Capítulo 6
Vegeta.
Los molestos rayos del sol entraban por la ventana, estos mismos chocaban contra mis ojos, apenas los abría y estos ya me estaban jodiendo la vista, provocando un ligero fastidio en ellos. Me removía, intentando volver a encontrar la comodidad que tenia minutos antes, pero dado a que ya me había despertado — aun con los ojos cerrados. —, no podía volver a conciliar mi preciado sueño.
Qué mas da.
Con pesadez, abrí mis ojos de golpe, los talle, para aclarar mi visión, ya que gracias a los rayos del sol, nubló mi vista.
Visualice el lugar donde me encontraba, estaba más que claro que me encontraba en mi habitación, moví mi cabeza hacia mi lado izquierdo, y pude apreciar a peli-azul, aún roncando.
No roncando en realidad, es un decir de que aún sigue durmiendo.
Quité las sábanas encima mío. Mi móvil se encontraba en la mesa de noche, lo agarre con mi mano derecha, lo encendí. Aún eran las seis, seis y cuarto para ser exactos. Comencé a chequear las notificaciones, hasta toparme con un mensaje sin abrir, genial. Era del molesto de Kakaroto.
1 mensaje(s) sin abrir.
Kakaroto: VEGETA BUENOS DÍAS, perdón use mayúsculas.
Enviado(s) a las 6:10 am.
Kakaroto: los chicos y yo nos encontramos en la cafetería ¿Vienes?
Enviado(s) a las 6:13 am.
No tarde en jugar con las teclas, afirmando mi presencia.
—
Enviado(s) a las 6:16 am.
Volví el móvil al lugar donde lo había hayado, me pare dando un brinco y me encamine hacia el baño. Luego de unos minutos estando dentro, salí con una toalla envuelta desde mi cintura hasta mis rodillas. Bulma aún dormía, entonces tome precaución, y comencé a caminar sin golpear mucho el piso como normalmente acostumbro hacerlo. De mi ropero saque las prendas que usaría el día de hoy, volví a dirigirme al baño, y encerrarme en este hasta que este completamente vestido.
No tardo más de 10 minutos como lo hace una mujer haciéndose esos arduos tratamientos para tener la piel suave o libre de granos. Maquillando su rostro con variedad de cosméticos, malogrando sus rostros con químicos, polvo, pintura, o como sea que fabriquen esas cosas.
Guarde mi teléfono y salí rumbo a la cafetería.
A los pocos pasos que quedaban para llegar, pude visualizarlos riendo, lo veía tras la gran ventana de vidrio transparente, no le tome importancia y seguí mi camino hacia ellos.
Poco quedaba para llegar, vi como Kakaroto me miró, alzó su brazo sonriendo.
Llego, me saludo con cada uno de ellos haciendo un juego de manos que solo nosotros sabemos hacer. Me senté en uno de los asientos.
En eso, en toda la hora que la pasamos comiendo estuvimos hablando de cualquier cosa, tocando un tema tras otro. Luego de haber acabado de comer, necesitaba bajar el estómago lleno que tengo.
Así que me dispuse a caminar.
Me despedí de cada uno de ellos, salí de la cafetería sin rumbo fijo. Lo bueno también, es que haría hora hasta que toque la campana y mi tortura comience.
Mientras caminaba y despegaba mi mente, apunto de entrar a una sesión de pensamientos profundos. Siento como unas suaves manos tapan mis ojos, volviendo mi vista oscura.
— Hola Vegeta.. — una voz sensual habló cerca de mi oído.
Muy difícil de reconocer.
— ¿Quién eres?
— ¿Enserio no me reconoces?
— No, y quita tus sucias manos de mi cara. — agarré ambas manos y las quite bruscamente de mi cara, luego, volteé a ver de quien se trataba. — ¿Te conozco?
Creo a ver visto ese rostro, una vez, pero no recuerdo cuando y dónde.
— Si, perfectamente. — mordió su labio de forma seductora.
— Perdóname pero perdóname, no sé quién maldita sea eres. — dije con fastidio.
— Qué increíble. — miró hacia arriba rodando los ojos — Vegeta, soy Luna.. — sonrió.
Que bipolar.
— ¿Luna? Mm.. — miré hacia arriba, mientras mil y un recuerdos me golpeaban la mente. — Si creo que recuerdo.. haberlo escuchado antes.. — me referí a su nombre.
— Fue en la fiesta de Nappa, ¿Recuerdas?
Fue entonces dónde una serie de recuerdos inundaron mi mente, pasaban como agua, para ello, ya estaba ebrio cuando le comencé hablar, ella también, no sé cómo es que recién recuerdo que pase la noche con una chica. ¿Cuánto pasó desde entonces?
— Si.. algo así.
Me cruce de brazos, ya quería irme.
— Tengo una gran noticia.
