🍁05🍁
Quienes quedaron en la cafetería no pueden dejar de pensar en los jóvenes que acaban de conocer, la impresión que les han dejado los mantiene encantados, y la idea de la posibilidad de mantenerse en contacto con ellos los emociona, y ¿quién sabe? Quizás lleguen a ser algo más que amigos con el tiempo.
Kanon siente emoción al contemplar sus posibilidades con Sorrento, pues ambos están solteros, se agradan. Solo un poco más de interacción para conocerse mejor y listo, el gemelo menor tiene en lista un lindo e interesante futuro esposo.
Kanon junta sus dedos y sonríe maquiavélico. – excelente.
- ¿Qué? – pregunto curioso Death Mask.
- Tengo hambre.
Milo, la tiene algo difícil con Camus, desde que se conocen ha habido una serie de malos entendidos y pésimas impresiones que han dejado al rubio como una compañía indeseable para el de cabellos rojos.
El rubio debe ignorar los impulsos de pedirle consejos a Minos para conquistar. Eso solo lo meterá en problemas, aunque el albino tenga un hermoso joven de hebras celestes como pareja, esa relación solo se logró por la intervención de un tercero, pues por su cuenta, el mayor, era, es y será un desastre en temas de romanticismo.
Por último, Ángelo y Shura deben pensar y encontrarle una respuesta a lo que el de cabellos celestes les hiso sentir, pues no pueden negar que les llamó la atención, pero eso no desaparece el amor y cariño que se tienen, así que, necesitan buscarle respuesta a la confusión de emociones y sentimientos que ambos están experimentaron.
- Daría mi alma a Hades por una oportunidad. – el rubio se recostó sobre la mesa, cruzado de brazos.
- ¿Me hablabas? – Milo dio un salto en su silla por el tétrico susurro en su oído
- ¡Ha...! ¡maldito emo, hijo de la... fruta...! – El rubio sostiene su pecho con notable pánico en su rostro, en lo que el azabache le sonríe. Como disfruta molestarlo.
- Yo solo escuché mi nombre y vine a ver que se les ofrecía. Como buen anfitrión, mi deber es complacer a los clientes.
- No me refería a ti, hablaba de Hades, señor del inframundo.
El azabache se encogió de hombros y dejo al rubio con su dramatismo. Hades, propietario del local, conoce perfectamente a los jóvenes sentados en esa mesa, incluso a los que se retiraron.
Uno de sus peculiares pasatiempos es molestar a los adolescentes presentes, en especial a sus hermanos mayores, quienes estudiaron con su hermano menor.
- Deja de exagerar Milo. – Ángelo trato de cortar el teatro que había montado el rubio.
- Ese maldito siempre hace lo mismo, un día de esto moriré por su culpa.
- Tú tienes la culpa, lo invocaste. – Kanon se burla abiertamente del menor, verlo simplemente es divertido, últimamente el rubio estaba más escandaloso y dramático de lo normal.
El motivo por el cual se quedaron ahí, no era muy claro para ninguno de los presentes, lo único en lo que estaban concentrados era en hacerse bromas, incluso pidieron una tercera ronda de malteadas, aprovechando la compañía y comentando cosas acerca de quienes les gustaron, de paso llamaron a Aioria para que los acompañe, suponiendo que esa hora ya había termino de ayudar a su hermano en la tienda de artículos deportivos.
Cada vez que el nombre de Aphrodite aparece en la conversación, Shura y Ángelo, experimentan la incomodidad de una posible traición con el pensamiento.
Evitan mirarse a la cara por la vergüenza y culpa de haber sido infiel con el pensamiento.
Los que realmente disfrutan de ese intercambio de agresiones amistosas son Kanon y Milo.
- Creo que le causaste pena al de cabellos lilas, por eso te hablo.
- Si, claro, acéptalo bicho tengo más oportunidad que tú con Camus. Estuvo a nada de matarte, de no ser por su amiga, ya estarías en el otro mundo. – el puchero del rubio le provoco risa al mayor.
- No me recuerdes mi desgracia. – final mente contesto llevando su mano al pecho. Dramático hasta el final.
- A ti deberían darte un Oscar bicho. – la voz de Aioria lo tomo por sorpresa sacándole un grito que provoco que las personas sentadas en las mesas más cercanas voltearan a verlos. Incluso Shura tuvo que taparse los oídos. – Deja el escándalo Milo, compórtate bicho rastrero.
