Norman.
¿Dónde te encuentras?
¿Por qué te marchaste
sin avisar siquiera?

Han transcurrido horas,
días, semanas
y la pregunta me devora,
¿piensas en mí como yo
lo hago por tí?

Pronunciaste un perdón
luego de hacer el amor.
No, miento, eso no era precisamente amor.
¿Por qué lo hiciste?
La duda me carcome cada instante en la que camino con desespero.

Tal vez querías asesinarme,
sería la simplificación de tus acciones.
En ese instante, me recordaste a mi padre.

Veía un futuro sin presente,
sin inicio ni final, todo estaba ausente.
Sin embargo, era tan armonioso imaginar
algo que tú mismo no me podías regalar.

Te alejas de mí, cobarde.
De tu incertidumbre palpable.
Huyes de tus estragos,
del arte y la poesía ahora vagos.
Esparcidos sobre los estupefacientes,
buscando separarte de tus cimientes.

¿Sabes en lo que te conviertes? 
Eres un hombre mediocre.

Me provocas un deseo incontrolable,
el ahorcarte como en la
noche que me golpeaste.
Me provocas un indescriptible desgaste,
matarte y olvidar
que alguna vez
fuiste mi amante.

El sólo recordarte hace el repelús fascinante,
¡eres un farsante!
Me provocas la piel cortarme,
arrancarme los besos y caricias que en algún momento me brindaste.

Sin embargo, ¿Es sólo eso lo que mi alma siente?
Los sollozos son un recuerdo de que te amé,
el temblor de mis labios la razón de que no puedo vivir sin tu mirada indiferente.

¡Así que contéstame! Añoro la verdad así que solo por esta vez.

¿Me amas o es ilusión?
¿Me odias o es ficción?
Yo lo hago con todo mi corazón.
El mismo corazón que desea con todas sus fuerzas jamás haber pisado esa estúpida iglesia.

Dime, ¿acaso eres un Dios?
¿Tienes la obligación de romperme en pedazos?
Tan cansino que lo estoy deseando.

Vuelve, te necesito, ¡Te quiero!
Te regalo todos mis cortos versos,
pero aliviana este peso.
Te deseo gritar pero no puedo,
mis labios se encuentran sellados con esfuerzo.
No soy nada, ¡Y la nada carece de vida necesaria!
Mi bebé es un bastardo, una telaraña, una vil blasfemia.

Esas palabras articulabas, afirmabas.

¿Por qué ya no hay mariposas en la primavera?
¿Por qué hay tantas preguntas sin respuestas?
Creo que no me deseabas como yo pensaba,
me anhelabas seguro muerta
(como yo a tí).

Ahora veo que eres feliz,
con tu mujer e hijos.
La vida perfecta sin Amelia,
la alegría alejada de la tormenta.

¿Continuas aquí?
Escribo esto sin sentir.
Mis venas están podridas,
comidas por una sustancia dañina.
Mi piel viste mis huesos,
decorando este cuerpo que tengo.
Mis ojeras son mi maquillaje,
tan fascinante que te quita el aire.
Mis lágrimas son de tinta artificial,
tan falsas que te hacen vomitar.

No volverás.

Ya es tarde para regresar,
pero deseo una nueva oportunidad,
una en la que lleves a cabo tu papel con seguridad.
Haz de un buen Pastor y ama a tu prójimo de verdad. Sin falacias.

Ansío que vuelvas,
la soledad me envenena,
y las palabras se convierten en mi condena.

* Nota: En los días posteriores llegó a mí la noticia sobre que Norman tuvo un accidente del cual lamentablemente (no para mí ) falleció.