Capítulo 14.
Ximena:
Estoy en mi ordenador haciendo algunos deberes que tengo atrasados, cuando levanto la vista y veo a Stella cerrar la puerta, puedo ver que una sonrisa se dibuja en su rostro.
—Quien se ríe solo, de sus picardias se acuerda —le digo recordando aquel dicho que decía mi difunta abuela paterna— vamos, cuenta, ¿Qué tal te fue?
—Bien —dice mientras camina a la cocina, saca un vaso de la alacena, se acerca a la nevera y se sirve un poco de jugo.
—Oh vamos —le pido— algo tienes que contar... Estás muy feliz.
—Pues... —da muchas largas para decir algo.
—¡Bien! —le digo algo molesta mientras cierro mi laptop para irme a mi habitación.
—¡Andres me besó! —grita y me detengo camino al pasillo.
—¡Ya era hora!.. Se había tardado mucho la verdad.
—¿Ah?..
—Si, él es de los chicos que no tarda tanto en conquistar una chica —Stella me ve con cara de preocupación—, calma, el hecho de que no se haya apresurado contigo, es buena señal de que quiere algo serio. ¿Qué tal el beso, te gusto? —intento indagar más a fondo.
—Bueno...—Duda unos segundos en decir algo— Si, no estuvo mal.
—Mmm... ¿Pasa algo con él, es que acaso no te gusta? —le pregunto, no es que sea muy amiga de Andres, pero tampoco quiero que ella le de falsas esperanzas si no le gusta.
—No... No es eso, claro que me gusta, si no, no hubiese aceptado que me besara; es que no... No estoy segura si quiero una relación en estos momentos.
—Entiendo, pero debes ser sincera con él y decírselo —le digo y asiente.
Stella se va a dormir mientras yo me quedo revisando algunos emails de mi correo, frunzo el ceño cuando leo uno en específico, iba a pasar todo esto por alto. Al principio la idea de trabajar para ellos me llamó la atención, era una buena oportunidad para mí, pero ya esto se salía de mis manos. Pasó de blanco a negro.
Escribo una respuesta para el dichoso email y sigo leyendo uno que otro hasta que uno en especifico llama mi atención. El remitente tiene un nombre un poco extraño: [email protected], pero de igual forma lo abro:
"Hola.
Vi tu foto el otro día en la página web. Eres muy linda y me gustaría si lo permites claro está que chatearamos de vez en cuando.
Si te interesa, en plan de amigos por supuesto.
Espero tu respuesta prontamente.
Bye.
@yuriko.cassabi".
—Mmmm, esto puede ser divertido —me digo y comienzo a escribirle una respuesta:
"Hola: Yuriko.cassabi.
Gracias por el halago.
Pues... Me pediste una respuesta y si, acepto a tú petición de amistad. Podemos ser amigos por chat, no tengo ningún problema con eso.
Nos estamos leyendo. Bye.
@chicaindependiente".
Cierro mi laptop y voy a mi habitación, mañana toca un día pesado en la facultad.
——————
Ahslye:
Estamos las tres en la cocina mientras preparo el desayuno: Pan francés, con unas rebanadas de queso y lonjas de jamón de pavo para la dieta, no quiero perder mi figura. Tocan el timbre y Stella se ofrece a abrir la puerta, desde que ella está en la casa es la que abre y pues yo, no tengo problema alguno de que quiera ser la portera oficial.
Regresa a la cocina con un paquete un poco grande la verdad.
—Eso se ve pesado —dice Ximena parándose a su lado para ver el remitente, yo sigo con lo mío: Pan, queso, jamón y a la tostadora.
Ximena y Stella se paran frente a mi emboscando mi camino al mesón para poner el plato con los sándwiches.
—¿Pasa algo? —les pregunto al ver a Ximena que cruza los brazos a la altura de sus pechos y Stella recarga la caja sobre el mesón.