- Tú también quieres matarme de un susto gato pulgoso. – El castaño rodo los ojos y camino hacia una de las sillas desocupadas, tomando asiento junto a Shura, pues, por nada del mundo arriesgaba sus tímpanos al quedar junto a Milo.
- ¿Me contaran lo que paso?
- Simplemente conocimos a la hermosa novia de Shaka, claro, no tan hermosa como mi manzanita de hielo y futuro esposo. – fue interrumpido por la carcajada de Kanon, ganándose del rubio la cereza de su pastel en la cara. – como decía, también conocimos a sus amigos, simpáticos y hermosos, aquí entre nos, el tonto de Kanon cree que tiene oportunidad con uno de ellos, le insisto en que Sorrento no es miope, pero no me hace caso. – esta vez fue el turno del mayor, para tirarle parte de su ensalada a Milo.
- Cuéntanos Aioria ¿Qué se siente perder a la Barbie? – fue el turno de molestar de Ángelo. El castaño rodo los ojos, demasiado tiempo callado, pensó al ver al de cabellos azules.
- Púdrete Ángelo. – el mencionado rodo los ojos, odiaba que lo llamaran por su nombre.
- Se calman. – Kanon no dejará que empiecen a pelear, la están pasando bien para permitir que las cosas se arruinen.
- No molestes, y les informo a todos, que mi interés en Shaka no es de esa forma.
- Eso ya lo sabemos gatito, pero nos encanta molestarte, además, tienes la mecha muy corta. – se animó a molestar el rubio. Ciertamente es divertido hacerles jugarretas a todos, pero Aioria en ocasiones se tomaba todo enserio y eso arruinaba su diversión. El castaño bufo con molestia, en especial porque necesitaba del apoyo moral de sus amigos, le hubiera encantado que Shaka estuviera presente, seria de mayor ayuda que los otros, pero ni modo, debe conformarse con lo que tiene a mano.
- Necesito de su ayuda grupo de gente con cerebro de maní. – se animó a decir después de un rato algo avergonzado.
- Si gatito, te ayudamos, y también creemos que eres inteligente. – hablo Milo.
- Necesito que me ayuden a declararme a Marín. – todos dejaron de hacer lo que hacían y otros tanto se quedaron con la boca abierta.
- ¡por fin, te animaste gato cobarde! – el grito de Ángelo los saco a todos de su sorpresa inicial. Los presentes empezaron a felicitar a su amigo, quien estaba notablemente avergonzado, pero feliz por ser apoyado por todos ellos.
- Saben ahora estoy convencido que los únicos que se quedaran solteros aquí son ustedes. – Ángelo ya se estaba aburriendo y que mejor que quitárselo molestando a Kanon y Milo.
- ¡cállate! Ya enserio ¿Qué le viste a esa cosa Shura? – el mencionado solo se encogió de hombros.
- Si no le decía que sí, no me lo sacaría de encima. – contesto despreocupado.
- ¿Cómo es que a mí no me ha funcionado? – hablo para sí mismo Milo, considerando el sí debía ser más insistente con Camus. Bueno, no es que no lo hubiera hecho antes, en una ocasión el de cabellos rojos casi lo decapita con una maceta.
- El único que se quedará soltero aquí será Milo.
- ¿Realmente crees que tienes oportunidad con el de ojos rosas?
- Mas que tú con Camus, sí.
- Quieres apostarlo.
- Hecho, a que Sorrento es mi novio, antes que Camus sea el tuyo.
- Acepto.
- Bien, Aioria custodiara el dinero.
- Me parece bien, si hay empate el dinero me quedara a mí.
- Gato aprovechado.
- Excelente, yo ayudare a Kanon. – intervino Ángelo, chocando puño con el mayor.
- ¿y quién me ayuda a mí? – el rubio vio a todos con ojitos suplicantes.
- Lo siento bicho, pero será mejor que esperes a tu próxima reencarnación.
El azabache ya había decidido que ayudará al revoltoso, pero no se lo dirá, no aun, por momentos es divertido ver a Milo haciendo escándalo. Por otra parte, aun que Aioria quisiera ayudar, su deber como tesorero lo coloca en una posición neutral.
Desde el balcón que daba a un salón para eventos privados, Hades escuchaba la conversación de los menores, son muy escandalosos, por lo que se puede enterar de todo sin necesidad de acercarse a la mesa que ocupan.
