16. ¿Hay vida en Marte?

El bosque prohibido jamás estaba callado.

Esa tarde no fue distinto.

Velkan y Lucy se encontraban en un claro del bosque, ambos frente al enorme fuego que habían encendido en medio de un círculo hecho con cuarzo de sal. James estaba cerca de ellos, dormido contra el tronco de un viejo árbol, se movía de vez en cuando, provocando que las hojas bajo el crujieran, sin embargo, no estaba consciente de nada de lo que pasaba en su entorno, Lucy se había encargado de ello.
El corazón de Lucy latía cada vez más rápido y de no ser por el viento de enero que soplaba con ímpetu, sus manos estarían escurriendo en sudor por los nervios.

― ¿Lo has memorizado todo?  ―La pregunta de Velkan la descolocó por un segundo, pero terminó por asentir con la cabeza.

―Lo he repetido por tres días, claro que sí lo sé. ―Velkan sonrió de lado.

―Entonces repítelo, paso a paso, no quiero que nada quede al azar.
Lucy tragó en seco, despegó su vista del rubio y la fijó en el fuego.

―Primero debo verter la poción al fuego, ―musitó con voz queda ―luego debo lanzar las raíces de etiam hasta que salgan las chispas azules, las semillas de Rem van después, el fuego tiene que ponerse de un color verde claro para entonces, si no lo hace es que algo está mal y debo agregar más raíz de etiam. Luego de las semillas debo comenzar a recitar el conjuro…

― ¿Cuántas veces? ―La interrumpió Velkan.

― Tres veces ―respondió. Él asintió― Cuando concentre toda mi energía en el, la brecha se abrirá. ―concluyó, mirándolo triunfante.

―Correcto.

―Ahora tú repíteme lo que harás cuando nos hayamos ido.

―Cuando ustedes crucen, yo usaré la energía del eclipse para borrarlos de su línea familiar. Según el libro y las notas, nadie, ni siquiera yo, recordaremos nada, como si nunca hubieran existido. Seguramente me sentiré confundido después de que te borre, pero me he dejado una carta en mi bolsillo donde explicó lo suficiente. Confió en que comprenderé todo.
Lucy escuchó con atención lo que decía, algo la inquietó.

―Suena demasiado fácil. ―susurró finalmente, Velkan se encogió de hombros.

―Es todo lo que puedo hacer… A menos que tengas otra idea.
Lucy retiró su mirada del fuego y la dirigió hacia James, seguía dormido.

―No lo sé… se siente como si estuviera dejando un millón de hilos sueltos.
Los ojos marrón de Velkan se clavaron en ella, puso una mano sobre su hombro, tratando de confortarla.

―Lucy, es que es justo lo que estás haciendo. Literalmente estás dejando toda una vida atrás, la tuya y la de James.

La pelirroja apretó los labios, sabía bien lo que estaba haciendo, lo sabía desde hace tiempo. El problema es que hasta hace unas horas había sido un simple deseo, ahora estaba frente a ella, lo tenía ahí, en ese momento. Tomó una bocanada de aire fresco.

―Hagámoslo.

.

Lily subió a toda velocidad por las escaleras hasta la torre de astronomía donde la pequeña fiesta ya había comenzado.
La pequeña Potter se dirigió a su prima Dominique, quien hablaba animadamente con Blake Zabinni y los gemelos Scamander, los cuatro estaban cerca de una mesa con comida y bebidas extrañas -todas creación de Lorcan-

―Hey, ¿Qué tal? ―saludó Lyssander a la recién llegada. Lily sonrió.

― ¿Has encontrado a James? ―inquirió Dominique. Lily frunció el entrecejo.

―Claro, bueno, me ha dicho que ya habia llegado…

― ¿De veras? ―exclamó la rubia, alzando la nariz― no lo he visto por ningún lado.

―Debe estar por aquí… ―masculló Blake, al tiempo daba una ojeada a la gente de la torre. No había muchas personas, así que no fue difícil darse cuenta de que James en realidad no estaba ahí.

