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Por motivos de un capricho personal decidí mudar la historia a otro libro que ya esta publicado en mi perfil, si aun desean darle una oportunidad a la historia les recomiendo que guarden el libro nuevo, el cual tiene modificaciones en redacción y ortografía que le hice a este. Muchas gracias por su interés, me despido deseando que el contenido del libro sea de su agrado y entretenimiento.
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- ¡No pienso hacer eso! – su voz sale en un chillido agudo e indignado que sorprende y asusta al mayor.
- Por favor, te lo imploro. – se esfuerza en sonar suplicante cruzando discretamente los dedos con la esperanza de que el menor: acepte, salve su paz por el resto del año escolar y no lo torture mucho cuando se cobre el favor.
- ¡Te he dicho que no Shaka! ¿Estás loco? ¡No voy ayudarte! – Los zafiros suplicantes se encuentran con las furiosas esmeraldas. Mu se enfrasca en hacerle notar lo enojado e incómodo que se encuentra, sin inmutarse por la cara de muerto en vida que le da el rubio, quien jura hacerle un altar para alabarle por el resto de su existencia si acepta.
Sentado sobre la alfombra de la habitación de Shaka, mantiene los brazos cruzados observando a su amigo con molestia y chaqueando la lengua, mientras el rubio le mantiene la mirada, suplicando con los ojos llorosos, recurriendo a su memoria para evocar todas las muertes tristes en películas y así llorar un poco, quizás si se tira a los pies de Mu a llanto partido acepte.
La adolescencia, época en la que empiezan un sin número de cambios a nivel psicológico, físico y social. Se forman ideales y cambia la per sección del mundo que nos rodea. Somos jóvenes en proceso de la adultez. Se esperan muchas cosas de nosotros e infligimos presiones y pensamientos que creemos nos ayudara encajar con los demás, ser parte de un grupo y como consecuencias tendemos a tomar decisiones, decir palabras y actuar de manera incorrecta por momentos. Es ese hermoso periodo de nuestras vidas en los que por momentos se nos va de paseo el sentido común. Cometemos errores y debemos aprender de ellos.
Gracias a la inconciencia de algunas palabras que dijo el joven Shaka de 17 años de edad hace una semana, se ve en un apuro que amenaza su orgullo y salud mental a la larga, pues supone que si sus amigos descubren la mentira no lo dejaran tranquilo lo que le queda de su periodo en el instituto y sabiendo lo insoportable que pueden llegar a ser, no se detendrán ahí, cosa que no está dispuesto a tolerar.
Su única salvación es su amigo de 15 años, quien es su vecino y mejor amigo desde los siete años de edad. No importa si debe servirle como esclavo de por vida, es la única persona de total confianza que sabe puede ayudarlo y sacarlo de ese ''problemilla'' en el que se metió por tonto.
Sigue suplicando, implorando compasión, alegando que le dará la vuelta a toda Grecia de rodillas a cambio de su ayuda, mientras trata de sacar lágrimas de cocodrilo. Mu lucha por mantener su postura de indignado, pero Shaka no se la está dejando fácil. Su secreto amor por el mayor lo hará aceptar tarde o temprano. Resignado a la realidad que le indica que cederá a la petición del rubio, se dijo así mismo que dejara a Shaka rogarle un poco más, a ver con que le sale.
Después de tantas suplicas, Mu observa al rubio incrédulo ¿Cómo se metió en ese lio Shaka y lo más importante, como se le ocurrió incluirlo?
Cuando se lo conto pensó que se trataba de una broma y solo se limitó a reír, hasta que vio como el rostro del rubio se mantenía con una sonrisilla nerviosa, lo que provocó que le soltara un sermón de media hora recalcándole lo imprudente y tonto que puede llegar a ser por orgulloso, mientras lo amenazaba con chancla en manos por mentir e incluirlo.
- Por favor Mu, tú eres el único que puede ayudarme. Ayúdame.
- ¡No!
- Hare lo que quieras. Por favor, por favor... no me dejes morir.
- ¡No! No me hare pasar por tu novia, y menos quiero vestirme de mujer. ¿En qué pensabas?
- Por favor, solo será por un día, luego de una semana diré que terminamos y ya.
Mu le da su mejor mirada asesina al rubio, pero no logra mucho, en opinión de Shaka el menor sigue viéndose hermoso, aunque este echando espuma de rabia por la boca. Extraños pensamientos del sentenciado. Sacude un poco la cabeza con intención de alejar esas ideas, lo único en lo debe concentrarse en esos momentos es en rogar y tratar de persuadir a su amigo.