Parte del entretenimiento de Hades es escuchar las conversaciones de sus clientes, la realidad es un chismoso de primera, le encanta enterarse de todo, incluso ver el mundo arder, entreteniéndose con el sufrimiento de algunos y la alegría de otros.
Otras personas que lo acompañaban en su pasatiempo es su hermano menor Poseidón y sus sobrinas, las gemelas Sasha y Saori, hijas de su hermano mayor Zeus. Si, a su padre se le ocurrió la grandiosa idea de llamarlos como a los señores del Olimpo. Lo que le llevaba a preguntarse, si su padre los quería o los odiaba, pues con esos nombres no faltaron quienes les jugaran bromas en sus años de estudio, otra opción es que el viejo necesitaba ser encerrado en un psiquiátrico.
**
Al salir del local Camus, Aphrodite y Sorrento decidieron compartir un taxi, no pueden llegar caminando a sus casas, está anocheciendo, sus hogares están lejos y las calles de la ciudad en el último año se han vuelto peligrosas, algo que aterra a los menores, quienes no desean arriesgarse a una mala experiencia.
Quedaron en comunicarse una vez estuvieran en sus hogares para dar a entender que habían llegado sanos y salvos. Se despidieron entre abrazos, besos y risas.
Shaka y Mu decidieron caminar, ellos están a solo unas cuadras de sus hogares, por lo que coincidieron en que no es necesario pagar un taxi. La caminata transcurrió en completo silencio, ambos jóvenes presos de sus pensamientos.
Durante los últimos dos días, debido a las circunstancias, las emociones de Mu habían sido llevadas al límite y con el beso del rubio, aun camina entre las nubes acompañado por las dudas.
Shaka lo había besado ¿Por qué hiso eso? ¿tenía algún interés en el más allá del fraterno? ¿fue parte de la actuación? Lo último no estaba en su contrato verbal, hasta donde sabe solo debían tomarse de las manos, un beso en la mejilla o frente, hablar poco, sonreír mucho, en ningún momento hablaron de darse un beso, aunque este solo fuera un rose de labios.
¿En qué carajos pensaba Shaka? Al rubio más le vale darle una buena explicación de sus mentiras y actos, porque, de lo contrario va a cumplir la amenaza de aventarlo del techo de su casa.
Mu se permitió sonreír contemplando la idea de que sus sentimientos son correspondidos, pero recuerda que no todo es perfecto en la vida, eso hace que se baje de su nube color rosa.
Le duele la cabeza de intentar justificar las acciones de su amigo, está a nada de írsele encima, pero se calma, en la calle no dará espectáculos de a gratis.
La mente de Shaka trata de descifrar que hará. Le dio un beso a Mu que le gusto, y ahora está un 70% seguro de lo siente, pero no de lo que quiere. Mendiga indecisión que suele sufrir en momentos importantes. Lo más lógico que puede hacer es declararse, pero ahí viene el problema del rechazo, para terminar ¿su amigo comparte sus preferencias?
Mu puede tener una apariencia ''delicada'' (Shaka no lo mira como una florecilla a la diferencia de otros idiotas. El de cabellos lilas simplemente tiene rasgos suaves, y si puede pasarse por una mujer en esos momentos, es debido a que aún no ha terminado de desarrollar, pero es claro que, en cuestión del físico, el menor no será para siempre ''delicado'') pero eso no lo hace gay. Por lo tanto, si se declara corre el riesgo de incomodarlo y perder su amistad. Y he ahí de donde proviene su miedo e indecisión por los sentimientos que tiene y que debería hacer.
Sin darse cuenta llegaron a casa del rubio, ambos sumidos en sus pensamientos hasta que entraron a la sala, lugar donde surgió un incómodo silencio. Shaka le indico al menor que subiera a su cuarto para cambiarse, en lo que el preparaba un poco de té para calmar los nervios y conversar un poco. Mu acepto y luego pedirá explicaciones.
Ambos en lugares diferentes de la casa se sintieron aliviados al darse cuenta que Asmita aun no llega, por lo tanto, Shion aún esta fuera y se pueden permitir un tiempo para bajar la adrenalina de no ser descubiertos en la mentira.
Una vez listo el té, Shaka subió a su cuarto con una bandeja sobre la cual descansaban dos tazas de porcelana blanca, las preferidas de Asmita, lo que significa que por el bien de su integridad física debe tener el equilibrio de un acróbata.
