Mientras Hattori huía de los hombres que le perseguían, Shinichi había despistado a los dos esbirros que le seguían a él y gracias a su memoria fotográfica había podido volver sobre sus pasos y encontrar el camino de regreso al laboratorio.
Al llegar allí comenzó a destruir todos los materiales químicos que había. Rompió los ordenadores que pudiesen contener información sobre los experimentos realizados.
Se aseguró también de destruir todas las muestras del APTX4869 que aún estaban sin terminar y sin probar. No quería dejar nada que pudiese usarse más tarde.

Entonces se fijo que había un cuarto próximo y se asomó. Lo que vio le hizo hervir de rabia la sangre en el cuerpo. Estaban preparando los envíos del veneno para sus destinatarios, lo que significaba que ya había compradores dispuestos a utilizarlo.
Sin dudarlo cogió uno de los mecheros del laboratorio y prendió fuego a las cajas. Nadie debía usar ese veneno contra otras personas.
El fuego se propagó rápidamente y Shinichi se dispuso a marcharse, debía encontrar a Hattori y abandonar aquel barco.

Corría por los pasillos llamando a Hattori cuando el sonido de una explosión llegó a sus oídos y un temblor repentino le hizo perdé el equilibrio y caer al suelo. Noto su cuerpo mojado y se dio cuenta al mirarse que el suelo estaba completamente empapado, posiblemente debido a que el agua estaba entrando. Con total seguridad la explosión había abierto una vía de entrada en alguna parte. El barco se hundía. No tenía mucho tiempo.

Corrió más deprisa subiendo por las escaleras para llegar a la cubierta. El fuego se había extendido y las llamas se encontraban muy cerca de donde él se hallaba. En eso, escucho una voz que le llamaba. Hattori se encontraba un poco más adelante y Shinichi sintió una gran alegría por haberle encontrado y ver que estaba bien.

- ¡Vamos Kudo! - le gritaba Hattori mientras le señalaba unas escaleras, al pie de las cuales él se hallaba - ¡podemos salir por aquí!

De repente, el sonido seco de un disparo se oyó a su espalda y Shinichi sintió un dolor agudo en la pierna que le hizo tambalearse y caer de rodillas.
Antes de que pudiera reaccionar, alguien le rodeo con fuerza el cuello con un brazo y le clavo una aguja en la piel. Shinichi noto que le inyectan algo en el cuerpo.
Hattori grito.

- Maldito crío... - oyó que le siseaban muy cerca del oído. Era la voz del hombre de la Organización que les había secuestrado - Pero esto no quedará así. Te voy a arrebatar todo lo que quieres, te voy a dejar sin nada. Te destruiré lentamente...

Hattori corrió en ayuda de su amigo, golpeando con la barra de metal que aún llevaba consigo con fuerza la cara de aquel hombre. Éste a causa del impacto soltó a Shinichi y cayó hacia atrás.
Hattori cogió por el brazo a Shinichi y de un brusco tirón le puso en pie y le empujó en dirección contraria.
El hombre de negro se puso en pie y apuntó a Hattori con su arma, disparando. La barra salto de las manos de Hattori.
Se preparo para disparar de nuevo y acabar con el detective del oeste, pero antes de llegar a hacerlo una nueva explosión hizo que el punto donde se hallaba se viera envuelto por una bola de fuego.

Hattori retrocedió protegiéndose del calor del fuego con los brazos. No se podía hacer nada por él ya. Dio media vuelta y cogiendo a Shinichi de la mano corrió en dirección a la cubierta.
El aire de la madrugada les dio a los dos en la cara cuando salieron al exterior. El barco estaba inclinándose a causa de la entrada del agua en su interior.

- No hay más opción que saltar - le dijo Shinichi entre jadeos.

Una convulsión le hizo estremecerse de pies a cabeza. Le basto un segundo para comprender, aquel hombre le había inyectado una muestra del aptx en venganza. Volvería a ser Conan.

Sin perder tiempo los dos detectives saltaron al agua y nadaron con fuerza, alejándose del barco que envuelto en llamas se hundía lentamente.

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Las sirenas de la policía se oían a lo lejos acercándose, mientras los dos compañeros permanecían sentados en el muelle.

- Es una pena que al final no hayas recuperado tu cuerpo de adulto - comentó Hattori.

- Quizás sea mejor así - respondió Conan mirando el mar - si la Organización descubre que aún estoy vivo antes de haber reunido más información sobre ellos, pondría en peligro a demasiada gente. Y siempre está la esperanza de que Haibara halle una forma de preparar el antídoto... Por cierto Hattori, gracias por salvarme antes.

- De nada tío, para eso somos amigos.

- Hasta el final

FIN