Parte 4

Sintiendo la punta metálica de la pistola en su espalda, Shinichi caminaba al lado de Hattori sopesando las opciones que tenían él y su compañero para conseguir escapar. Una mirada de reojo a la cara de Hattori le indicó que él estaba pensando exactamente lo mismo.

El hombre de negro había ordenado a sus hombres que les matarán y se deshicieran de ellos sin dejar pruebas. Les condujeron a la bodega, con intención de dispararles allí y arrojar sus cuerpos al agua a través de la compuerta de descarga de materiales.

"Si tuviera aquí mi reloj anestesiante, podría dejar fuera de combate a uno de ellos" pensó Shinichi.

Uno de los esbirros cogió un par de cadenas muy pesadas que había en un lateral y con una orden seca les hizo girarse y ponerse cara a la pared, mientras su compañero no dejaba de apuntarles con su arma. Iba a atarles esas cadenas a las piernas y así se hundirían más rápido en el agua. Hasta que la policía de rescate encontrase sus cuerpos podía pasar varias días, y de ese modo ya estarían muy lejos con el veneno.
Si querían intentar huir, no tendrían otra ocasión. Los dos amigos se miraron y sin necesidad de palabras se pusieron de acuerdo.

En el momento en que el hombre se agacho para sujetar la pierna de Shinichi, éste se giro rápidamente y le propinó una patata en la cara con todas sus fuerzas que le hicieron caer de espaldas y perder el conocimiento. El otro sicario apuntó su arma hacia él para dispararle pero Hattori le lanzó una de las cadenas contra su mano de modo que su pistola salió volando de sus manos. Antes de que la recuperase, Shinichi dio otra patada a la otra cadena alcanzándole con ella en el estómago y derribándole.

Asomándose al pasillo con cuidado confirmaron que no había nadie a la vista y corrieron hacia la salida. Pero al llegar a unas escaleras que subían, se encontraron de frente con varios matones, que al verles sacaron sus armas y se dispusieron a dispararles.
Los dos detectives tuvieron que dar media vuelta y correr por los pasillos del barco mientras eran perseguidos.

- ¡Hattori, tengo que volver al laboratorio! - le dijo Shinichi a su amigo - Distraelos.

- ¿¡Es que te has vuelto loco!? - Hattori intento retenerlo pero ya era tarde, Shinichi se había metido por una puerta dejándole solo - Idiota de Kudo....

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Dos hombres había ido tras Shinichi, y los otros 3 seguían a Hattori muy de cerca. Para despistarlos, se había refugiado en la sala de control de los motores. Observando a los hombres que le buscaban desde detrás de un panel eléctrico, Hattori cálculo rápidamente en su mente la velocidad y la fuerza a la que debía moverse para dejarles fuera de combate.

Dando un salto desde atrás, y pillándolos completamente desprevenidos, Hattori golpeó con una barra de metal la cabeza del hombre que se hallaba más cerca de él dejándole inconsciente en el momento. Antes de que reaccionarán se giro sobre si mismo, y le dio un golpe seco a otro de ellos en la boca del estómago, vaciando de aire sus pulmones y haciéndole caer.

El tercero empezó a dispararle de manera alocada, sin darse cuenta de adónde apuntaba en su afán por alcanzarle. De tan mala suerte que algunas balas dieron a los ordenadores que empezaron a soltar chispas y a sobrecalentarse. Pequeñas explosiones empezaron a producirse y eso llevó a un incendio que a su vez hizo que más aparatos eléctricos explotarán. Hattori salió de allí corriendo, mientras notaba el calor del fuego detrás de él.

"Esto es malo, este sitio va a explotar y a hundirse... Tengo que encontrar a Kudo y salir de aquí" - pensó el detective del oeste

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Perdón por hacer este capítulo más corto. Es que sino me iba a quedar demasiado largo y preferí hacer uno más para dejar todos los cabos sueltos bien explicados.

Aprovecho para agradecer que me estés leyendo :)

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