Capítulo 11
Rayos, lo peor que se sentía bien pero a la maldita vez extraño.
—¿Q-qué?. —dijo tartamudeando, rápidamente cierro las cortinas, algo me dice que los insectos estarán grabando— Pero Vegeta, no entiendo, eso quiere decir, ¿Tú perdiste? Ay no, yo tam.. no. —decía aún tartamudeando, rápidamente la bese para que cerrara la boca. Ella corresponde torpemente, pero a la misma vez intenta apartarme, mis manos aprietan su cintura, ella suelta un leve jadeo entre el beso.
Bulma
Esta rara combinación de sentimientos me estaba haciendo sentir extraña. Era como una mala combinación de alimentos, y que quería expulsar.
Nos separamos por falta de aire.
—Vegeta, en serio no sé.. — me interrumpió.
—Bulma.. — insistió.
No sabia que decir. Era una completa lucha interna con mis sentimientos. No sabia que en verdad quería, no me esperaba esta confesión.
¿Si?, ¿No?
—Pero yo pensaba que.. creía que.. — volvió a interrumpir.
—No importa, no interesa, perdí este maldito juego.
Lo vi a través de sus ojos, trataba de descifrar que era lo que había entre ellos, sabía a que daba ese curioso brillo. Pero no tal semblante en su rostro.
—Pero... no sé que decirte.
Agaché la cabeza, ahora miraba mis pies.
—Solo di que sí.
¿Qué? ¿Así de fácil?
¿Cree él que es fácil tomar una decisión como esta?
—No.. — hablé de lo más bajo.
—¿Qué? — lo volví a mirar. Ahora cargaba una expresión de confusión.
—Vegeta me gustas, — confesé con el corazón latiendo a mil — Pero, me siento incapaz de llevar una relación, tú sabes de que hablo, y oíste el resultado
de mis inmaduras acciones. — volví a tomar aire — No quiero volver a pasar por lo mismo. Y menos contigo, es decir, no quiero que me veas como una loca rencorosa. —dije cabizbaja.
—Hey tranquila, te entiendo. —dijo tomando mi mentón haciendo que lo mirase a los ojos— Yo también estaba igual.
—Entonces, ¿Por qué me estas diciendo eso? — pregunto.
Vegeta
Mierda ya la regué toda.
¿Ahora que le digo?
Me estoy quedando si opciones y estoy quedando más como un estúpido ante ella.
¡Ya sé!
Agarro su brazi y nos llevo hacia el baño, nos encierro y comienzo a decir más tranquilo.
—Bulma, te diré la verdad, tú también me gustas, — confesé — No tenia para nada planeado pedirte que seas mi novia, pero.. espero que no te molestes pero, el idiota de Raditz me retó a pedirte que fueras mi novia por un mes. — su expresión cambió.
— ¿Iban a utilizar..? — movió la cabeza — Olvídalo, era obvio que iba a esperarme otra decepción amorosa.. — dijo entre dientes mirando hacia otro lado.
— Perdón. — digo. — No sé que se dio por aceptar eso. En verdad hubiera preferido..— cállate — Es decir.. ya estoy metido en esto. Y sé que lo que iba a hacer no tiene perdón pero.. ¿Me podrías ayudar con fingir ser mi novia solo por un mes?, si quieres luego puedes dejarme tirado sabiendo lo que siento realmente como venganza. — me encogí de hombros.
— No.. no soy como tú, yo no haría daño a las personas solo por que tienen miedo que publiquen una foto suya bailando casi desnudo en un lugar para mayores. — dice.
Mis cinco sentidos se paralizaron por unos segundos al oír eso.
— ¿A.. a que te refieres?
— Que vi esa foto tuya bailando en un palo.— sonrió divertida.
— ¡¿Qué?! ¡¿Quién rayos te la enseñó?! — la cara se me caía de la vergüenza. ¿En serio ella miró esa ridícula y embarazosa foto?