- Por favor, si no lo haces me lanzare del techo y dejare una carta suicida alegando que no me ayudaste y bueno diciéndole a los otros que los veré en alguno de los samsara.
- Ni te creas, ¿Quién dijo que te lanzaras? Yo mismo te aventare de allá arriba, y antes les contare a todos que de niño te gustaba cantar ''Barbie girl'' y una cosa más, deja de intentar manipularme, tonto.
- ¡Eres cruel! Y la cantaba solo para molestar a Asmita. – Argumenta con una expresión de agonía y abandono. – Por favor, te prometo haré todo lo que quieras. - Mu suspira cansado, llevan dos horas con lo mismo y sabe que si depende de Shaka no terminara hasta que acepte, aun si implica pasar de rodillas toda la noche y parte de la mañana.
- Shaka, esto no va a funcionar, nadie se va a creer que soy mujer, peor aún, si Shion me ve, nos va a atormentar por lo que nos queda de vida. Considéralo ¿Quién es peor, mi hermano o tus amigos?
Con eso en mente el rubio empieza a considerar las posibilidades. El de cabellos verde seria comparado con la tortura más sádica jamás inventada en el mundo, si es algo que involucra a Mu. Pero, si no mal recuerda, el horario de Asmita del día siguiente es el del vespertino, por lo tanto, Shion al estudiar la misma carrera estará con él, lo que posiblemente les dará tiempo de ir y regresar, sin problemas. Salvándose de sus amigos, de Shion y dejándolo solo con el pendiente de sobrevivir a Mu.
- No te preocupes por Shion, lo tengo todo planeado y él no se enterará de nada. Y con el otro asunto, primero: tienes rasgos tan finos en el rostro, que en el futuro parecerás un hombre de facciones delicadas, pero ahora puedes perfectamente hacerte pasar por mujer. Segundo: evitare a toda costa que tu hermano nos vea, créeme quiero morir de manera tranquila y no de forma violenta. Y por último te deberé mi paz mental.
Suspira una vez más cansado, lleva las manos a su cabello dirigiéndole una siniestra mirada al rubio. En esos momentos iniciara su tortura. Se pone de pie y camina hasta la cama, mientras Shaka lo observa detenidamente con temor, no se decide si quedarse quietecito y bonito en su lugar o echar a correr como si el demonio lo persiguiera.
Toma una almohada de la cama y le divierte ver como Shaka se encoge en su esquinita con los ojos llorosos, ahora si le cree que se pondrá a llorar y como inicio de su cobro le cae a almohadazos seguidos de cosquillas. Por culpa del rubio al moverse como lombriz en un intento de fugarse de su castigo, le arranco algunos mechones.
Mu ríe al ver como Shaka en una esquina de la habitación toca su cabeza y con los ojos muy abiertos observa su mano con mechones rubios y luego lo ve a la cara, pasando así unos minutos.
En venganza se reinician los almohadazos. En la planta baja Asmita abre la puerta principal de la casa sin inmutarse por las carreras, cosas cayéndose y gritos al unisonó por momentos de Shaka y Mu en el segundo piso. Así estuvieron por mucho... tiempo.
Agotados y recostados sobre la cama del rubio, respiran con dificultad observando el techo como la cosa más interesante en espera de normalizar sus ritmos cardiacos. Shaka tendrá buena parte de la noche ocupada en recoger el desorden que dejaron en la habitación.
- Lo hare, pero prepárate a vivir un infierno. – Traga grueso al observar la sonrisilla del menor, pero por donde la vea va salir mal de ese asunto, en primer lugar, como permitió terminar así.
- Gracias Mu, estaré eternamente en deuda contigo. - le sonríe con ternura al menor y besa su frente con cariño. Mu sonrojado y algo embobado por la hermosa sonrisa del rubio, olvida por minutos todos sus planes de torturas que había formulado en su mente.
Hace poco tiempo, Mu empezó a tener sentimientos más allá de lo fraterno hacia su mejor amigo.
Al principio se sintió aterrado y confundido, pasando por una fase de negación y miedo, noches enteras meditando acerca de su estado y sentimientos, resignándose a la fuerza y razones de su enamoramiento hacia el mayor, no le quedo de otra, muy a su pesar, que aceptar la terrible realidad de estar enamorado de su amigo.
