Capítulo 5
Ya en la noche..
— Entonces son amigos con derechos.
— Lo sé.. ¡¿No es algo fantástico?!
— Pero según tengo entendido eso esta entre él y tú.
— Si lo sé pero.. no esta mal contarle alguien de confianza ¿No?. Además que, necesitaba contarle alguien. No me lo podía seguir guardando.
— Jaja si.. y. ¿Dónde esta él?
— En una fiesta.
—¿Y no te llevo?
— No quise, aparte que no soy de fiestas.
— ¡¿Noooo?! — alargó la palabra, con su toque sarcástico. — Claro, si, si. No eres de fiestas. No eres de fiestas, que cada vez que vas a una tomas como si dependieses de la cerveza. Bailas como si fueras una stripper. Gritas como si te estuvieran torturando. Si claro.. no eres de fiestas.
— Ay, solo me paso un poquito de copas.
— ¡¿Poquito?!
— No grites. Serena morena.
— Ahg, te odio Bulma.
— Yo también te quiero Milk.
Ya me expusieron.
(...)
— Tengo una idea.
— ¿Cual? — pregunté.
— Juntemos las camas.
Interesante idea, Ouji.
— ¿Porqué?
— Es que estas camas son muy pequeñas e incomodas, no me deja moverme a gusto.
Tiene razón, esas camitas son muy incómodas, para mi, no sé como lo tomaran algunos, hay tantas posiciones que me gustaría hacer pero no puedo por que termino con un pie fuera, un brazo fuera, o la cabeza fuera.
Y no estaría mal un poco de compañía al dormir todas las noches, digo, no estaría mal abrazar alguien mientras duermo.
— Tal vez suene como un pervertido pero no podre soportar ni un segundo más en esa mini cama — añadió.
— ¡Jaja! Esta bien, estoy igual que tú.
Quitamos las mesas de al lado, las cuales impedían juntarlas, arrastramos las camas, hasta que estas choquen, y esas mesas las pusimos a los otros costados, formando así una gran cama, de dos plazas.
— Listo. — dijo, estiro sus brazos hacia arriba, para después tirarse boca abajo a su parte de la cama, cerrando los ojos. La cual vendría hacer la derecha.
No pude evitar mirarlo con un poco de extrañesa. En verdad creí que después de el "Trato:, o mejor dicho, cuando el volviese de su añorada fiesta, tendríamos intimidad.
Calma niña, esas hormonas.
Estoy empezando a enloquecer, y no por él, sino que esta situación me esta poniendo demasiado nerviosa y hace que mi cuerpo quiera más de lo que ya tiene, no solo mi cuerpo, igual todos mis sentidos. Pero debo tener control, controlar mis impulsos. Todo a su debido tiempo Bulma, quizás la calentura se le fue en la fiesta bailando, bebiendo, hablando, aunque, la ebriedad se le fue hace ratos. Pero aun así, no me debo andar como una gata en celo.
El calor empezó a hacerse presente en la habitación, prendí el aire acondicionado, nivel 3. Dado a que llevaba puesto un polo manga larga de algodón, me hacía sudar a mares. Con mi mano, me brinde aire, pero no era suficiente. Me dirigí hacia mi ropero, agarre mi pijama. Un polo de tirantes lila bebé, y un pantalón lila.
Sin esperar más, me quite el molesto polo, quedando solo en mi sostén blanco, me lo acomodo un poco, cuando iba colocarme el polo, siento como una mano se desliza por toda mi espalda, acariciándome, siento como asciende hasta el broche de mi sostén, un escalofrío me recorre todo el cuerpo, provocando que mi piel se convierta de gallina, deje de moverme, al sentir como ahora dos manos sujetaban mi cintura, apretando sin ejercer mucha fuerza.
Siento la respiración de aquella persona en mi cuello. Provocando que me estremezca, y no solo por el tacto.
Fue entonces donde susurra:
— Que te parece si..
Y ahí va de nuevo, su ronca y sensual voz, se oía cerca mio.
— Nos.. divertimos.. un rato. — sentí como su mano se deslizaba hacia la tira de mi sostén. Provocando que la excitación se apodere de mi cuerpo, y sienta como mi interior palpitaba, palpitaba por él, haciendo que cierre los ojos y disfrute mejor del momento.
¿Ahora quien es el urgido?
Decidida. Me doy vuelta, quedando frente a él, mi vista se dirige hacia sus labios, él imita mi acción. Sus manos ahora se deslizaban por mis brazos, hasta llegar a mis manos y unirlas.
Alce mi vista, encontrándome con sus bellos ojos negros, sus ojos tiraban pequeños destellos debido a la excitación, junto con una mirada pícara. Mordí mi labio inferior, volviendo mi mirada a sus finos labios. Con pasos lentos, cortamos la pequeña distancia que teniamos, y nos fundimos en un cálido y suave beso.