— Fue Raditz el día de su cumpleaños, estaba ebrio y me mostró uno de sus mejores momentos contigo plasmado en una fotografía. Me la mostró, y por error también me mostró la de él. Pero al parecer no le importó — su sonrisa se extendió. Luego, echó a reírse.
— Carajo.. — pase mis manos por mi cabeza. — Voy a matar a Raditz.
— No te preocupes, no se lo dije a nadie.
— Eras tú la que menos quería que viera esa foto. — digo — Espera.. ¿Cómo sabes que ese era el castigo si no hacia el reto?
— Supuse eso, él mencionó que tú no querías que nadie la viera, que era muy, muy privada. Entonces pensé que ese sería y al parecer, adiviné. — volvió a sonreír.
— Bueno, me hiciste pasar la vergüenza de mi vida. Tuve bien merecido ese golpe. — sonreí — ¿Entonces me ayudas? — dije.
—No se que decirte vegeta en verdad. Todo esto es muy confuso. — dijo para después mirar el suelo
— Lo sé. ¿Quienes fingen ser novios sabiendo que se gustan?
— Siendo amigos con derechos.
— Eso.
— No sé.
— ¿Me ayudas?
Ella lo pensó unos segundos mirando a diferentes puntos.
— Está bien. Te ayudaré.
— ¡Genial! —dije.
— ¿Será durante un mes dices?
— Si.
— Bueno.. actuación era mi segunda opción si no lograba con diseño gráfico. — sonríe.
Salgo del baño y me acerco a la ventana, muevo un poco la cortina con tal fe que solo se vena mis ojos, ya no había nadie. Supongo que ya se habían ido.
Ella sale del baño, me acerco a ella, le doy vuelta y atrapo sus labios en un beso. Uno que no tardó en ser correspondido. Ella sonrió entre el beso mientras pasaba sus manos por mi cuello acercando su cuerpo al mío. Mis manos llegan a su cintura y la aprieto contra mi reciente erección. Ella suelta un sonoro gemido al sentir rozar contra su cubierta intimidad, eso provocó un leve dolor allí abajo.
Se venía lo bueno.
Pero, unos inquietantes sonidos provenientes de la puerta principal provocaron que nos separemos.
Estaban tocando la puerta.
Mierda. Arruinaron el momento. ¿Por qué justo a estás circunstancias?
—Yo voy —digo rápido antes que ella responda, ella corre hacia el baño. Tenia las mejillas rosadas y cualquiera que la viera así podría pensar lo peor y irle con el chisme al director.
Es más ¿Y si es el director?
Respiro intentando que se la erección se vaya. Tampoco puedo salir así, que vergüenza.
No me quedaba de otra, esa persona seguía insistiendo. Me dirijo hacia la puerta y abro.
—¡Oh! Vegeta.. esperaba que fuera Bulma quien me abriera. — era Gabriela.
— ¿Necesitas algo? — ocultaba mitad de mi cuerpo detrás de la pared. Esperaba que no se diera de mi extraño comportamiento.
—¿La puedes llamar por..?
No pudo terminar, me extrañó eso. Fue que sentí un jalón en el brazo el cual me hizo retroceder y hacerme casi caer. Fue Bulma quien lo hizo, ella salió y cerró la puerta detrás suyo. Activo mi mueca de confusión y me acerco a la puerta y escuchar su conversación.
—Hola Gabi, ¿Me buscabas? — dijo.
—Pues.... vine a practicar la actuación que dejaron.
Segunda opción, eh.
—Claro, sí. Lo había olvidado. ¿Vamos a tu habitación? — sugería.
Me acerqué a la ventana y moví un poco la cortina para alcanzar a ver.
—Me gustaría, pero está el otro grupo de mi compañera. Y acapararon toda la habitación. Mientras que los demás no quieren.