Y le puede agregar algo peor a su situación, los celos, tiene celos de un amigo en particular del rubio, del cual habla mucho últimamente, provocándole malestar, pues se le viene a la mente la ideíta de que Shaka pudiera enamorarse con el tiempo del otro, y el callando sus sentimientos por inseguridades.
Ya en una ocasión el rubio le comento que no tiene problemas si algún día se enamora de otro hombre, por lo tanto, la posibilidad de desarrollar sentimientos hacia una persona cercana sin importar su sexo, es grande, y el mayor tarde o temprano tendrá una pareja, eso lo agobia y se está ahogando en un mar de emociones y pensamientos negativos, con la idea de tener que verlo con alguien más.
Shaka observa como el menor junto a él se queda pensativo con una clara molestia plasmada en su rostro creando un ambiente incomodo entre ambos. Suspira frustrado sintiéndose mal por incluir en sus problemas a su mejor amigo, haciéndose a sí mismo la promesa de hacer un voto de silencio de por vida si vuelve a decir estupideces.
- Perdóname por incluirte en mis problemas, no lo volveré hacer. Gracias por apoyarme amigo.
Mu se sorprende por la disculpa y se visualiza así mismo en una casa solo con diez gatos como hijos, mientras Shaka vive feliz con su esposa o esposo, en lo que el muere de agonía por su amor no correspondido al ser mandado derechito a la friendzone. Hubiera seguido con sus pensamientos pesimista, pero el mayor se puso de pie y lo jalo hacia él, terminando juntos en un abrazo.
Un abrazo sorpresivo para el menor, pero que le supo a gloria y protección. Se siente feliz por formar parte del reducido círculo íntimo del rubio. Aunque hay un detalle, esos abrazos no lo sacaban de la friendzone, de hecho, lo hunden y hasta le entristecen, por su cruel y cruda realidad. Se aferra al mayor, resignado a disfrutar la atención de este lo que tenga que durar.
La idea de declararse para Mu es aterradora por lo que pudiera suceder en el futuro ¿sería rechazado o correspondido? ¿qué tanto cambiara su amistad al no ser correspondido?
Todo sería en parte fácil si Shaka le diera, aunque sea una pequeña esperanza, algo que le indique que tiene oportunidad para así poder expresarle con libertad lo que siente, pero es todo lo contrario, el rubio no ha cambiado su comportamiento hacia él, por lo tanto, lanzarse al vacío y confesarse al mayor es algo que a su parecer puede terminar mal.
Suspira frustrado mientras sigue en los brazos del mayor, consolándose con su atención. Puede intentar seducirlo, pero no sabe cómo coquetear, aunque su vida dependa de eso, se siente asustado, frustrado y recurrir a Aphrodite es algo que no le da buena espina.
Para Shaka abrazar al menor es algo cálido lleno de cariño, en los cuales encuentra el apoyo del menor incluso en sus idioteces.
Le parece grato contar con alguien que siempre está ahí para él, en las buenas y las malas. En la salud y la enfermedad, hasta que la muerte los separe. Sonríe al pensar que a esas alturas parece que se había casado con Mu. Y eso no le molesta en lo más mínimo, no hay nada mejor que estar casado con su amigo, aun que debe dejarlo de incluir en sus metidas de patas, eso es un hecho.
- Llevare compañía mañana. - se animó a decir después de un rato, si iba a estar solo con tres personas vestido como mujer y fingiendo ser la pareja del rubio, lo hará con apoyo extra.
- ¿Qué?
- Shaka no quiero estar solo con cuatro personas, vestido de mujer. Necesito apoyo moral.
- Está bien. - lo medito por un tiempo, tal vez con eso distraerían un poco a los demás evitando ser el centro de atención. - te esperare mañana, afuera de tu casa y luego nos iremos a la cafetería, que está a tres cuadras de aquí.
- Perfecto. Llevare a dos amigos.
Se separaron del abrazo, sorprendidos por la hora. A Mu no le quedo de otra que despedirse de su amigo y regresar a casa antes que Shion, de lo contrario se enfrentara a un interrogatorio peor que el del FBI. No entiende el absurdo comportamiento del mayor, lo asfixia y cada vez que le negaba hacer algo, lo único que lograba era llevarle la contraria y hacer lo que se le negó por puro capricho.
