Capítulo 10.
Ahslye.
Estoy en la cocina con los waffles en la sartén, ayer fue un día de locos. Ximena acaba de levantarse y me ayuda a llevar todo a la mesa, mientras que Stella ya está con el celular al oído, imagino que habla con el terroncito azucarado.
Luego del desayuno me siento en el sillón, enciendo el televisor y coloco mi portátil sobre mis piernas para hacer un trabajo de la universidad; estoy entretenida en mis labores cuando escucho que alguien toca el timbre.
Stella se ofrece amablemente a abrir y con ella entra Tommy el chico basquetbolista que una vez traje a casa, me sorprende verlo por aquí, tiene mal aspecto está cabizbajo y ojeroso.
—¿Puedo hablar contigo un minuto? —me dice, le sonrío y palpo el lugar a mi lado para que se siente, Stella me deja sola con él.
Tommy se sienta junto a mi e inmediatamente lleva los codos a sus rodillas, con ambas manos se cubre el rostro, nunca lo he visto así, somos amigos desde hace un tiempo y sé que es un chico muy alegre y vivaz. Coloco mi mano sobre su espalda esperando a que hable.
—Ese es el chico que trajo una vez, el vampiro —escucho susurrar a Ximena, volteo a ver dónde está y la veo semi escondida en la pared del pasillo con Stella.
—Ya regreso —le digo al moreno junto a mí.
Camino al pasillo y tomo del brazo a ambas chismosas para meterlas en el primer cuarto que encuentro.
—¿Se puede saber que hacen, acaso no hay privacidad en esta casa?
—Él es el vampiro, el que te dejo los moretones hace un tiempo —dice Ximena y abro los ojos como platos.
—¡Estás loca! ¡Esos... Esos moretones me los hice en lucha libre! ¡¿Si recuerdas la época donde se me metió en la cabeza que quería practicar deportes rudos?! Pues esa fue la primera y última vez.
Ahora es ella quien abre sus ojos sorprendida.
—Pero... Pero es que lo trajiste a casa una noche y al día siguiente saliste con moretones... yo pensé que...¡Es que no se escucha nada, putas paredes insonoras! —dice enojada y la tomo de los hombros.
—A ver pequeña loca...¿Quien te dijo que las paredes bloquean el sonido? Eso es mentira, si se escucha todo. ¿No dices que me has escuchado roncar a veces? —asiente con la cabeza gacha— Entonces ¿Cómo crees que escuchas unas cosas y otras no?
—Tienes razón... Lo siento —le doy un abrazo a esa loca— Ximena te amo, pero a veces me exasperas.
—Lo sé... Lo sé. ¿Pero entonces a qué vino?
—No lo sé, ustedes dos —dije señalándolas a ambas— me interrumpieron con su chisme. Quedense aqui.
Es mejor decirles «vengan siéntese junto a nosotros», apenas me di la vuelta las veo de nuevo detrás de la pared medio escondidas, blanqueo los ojos y regreso a la sala dejándolas allí. «Entrometidas», dice la vocesita que hay en mi cabeza.
Me acerco de nuevo al moreno, me siento y no se ha movido ni un ápice de su posición. Espero un poco para preguntarle el motivo de su visita, pero él decide hablar primero:
—Me dejó... —suelta así sin más con las manos aún cubriendo su rostro— ... Tiene a otro —eso si es una sorpresa para mí.
—¿Cómo lo sabes, te lo dijo?
—Lo vi en un restaurante al cual lo había invitado horas antes, me dijo que no podia porqué estaba en la biblioteca estudiando, me acerqué a comprarme algo para que cenáramos en casa y ahi estaba con su amante. Luego en casa lo encaré —dice con la voz entrecortada— y no lo negó —quita las manos de su cara para verme y veo cómo las lágrimas corren por sus mejillas.
—¡Es un maldito... Hombres! —le digo molesta.
Me molesta muchísimo que lastimen a mis amigos. Lo abrazo y unos segundos después nos sobresaltamos de golpe cuando escucho la voz de cierta colombiana a la que le dije que no saliera del lugar donde la dejé.
—¡¿Eres gay?! —suelta con el poco tacto que posee y le recrimino con la mirada su imprudencia «es que yo la mato».
Veo a Tommy apenada por la intromisión de mi amiga, pero parece no molestarse ya que asiente con la cabeza mirándola.
—¡Ximena, no sé dónde carajos dejaste el tacto mujer! —le reclamo.
—¡Pero... Pero tú, dormiste aquí con Ahslye!