Separamos nuestras manos, las mías rodearon su cuello, abrace su cuello, dándole más acceso a mi boca, y profundizando el beso, mientras las suyas volvían a mi cintura. Nos mantuvimos aún con los ojos cerrados, sintiendo mejor la sensación que nuestras bocas proporcionaban. Abrí un poco mi boca, dándole acceso a mi lengua rozar con la suya, y comience una batalla entre ellas, provocando que entre el beso suelte un jadeo, mordí levemente su labio, copió mi acción. El beso se hubo intensificando, dejando hasta nuestro último aliento en esa unión.
Nos separamos, el aire nos faltaba, repiraba con dificultad, al igual que él. Si que dejamos todo en ese beso.
Di un pequeño brinco, rodeando mis piernas en su cintura, este me tomó de los muslos, para no llegar a caerme. Tome la iniciativa, juntamos nuevamente nuestros labios, formando esta vez un beso lleno de mucha pasión. Lentamente me dejo caer en la cama. Sus manos se deslizaron hasta llegar de nueva cuenta a mi cintura, lo apretó levemente, mientras sus besos bajaron hasta mi cuello, donde no tardo en pasar su lengua, y depositar pequeños besos en este. Los suspiros no tardaron en salir de mis labios, acaricie su espalda, mis manos bajaron hasta llegar al borde de su camisa, la eleve un poco, al parecer, Vegeta entendió el mensaje, o al menos a donde quería llegar, entonces, este alzó sus brazos, sin despegar sus labios de mi cuello. Logre quitarle la camisa, sin saber a dónde, la tire por alguna parte de la habitación. Mis piernas seguían rodeando su cintura, fue donde con mis pies, intente, retirar el pantalón que llevaba puesto, de vuelta con ayuda de este logre retirar su penúltima prenda.
Sentí como sus manos posaron en el short de mezclilla que llevaba puesto, las retiró delicadamente, junto con mis bragas. Y repitió la acción que hice minutos antes.
Sus manos volvieron al broche de mi sostén, una vez se despojó de la ultima prenda que me cubría, comenzó a quitarse el bóxer con una mano, mientras que con la otra posaba en uno de mis senos.
Una vez ambos quedamos desnudos frente al otro. Vi como este tomo su miembro, con la misma mano con la que se quitó el bóxer, guiándolo hasta mi cavidad, donde de una estocada entró, provocando que de mis labios suelte un largo gemido, raye su espalda, enterré mis uñas en su espalda, mientras este comenzó a mover sus caderas, entrando y saliendo de mi, con movimientos rápidos, haciendo que de mi boca no salgan más que gemidos y un que otro jadeo al sentir sus embestidas aumentar, y moverse con más dureza.
Mis manos pasaron por su cabello, y comencé a jugar con él, jale de él, haciendo un remolino en él. Este comenzó a pasar su lengua por mis senos, provocando que mis gemidos se alcen, sus labios volvieron a mi cuello, el cual se encontraba humedo después de que Vegeta pasará su intrépida lengua por este. Su mano se deslizó hasta rozar en la parte inferior de mi intimidad, fue donde comenzó a pasar sus dedos por mi clitoris, mientras seguía con sus profundas embestidas. Sentí mi orgasmo avecinar, mordí su hombro, no quería soltar un grito, o un gemido demasiado alto, ya que tengo miedo que el concreto en las paredes no sean lo suficiente resistentes, y mis gemidos lleguen a oídos de los demás estudiantes, después comienzan con los chismes o rumores, prefiero tener mi reputación baja, a que digan cosas inapropiadas sobre mi.
Busque con desesperación sus labios, necesitaba callar los altos sonidos que emitía con sus besos. Mis ojos se encontraron con los suyos, encontré lujuria en ellos, tenia los labios apretados, soltaba inaudibles suspiros, con ambas manos, las pase por su rostro, y lo acerqué al mio, hasta por fin calmar mis gemidos, aunque los soltaba entre el beso, abrace fuertemente su cuello, intente no hacer mucha fuerza y terminar por ahocarlo.
Sin esperar más, mi liberación se hizo presente, solté un largo gemido, alejándome de sus labios, el cual, de estos se hizo presente un fino hilo de baba.
Agotados, cada quien se acomodó como pudo debajo de las sabanas. Me acerqué nuevamente a él, y lo abrace, correspondió a mi abrazo, mientras depositaba un casto beso en mis labios.
— Estoy agotada..
— ¿Quién no? — de sus labios, se formó una sonrisa arrogante. Rodee los ojos, me acomode encima de su pecho.
— Buenas noches..
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Espero les haya gustado el capitulo🌈🍋
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