Encontró en el cuarto a Mu sentado sobre su cama, pensativo mientras cepillaba su cabello. Shaka camino hacia el menor y retiro con delicadeza el cepillo de las manos de Mu, sin oposición alguna, se dispuso a peinar con cuidado el cabello del menor, encontrando la actividad relajante y surreal. Un acto de intimidad que comparten cuando en privado se dan el privilegio de abrasarse y tener acercamientos íntimos como aquellos, que en ocasiones incluían palabras cariñosas y una que otra caricia disimulada en busca de mayor contacto.
Solo uno de ellos se dio cuenta que los amigos no se tratan así, no buscan contacto más allá del necesario, no piensan en la otra persona antes de dormir y después de despertar, no busca su atención y ser su prioridad, por encima de otros amigos y conocidos. Mu lo supo antes, tiene miedo, pero no puede negar lo que siente y desea.
Por unos minutos desconecto el cerebro y se dejó llevar por el tarareo de Shaka mientras lo peinaba, sumergiéndose en las nubes rosas de su mente, donde las cosas salen como lo desea obteniendo todo aquello que anhela.
Shaka esta tan concentrado en la actividad de pasar el peine y sus propios dedos entre las suaves y delicadas hebras lilas, tarareando y sonriendo mientras su mente visualiza al menor junto a él como pareja. Deja escapar un suspiro de enamorado al recordar los motivos por los cuales su amigo le gusta: Su sonrisa, sus abrazos, sus regaños, sus consejos y opiniones, descubrió que todo de Mu le encanta, defectos y virtudes, está perdido y lo acepta, tiene miedo de lo que pueda suceder, pero ya no puede hacer nada, nadie manda en sus sentimientos y solo le queda continuar y cruzar los dedos para que todo salga lo mejor posible.
Shaka termino de cepillar el cabello de su amigo y se produjo un incómodo silencio. Ambos salieron de su ensoñamiento, preparándose para lo que viene.
- Espero el té no se enfriará. – Shaka se animó a hablar después de un par de minutos que le parecieron eterno. Coloco una de las tazas sobre las manos de Mu, recibiendo un ''gracias'' en un tono ausente. Otros minutos de incomodo silencio, hace que Shaka empiece a buscar temas de conversación, hasta del clima quiere hablar. – Dime ¿Cómo puedo empezar a recompensarte el favor de hoy? – se le ocurrió por fin algo, pensando que eso bastaría para terminar con la sensación incomoda.
- Contesta mis preguntas.
- Está bien. Lo que desees.
- ¿Por qué me besaste? – la pregunta tomo por sorpresa a Shaka, quien no tiene ni la más mínima idea de cómo contestar a eso, pues no quiere que sus sentimientos queden expuestos así por así y más corriendo el peligro de perder su amistad. Primero, acaba de hacer que su amigo aceptara un favor que no era de su agrado, arriesgándolo a pasar por un mal rato si los descubrían y luego salirle con que le gusta. Con eso solo provocaría asustarlo y que más nunca le volviera hablar, al menos eso es lo que piensa.
No tiene forma correcta de contestarle pues sus opciones solo lo dejan como un idiota, se siente perdido. Shaka solo quiere un poco de tiempo para darse una idea de si debería confesarse y no siendo intimidado por las hermosas esmeraldas de su amigo, que le exigen ser honesto. Lo único en lo que puede pensar es ¡idiota! ¡idiota! ¡idiota! ¡solo a ti se te ocurre besarlo por curiosidad!
El silencio prolongado solo logro que el de cabellos lilas endureciera su expresión. Shaka sabía que no debía darle más largas al asunto, con eso solo provocara que Mu lo mate o en el peor de los casos, lo odie.
- Perdón Mu, yo... perdón. – el rubio solo suspiro, cerro los ojos y luego prosiguió a decirle lo mejor que se le ocurrió, escogiendo cada palabra con cuidado. – Mu, perdón, no debí besarte sin tu consentimiento, aunque deseo mucho decirte por que lo hice, no es el momento adecuado, solo te pido que me acompañes el domingo para aclararte todo. - rogo que su amigo acepte, pero Mu no le dio tregua.
- Shaka ¿Cómo puedo saber que no te estoy dando tiempo para planear una mentira? – bien, el rubio se sintió dolido, pero el mejor que nadie sabe que esos dos días se ganó a pulso la desconfianza de su amigo, y el que no le diera una respuesta a una pregunta importante solo lo deja mal parado, preguntándose ¿a qué hora me tragas tierra?