― ¿Segura que leíste bien? ―insistió Lorcan, Lily se pasó una mano por el pelo, no le respondió hasta que no caminó por el centro del lugar, mirando hacia todas partes.

―Claro que sí… ―dijo― Me envió ese mensaje hace diez minutos, no es posible que haya llegado antes.
Lorcan le tomó la mano a su novia y la miró con dulzura, se encogió de hombros.

―Probablemente cambió de opinión, debe estar por ahí, con Lucy. Los he visto separados estos días, tal vez ya se arreglaron. ―le dijo Scamander. Lily se quedó pensativa por unos momentos, con su celular encendido en la mano, terminó por asentir lentamente.

―Sí tienes razón… solo voy a escribirle para estar segura.
Lily texteó rápidamente y entonces guardó su móvil, justo a tiempo para ver como Lyssander y Blake corrían a través de la sala persiguiéndose mutuamente entre risas de Dominique y Fred.  


Rose leyó una vez más el mensaje que acababa de aparecer en su móvil, era de Scorpius.

“No encontramos nada en la biblioteca,
Ro, lo lamento, tenemos que
ir con Minnie.
Llegaremos por ti en cuanto
Albus se cambie de ropa.”

Ella soltó un suspiro cansado y se hundió más en la cama. No tenía demasiados ánimos de ir con Mcgonagall. Cuando averiguaran lo que sea que ocurriera con ella, obviamente llamarían de nuevo a sus padres y Rose prefería mantenerlos alejados por lo que quedaba del año escolar, al menos hasta que las cosas con Albus se aligeraran.

Tras asimilar de nuevo la situación unos minutos, se dio cuenta de que no lograría nada estando sola ahí. Debía pedir ayuda.
Se puso en pie y fue directo hasta su baúl, sacó unos jeans negros, un top azul y su confiable cazadora de cuero negro.
Cuando estuvo lista, el collar que Scorpius le había regalado de navidad destelló desde su joyero, lo tomó rápidamente y mientras se lo ponía, se miró al espejo frente a ella: Su cara delataba que algo andaba mal. El color de sus labios y mejillas no existía, sus ojos parecían tristes, ausentes.
Soltó un gemido de frustración.

Entonces la puerta de su dormitorio se abrió, y Amelia apreció con una sonrisa en el rostro.

―Hey, creí que estabas en la fiesta de la torre de astronomía… ―comentó Rose al verla entrar, Amelia no reparó en ella, se dirigió a su baúl para buscar algo.

―Sí… vine a buscar mi cámara. ―respondió vagamente. Rose tragó. Amelia se había enfadado con ella y ahora le era indiferente, actuaba como si nada malo ocurriera, típico. La morena encontró lo buscaba y tan rápido se incorporó, sus ojos azules fueron hacia las botas de su compañera, sonrió― Lindas botas, Lucy tiene unas idénticas, ¿no es así? La vi hace rato, le dije que tuviera cuidado al entrar al bosque con ellas, podría llenarlas de barro o algo.

Rose la miró confundida.

― ¿Viste a Lucy yendo al bosque? ―repitió, extrañada. Amelia se encogió de hombros.

― Sí, está ayudando en la investigación de un chico, es amigo de Albus, se llama Velkan, al parecer él y Lucy se conocieron en navidades cuando estuvo en Rumania con Charlie…

Rose jadeó, sintiéndose tonta.

―Cierto, casi lo olvidaba… ―Amelia asintió un par de veces y alegó que tenía que irse, la pelirroja apenas y se dio cuenta, se habia quedado congelada en su lugar y con la vista fija en el cuero marrón de sus botas, pero sin verlas realmente.

Una sensación de pesadez se instauró en su estómago, era tan extraño, tuvo un mal presentimiento que la agobió al punto de levantarse. Algo andaba mal y su cabeza moría por descubrirlo.
Cuando tomó el pomo de la puerta y lo giró, la última conversación que había tenido con su prima resonó en su cabeza: “Te extraño” “Descuida, estarás bien” No sabía porque, pero aquello le sonaba como a despedida.

