Capítulo 12

(•••)

— ¡¿Novios?! — gritó mi escandalosa amiga.

— Milk, no grites, alguien te podría escuchar — puse mi dedo índice entre mis labios para que baje el volumen de su voz. — Creo que te dije que no hagas un escándalo ¿No?

— Espera.. espera. Primero, déjame analizar todo. ¿Qué primero no eran amigos con derechos? Y ahora.. ¿Novios? — se sentó en la banca que teníamos al lado.

Estábamos en el jardín de la Universidad. El cual. Estaba detrás de los grandes edificios.

— Larga historia. Te aburrirás si te cuento. Pero te digo una cosa. Le gusto. — sonrío.

— Pero, ¿Estás segura de la decisión que tomaron? Digo, porque cualquiera no sale de eso para después andar dándose la mano. Y saliendo a comer helados.

— Lo estoy Milk. Lo estoy.. — mentí, todavía no estoy segura de esto, lo pensé más tiempo anoche luego de que terminamos de tener relaciones. Y estoy comenzando a dudar un poco viéndolo en diferentes perspectivas.

— Comprendo. Él te gusta y tu le gustas. Tiene lógica. — comenzábamos a caminar por los pasillos. Las clases ya habían culminado, así que mientras otras iban entre amigas o de compras, Milk y yo decidimos hablar.

— Admito que se siente bien estar a su lado. — digo.

— Me imagino. — llegamos a su habitación — Gracias por acompañarme y por contarme, nos vemos. — se despidió haciendo un ademán con la mano para luego entrar.

¿Ahora que hago?

— Bulmita, hola — dijo Turles llegando.

— Ah.. hola Turles ¿Qué te trae por aquí?

Hablo mientras camino dirigiéndome hacia mi habitación. Con él a mi lado inesperadamente.

— Vegeta me dijo que están comenzando a salir. ¿Es cierto?

Era de esperarse.

— Si, es cierto. ¿Por qué? —dije fingiendo una sonrisa.

No me caía mal. Después de todo, solo era un reto inocente. Vegeta me contó que hasta Turles probablemente sabía.

— Que bien, ya era hora que ese gruñón tenga una.. acompañante. Ya sabes. — dijo, sonreí — ¿Sabias que va a llegar un alumno nuevo?

— ¿Alumno nuevo?

— Así es, y es aquí dónde entro a pedirte un gran favor. Él es mi primo, se crió en Italia, sabe poco español, por lo que necesitará ayuda en la mayoría de cosas. Y como tú sabes Italiano.. me preguntaba si.. ¿Podrías ayudarlo cuándo llegue mañana por la mañana a traducirlo?

¿Italiano?
Tomé una clase así en la preparatoria, dos años, y no fue tan difícil como esperaba. Es muy parecido al español. Me siento un poco oxidada, pero nada que se pueda arreglar viendo unos videos en Italiano.

— Claro, no hay problema. ¿Cómo se llama?

— Se llama Yamcha. Te lo agradezco mucho, yo soy muy malo con el italiano.

— No te preocupes.

— Mañana te lo presente a primera hora, así para que ustedes se presenten y todo eso.

— Está bien.

— Era sólo eso, nos vemos pronto, adiós. — y se marchó.

Él tomó un rumbo diferente. Seguí mi camino como si nada hubiera pasado hacia mi habitación. Cuando llegué me dispuse a hacer lo que me dije acerca del primo de Turles.

Después de largas horas que me hicieron eternas, llegó Vegeta, tomó una ducha solo en pantalones de pijama azulino holgado.

Conversamos un rato, luego de ello, nos echamos a dormir.

Olvidé comentarle acerca del chico que vendría de Italia.

(•••)

Desperté.

Lo primero que hice fue dirigir mi mirada al reloj que estaba encima de la pequeña mesita que estaba al lado de mi cama, aún era temprano.

No me vendría mal molestar un rato a Vegeta. Me volteo hasta quedar enfrente de él, aún durmiendo como el perezoso que es. Sonreí.
Sobe con delicadeza su mejilla derecha, hizo una mueca de fastidio, rápidamente quite mi mano de encima, él cacheteó su mejilla pareciendo que era una araña quién caminaba.

Puse mi cabeza sobre su pecho y lo abracé, sentía sus latidos, por lo que hizo acelerar los latidos de mi corazón. Era algo comprometedor según yo.

Lo quería mucho, y temo que se cariño vaya más allá, aunque, pienso que ya lo hizo, y no me permitía a desmostrar esos sentimientos encontrados hacia él.