Dirigí mi mirada al resto del grupo los cuáles negaban con la cabeza y con una expresión de súplica en sus rostros hacia ella.
—Bueno, está bien, lo haremos aquí. — dijo al parecer resignada mientras soltaba un bufido.
— ¡Si! — gritaron entusiasmados, en especial Gabriela. Todos entraron como si fueran a ver a alguna estrella famosa hacia la habitación. Doy un brinco por el susto que me llevé. Ellos me miraron extrañados, para luego sólo saludar. Saludé yo también.
Eran mixtos. Eran cinco.
— ¿Cómo desean comenzar? — comenzó una chica rubia sentándose en uno de los sillones que habían.
No quería salir, pero tampoco quería ir a mi cama, daría mucha vergüenza que mientras todos están trabajando yo sea el único que estaría durmiendo. Aunque no sea mi clase.
Me senté en una esquina preparado. Tenia una taza de té y un paquete de galletas a mi lado. No aburriría verlos actuar o hacer algo.
Gabriela me miró y sonrió. Le devolví la sonrisa, no sé por qué, pero lo hice. Sólo por que me agradaba.
Bulma se dio cuenta de ese pequeñísimo coqueteo. Pero no dijo nada. Sonreí al ver su reacción.
Sin duda este mes iba a ser muy interesante. No llevamos ni 24 horas y ya estamos comenzando con los celos.
(•••)
Bulma.
¿Qué otra cosa puede ser más molesto que ver a tu nuevo novio coqueteando con tu compañera de clases?
Muy molesto.
No quería hacerlo ver. Pero estaba a muy poquito de desfigurarle su carita de ángel. Pero no, supe controlarme.
Una de las cosas que no quiero que suceda en este mes de actuación o como yo le llamaría, mes de entrenamiento, sabría como manejar mis impulsos y controlar mi enojo. O celos ya que lo tengo que aceptar.
Estaba siendo muy insegura, y tengo mis motivos. Sé que debería confiar en Vegeta y todo. Por qué sé que esto de alguna forma es demostrar nuestros sentimientos y que tanto podemos dar el uno al otro fingiendo tener una relación, el beneficio es que le sacaremos provecho a eso.
Mi última pareja —con quién juré después no volver a caer en una decepción amorosa— me engañaba, así es, me engañó con mi mejor amiga, él me dijo descaradamente que su primera vez juntos teniendo relaciones fue el día de mi cumpleaños, ¿Horrible, no? Yo lo perdoné hasta tres veces, pero en todas esas no era lo mismo comparado como era a principios de nuestra relación, la primera vez que lo perdoné, me prometí no volver a dejarlo caer en las garras de la que solía llamarse mi mejor amiga. Desconfiaba bastante, me volvía muy conformista, hasta el más mínimo detalle me afectaba. Y al parecer esos fueron otros motivos para volver a estar con ella. Lo perdoné, ahora le aumentaba lo sensible, y muy insegura de todo. Y creo que ese cambio de humor lo hizo también volver a acostarse con ella. A la tercera, pues.., estaba rendida, lo acepté por pena porque el rogaba mucho. Pero no podía dejar de sentirme mal, no podía dejar de sentirme una estúpida ya que yo al aún estando preocupada por él por más daño que me hizo, él se acostaba con ella a mis espaldas aún. Fue que le di el alto definitivo y quedé en no volver a verlo nunca más. Prometí no volver a ver.
Puedo llegar a amar demasiado, puedo hasta estar ciega de tanto amor que siento. Así como también puedo sufrir al momento del engaño, y ser tan sensible como una hoja en primavera.
Mi defecto es aveces ofrecer mucho amor. Mi defecto es dejarme llevar por esa persona por la que hasta doblegar.
Tenia tantos defectos. Aquellos defectos que me llevaron hasta como estaba en mi última relación.
Pero me prometo, que con Vegeta será diferente.