- Mu, yo no volveré a mentirte, solo es algo complicado. – sonrió con nerviosismo y desesperación. Mu solo enarco una ceja ¿complicado? Si, claro, complicados son sus sentimientos, los que están en juego por las acciones de Shaka, y no puede suponer cosas o recibir una respuesta clara. Está enojado y solo quiere ahorcarlo por estar confundiendo su mente. Suspiro cansado y si el rubio no le daba buenas escusas el domingo, no sabe lo que hará, pero es seguro que se las cobrara.
- Acepto salir el domingo. – y el alma le regreso al cuerpo.
- Perfecto pasare por ti.
Unos minutos más en silencio basto para terminar de ingerir el té que pretendía calmar los nervios de ambo, claro, los dos están de todo menos tranquilos. Mu sintió que si se quedaba un poco más en esa habitación se le iría encima a Shaka, incumpliendo la promesa de darle tiempo al rubio para explicarse, voto de confianza por sus años de amistad.
El de cabellos lilas se despidió de su amigo, negándose a ser acompañado por el rubio. Shaka lo comprendió, pero le dolió, pues todo ese desastre era única y exclusivamente su culpa.
Mu desea apagar el cerebro momentáneamente, pues con tantos pensamientos que le ronda en la cabeza terminara por volverse loco, tratando de comprender el comportamiento de Shaka y si estos indicaban que había posibilidad de ser correspondido por el rubio. Como sea, lo seguro es que no dormirá bien las próximas noches hasta la llegada del domingo, siendo martes, está a nada de regresarse a la casa del rubio para sacarle las respuestas a sus preguntas a punta de jalones de cabellos, patadas, torturas medievales, chantaje, lo que sea.
- ¿Cómo te fue Mia? – quiere paz y no la tendrá, aun le debe respuestas a Kardia, como su niñero, su deber es interrogarlo, hasta que diga cuantas veces fue al baño.
- No molestes ¿Cómo sabes lo de Mia?
- Camus me conto, a cava de llamar, ya está en casa y tú tienes suerte de que Shion hoy saliera con amigos, y me abandonara.
- Lo sé, se nos hiso tarde.
- Sabes que no puedes estar tan tarde en la calle. Shion me va a matar por ser mal niñero.
- Perdón Kardia, si ayuda un poco, no estuve solo.
- Si, sí, sí. Ahora suelta el chisme ¿Cómo te fue? – se limitó a darle un resumen de lo que hiso las últimas dos horas y media, omitiendo cosillas, como un casto e inocente beso, incluyendo en su relato el intento de homicidio por parte del de cabellos rojos.
- Podrías decirle a Camus que no mate al pobre rubio. Me causo algo de pena, se ve tierno y desquiciado.
- No prometo de nada. Ni te imaginas las veces que he salvado al pobre. Camie es muy malo cuando se lo propone.
- Pensé que te enojaría saber de un pretendiente para tu hermano.
- No, él es el hermano menor de Degel, y pues me agrada, además, ya bastante mal le va con Camus para sumarme y atormentarlo. – se quedaron unos minutos más conversando hasta que llego Shion y la atención del de cabellos azules fue dirigida al borrego mayor.
🍁🍁🍁
Durante toda la noche anterior no paro de pensar en el si debía confesarse o buscar una mentirilla para justificar el beso que le dio a Mu, pero por donde la viera él era el único que salía perdiendo o metiéndose en más problemas.
Lo único se podía repetir en su cabeza era la palabra ¡tonto! ¡tonto! ¡tonto!
Si se declaraba corría el riesgo de ser rechazado, eso no es un problema, en la vida no todo será como uno desea y él puede vivir con no ser correspondido en el amor. Le dolerá y lo pondrá triste, pasará semanas llorando por las esquinas de su casa, pero lo superará, no puede forzar sentimientos y emociones en otra persona, lo sabe. Lo que realmente le preocupa como quedara su amistad con Mu.
Si mentía, debía buscarse algo lo suficientemente creíble, que no haga que Mu se sienta usado y se enfade aún más con él, eso también pone en riesgo su amistad con el de cabellos lilas.
Parece un zombi, lo que despierta curiosidad en Asmita, quien no dejo de hacerle preguntas durante todo el desayuno, por primera vez en su vida Shaka odio que su hermano sea tan intuitivo. El rubio mayor lo conoce más que el mismo. Bufo molesto por el interrogatorio de toda la mañana.
