S I N O P S I S

"Sé mí rey, Dylan.
        Sé mí rey y colocaré un trono a tu                         nombre, amor mío".

-Escucha Mel, baja eso.- estaba alterado, tratando de no llorar pero era muy difícil cuando literalmente estaban jugando con tu vida.

-¡No lo entiendes, Dylan!.- la chica se paseaba por la habitación con el arma en la mano, moviéndola efusivamente, sus lágrimas habían dejado de salir, se dio la vuelta para mirarlo.- ¿Por qué mierda tiene que ser todo difícil contigo?.-  susurro frente a él, el chico solo cerró sus ojos dejando que las lágrimas bajen.

-Amelia.- susurro lloroso, mordió su labio porque le estaba temblando, le dolía el cuerpo demasiado.- no eres así.

-Te amo mucho.- Mel sollozo nuevamente frente a él, le apoyo el arma en la cabeza.- pero esa perra se interpuso, ¡Esa maldita, hija de puta!.- su mandíbula se apretó.- ¡Y tú, tú le creíste! ¡Le creíste!.- apretó la mandíbula del chico.

Dylan solo pensaba que de ahí con vida no salía, su corazón acelerado por aceptar su triste realidad.

- Meli, por favor.- trato de desatar sus muñecas pero no podía, la desesperación estaba ganando.- tienes que soltarme, eres mejor que esto, yo lo sé.- trato de jugar desde lo psicológico, la chica se subió a su regazo y él miedo como aquella vez le ganó, la ansiedad lo hizo llorar.- Mel.

-Yo te amo.- la chica beso sus labios, estaba segura que Dylan era para ella, no había otra posibilidad, su mano temblaba mientras acariciaba el golpe en la mejilla del chico.- Eres tan difícil, Dylan, si no te amara.- suspiro.

-Siempre quise pensar que no eras esto.- su voz se cortó.- Amelia.- se miraron a los ojos.- Déjame ir.- la chica negó, la puerta se abrió dejando ver a su compañero, sentía que en cualquier momento le daba un infarto, la jeringa del chico solo le daba más miedo.- ¡Déjame ir, Amelia! ¡Amelia!.- el llanto se sintió por toda la habitación, esa inyección dolía demasiado, ella solo lo abrazo, él estiraba su cuello para alejarse pero no hubo posibilidades, en realidad nunca las tuvo.

-Dyl, lo hago por nosotros, no lo entiendes, siempre fue por nosotros.

-No eres esto.- miró al techo, su mirada se iba por la mierda que le habían dado, cerró sus ojos para evitar marearse mientras la chica solo besaba su rostro.

-No quería que te enterarás de esta forma.

-¿Y cómo querías que me enteré? ¡Te defendí, Amelia, confíe en ti y al final tenían razón!.- el chico hizo una mueca por sentirse tan estúpido.- Abusaste de mí.- sollozo impotente por tener las manos atadas y no poder quitarlas.

- Eres muy inocente, Dylan, las apariencias engañan.- le susurro en el oído, al fin mostraba su verdadero rostro, ese que tanto ignoro, el que nunca le mostraba a él- ¿Creías que era una mosquita muerta? ¿Una estúpida que anda detrás del jefe de un cartel? ¡Que inocente, pero me sirvió mucho, amor!.- le beso los labios suavemente.- nunca sospechaste que era yo y en cuánto poder tengo.- se rió abiertamente, el miedo se alojó en su corazón como una piedra enorme encima suyo.- eso solo me daba más morbo.- tiró su cabeza para que la mire pero la droga no lo dejaba coordinar bien, veía dos de ella.- Eres mío, Dylan.- acaricio su cuello como tanto ella quiso, su corazón latía emocionado por creerse dueña de su anhelo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top