—Sí, durmió conmigo, somos amigos y ese día necesitaba de mí porque se peleó con su novio y no quería volver a casa... ¡Dios, que tienes en esa cabeza tuya! —le digo y se sonroja apenada.
—Lo siento... Lo siento, yo pensé que tenían algo. ¡Pero tampoco me dijiste nada!
—Sólo somos amigos —le confirma Tommy.
—¡Tampoco tengo que decirte todo lo que hago!
—¡Hey ya cálmense! —interrumpe Stella— Aquí lo importante es el vampiro.
—Me llamo Tommy —dice mi amigo y Stella se retracta— lo siento, Tommy creo que lo que deberíamos hacer es vengarnos de ese ex novio tuyo —Stella tiene un plan.
—Ok Stella... Te escuchamos —le digo mientras me acomodo mejor en el sillón.
—Pues... Ya que te engañó lo mejor es vengarse de ese infiel... ¿Alguien más sabía que ustedes tenían algo? —pregunta Stella mientras Ximena, Tommy y yo la escuchamos?
—Nadie, todo lo guardamos en secreto, lo que hacíamos en nuestra habitación se mantenía allí, ni los compañeros de fraternidad lo saben.
—Creo que deberíamos desenmascararlo frente a toda la universidad y que sepan lo que te hizo —dice ella.
—Ok, ¿estás dispuesto a que todo salga a la luz? —le pregunto.
Tommy se queda pensativo por un rato, puedo ver que aún tiene sentimientos hacia ese tonto y de seguro no va a querer hacer nada para vengarse.
Las tres estamos esperando su respuesta, la cual no llega y comienzo a desesperarme, Ximena se acerca a Tommy y me sorprende cuando amablemente le toma la mano para hablarle:
—Tommy, sé que es difícil para ti y que te duele todo esto, pero solo tú tienes la respuesta de lo que quieres hacer.
Él aún se mantiene callado un rato más, mirando entre una y otra, su cabeza en estos momentos debe ser un remolino de emociones encontradas, nosotras solo esperamos que nos diga algo.
—No estoy seguro de lo que quiero hacer, él a pesar de lo que me hizo sigue siendo importante para mí y no quiero hacerle daño —nos dice un poco triste.
—Pues, piensalo bien ¿Si? Estamos contigo y si quieres puedes quedarte aquí el tiempo que quieras —le doy un abrazo reconfortante al cual se unen mis amigas.
———————
Nathaly.
Ya es domingo por la mañana y estoy cómodamente acurrucada en mi cama junto a mi hombre, lo traje a casa luego de aquella estúpida pelea. Javier, es y ha sido mi novio desde la secundaría. Nuestros padres son socios de una de las firmas más importantes de nuestro país desde hace algún tiempo y siempre han hablado de lo linda pareja que hacemos él y yo.
Siempre me he imaginado una vida junto a él, llena de lujos, viajes, joyas, con poder, donde todos hagan lo que yo ordene incluyendo a mi novio quien hasta ahora ha cumplido con su parte y cuando ha intentado salirse del carril, lo hago regresar con mis encantos amatorios a los cuales nunca se resiste.
No soy tonta, sé que por ahí hay varias chicas que le tienen el ojo puesto, pero he sabido ahuyentarlas, algunas con dinero, otras con amenazas y a una que otra con algunas maldades e inventos que han hecho que no regresen a mirarlo, porqué él es mío y siempre lo será.
Subo la vista para ver su rostro, me incomoda verlo en ese estado, el labio partido y su ceja ya están un poco inflamados por los golpes recibidos ayer. Aún debo averiguar qué fue lo que sucedió para que el muy tonto saliera en defensa de aquel amiguito suyo, no me gusta que se meta en lios por otras personas, su atención debe ser solo para mí.
Acaricio su labio suavemente para no lastimarlo y me gruñe un poco, me rio por lo bajo y acerco mi boca a la suya para besarlo con cuidado, él como siempre me corresponde. Aún es temprano para el desayuno y como aquí nunca se cocina puedo pedir algo para comer, así que aprovecho que lo tengo a mi merced y me subo sobre él.
Pestañea varias veces para acostumbrarse a la luz solar que entra por las cortinas entreabiertas y acomoda ambos brazos bajo la almohada debajo de su cabeza. Lo miro con una sonrisa pícara en los labios mientras voy recorriendo su cuerpo con mis manos y me molesta verle un moretón a un lado de una de sus costillas, pero lo dejo pasar por ahora, en estos momentos quiero algo más de mi hombre.