Se mordió el labio y cuando salió al corredor, en lugar de bajar las escaleras, subió a las habitaciones de séptimo año.

Taylor Carroll le abrió la puerta, la chica de piel canela le dio una enorme sonrisa al verla, y se quitó uno de sus cabellos marrones de la frente.
Rose le preguntó si podía entrar con la excusa de que necesitaba llevarle algo a su prima.

―Claro, no hay problema. ―Había respondido la morena. Rose se adentró en la habitación, que era una replica de la suya, solo que Amelia y ella habían llenado sus paredes con fotografías instantáneas y tenían un enorme biombo que ocupaba un buen espacio del cuarto.

Rose se detuvo de pronto, ¿Qué estaba haciendo en realidad? ¿Qué buscaba? Lo único que sabía con certeza es que Lucy había estado casi desaparecida los últimos días, que estaba enojada con James, que dijo cosas extrañas… Y de alguna manera había admitido su relación con James.

― ¿Todo en orden? ―Taylor la miraba con preocupación, Rose se habia quedado en medio de la habitación sin moverse, pensativa, esto extrañó a la chica― ¿Necesitas ayuda? Tal vez tenga una idea de donde puso Lucy eso que buscas…

―En realidad, sí. ―respondió con rapidez, sonriéndole de la forma más natural posible. Se acomodó el pelo tras los hombros y se arrodilló frente al baúl de su prima, fingiendo rebuscar― Pero no sobre esto. Más bien, quiero preguntarte…. ―se mordió el labio tratando de encontrar la pregunta correcta― ¿Haz notado, no sé, algo extraño en Lucy? Me preocupa, no la he visto mucho estos días y siento que algo no está bien.

Taylor no dijo nada por unos segundos en los que Rose se limitó a contemplarla, expectante. La morena se dejó caer en la orilla de la cama, finalmente asintió.

―A decir verdad, sí. Ha estado ausente desde que volvimos, quiero decir, antes ya estaba extraña, pero ahora es cuando más lo he notado. ―Rose dejó de fingir que buscaba algo, Taylor continuó― Casi no fue a clases esta semana, no la he visto por el gran comedor, siempre hacíamos los deberes juntas, pero me ha dicho que esta ocupada con el tal Velkan… ―La de risos castaños suspiró― Francamente no está actuando como ella misma, en especial hoy.

Ahí estaba, de nuevo sentía el destello de preocupación en su estómago.

― ¿Por qué? ¿Qué ocurrió hoy?

―Bueno, a demás del hecho de que tampoco fue a clases… Se la pasó todo el día yendo y viniendo, trayendo y llevando pergaminos, no me preguntes a dónde porque tampoco lo sé.

Las palabras de Taylor flotaron en el aire un segundo y luego fueron interrumpidos por el sonido del celular de Rose. Ella tragó saliva, el sonido habia provocado que la Weasley diera un bote casi hasta el techo.
En la pantalla aparecía el nombre de Scorpius.

― Diga.  ―contestó. Scorpius bufó al otro lado de la línea.

― ¿Dónde estás? Estamos afuera de tu sala común… ―Malfoy dudó un segundo― Íbamos a entrar, pero no pudimos resolver el acertijo de la aldaba.
En otra circunstancia, Rose se hubiera reído. No ese día.
De nuevo fingió rebuscar en el baúl, solo que esta vez, si tomó una cosa lo primero que vio; era un libro, uno de cuentos muggles.

― ¿Rose? ―volvió a llamarla su novio, ella no respondió, su mirada seguía clavada en el libro de cuentos. Tenía una portada de opalina, era una recopilación de cuentos infantiles, más eso no fue lo extraño, lo raro es que Lucy habia metido sobres entre las páginas.

―Iré ahí en un segundo. ―dijo al celular, rápidamente colgó. Miró a Taylor, quien parecía casi tan confundida como ella― Debo irme, ya encontré lo que necesito… ―Ya se estaba yendo cuando decidió girarse de nuevo, sonrió a la chica― Gracias, Tay, ya sabes, por decirme todo.