No sabia que hacer con todo esto.

Oía sus quejidos, estaba despertando. Me hice a un lado para dejarlo. Él abrió los ojos, y lo primero que terminó viendo fue a mi.

— Hola — sonreí sin dejar de verlo — Buenos días, ¿Qué tal dormiste? — pregunto. Él seguía mirándome fijamente. Lo cuál, hizo sentirme un poco nerviosa.

— Bien — respondió.

Noté que su curiosa mirada bajaba hacia mis senos. Los cuáles tapé con vergüenza.

— Oh vamos, cómo si nunca te estuviera visto desnuda.. — dice, una pequeña chispa se hizo presente en sus oscuros ojos. Estaba excitado. Siento el sonrojo en mis mejillas.

— Si, pero.. — interrumpe mi frase uniendo sus labios con los míos. Un beso suave, pero no tardó mucho en intensificarse y volverse un poco salvaje. Muerde mi labio ligeramente provocando que abra mi boca y él introduzca su lengua.

Siento como el aire se me acaba con ese fugaz beso. Me separo de él buscando oxígeno para mis pulmones, sus besos bajaron a mi cuello. Arrancando suspiros por parte de mi. Sus manos pasaban por todo mi cuerpo descaradamente, hasta llegar al borde de mi corto polo de tirantes escotado, me lo quita de una sola dejándome solo en sostén blanco, siento su erección chocar contra mi vientre, su creciente erección lograba excitarme, quería sentirlo más, por lo que moví mis caderas en busca de él. Él dio un gruñido al sentir mis movimientos contra su miembro.

— Vegeta.. — solté un gemido cuando sentí su mano sobre mi intimidad, aún cubierta por el short que traía. Él metió su mano dentro y comenzó a mover su dedo por mi cavidad, logrando sacarme gemidos más fuertes, los cuáles tuve que controlar un poco. Moví mis caderas al ritmo que sus dedos salían y entraban de mi para sentirlos más.

— Ya no soporto más.. — se despega de mi para quedar sentado, mientras yo estaba con las piernas abiertas a cada lado de él toda sonrojada y el short a medio salir. — Date vuelta. — ordenó con voz ronca, hice lo pedido, quedando en la excitante posición de perrito. Él me terminó por quitar el short junto mis bragas. Dejando mi trasero expuesto a él. Una de sus manos cayó pesadamente sobre un nalga, solté un gemido al sentirlo arder. Por encima de mi hombro vi como se bajaba los pantalones hasta las rodillas junto su bóxer dejando libre su miembro erecto. Pasé mi lengua por mis labios al verlo acercarse a mi, me tomo por las caderas y me hizo empujar hacia atrás, su miembro entró completamente en mi, logrando que gimiera, comenzó lento, salía y entraba de mi con una lentitud que era completa tortura. Moví mi cintura buscando mayor penetración, pero él lo impedía.

— Vegeta.. ¿Por qué.. ? — envés de terminar lo que iba a decir fue remplazado por un grito placentero al sentirlo nuevamente pero con una acción algo brusca. Lo sentí sonriendo, fue que comenzó, con rápidas y profundas embestidas, me fue incontrolable no gemir, me estaba llevando al borde del placer cuándo me quitó el sostén y comenzó a amasar un seno pasando su dedo pulgar por un pezón.

Luego de segundo tocando mi seno, esa misma mano descendió hasta mi clitoris, dónde con sus dedos comenzó a hacer círculos sobre el.

— ¡Vegeta! — gimo su nombre cuándo siento el orgasmo cerca.

Al parecer él también debido a que sentí su miembro hincharse dentro de mi.

De pronto, unos leves toques provenientes hicieron que pararemos.

— ¿Hola? ¿Bulma? — oí la voz de Turles.

Dejé caer mi cuerpo, mientras apretaba las sábanas, rayos, tocan la puerta en pleno acto, ¿Qué mas vergonzoso que eso?

Mis mejillas ardieron al pensar que alcanzó a oír mis gemidos.

— ¿Qué? ¿Qué hace Turles aquí? — pregunta en susurro Vegeta.

— Yo.. yo le prometí que.. ayudaría a su.. primo por que viene de Italia.. — no podía hablar bien, estaba aún agitada y el orgasmo estaba aún ahí, cerca. Y Vegeta estaba aún sin salir de mi.

— Mierda. — dice.

¿Cómo pude olvidar eso?