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Shaka acompaño a Mu hasta su casa y se quedo un tiempo con él en la entrada. Después de una tarde de ruegos, disgustos, almohadazos, mechones de cabellos arrancados, cosquillas y mordidas (el rubio muerde) ambos se comportan como si nada hubiera pasado, como los dos viejos amigos que son, haciéndose bromas, riendo de cualquier ocurrencia, contándose los chismes del día y hablando de a sus amigos.
Ninguno conoce los amigos del instituto del otro de cara, han intentado quedar en una salida al cine, parque o cafetería, pero al final siempre pasa algo. Solo intercambian información de ellos. Shaka tiene una idea de las apariencias y personalidad de con quienes pelea por la atención de su borreguito, él lo vio primero, así que, los otros son metidos e intrusos y deberían agradecerle que les comparte a su mejor amigo.
Se despiden con un abrazo. Una vez cerró la puerta se deslizo en ella hasta llegar al suelo y sentarse con las piernas extendidas ¿Qué acaba de aceptar? Le parece algo divertido y peligroso.
Pasarse por una chica no es lo peor que hará, tanto lo han confundido con una a lo largo de su corta vida, que no hace mucha diferencia si ahora se pone un vestido y suaviza la voz. El verdadero problema es fingir ser la novia de Shaka, no tiene idea de cómo debe comportarse, los nervios posiblemente le ganen y a lo mejor termina haciendo algo tonto. Hay muchas cosas que pueden salir mal con ese favor, solo ruega que las consecuencias, si las hay no sean tan graves.
Sonrió al pensar como era capaz de aceptar hacer lo que el rubio deseaba, solo con esos ojitos azules llorosos y voz de notable angustia y miedo, le conmovió el corazón antes de que su cerebro terminara de procesar el favor.
Kardia al escuchar la puerta de la casa abrirse se levantó de la mesa para averiguar de quien se trata. Observa con curiosidad cómo Mu sentado en el suelo y recostado en la puerta de la entrada permanece pensativo.
- ¿Qué sucede enano? - la voz del mayor lo saco de su ensoñamiento y observa como Kardia lo ve con una sonrisa curiosa.
- Nada. - susurro, rogando que no le hicieran más preguntas.
- No te creo, dime o le diré a Shion que planeas algo. - suspira cansado, de todos modos, el mayor lo vera vestido de mujer al día siguiente, pues no puede cambiarse en la casa de Shaka, porque el rubio sale dos horas mas tarde que el del instituto, y bueno, necesita ayuda extra para impedir de todas las maneras humanamente posible que Shion se entere de algo. La pregunta aquí es ¿Kardia lo apoyara, le ocultara esa información a su amigo? sabe muy bien que el mayor es uña y mugre de su hermano. Se muerde el labio inferior, notando la impaciencia del mayor. - ¿hablaras?
- Mañana voy a salir con Shaka y tu hermano, pero necesito que me ayudes.
- No pienso ayudarte a escaparte y Camus no ha dicho nada de salir.
- Le pediré permiso a mi padre esta noche, pero ese no es el problema, le hare un favor a Shaka, y es algo de lo que no quiero que Shion se entere, por favor, me ayudas a ocultarle información a mi hermano. - le puso sus mejores ojitos de borrego bebe para intentar ablandar un poco el corazón del mayor, quien solo lo ve neutral, claro por fuera, por dentro muere de ternura, esa mirada es más efectiva que la del gato con botas.
- Depende. Cuéntame que es lo que harás y luego decidiré si ayudarte o venderte.
- Shaka dijo algo estúpido y mañana me vestiré de mujer para sacarlo del problema. - bufo con lo último y se quedó de piedra al escuchar la estruendosa risa del mayor, acepto la burla, de hecho, a el mismo le parece bizarra esa situación que solo queda llorar o reír. Después de tres minutos se empieza a enojar, Kardia solo dice cosas a medias riéndose de él y con lágrimas en los ojos.
- Bien te ayudo. - sonrió - lo que uno hace por amor. - regreso a la mesa para continuar con su tarea, dejando a un borreguito de piedra, cuestionándose si el tonto ese conoce su mayor secreto. ¿tan obvio es? ¿Cómo lo supo? Lo único que sabe es que hará un homicidio - suicidio. Y el asesinato solo lo llevaría a cabo porque ni de chiste le deja su Shaka a otra persona, se sorprende al descubrir que tiene las mismas ideas nada sanas de Kardia, tenerlo como niñero fue una mala idea de sus padres, pero bueno ellos confían en el de cabellos azules olvidándose de su pésima influencia a la larga.
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