— ¿Que cosa?
Por favor que sea rápido.
— ¡Voy a estudiar aquí! — empezó a gritar, su voz era muy aguda, que casi me dejaba sordo.
Me tape los odios mientras decía:
— Qué.. qué bien. — intente no ser sarcástico.
Qué mal hubiera dicho.
— Bueno, ya me tengo que ir. Nos vemos luego, bebé. — guiñó un ojo y se fue dando brincos.
Qué mal estoy empezando mi día.
(...)
Me encontraba fuera de mi habitación tocando varias veces la puerta, y nadie respondía.
¿Qué pasó?, no había visto a Bulma durante todo el día, entonces aproveche en venirme aquí en el receso que tenemos. Pero no tengo mis llaves, las perdí, y tampoco respondía mis mensajes o llamadas cuándo le mandaba.
¿Saben lo peor de todo?, que la lunatica de Luna tiene todas mis clases igual que yo. Y no dejaba de molestar, hasta la maestra la mando afuera, pero aún así en las siguientes clases seguía. Que jodida es. Aveces no sé con que tipo de mujeres me topo.
Después de tanto pensar, escucho la cerradura
— ¿Qué sucede? — se abrió la puerta lentamente, una vez, la pude ver completa, tenia el cabello echo un espantapájaros, mientras se tallaba uno de sus ojos y tiraba un bostezo. Obviamente, era Bulma.
— ¿Cómo que sucede? No te has presentado a las clases en todo el día.
— Me quede dormida.. — pestañea varias veces, tapándose los ojos, ya que los rayos del sol entraron a sus ojos.
— Floja.
— ¡Cállate! Si me había levantado, pero fue después de haber tenido un lindo sueño, y como quería volver a soñarlo, me dormí. Y se me fue la hora, hasta ahora. Hace poco fui a dirección a excusar mi ausencia solo por hoy.
— Apuesto que estabas soñando conmigo. — sonreí arrogante.
— Si fuera así entonces tendría pesadillas. ¡Ja ja ja! — burló.
— Entonces significa que sueñas conmigo, sea bueno o malo.
— ¡Ahg! Mejor cierra el pico.
— No tengo pico.
Rodó los ojos. Luego vio hacia el cielo, se quedó unos segundos así, pareciera que trataba de recordar algo.
— Oh cierto, una chica llamada.. creo Luna, vino a pedirme un favor.
¡¿Luna?!
Pero, quizá no es la que conozco.
— ¿Esa chica tiene el cabello morado? — interrogue, esperando un no como respuesta.
— Ahora que dices, creo que si.
Demonios.
— ¿Tenía la piel blanca, como si estuviera pálida?
— Si... — dio otro bostezo.
— ¿Ojos negros?
— Ahora que lo dices.. si, si, era tal y justo como me preguntaste.
Joder, si se trataba de la misma Luna.
— ¿Que.. que clase de favor te pidió? — quise saber.
— Pues.. como no hay más habitaciones disponibles "Según ella", vino aquí a pedirme alojo, ya que vio que teníamos una habitación grande y..
— ¿Aceptaste? — pregunté casi alterado.
— Bueno, yo acepte que se quedara, me daba pena la chica, con todas sus cosas pidiendo alojo, pobrecilla.
— ¡No Bulma, estas loca! ¡Me va a malograr la vida!
— ¡Oye no me grites! Además ¿Tu la conoces?
— No.. bueno si. — me puse a pensar — yo nunca la e visto — me voltee y me cruce de brazos.
— ¿Sabes algo? Eres pésimo mintiendo. Además, ¿Cómo supiste que tenia el pelo morado y los ojos negros?
— ¡Oh! Tengo poderes.
— ¡No te hagas! ¿Porqué no quieres que Luna se quede? Que se traen entre ustedes dos ¿Eh? — se cruzó de brazos.
— ¿Yo... ella...? ¡Pff! — bufé — nunca. — me miró arqueando sus cejas y colocó ambas manos en su cintura. — Bueno ya, la conocí en una fiesta, ¿Contenta?
— ¿En la última fiesta a la que fuiste?
— Si.
— Bueno no me importa ella se quedará aquí.
— No Bulma no dejes que se quede me malogrará la vida. Aparte que, ¿Ya consultaste con el director? Por que quizá queda alguna habitación disponible o.. — me interrumpió.
— ¿Así? ¿Y porque no mejor me cuentas lo que hicieron en esa fiesta?
— ¿Qué?, ¡No!. Además, tu sabes que si ella llega a estar aquí, se rompería el trato.
— ¿Cuál trato?
— Ese trato. — intenté hacerme sonar más lógico.
Ella abrió los ojos de par en par. Luego soltó un suspiro.
— Carajo, me olvide de eso. — maldijo.
Estaré más activa :) ¿Cómo están?
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