para hacerlo sentir mal físicamente. Siempre eran dolores de cabeza, dolores musculares, náuseas, fatiga y hasta irritación.

Si, su esposo aveces era como un niño cuando lo llevan a un lugar a la fuerza que siempre se encuentran con cara seria, el ceño fruncido y en estos casos un puchero en labios, como ahora mismo lo tiene.

Luego de haber entrado al lugar, se detuvieron frente a la recepcionista y lo volteó haciendo que quedará frente a frente a lo hizo mirar a sus ojos.

— Amor, si no te tranquilizas tantito, vas a vomitar en la sala de espera —habló acariciándole la pálida mejilla con dulzura— Habló enserio, estas blanco, tranquilízate y come un dulce antes que te desmayes.

SeokJin medio dudoso de hasta de su existencia, cerró los ojos para tomar una gran bocada de aire dejándola salir lentamente. Sabía que ese método le funcionaba en sus casos de estrés pero por alguna razón, en ese momento sentía que ni siquiera una botella de vodka le ayudaría a sus nervios.

Sacó de su bolsillo un dulce de miel que tenía en su bolsillo y se lo comió sin mas. Porque claro, era preferible comérselo sin pensarlo a intentar hacer memoria de cuándo fue que lo compró.

— Hola, buen día ¿Necesitaba algo? —preguntó la secretaria con una sonrisa en el rostro dirigiendo su vista a Namjoon. La mujer tenia el cabello largo y negro, tenia un sutil maquillaje que constaba con un sutil rubor, labial rojo y un casi imperceptible delineado. Llevaba puesto una bata larga blanca en la que en su gafete decía Bae Joo-hyun. 

Era bonita, demasiado bonita para el rubio.

Si antes SeokJin estaba nervioso ahora mismo estaba enojado. Elevó una ceja mirando incrédulo a la chica que le hacía ojitos a su esposo.

— Si queríamos saber dónde estaba el área de marterni-

— ¡Ya era hora!

Ambos vieron a su costado derecho como en el medio del pasillo, se hallaba Hwasa con ambos brazos en su cintura con una cara de pocos amigos.

— Les dije una sola cosa; Qué vengan rápido, ¡Si que se tomaron su tiempo! —reprochó caminado hacia ellos para tomarlos de sus muñecas y tironearlos. Cuando volteo hacia donde había venido se encontró la curiosa mirada de la recepcionista que no había dejado de ver a su amigo— Primero cariño, déjame informarte que este bombonazo moreno que vez aquí. Está casado. Y el hermoso rubio, labios grueso y mejor figura que tú, es su esposo —su mirada no se iba de la mujer que en ese momento se encontraba totalmente roja, mordiendo su labio inferior con nerviosismo— Por si no estabas contenta con eso, ahora mismo está naciendo su hijo así que ¡Fuera y haz tu trabajo!

Dicho eso, Hwasa se los llevo como dos niños pequeños, con sus manos debajo de sus brazos tomando sus muñecas con fuerza sin soltarlos hasta el ascensor que los llevaría hasta su piso. Cuando las puertas de la caja metálica cerraron, ella tocó el botón del sexto piso una vez y al ver el reloj que se encontraba en el ascensor, empezó a tocarlo impacientemente.

— Vamos, vamos... ¡Joder! ¡Esto es tu culpa! —se quejó amargamente mirándolos con mala cara— Debiste haber venido apenas te llamé Namjoon.

— Lo siento, es que SeokJin casi se desmaya un par de veces viniendo para aquí.

Hwasa giró si cabeza viendo al rubio que se encontraba con la cabeza apoyada en una de las paredes del ascensor, con ambos ojos cerrados y con una rara mueca. Vió sus manos las cuales apresaban entre ellas, el hermoso bolso azul que ella le obsequio a ambos en felicitaciones por haber logrado conseguir a su tan esperado hijo. 

Rió con compasión, realmente no sabe que se siente tener ser padre, y mas en la situación de ellos. Pero realmente se siente contenta que gracias a ella, es que ahora sus dos amigos se van a encontrar con ese pequeñito.

