Veía como los del Banco se llevaban las cosas de la casa, por no poder pagar sus impuestos.

-Papi-Gala lloraba, viendo como se llevaban su cama.

-Tranquila, Gala. Mientras estemos juntos, nada nos pasará-la cargó en sus brazos.

La casa quedó completamente vacía.

Sólo tenían una pequeña cocinilla, unos cuantos juegos de platos, un par de vasos y tazas.

Se quedaron con un colchón y unas mantas.

Eren ni siquiera tenía donde Gala podía estudiar, ni ir a la escuela.

Pensaba que era la peor persona del mundo, al tener a su hija en esas circunstancias.

Dos días después, la puerta fue golpeada.

Eren tenía miedo de abrirla, pero estaba seguro de que si no lo hacía, podía ser peor.

Al abrirla, vio a esa mujer.

-¡Esto es inaceptable!-Le gritaba furiosa.

-Señorita, por favor. No me trate de esa forma-Eren trataba de tranquilizar a la mujer.

-¡Esa niña no merece estos tratos, mocoso!¡Ella no puede estar aquí, junto a ti!- Lo apuntó.

-¡¿Qué?!-Frunció el ceño-¡¿Por qué no?!-

-He hablado con tus vecinos, me han comentado muchas cosas sobre ti... "Joven descuidado, posiblemente drogadicto. Grita y sale temprano, llega muy tarde a casa..."-lo miró-esto se acabó, ya te di la oportunidad para poder enmendar tu error-envió un mensaje-pero ya no se puede-

Unas personas entraron a la casa.

Eren abrazó bien fuerte a Gala, ambos estaban muy asustados.

-¡¿Qué hacen?!-Comenzarón a forzajear con la pequeña-¡No!¡Dejenla!¡Por favor!¡Ella me necesita!-

-¡Papi!-Gala lloraba-¡No me dejes!-

-¡Sueltala!- La mujer empujó a Eren y este cayó al piso-¡Primero, aprende a ser un padre y luego haz algo por tu hija!-

-¡Ella es mía!-Lloraba el castaño-¡Es mi hija!- Se puso de pie, pero nuevamente lo empujaron.

-¡Emtiendeló, Eren Jeager!¡No volverás a ver a esta niña!¡No eres apto!-Comenzaron a caminar.

Eren se arrastraba por el piso, para alcanzarlos.

Pero no pudo hacer nada.

Le habían quitado a su pequeña, quedando solo en miseria.