Eran cartas.

Lucy había metido en el libro alrededor de cuatro cartas, todas selladas y con la fecha de ese día.

― ¡Por fin! ―dijeron los cuatro Slytherin que esperaban a Rose fuera de la torre azul. Ella ni siquiera los miró, su atención pertenecía a los cuatro sobres.

― ¿Qué tienes ahí? ―inquirió Zed con una ceja alzada. Rose negó.

―No lo sé… ―respondió, con los ojos muy abiertos; una de las cartas llevaba su nombre. 

La prolija caligrafía de Lucy relucía en tinta azul, “Rose” decía, y a la izquierda estaba la fecha.

La abrió.

Querida Rose.
Si estás leyendo esto es porque fuiste la primera en hallar mis cartas, sabía que serías tú.
También quiere decir que, probablemente, mi plan no salió bien, quiere decir que hice el ritual, pero de alguna forma no pude borrarnos de la línea familiar. Significa que no pudiste olvidarme, ninguno de ustedes pudo hacerlo.
Lo lamento, de verdad que sí. Pero no tenía opción, tenía que intentar ser feliz con James, no importa dónde.
Quizás no entiendas ni de qué hablo así que seré franca:
No, no vas a poder encontrarnos, ni a mi ni a James, y no, tampoco puedes pedirnos volver porque, aunque queramos, no podemos hacerlo.
Encontré un ritual rumano, muy antiguo y complicado, yo todavía estoy tratando de entenderlo. Esta magia es complicada, incomprendida… todo lo que sé es que cuando lo haga, se abrirá una brecha hacia otra parte, no estoy segura a donde. El libro donde lo encontré asegura un entorno ideal para el que cruza.
Como dije, traté de borrarnos tanto a mi como a James de la línea familiar, eso era lo equivalente a un obliviate, pero más poderoso, el hechizo desaparecía cualquier rastro de las personas, recuerdos, pertenencias, fotos, todo.
Lamento mucho que no haya podido hacerlo, lamento que ahora estés leyendo, lamento que ahora tengan que lidiar con todo esto, pero no me arrepiento.

Ya no tengo nada más que decir. Solo… entrega las cartas, por favor. En ellas me despido de mis padres, de Molly, de todos. Ahí lo explico todo.

Sentía que al menos podía dejar esto.


Por siempre
Lucy.”


Leyó las líneas una y otra vez durante aquellos 5 minutos, ya no estaba temblando, ya ni siquiera podía sentir sus músculos.
El mundo dio vueltas, todo estaba pasando extrañamente en cámara lenta, ¿Qué diablos era todo eso?
Cerró los ojos e intentó procesar la información, pero no lograba más que repetir una que otra palabra al azar: Ritual. Olvidar. Borrarse. Magia antigua. James y Lucy…

Tragó con dificultad –Oh no –pensó— Oh, no, maldita sea, ¡No!

Levantó la cabeza del pergamino tan rápido que asustó a los chicos frente a ella, Scorpius todavía llevaba las tres cartas restantes entre los dedos y los miraba con curiosidad mientras que, Albus y Zed tenían sus miradas fijas en ella.

―Lucy… ―jadeó, y se sorprendió por lo asustada que había sonado, Scorpius la miró de hito a hito, Rose boqueó, tratando de conseguir más aire, parecía que no era suficiente― ¡Lucy! ¡Es Lucy, James… Mcgonagall! ―se sintió morir, se quería alar el cabello por no poder unir una oración, estaba ahogándose en sus propias palabras.

Albus la tocó, clavando aquellas esmeraldas en su rostro.

―Rosie… ―Él palideció cuando Rose fue capaz de hablar.

― ¡Son Lucy y James!  ―chillo al fin, alarmándolos― Tenemos que ayudarlos, están a punto de cometer una locura… necesito, ¡Vámonos!