— Yo que tu, respiro tranquilamente ahora que puedes. No te lo puedo asegurar que luego estés tranquilo —bromeó intentando relajar un poco el ambiente del rubio. 

Conocía a SeokJin hace aproximadamente unos ocho meses, que eran los mismos que ella hacia de mediadora entre ambos y Yuna. Sabia que él era una buena persona de gran corazón, que se preocupaba por todos los demás antes que por si mismo. SeokJin, era de esas personas que no importaban la cantidad de dinero que tengas en tu cuenta bancaria, cuantos automóviles ultimo modelo tuvieras o si tu celular es el ultimo Iphone, si necesitabas ayuda verdadera él te la daría sin importar que. Siempre era un buen hombre que conquistaba el corazón de muchas personas sin darse cuenta.

 Caballeroso, bello, bondadoso, inteligente, dulce. Eran las características que mas describían a SeokJin.

El sonido del elevador abriéndose resonó en los tres pares de oídos haciendo que todos tomaran una postura recta para salir prácticamente corriendo de la caja de metal cuando escucharon un grito femenino.

No saben si era de Yuna o de quien era pero eso si que sonaba doloroso.

Los tres estaban corriendo por el pasillo, Hwasa en medio adelante y la pareja detrás de ellos intentando seguirle el paso. SeokJin con cada paso que daba sentía como su respiración empezaba a fallar, mientras que Namjoon hacia un grane esfuerzo para no desmayarse en el piso.

Ninguno de los dos podían dejar de temblar tanto de nervios como de ansiedad.

Luego de haber estado por los pasillo llegaron a la zona que tanto buscaban y a la vez le temían por alguna razón, maternidad. El lugar era todo muy infantil, las paredes eran mitad verde y mitad celeste imitando el césped y el cielo, en ellas se veían diferentes flores, mariposas, dinosaurios y tipos de personajes infantiles haciendo que se vea mas colorido que de costumbre. Llegando hasta el final del pasillo frente a una gran puerta doble blanca se encontraba la asistente social que ambos conocían como Kim Yongsun, que apenas se percato de su presencia giró en su dirección.

— ¡Maria! —exclamó dejando soltar un gran suspiro aliviado. La castaña se acercó haciendo resonar los tacones hasta estar frente a morena— Jesus, mujer, nunca había estado tan alterada por esperar a alguien. Yuna entró hace cinco minutos, las contracciones son cada dos minutos y tiene seis de dilatación.

—Me dijiste que ya había entrado en labor de parto Maria —habló Namjoon con una ceja levantada y el ceño fruncido, luego de escuchar eso hizo que la pelinegra se volteara a verlo con una sonrisa culpa en rostro— Me mentiste

— No... Bueno si... Ella tenia contracciones cada una hora cuando te llame, pero los quería a ambos a su lado.

Namjoon se cruzo de brazos dejando salir un pesado bufido, tiro su cabello hacia atrás intentando que relajar su semblante. ¿Es que lo quiere matar? ¡Con cosas así no se juega mierda! SeokJin, que vio con una temblante sonrisa a su esposo, se acercó a abrazárlo por la cintura escondiendo su rostro en el cuello de este.

Sabia lo ansioso que estaba por el bebe, había noches en la que no dormía recordando que pronto tendría su hijo en sus manos. Mas de una noche se desveló cuando Yuna se había quedado a dormir en casa porque no aguantaba los dolores y quería ser consolada por alguien.

—Tranquilo Namie —murmuró bajo, intentando tranquilizarlo. No sabia en que momento sus manos dejaron de temblar y su rostro en vez de tener una cara de querer vomitar o de que iba a morir de un ataque había una sonrisa en ella.

 Quizás el hecho de que sabia que Namjoon se había tomado peor de lo que era la mentira de Maria y eso hacia que se forzara a relajarse para tranquilizarlo,  porque sabia que sino su esposo se ponía de muy malas.

Namjoon en un remoto y bajo suspiro dejo salir casi toda su molestia, nervios y pánico contenido para relajarse un poco. Su respiración se tranquilizo y su molestia iba cesando cada vez mas, al sentir el cálido aliento de su amado en su cuello causando que se le erice la piel.