—¿Nos puedes explicar esto Ahslye?.. ¿Cuando pensabas decirnos o pensabas irte sin despedirte? —Siento un poco de reclamo en su voz y veo la etiqueta del remitente del paquete: Universidad Ludwig Maximilian de Múnich/Alemania.
—¡Mierda! —Soy descubierta, no era así que quería que se enteraran— ¿Quien carajos envió esta mierda aquí? —me pregunto en voz alta, mientras dejo el plato sobre el mesón y les pido que se sienten. «Llegó la hora».
—Y bien, habla ahora —me exige la colombiana, mientras que la londinense permanece en total silencio.
—Chicas... Iba a decirles, en serio solo...
—Cuándo... ¿Cuando tuvieras un pie en el avión? —me interrumpe molesta.
—No. Solo estaba esperando el momento oportuno Ximena, no es fácil para mí decir esto.. ¿Qué querías que dijera? ¡Oigan, hace poco más de un año me postulé para terminar mis estudios en Alemania y que creen, me acaban de aceptar!
—¡Debiste decirnos apenas lo supiste... Debiste decírmelo a mí al menos! —Ximena alza un poco la voz reclamando y no me gusta que hagan eso, muchos reclamos escuché de mis padres cuando vivía con ellos para ahora tener que escuchar los suyos— ¡¿Te postulaste hace más de un año y no me dijiste nada?!
—¡Es mi vida Ximena, yo decido cuándo hacer las cosas ok! ¡Estás actuando como mis padres!
—¡Basta chicas, dejen de discutir! —Interrumpe Stella— Ximena, ella tiene razón y debemos respetarla, si dice que estaba buscando la oportunidad es así y ahora es momento de apoyarla no de reclamarle nada... Debe estar asustada con esto, no es fácil salir de su zona de confort para enfrentarse a algo nuevo y tan lejos —vaya que Stella me sorprende a veces, es más inteligente de lo que creía.
—¡Tonterías, me voy, espero que te vayas pronto a Alemania y no verte mas la cara! —Me grita y se va dando un portazo en la puerta principal.
Llevo mis manos a mi cara tratando de calmarme. Stella se mantiene junto a mi apoyando una de sus manos en mi hombro izquierdo.
—Ya se le pasará, no hablaba en serio, lo sabes.
—Tiene razón —afirmo— debí decirle lo de mi postulación, pero es que no creí que me aceptaran, ya hace tanto de eso que hasta lo había olvidado.
—Eso ya no importa, estoy muy feliz por ti, es una gran oportunidad que no debes rechazar —me consuela— ¿Cuando planeas irte? —me pregunta.
—Aún no he comprado el boleto de avión.
—Bien entonces te quedas con nosotras un poco más y sobre Ximena, ya sabes como es, de seguro esta tarde te habla como si nada. Vamos desayunemos que se hace tarde.
Suelto un suspiro, ya hasta el hambre se me quitó, solo tomo mi jugo verde y busco mis llaves para irme a la facultad para llevar los documentos de retiro. Andres está esperando a Stella para llevarla a clases, si que le pegó fuerte el enamoramiento al cubo de azúcar «patético».
—¡Buenos días! —me saluda y pongo los ojos en blanco.
—No estoy de humor cubo de azúcar —acciono el botón de la alarma de mi automovil para desactivarla y abrir la puerta, enciendo el auto y me voy dejando un pequeño hilo de marcas de los neumáticos en el suelo.
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Stella:
Me acerco a Andres y me saluda con un corto beso en los labios:
—¿Está de mal humor hoy, no? —Me pregunta.
—Si, tuvo una discusión con Ximena esta mañana —no se si sea prudente contarle, pero igual lo hago mientras vamos de camino a mi facultad.
—Bueno espero poder despedirme de ella antes de que se marche, aunque creo que le caigo mal —me río—, pero igual quisiera desearle suerte, una oportunidad así no se debe dejar pasar.
—¿Te irías si tuvieras una oportunidad así? —Le pregunto y toma mi mano, la lleva a su boca y deja un tierno beso sobre ella.
—Solo si vinieras conmigo.