Como pudo, tomó a Zed y lo arrastró tas ella, sabía que Albus y Scorpius irían tras ella sin preguntar nada.
El viento helado de enero le estaba golpeando el rostro, vio por los ventanales como el sol estaba cayendo, se sintió más ansiosa, mientras tanto, los tres Slytherin le exigían explicaciones.

― La carta, las cartas… ―jadeó de nuevo― Eran de Lucy, las escribió hoy: En ellas dice que hará un ritual, que se piensa borrar de la línea familiar junto con James, ella me dijo que hará alguna extraña clase de magia para irse a otro lado. ―Sabía que nada de lo que decía parecía tener sentido, ni siquiera necesitaba ver los rostros de los chicos, todo eso era una locura.

Se detuvo abruptamente, provocando que Zed chocara con ella, automáticamente y por instinto, él la reafirmó por la cintura. Rose se quedó de piedra, ahí en el patio de la torre del reloj, sintió como si el mundo se le viniera encima, no tenía idea de qué hacer.
Cuando Albus volvió a exigirle explicaciones, en respuesta la chica le entregó la carta, el de ojos verdes comenzó a leerla, tanto Scorpius como Zed se le unieron, Rose no prestó atención a sus reacciones, estaba pensando qué hacer.

―Santo dios… ―jadeó Albus. Rose tragó en seco y cerró los ojos, sintió las lágrimas saltar, ni siquiera había notado que comenzó a llorar desde que leyó la carta por primera vez.

―Esto debe ser una broma de muy mal gusto. ―replicó un muy incrédulo Zed. Rose sollozó.

―Odio decirlo, ―dijo Scorpius, mirando las demás cartas en sus manos― no lo es.

―Tenemos que ir con Mcgonagall ahora…

―El bosque prohibido. ―exclamó Rose, temblando como una hoja― Amelia dijo que estaba en el bosque prohibido… tengo que detenerla antes de que algo pase.

La pelirroja estuvo a punto de echarse a correr, pero las manos de Albus la retuvieron.

― ¡No, Rose! Tenemos que ir por Minnie, ella sabrá que hacer. ―Rose apretó los dientes.

― ¡Si no voy y la detengo se habrán ido para cuando lleguen!

―Ella tiene razón. ―admitió Zed― La oficina está lejos, jamás llegaríamos a tiempo. No podemos correr ese riesgo.

―Eso si no lo ha hecho ya… ―masculló Scorpius por lo bajo. Rose se pasó una mano por el pelo. Zed negó.

―Hay que separarnos. Ustedes, ―apuntó a Albus y Scorpius― vayan por ayuda, Rose y yo correremos al bosque prohibido, los buscaremos, y cuando los encontremos, enviaré un patronus a Mcgonagall.

Rose le dio una mirada de agradecimiento a Zed antes de echar a correr a su lado. Scorpius y Albus hicieron lo mismo, pero en dirección al castillo.




Cuando vio que el fuego se volvía azul, supo que era el momento, arrojó las semillas de rem y un olor a quemado inundó sus fosas nasales, luego, el fuego se avivó más, haciéndola sudar. Velkan no tuvo que recordarle el paso siguiente, apretó la varita entre sus dedos y apuntó hacia un punto en las llamas.

― ¡Aperire astim aperta vi, quiassum. Legatis…! ―La voz de Lucy era relajada, pero grave, tenía que serlo, tenía que concentrar toda su energía y magia en aquello― ¡Aperire astim aperta vi, quiassum! ―Un remolino de viento le voló el cabello, haciéndola trastabillar, no dejo que aquello la distrajera, acabaría así fuera lo último que hiciera. Tras dar una bocanada de aire, cerró los ojos y clavó bien los pies en la tierra― ¡Legatis Aperire astim aperta vi, quiassum!