— Vegeta.. — digo separando un poco mi cuerpo de él. Pero el me detiene sosteniendo mi cintura y haciéndome sentir más dentro su miembro, incitando a mis gemidos salir — Tengo.. que ir.

— Que esperen un rato — volvió a moverse dentro de mi. Tapé mi boca para evitar que salgan los gemidos — Estoy tan cerca..

— Vegeta.. espera.. — volvimos a oír como tocaban la puerta.

— ¿Bulma estás ahí? ¿O Vegeta? — vuelve a preguntar.

Que tardones son.. — oigo que habla otra voz en italiano, creo que es el chico.

— ¿Qué dijiste? — pregunta Turles.

Las embestidas de Vegeta eran lentas. Apuesto que le importaba muy poco que había gente afuera.

— Tendrás que taparte la boca. — dijo él, antes de comenzar a incrementar sus penetraciones. Cubrí mi boca.

— ¡Bulma! — tocó otra vez la puerta.

— ¡U-n.. momento! — hablo como puedo, sale otro gemido y lo cubro rápidamente esperando que no me hayan oído. 

— ¿Bulma? ¿Eres tú?

Carajo..
¿Por qué me tenia que pasar esto a mi?

— ¡S-si! — suelto, Vegeta vuelve a sus profundas embestidas, como última alternativa para callarme fue agarrar una almohada y tapar mi boca, estaba cerca.. muy cerca.

— Te esperamos. — dice.

Siento como Vegeta aprieta mi cintura un poco, luego se inclina y me quita la almohada y me besa, sus embestidas aumentan en profundidad, ese beso me ayudó a ahogar el grito que tenia cuándo alcancé el orgasmo al igual que él, quién termina dentro de mi.

— Mierda.. — Vegeta se separa de mi, retira su miembro haciéndome sentir un vacío — Haz lo que tengas que hacer. — dice antes de darme un último beso y entrar al baño.

Me sentía cansada, quería dormir, pero no podía ya. Me levanté de la cama, y me acerqué a la ventana para hablarles.

— ¿Me pueden esperar un rato por favor? Es que recién me levanto y necesito darme un baño. — digo, Turles asintió mientras el él otro lo logré verle la cara por que estaba de espaldas.

Corro hacia el baño y me meto de improviso.

— ¡¿Qué carajos?! ¡Sal de aquí mujer! ¡¿No ves que me estoy bañando?!

— Si lo sé, pero yo también necesito un baño y yo tengo que salir, no hay dos baños lamentablemente. — me meto a la ducha y le arrebato el jabón y comienzo a tallar mi cuerpo lo más rápido que puedo, el suelta un bufido mientras se cruza de brazos y se voltea. Enjuago mi cuerpo completo, veo que termine y salgo de la ducha con rapidez dejando a un Vegeta confundido.

Seco mi cuerpo con la toalla cercana y salgo del baño, agarro el primer conjunto de ropa que tenia, me lo puse, y con la misma salí.

— Lo siento, me quedé dormida.. — me encuentro con ambos hombres.

— Bien, ya sabes como se llama, él es Yamcha, Yamcha, ella es Bulma. — el chico llamado Yamcha me miró, y sonrió.

Un gusto en conocerte Yamcha.. — le digo en italiano mientras le muestro mi mano. Él corresponde.

Un gusto conocerte también. — responde.

— ¡Genial! Los dos se comprenden. Ahora los dejo, tengo un trabajo que acabar. ¡Nos vemos! — fue lo último que dijo antes de irse corriendo.

— Es un idiota..

— ¿Qué? ¿Hablas español? — pregunto.

— Si.

— ¿Y por qué Turles me dijo que no lo hablabas mucho?

— Él sigue creyendo eso, me divierte verlo intentar hablarme para que lo entienda. Pero que se le va a hacer..

— Me gusta como lo hablas, ¿Desde cuándo lo practicas?

— Casi dos años. Y ese tonto aún cree que no lo sé. — su sonrisa se extiende.

Me agradaba, sonreí para acompañarlo.

— ¿Comenzamos con el recorrido?

— Me parece bien.

Y así, fue que recorrimos cada parte de la escuela, en especial sus clases, luego de 20 minutos, las clases comenzaron y él tuvo que irse.

Yamcha me parece un chico muy interesante, cuenta grandes historias que hasta a mi misma me dejaron boca abierta, por eso quiere estudiar algo referente con la poesía o escritura. Soñaba con ser un escritor. Y eso me atrajo más.

¿Triángulo amoroso? 🌚👀

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