El calor invade mis mejillas y sé que ya estoy sonrojada. Me despido de él al llegar a mi destino y en la puerta está Javier esperándome para subir a clases. «¿Esto será así todos los días de ahora en adelante?».
————
Ximena:
Salgo molesta de casa, no puedo creer que Ahslye me hubiese ocultado esto por tanto tiempo, creí que éramos mejores amigas, ella sabe todo de mí, ¿Porqué ocultarme algo tan importante?
—¡Vete a la mierda! —Le grito a un pendejo que quería hacer el intento de ligar desde la calle de enfrente.
Sigo caminando sin rumbo fijo, ya perdí mi primera clase y realmente no me importa, tengo mucha rabia para estar aguantando a una profesora que me odia.
Llego a las gradas del campo de fútbol y me siento allí un rato. Saco el celular de mi bolsillo y no sé por qué abro mi correo y empiezo a teclear un mensaje a @Yuriko.cassabi. El chico me responde inmediatamente el saludo y comienzo a desahogarme con él, sus palabras me calman y hacen que entienda un poco a mi amiga, mi amiga la que traicionó mi confianza y creo que eso es lo que más me duele, a pesar de que me entristece que se marche, estoy feliz porque logrará uno de sus sueños.
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Ricardo:
El día comienza pesado, ya llevo el primer regaño de la mañana por culpa de uno de mis compañeros, ¿Cómo es posible que personas como él piensan llevar la vida de un paciente en sus manos cuando no se esfuerza en aprender? Sólo está aquí para complacer a papi y a mami y tener un título pegado en la pared de un consultorio polvoriento. Me da miedo caer en manos de médicos mediocres como este.
Saco mi teléfono para distraerme un poco y comienzo a responder algunos mensajes tardíos y elimino uno que otro de publicidades que no me importan. La hora de descanso se pasa muy rápido, ni cuenta me di de que llegaré tarde a la otra clase.
Pasa la segunda hora y encuentro a Andres por los pasillos tecleando algo en su teléfono muy concentrado y sin darse cuenta del camino.
—¡Ten cuidado por donde caminas! —Le digo y sube la cara para verme.
—Lo siento estoy hablando con Stella —Stella, si que le pegó duro eso del amor— nos vemos en el almuerzo —me dice y se va no sé a dónde.
«Debo comprar otro teléfono», pienso por si llevo a cabo mi plan.
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Stella:
Llego a la cafetería primero que los demás, busco la mesa de siempre y me siento a esperarlos. Una voz a mi espalda me hace estremecer:
—¿Eres Stella cierto? —me pregunta
—Y tu Nathaly ¿No es así? —le respondo en el mismo tono que uso para hablarme.
—Estás en lo cierto, pero aún no respondes mi pregunta ¿Eres o no Stella?
—Lo soy —le digo un poco nerviosa, el que se haya acercado a mí no es buena señal. Me ve de arriba a abajo con cara de asco.
—Bien a lo que vine... —Dice— Solo vengo a advertirte que te alejes de Javier si no quieres tener problemas —me amenaza— no quiero que le hables, o que lo veas, ni siquiera respires el mismo aire que él.
«Está loca».
—Lo lamento, pero él y yo estamos en las mismas clases y estamos haciendo un proyecto juntos —le digo lo más tranquila que puedo, no quiero que note que estoy nerviosa.
—Pues le dices que ya no vas a seguir con el proyecto con él y vas y te busca a otro.
—No puedo, las parejas las asignó la profesora —golpea con ambas manos la mesa, los chicos sentados cerca se dan cuenta.
—¡No me importa si el mismo papa los haya elegido, te apartas de él si no quieres pasarla mal!
Mi corazón se acelera del susto, pero Nathaly se tensa al escuchar la voz del chico a su lado del cual no se dio cuenta.
—¿Qué pasa aquí Nathaly? —le pregunta Javier.