En el instituto las cosas estuvieron raras. Shura hablando más de lo usual con Milo, quien todo el tiempo mantuvo cara de estar prestando atención a como desactivar una bomba. Ángelo llamando traidor al azabache por apoyar al rubio. No tiene ni la más mínima idea de que traman y les pidió que no lo metieran, pues en caso de salir algo mal él puede alegar demencia, ya bastante tiene consigo mismo y los problemas en los que últimamente se esta metiendo.
Después de no prestar atención durante toda la mañana a las clases y darse cuenta que no puede encontrar la solución a sus problemas por su cuenta, hiso lo más racional, pedir consejo. El único en el que confía después de Mu, es en Aioria, y para pedirle algo debe soltarle toda la verdad.
Bufo con cansancio, mordiéndose el labio inferior. Le contaría todo a Aioria, hará lo que se negó a hacer con los demás por miedo a las bromas a futuro. Tonto, se ganó muchos problemas en el proceso. En esos momentos se cuestiona el por qué oculto la verdad desde el inicio.
En el receso Aioria lo veía curioso ¿Qué oculta Shaka? Esta nervioso y lleva varios minutos moviendo los labios como pececillo fuera del agua. El castaño se cuestiona si debía iniciar la conversación o deja que el otro se calme y suelte todo.
Shaka agradeció al universo por que los otros estén metidos en sus asuntos y le permitan tener en privado esa conversación.
- Ne-necito un consejo. – se animó a decir después de un tiempo, aun con los nervios a flor de piel.
- Dime, te ayudare en lo que sea. – le dio una sonrisa intentando inútilmente calmar al rubio, pues se puso peor.
- Pues por donde inicio. – empezó a hablar para sí mismo. La curiosidad está matando al castaño. – pues veras, yo. ¡Hay, pero en que me metí! Bueno este, veras, ¿Cómo decía? – media hora después y Aioria juega con su comida, hasta el hambre se le fue de ver como Shaka se iba por las ramas en su intento de confesión.
- Como iba diciendo. – los desvaríos del rubio lo tienen perdido, más que física o calculo. – pues... ¡Hay no sé cómo decírtelo! – el grito del rubio lo saco de su ensoñamiento.
- Tranquilízate, seguro no es algo tan grave. – y otra vez Shaka con su ''si supieras'' y otros desvaríos.
- Bien, bien, no estoy hiendo a ningún lado. – seguía hablando solo. – les mentí a todos. – eso fue suficiente para llamar la atención del castaño. – no tengo novia y Mia no existe. - Aioria tenía la boca abierta.
- No entiendo.
- Les mentí a todos y Mia no existe, y ahí esta parte del problema.
- Pero todos vieron ayer a tu novia y dijeron que es bonita, simpática y tímida. Y.... explícate.
- Pues veras, recuerda que te he hablado de Mu. – recibió un asentimiento del castaño. – pues a él le pedí el favor de hacerse pasar por mi novia y lo peor no es eso, ayer lo besé y quiere explicaciones del por qué lo hice, pero si le digo que me gusta, tengo miedo de incomodarlo. Y si le miento puedo destruir la confianza entre nosotros, además, no se me ocurre nada bueno que decirle. Y ese es mi mayor problema. – para cuando termino de contar todo, tenía mirada de desquiciado y Aioria lo observaba con los ojos abiertos por el circo que se montó el rubio.
- No tienes novia. Mu es Mia. Le mentiste a todos. Te gusta tu mejor amigo.
- Si, en resumen, es eso.
- Estás loco ¿Por qué mentiste? ¿en que estabas pensando? – lo pregunto con cierta duda, pues ahora le tocaba meterse en un embrollo tan grande como el de los otros. Shaka no sabe cómo contestar a las preguntas del castaño y lo único que pudo hacer fue encogerse de hombre y murmurar un, no sé.
- ¿Me ayudas a salir de esto? – el castaño suspiro agotado por todo lo que escucho anteriormente y solo se comprometió a dar consejos y no mentir por él. - ¿Qué debería hacer? Le digo que me gusta a Mu o le miento, justificando el beso que le di.
- Pues... cómo te quieres ahorrar más problemas. Dile la verdad. – el rubio se quedó pensativo un rato, no tenía más opciones y Aioria poseía un buen punto, debía ahorrarse más problemas.
Bueno, tiene hasta el domingo para planear algo o tirarse de un acantilado.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top