Lo beso de nuevo con suavidad en los labios y voy descendiendo con mi boca por su torso desnudo y bien trabajado, lo miro desde mi posición y veo que traga grueso «sabe a lo que voy». Saca una mano de debajo de la almohada y la lleva a mi cabello enredandolo entre sus manos disfrutando de mis "atenciones" a su amiguito.
——
Nos duchamos luego del placer que nos brindamos en la cama y vamos por comida casi al mediodía. Me lleva a un restaurante cercano a un parque donde hay muchos niños jugando, el ruido que hacen me incomoda, los chiquillos no son lo mío, nunca he pensado en tenerlos, pero si para retener a Javier conmigo debo hacerlo, lo haré ya luego que crezcan los envio a un internado y asunto resuelto.
Intento centrarme en mi novio olvidando el ruido que hay afuera charlando de cosas al azar mientras no le suelto lo que quiero saber.
—Chocolatico —le digo y refunfuña.
—Nath, sabes que odio que me digas así —le sonrío pasando por alto el comentario.
—Anoche no estabas en la fiesta cuando llegué ¿Donde estabas? —tose un poco cuando se lleva el vaso con jugo de naranja a la boca.
—Estaba ocupado.
—¿En qué?
—Pues... Tuve que ir por hielo... Eso, tuve que ir por hielo —se excusa y no le creo.
—¿Y desde cuando el capitán del equipo es el que debe comprar cosas? —le pregunto, me choca que intente mentirte.
—No veo cual es el problema de que haya ido por hielo, cuando a veces voy al supermercado por provisiones para mi casa.
Pongo mis ojos en blanco, odio cuando hace ese tipo de cosas, eso es para gente corriente, yo en cambio tengo a alguien que haga eso por mí; Samanta y Mariana son mis "chicas de servicio", hacen todo lo que les pido con tal de que las deje estar a mi lado, yo les brindo status y una buena posición en la elite en la que me desenvuelvo.
—La fiesta de ayer comenzó muy bien ¿Verdad? —intento sacarle más información— Lástima que terminara como lo hizo, además, una estúpida derramó un trago sobre mis zapatos de diseñador arruinandolos.
—Son solo unos zapatos, tu papá puede enviarte dinero para que te compres otros.
—Si... Pero la muy estúpida me echó el trago encima y subió con Tyler las escaleras, sin siquiera pedirme una disculpa, seguro tenían mucha prisa por hacer sus cochinadas.
—Espera... ¿Qué dijiste, Tyler? —me dice un poco sorprendido.
—Si, él y esa chica subieron al piso de arriba muy sonrientes —miento, la verdad estaba tan furiosa que ni pude fijarme bien en su cara.
—¡Por culpa de ese imbécil fue la pelea de anoche, esa chica es algo de Andres y Tyler quiso propasarse con ella!
—¡Pues vaya chica que se consiguió tu amiguito, mira como te dejaron por su culpa esos vándalos! —«así que esa fue la razón de la pelea» pienso—, ¿Y él no podía defenderla solo? —hablo un poco molesta, ese tal Andres y el otro chico no son personas para relacionarse con nosotros.
—Tyler se lo merecía, además, luego del golpe que le dio Andres, sus amigos intervinieron no podía dejarlo sólo.
El se defiende justificando a su amiguito, ese Andres es peor que un grano en la punta de la nariz. En verdad no veo la hora en que esa amistad se rompa y Javier se venga a vivir conmigo definitivamente.
—¡Ese Andres es mala influencia para ti, no está a la altura de nuestro status, además esa chica debe ser una cualquiera para subir a una habitación con otro chico, eso deja mucho que pensar de ella!
—¡Basta Nathaly! —me dice alzando un poco la voz y los comensales de las mesas contiguas a la nuestra voltean a vernos— Estoy cansado que hables mal de mis amigos y no sé de qué demonios de status hablas.
—Por favor baja la voz. Todos nos miran
—No me importa lo que piensen, no vivo de ellos... Que se metan en sus propios asuntos —dice sin bajar el tono y me avergüenza.
—Chocolatico, por favor —le digo simulando una sonrisa para que los demás no piensen que discutimos— dejemos de hablar de cosas insignificantes.
—Ese es el problema Nathaly, que para ti todo lo que no gire a tu alrededor no significa nada y estoy harto —me dice mientras se levanta de la mesa— me voy —saca su billetera y deja unos billetes sobre la mesa para pagar la cuenta junto a las llaves de mi auto.
—¡Javier... Javier! —le grito y se va dejándome sola en el restaurante con la vista de todos sobre mí.
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