Siento que ya son muchas promesas y juramentos, ¿No es así?
«No creer en relaciones seria otra vez»
Era algo que aún tenía en mi cabeza. Y aún lo tomaba en cuenta. Y era mi segunda opción si no marchaban bien las cosas entre Vegeta y yo en este mes donde estaríamos fingiendo amor.
No niego que amé la experiencia de tener a un amigo con derecho, fue algo muy fuera de lo común y que me gustaría volver a serlo de él. Como era antes de que sintiéramos esto del uno al otro.
— No sabes como esperaba que todos tus compañeros se vayan ya. Quería dormir. — dijo echándose en la cama a mi lado.
— Era un trabajo necesario. Perdón por eso. — digo sin despegar mis ojos del libro que leía.
— No te preocupes. — se acercó a mi.
Pero de pronto, dejé de sostener el libro que leía.
Él me arrebató el libro que leía de mis manos.
— ¡Hey! ¡Mi libro! — él sostenía una sonrisa juguetona, estaba encima de mi, mientras movía el libro.
— ¿No te gustaría terminar lo que estábamos comenzando antes que vinieran tus dichosos compañeros? — acercó su rostro al mio.
Mis mejillas no tardaron en teñirse de rojo debido a tal acercamiento por parte de él.
No respondí. Sólo lo besé, cerré mis ojos para sentir mejor esa deliciosa sensación de sentir sus labios sobre los míos. Oí como el libro chocaba contra el piso. Supuse que lo había tirado. Abrí un poco mis piernas, él se acomodó en el pequeño espacio que se había formado entre ellas. Haciéndome sentir su creciente erección contra mi intimidad aún cubierta por mis prendas de dormir. Solté un gemido al sentirlo moverse sobre mi, hacia un roce perfecto, nuestras intimidades chocaban sobre las telas haciendo la cosa más excitante y deliciosa.
Le quité su camisa y la lancé por algún lado de la habitación. Él no tardó en quitarme la mía, sentí si piel contra la mía, volviendo más candente la situación, rápidamente me retiró el sostén, una de sus manos atraparon uno de mis senos y lo apretó, arrancado otro gemido de mi parte, dejó de besar mis labios, para comenzar a besar mi cuello.
— Vegeta..
Se deshizo de mi corto short de mezclilla junto con mis bragas y lo tiró. Quedando completamente desnuda ante él.
Volvió a mover su abultado miembro cubierto aún contra mi intimidad, sentí mejor ese roce ahora que no traía nada encima. Era una tortura completa.
Con mis pies. Traté de quitarle los pantalones, aunque no podía del todo, él me ayudó y logré quitarlo junto su bóxer. Podía ver su gran erección a pocos centímetros de mi cavidad, estaba muy ansiosa de tenerlo ya dentro, no pude seguir esperando y nos di vuelta, quedando yo ahora encima de él. Sin más rodeo. Me senté encima de su miembro, pude sentirlo completo dentro mío, eso me arrancó un gran gemido, tuve que controlarlo, debíamos seguir siendo precavidos si no queremos tener una buen regaño por parte de los maestros.
Oí un gruñido por parte de él, comencé a mover mis caderas en círculos, elevaba su pelvis para sentir mejor la deliciosa sensación, después de segundos comencé a dar pequeños saltitos, me incliné hacia Vegeta para poder besarlo y callar los fuertes gemidos que amenazaban con salir. Él me tomó de las caderas y comenzó a embestirme a su ritmo, mordí su labio al sentirlo más profundo si se podía, me sostuve de mas sábanas y las apreté, sus manos bajaron a mi trasero y siguió embistiendo.
— ¡Ah! ¡Vegeta!
Grité antes de llegar al orgasmo, por su parte él tuvo que embestir un par de veces más antes de que se venga él también.
Me pregunto ¿Qué cosas pasarán en esye mes de un noviazgo fingido?
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Black Lives Matter😔☝
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