—Woow amigo... Sabia que ser padre te había alterado pero no sabia que tanto —se burló la pelinegra recibiendo un quejido por parte del moreno— Ya, lo siento. Sabia que si les decía eso iban a tardar y ella los quería acá ya.

—Tenia miedo —pronunció Yongsun recibiendo las miradas de todos— Cuando estuve con ella confesó que sin ustedes, tenia miedo, por eso no quería tener el bebe sin ustedes cerca.

El de cabello platinado asintió sin mas, aferrando su mano a la fina cintura de su esposo. Dejando que su mera presencia lo estabilice como lo hacia siempre.

Si SeokJin siempre perdía los estribos a la hora de entrar en ansiedad o pánico, Namjoon era su balde de agua, como asi pasaba cuando el moreno se desestabilizaba y el rubio era su cable a tierra.

— Vamos —pronuncio Namjoon ya mas calmado.

Ambos siguieron a las mujeres que los guiaron por dentro de las puertas blancas que no resultaban nada mas ni nada menos que los pasillos del hospital del lado de los quirofanos, pero luego de unos cuantos pasillos mas dieron con las habitaciones de las pacientes. Si, su pulso aumentaban y aunque estaban mas tranquilos no podían olvidarse del hecho que esta por nacer su hijo. Las manos sudadas y los golpeteos en su pecho por mas que intenten eso, no se iba.

— Bien, ahora ambos irán a la habitación de Yuna que es la ciento quince y hablaran de con ella de lo que quieran. —informo maría mirando su tablet para luego mirar a la pareja con un expresión dura—Como dijo Solar, ella tiene seis de dilatación, tiene que llegar a diez o sino ira a cesaría... Yo les pediría que la distraigan, con lo que sea. Hablen, bromeen, jueguen a las cartas lo que fuere. Solo les pido que no la alteren mas de lo que esta. Recuerden que Yuna no es mas que una adolescente que hizo cosas de adultos y ahora esta pasando por todo este momento que no debería estar pasando, ella no es mas que una ni-

— Maria creo que te estas pasando ambos saben con quien van a hablar. Conocen a Yuna de la misma manera que tu, no te preocupes. —exclamó Yongsun con una sonrisa tranquilizadora haciendo que la morena soltara todo el aire—Sabemos que estas preocupada por ella y lo respetamos, pero también recuerda que ellos también saben por todo lo que paso y lo que deben decir y lo que no.

— Lo se, lo siento ¿Okey? Este asunto me tiene los nervios de punta.

Namjoon soltó a su esposo para acercarse a la morena que tenia los dedos incrustados en la tableta plateada y la rodeo con sus brazos un abrazo. 

—Ya, ya, suéltame —se quejó con disgusto y diversión. Miró como el rubio los miraba con una sonrisa mientras afianzaba el bolso en su hombro— Déjame que SeokJin se esta molestando —dijo haciendo reír mas al involucrado y a YongSun—  Mira, esta tan furioso que estés abrazando a otra mujer que no puede controlar sus celos. Me va atacar en cualquier momento.

— Si no ataco a la secretaria de abajo no lo hará contigo.

SeokJin abrió la boca indignado y la cerro sin mas. No podía creer que Namjoon había sido consiente en todo momento del coqueteo de la otra. 

— Me iré a ver a Yuna. Les hablo después —informó volteándose emprendiendo camino en esa dirección dejando con una mueca de indignación a su esposo. 

— No sabes que cuarto es —reprochó Namjoon riendo de la actitud de su tan adorado y posesivo de SeokJin.

— Si la se, la dijo Maria apenas nos hablo de Yuna. —habló volteando para mirarlo  aun mientras caminaba y con una sonrisa habló— Si tu estuviste pensando en la secretaria no es mi culpa. —se encogió de hombros lo mas despreocupadamente y giro para seguir su camino.

— Hijo de... 

— Vete ya —interrumpió Maria con una risa.

— ¡Adios! —exclamó corriendo tras SeokJin cuando llego hasta este tomó su mano y entrelazo sus dedos besando el dorso de su mano.


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