"Eres el diamante que esconderé siempre en mi corazón"

Anonimo

"Te he visto despedirte de quien no querías, y creo que no existe peor forma de romperse el corazón"

Benjamin Griss

Lena:

El regazo de Derek es un lugar extrañamente reconfortante, sus mejillas se adornan de un pequeño color coral, tal como si estuviera sonrojándose, pero, probablemente es mi delirada imaginación, él nunca se sonroja, ni siquiera por una declaración, eso lo es mejor que nadie.

Claramente, mis mejillas están más rojas que un tomate, lo siento al tocar mi piel y detectar un ligero ardor, algo que conocía bastante bien cada que lo veía, aun así, me levanto lo más rápido que puedo y de inmediato cierro mi corazón y escondo todos mis sentimientos con esta acción.

Él primero me mira extrañado, confuso, después parece como si el mejor secreto del universo le hubiera sido revelado, por último se dedica a observarme totalmente avergonzado, penoso, y con una voz tímida dice:

-Lo siento

Mis pensamientos son totalmente impuros, los chicos malos no son buenos, eso debería saberlo bien, él me lo demostró, pero, no importa lo mucho que intente, su mirada tan acalorada y tímida me excita, me lleva al cielo sin siquiera tocarme, sin embargo, la bajada es dura y siempre termino en el infierno, uno oscuro y vacío que me invita a consumirme....no obstante eso es imposible, yo nací para ser un ángel no un demonio, dijo mi padre, debo enamorarme de alguien igual me ordeno y a Jeremy me presento.

Creo que lo demás se volvió historia; una patética y triste historia en la que estoy envuelta, una en la que no podré salir hasta el día de muerte, por eso, decido olvidar una vez más, alejarlo como sé hacerlo porque no deseo lastimarlo, ya no quiero arriesgarme, eso no ha salido nada bien desde hace tiempo, por lo que retomo mi voz y con ademán indiferente y firme pronuncio:

-No te preocupes, ha sido mi culpa, ¿de qué quieres hablar Derek?

Sé que cuando digo esto es el claro adiós para mí, esto tiene que parar, él debe seguir, yo me debo reconstruir, tenemos que alejarnos y jamás volvernos a encontrar, esa es la estúpida y cruel realidad.

Derek:

Mi nombre en sus labios es como un bálsamo que arde, una sensación agridulce, porque, al escuchar su voz tan distante me lastima, la extraño, nadie sabe cuánto.

Su mirada condescendiente me pide que responda, se le nota cansada, nerviosa, incómoda y deseo acabar con todo de una vez por todas.

-sobre nosotros.

Sus facciones cambian drásticamente, pasan de estar indiferentes a sorpresivas, pero, ella lo nota y vuele a ser la chica alejada que conocí cuando llegue aquí.

-no hay un nosotros Derek, tan solo somos amigos, personas que nos conocimos y nos olvidamos, cada quien avanzo y a pesar de que aprecio el recuerdo de nuestra amistad no pienso que esa aun exista, tal vez nunca existió.

Sus palabras me destruyen lentamente, pausadamente, dolorosamente, mi mirada se nubla con un mar de lágrimas, no me permito llorar, sé que saldría huyendo si eso pasara.

Es triste si soy totalmente sincero. Aún recuerdo como los veranos ahora lejanos nos juntábamos, parecíamos más pareja que amigos, pero, no nos importaba, en ese momento yo escondía lo que sentía, me conformaba con ser su amigo, si tan solo hubiera sabido que esto nos pasaría la hubiera hecho quedarse, me hubiera hecho menos cobarde, asustadizo, más valiente, menos conformista, tímido, más salvaje, sin embargo, bien dicen que no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes, pues, yo no solo había perdido su amor, sino también su amistad, ella ya no estaba a mi lado, de ninguna forma, y eso me asustaba, aunque sobre todo hacía que la culpa creciera aún más en mi roto corazón, sabiendo que el causante absoluto era yo.