Un crujido resonó en el claro del bosque prohibido, un crujido tan profundo que hizo la tierra temblar, los troncos de los arboles se estremecieron, las ramas chocaron entre si y al mismo tiempo las hojas sisearon.
El viento persistió ante todo aquello, sin embargo, el fuego frente a Lucy desapareció en un instante y en su lugar, una grieta de luz, similar a la de un espejo roto, se abrió justo donde el fuego había estado, en medio del círculo de cuarzo. Velkan y Lucy tuvieron que apartar la vista al no soportar la luz cegadora que desprendía.

Lucy soltó un jadeo profundo, entre felicidad e incredulidad.

―Funcionó… ―susurró, bajó la varita luego de estar segura de que no desaparecería.

― Sorprendente. ―dijo Velkan, eufórico. Le sonrió a Lucy, quién no podía descifrar la expresión en el rostro del rumano. Tragó saliva y miró a James que ya se estaba removiendo con incomodidad. Estaba despertando.

―Justo a tiempo. ―rio, más para ella misma que para Velkan.

―Tienes que ir ahora, no estoy seguro de cuánto va a durar abierto. ―dijo Velkan al tiempo que levantaba a James. Seguía medio dormido, pero, aun así, logró ponerlo en pie, apoyándolo en su hombro. Luy soltó un gruñido cuando el peso de James cayó también sobre ella― Sabes, hubiera sido más sencillo que lo hubieras traído consciente… ―Le reprochó mientras lo acercaba a la grieta, Lucy rodó los ojos y decidió ignorar el comentario.
James volvió a removerse, pero esta vez, abrió los ojos.

― ¿Qué? ―Fueron sus primeras palabras, vio a su izquierda, Velkan estaba ahí agarrándolo del brazo, también pudo reconocer que estaban en el bosque prohibido, luego reparó en la luz brillante frente a él y se paralizó― ¿D-dónde estoy? ―balbuceó, sus piernas temblaban y aunque quería escaparse de Velkan, algo le dijo que no tendría la fuerza suficiente de hacerlo. El cabello rojo de Lucy estaba volando por todas partes, fue ahí cuando reparó en ella― ¿Lu?... Lu, ¿qué está pasándome? ―James rogó para sus adentros que ella pudiera explicarle algo, sin embargo, Lucy ni lo miró, la vista de la chica estaba perdida en la grieta que, con cada segundo, crecía más y más.

―Llegó el momento, Velkan… ―declaró ella, el rubio a la izquierda de James cedió y lo soltó, Potter creyó que se caería, no lo hizo porque Lucy lo sostuvo. Finalmente, ella dirigió su vista hacia el pelinegro― Vas a estar bien, James… Vamos a estarlo. Pero tenemos que irnos, tenemos que cruzar, dijiste que confiabas en mí, bien llegó el momento de que lo hagas, ―hizo una pausa, lo contemplaba con suplica, casi lloraba, James retuvo el aliento― ¿Lo harás?

James asintió con la cabeza, Lucy se iluminó.
Y entonces; cruzaron la grieta.








Ya sé, ya sé, todo el mundo ahora están like:

“Liv wtf is wrong with you, que idiotez les hiciste a James y Lucy no entiendo nadaaaa”

Les aseguro que estoy bien (dentro de lo que cabe) no estoy alucinando, sé perfectamente lo que hago. Well, i think that i know hahaha. Maybe Liv del futuro haga algo completamente distinto a lo que tengo pensado, pero, por el momento, yo cálculo que tendremos alrededor de tres capítulos y un epilogo. Y no se preocupen, todo se irá resolviendo, voy a tratar de explicar todas sus dudas, por eso necesito su ayuda en los comentarios.

Como saben este fic esta siendo escrito a la par de ser publicado, o sea que lo estoy terminando de escribir, no tiene un final, por eso necesito que me pongan todas sus dudas, como quien dice necesito el ojo lector para poder completar como se debe American Boy.

Ninguna duda es menos importante que la otra, así que no sean tímidos al comentar cualquier inquietud. Por supuesto los cumplidos, criticas constructivas y tomatazos son bienvenidos.

Gracias por seguir leyendo luego de tanto, de verdad.
Nos leeremos luego.

Besos, Liv.

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