—¡Nada chocolatico, solo conversaba con —me mira de arriba a abajo— Stella. Bueno, deberías tomar mis consejos de belleza querida —cambia la conversación y hasta el tono de su voz—,cuando quieras puedes pedirme ayuda —se va no sin antes lanzarme un beso con su mano.
—Hipócrita —digo lo más bajo posible para que Javier no me escuche.
Se sienta junto a mí muy sonriente y me pregunta:
—¿Lista para la parte del proyecto de hoy? —Recuerdo la advertencia de la bruja de su novia.
—De hecho... Creo que será mejor que hablemos con la profesora...
—¿Hablar con ella, para qué? —Pregunta un poco confundido— ¿Tienes alguna duda de lo que hemos hecho hasta ahora?
—No, no es eso, solo que...
—¡Hola! —Me interrumpe Andres al llegar junto a nosotros y me planta un beso en los labios— Estuve pensando en lo que hablamos esta mañana y tengo una idea. En unos días tendremos una semana de descanso y pensé que podríamos cruzar la frontera e ir a la playa en Estados Unidos.
—Nunca he estado en Estados Unidos —le digo.
—¡Entonces es la oportunidad perfecta para que conozcas! —Dice muy emocionado— Podemos ir los seis o los siete si Tommy se anima.
—¿A dónde van?—Pregunta Ahslye al llegar a la mesa.
—¡Iremos a la playa, como tu despedida! —Suelta. Cubro mi cara con mis manos, se suponía que no podía decir nada.
—Lo siento —dice él al ver que mi amiga frunce el ceño — ella no tiene la culpa, estaba triste esta mañana y la obligué a decirmelo —miente.
—No importa, total igual lo iban a saber, hoy, mañana o el día que me monte en ese avión.
Ricardo llega acompañado de Tommy para almorzar junto a nosotros y terminar de preparar el plan para arruinarle la velada al infiel de su exnovio.
—Bien, ya tenemos todo listo, los trajes, el papel que hará cada uno —Ahslye nos recuerda el plan a seguir— Ricardo se quedará con el encargado de la música, Andres, Javier, Ximena y yo, estaremos en el salón como meseros y Tommy y tú Stella, estarán en la cocina.
Ximena llega para escuchar lo último que dice Ahslye, pero no dice nada, no opina solo está ahí como una estatua viviente.
El almuerzo terminó y cada quien se va a clases, a excepción de Ahslye que tiene reunión con el rector.
Pasan dos horas más donde no quiero que la clase termine, no quiero tener que ver a Javier y decirle que ya no puedo trabajar con él, prefiero tener una mala nota a enfrentarme a la venganza de la bruja de su novia. Lamentablemente dan las 4 pm y ya mi día de clases termina.
Camino lo más rápido posible hacia la salida, estoy tratando de evitar a Javier por todos los medios posibles. Tomo mi celular y le escribo a Andres:
—"¿Puedes llevarme a casa por favor?"
Inmediatamente recibo una respuesta negativa, lo que me baja el ánimo:
—"Lo siento corazón, estoy en una práctica de laboratorio, pero te veo luego. Besos".
—¡Demonios!.. Toca caminar.
Camino lo más rápido que puedo por las calles de atrás y así evitar encontrarme con él en la avenida principal. Cruzo la esquina de mi casa y lo veo ahí sentado en los escalones del portal esperándome.
—«¡Mierda!» Mi cerebro habla como si tuviera vida propia.
—Hola —Me saluda como si no me hubiese visto treinta minutos antes.
—Hola —respondo— ¿Qué haces aquí?
Javier me ve extrañado por mi pregunta:
—¿Cómo que, qué hago aquí?, tenemos un proyecto que terminar
—Sobre eso... —Dudo en si decirselo de una vez—, No creo que podamos seguir juntos en esto —abre los ojos como platos sorprendido por lo que le digo.
—¿De qué estás hablando?, Si estaba todo bien ayer ¿Que te hizo cambiar de opinión? —siento en su voz algo de molestia.
—Verás... —¿Que puedo decirle que suene creíble?— Siento que después de la discusión de ayer por el punto en que no acordamos, van a continuar cosas así y no estoy dispuesta a discutir mis trabajos, prefiero hacerlo sola —miento, «no pudiste encontrar una excusa más creíble», me regaña mi conciencia.
Javier da un paso atrás.
—¿Estás bromeando no es así? —no digo nada— ¡Vaya, que rápido cambias de opinión de un día para otro!.. ¡Pensé que podíamos llegar a hacer un excelente proyecto juntos! —alza la voz indignado y con mucha razón—. ¡Hice todo lo que dijiste, deje todo en tus manos, tú democracia lo olvidaste, tú dictas, yo escribo, esa era tu regla y lo cumplí! —no abro la boca. Mi garganta se seca y debo tragar grueso ante sus palabras—, ¡¿No dirás nada?.. ¡Bien, me voy!
Veo como entra en su auto, lo enciende y se va. Mis ojos comienzan a escocerme dejando que unas cuantas lágrimas salgan de ellos sin poder evitarlo. Entro a la casa y corro a mi habitación lanzándome a la cama para continuar llorando.
Me quedé dormida un rato luego de sentir tanta pena por mí, debí haberme negado a la amenaza de Nathaly, pero es que aquí es todo tan distinto a Londres, no tengo a papá ni a mamá y mucho menos a mi hermano quien me hacía sentir bien cuando estaba triste, aquí solo cuento con las chicas y con Andres que se ha convertido en alguien importante en mi vida.
Mi celular vibra con la entrada de un mensaje, enciendo la pantalla y es Andres invitándome a dar una vuelta, al principio me niego, pero es tan insistente que cedo al final. Me doy una ducha y me visto con algo de ropa que Ahslye me regaló, intento tapar mis ojos hinchados con maquillaje, pero no cubre lo suficiente, solo espero que él no lo note.
Andres toca la bocina de su auto, esa es la señal de que está afuera esperándome, cruzo el pasillo hacia la sala donde esta Ahslye en su laptop:
—Voy a salir con Andres —le aviso y sigo mi camino, oh bueno, eso intentaba cuando ella me llama:
—Detente ahí. ¿Por qué tienes los ojos hinchados? —Me pregunta mientras me analiza con la mirada.
—No sé, tal vez sea porque me desperté hace un rato —miento.
—Por qué será que no te creo.
—Nos vemos más tarde —le digo y salgo disparada de casa al auto de Andres, quien ya tiene la puerta abierta para mí.
Entro al auto y él lo hace después de mí, enciende la radio mientras vamos camino a no se donde. La música es suave eso hace que me distraiga un poco de mis pensamientos.
Entramos a una especie de estacionamiento al aire libre el cual tiene marcadas en el suelo líneas y números indicando los lugares, cada uno con una corneta a cada lado. Nos colocamos aproximadamente a la mitad del lugar y llega un chico montado en una scooter.
—¡Buenas noches y bienvenidos! ¿Desean realizar su orden?
—Si, dos palomitas grandes, un refresco grande y dos hot dogs simples por favor —Pide Andres.
La pantalla gigante que está apostada al inicio del estacionamiento se enciende mostrando las publicidades de las películas que se estrenarán dentro de poco. Nuestro pedido llega al
mismo tiempo que el sonido ensordecedor de los tambores comienza a escucharse por todos lados y varias imágenes del Rey Tchala de Wakanda aparecen en la tela gigante frente a nosotros.
—Las películas de Marvel son mis favoritas —me dice él y le respondo que las mías también, sonríe y besa mi mano.
Continuamos viendo la película hasta la escena post créditos. Esperamos que el lugar se vaciara un poco para poder salir pues apenas comenzaron las publicidades el autocine comenzó a llenarse de autos. Después de quince minutos logramos salir y vamos de vuelta a casa.
—Has estado muy callada... ¿Pasa algo, no te gustó la película o el lugar?.
—No, no es eso, es solo... «Como decirle que soy una estúpida al hacerle caso a la amenaza de la bruja de Nathaly»
—Cariño —me dice dulcemente al tomar mi mano—, puedes decirmelo —me quedo callada unos instantes pensando en si debo decirle o no— ¿Se trata de Javier? Llegó muy molesto a casa y se encerró en su cuarto —bajo la cabeza apenada— ¡Si te hizo enojar o no trabajo para el proyecto, solo dimelo y le reclamo!
—No, no es eso, él hizo su parte sólo que yo... —Andres me mira serio esperando a que termine de hablar— cometí una estupidez y fui injusta con él, tiene razón de estar molesto —le cuento todo lo sucedido y veo como tensa la quijada por la rabia.
Lleva ambas manos al volante sin decir nada en todo el camino «eres idiota Stella, hacerle caso a esa bruja por miedo a que nadie te apoye», repite mi cerebro una y otra vez hasta que llegamos a mi casa. Apaga el auto, pero no se mueve a abrirme la puerta como siempre. Ahora él también está molesto conmigo y lo entiendo.
Pongo mi mano en la puerta para abrirla y baja el seguro desde su lugar.
—Escucha —me dice haciendo que voltee a verlo— no estoy molesto contigo, me molesta que no me hayas dicho nada apenas pasó, me gustas Stella y mucho y me gustaría que me tuvieras la suficiente confianza para decirme las cosas ¿Ok? —siento mi rostro calentarse por la vergüenza de ser tan tonta—, no le hagas caso a las amenazas de ella, no te hará nada mientras yo esté contigo ¿Entiendes? —. Muevo la cabeza en señal de entender lo que me dice.
—Debe estar pensando lo peor de mi en este momento, di mi palabra en ayudarlo a pasar la materia y ahora lo dejé tirado —le digo con una mezcla de tristeza y vergüenza a la vez.
—Hablaré con él y...
—¡No! —Casi le grito interrumpiéndolo— Si ella se entera que fui yo seguro si cumple con sus amenazas —me aterra la sola idea de que pueda hacerme algo igual o peor que a las otras chicas.
—Tranquila —besa mi frente y sonríe— él no le dirá nada, es más, hasta creo que va a terminar con ella —me dice mientras se acomoda en su asiento y yo abro los ojos como platos— sería lo mejor.
No hablamos más del asunto, me abre la puerta y me acompaña a la entrada de la casa, pongo la llave en el cerrojo y volteo a verlo para despedirme:
—Gracias por lo de esta noche, eres un buen amigo —lo abrazo con fuerza un par de minutos en los que él no corresponde al instante, sino segundos después.
———————-
Andres:
«Acaban de enviarte a la friend zone amigo» me dice mi cerebro, no lo puedo creer luego de que le dije abiertamente que me gustaba... Me niego a aceptarlo. Me separo un poco de su abrazo, pongo mis manos en su rostro, me acerco a ella y la beso en la boca, ella acepta mis labios, no puede ser que solo me quiera como amigo cuando sus besos dicen lo contrario.
Entreabro sus labios con mi lengua y me da permiso para saborear la suya «no cerebro, estás equivocado amigo», me digo mientras voy moviéndome dentro de su boca. Se separa para tomar aire y pego mi frente a la suya.
—Stella, me gustas mucho —le digo y veo como aún mantiene los ojos cerrados, me inquieto esperando a que diga: "Tu igual a mi", pero no dice nada y siento como el frío me recorre de los pies a la cabeza.
—Tu también me gustas Andres —confirma y si que siento como el calor regresa a mi cuerpo, pero aún no es momento de pedirle que sea mi novia, no, eso debo hacerlo en un lugar especial, que ella nunca pueda olvidar. Le doy un corto beso y espero a que entre a casa para irme feliz a la mía.
—Debo hablar con Javier, él no puede estar pensando mal de mi Stella y menos cuando fui yo quien los metió a los dos en esto y a Nathaly, le daré una advertencia también —hablo en voz alta dentro mi auto para mi mismo.
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