Capítulo | 02


Su garganta se cerró por la angustia que le ocasionó cuando logró conectar lo que dijo Felicia con los hechos, todos estaban husmeando alrededor del cadáver, la gente a veces le daba asco, observo al mejor amigo de Francis llorando, conectaron miradas.

-¡Tú!.- miró detrás de él, buscando a la persona hasta que el golpe lo desestabilizo y lo mando directo al piso, corrió su rostro cuando vio venir su puño.

-¿Qué mierda te pasa?.- lo empujó fuertemente, no logrando sacárselo de encima, tenía que buscar la forma de no lastimarlo pero tampoco iba a permitir que le rompa la cara, golpeó con su pierna su estómago y lo dio vuelta, el chico lo agarro del cabello, estaban literalmente a las piñas y no lograba conectar el por qué.

No quería golpearlo, en serio, le daba pena llegar a esta situación pero no tenía sentido dejarse, volvió a golpear su rostro nuevamente así que tuvo que golpearlo más fuerte.

Escucho los gritos de los estudiantes, estaban dando un gran espectáculo, tristemente Francis ya no estaba para verlo, quiso reírse por su chiste interno pero el golpe que le proporciono Erick lo dejo estúpido, un poco más de lo que ya es, observó a Luciano meterse y golpearlo, cerró sus ojos al ver la invitación que hizo para que se sumen todos.

No tardó más de 5 minutos la policía en lograr que todos se separen, su rostro ardía del dolor que estaba sintiendo, observo a Erick mientras llevaba su mano a su ceja, le dolía de puta madre.

¿Qué mierda le pasaba?.

No volvieron a cruzar miradas mientras el policía arrestaba a ambos, lo último que le faltaba para sumar a su día, miró a sus amigos, sonrió al verlos a todos esposados, iba a ser una buena anécdota si no le doliera tanto la cara.

-Vamos, dentro.- el policía lo sostenía de sus muñecas, no iba a mentir era muy incómodo, entraron a la estación y lo llevo directo a una oficina, nunca había estado en la cárcel, y ahora Eric le regaló la experiencia, agradeció cuando le quitaron las esposas, y solo por reflejo, acaricio sus muñecas.

-Tú nombre, muchacho.- escaneo al hombre frente a él, parecía demasiado aburrido para sus ojos, no tenía nada más allá de su cara de amargado.

-Dylan, Dylan Blas.- asintió y empezó a anotar, si se enteraba su hermana iba a venir a meterle una hostia que nunca olvidaría en su vida.

-Bien Dylan, qué pasó?.- se acercó al mostrador y dejó sus manos agarradas arriba.

-No tengo idea.- se alejo recostando su espalda en la silla, era cómoda, observo el lugar, las diferentes gavetas que había, los ficheros y la humedad filtrandose por una de las paredes.

-Empecemos de nuevo, entonces.- el oficial movía la lapicera de acá para allá, no podía dejarla quieta dos segundos, eso le molestaba, su mirada cruzaron.- ¿Qué ocasionó la pelea?.

-La muerte de Francis.

-¿Por qué?.

-Le pregunta al sujeto incorrecto.- hizo una mueca, todo el día iba a estar metido acá, lo presentía.

-¿Donde estabas antes de ese momento?.- su mente volvió a ir a D'amelio, abrió y cerró la boca, miró al oficial y se acercó a él.

-No tengo dudas que Francis le debía algo al cartel.

-¿De que cartel hablas?.- lo miró frunciendo su rostro, todos conocían al cartel que manejaba la ciudad, la desconfianza se depósito en él y miro con dudas al oficial.

-Al cartel D'amelio claramente.- lo estudio mientras respondía, no tenía dudas que había unas manzanas podridas en la estación, observo su placa, Cristian Martins.

-¿Por qué supones eso?.- siguió jugando con la lapicera pero su rostro se endureció un poco.

¿Qué tan podrido estás, Cris?

-Lo vi, estaba en la azotea, además todo el mundo sabe la adicción de Francis, no hay que ser muy inteligente para conectar.- lo último lo expreso en voz baja, ya no le agradaba el oficial.- Estábamos en el partido cuando veo por reflejo el brillo del arma, en ese momento no pensé en lo que iba a hacer una vez llegue al lugar, solo pensaba en la posibilidad de que ocurra algo grave, como puede observar no llegue.- le sonrió con amargura, observo el cuaderno vacío, solo había anotado su nombre y la pelea pero nada de lo que acababa de decir.- le estoy dando buena información, ¿Por qué no la anota así no se le olvida?.-

No era estúpido.

-Si es importante o no, lo determinó yo.- le sonrió con falsedad.- una noche tras la reja te dará para pensar las cosas, muchacho.

-Soy yo el que tiene que firmar antes de irse y quiero que esté en mí denuncia.- fue claro y directo, él no se iba de acá sin eso escrito, no había chance, que lo deje una semana dentro.

El hombre iba a responder pero la puerta se abrió interrumpiendo en el momento, ambos miraron al hombre.

-Hola, Cris, puedes venir dos segundos?.- el oficial hizo una mueca inconforme pero se levantó igual, escucho los murmullos del otro lado pero no se esforzó por escuchar.

Observo sus manos, hacía frío dentro del lugar, aún siendo de tarde, parecía que no ventilaban porque afuera hacía calor.

Se sentía aburrido, ya hace un rato largo que el oficial no volvió a entrar, se quería ir o por lo menos que lo encierren así se acostaba en el banco de madera, escucho cerrar la puerta, lo miró mientras se sentaba y se sintió confundido cuando le sonrió.

-Te puedes ir.

-¿Qué?.- parpadeo confundido ante lo último.

-No hay cargos a tu nombre, sal.- el oficial se paró pero él no lo hizo.

-¿Por qué?.- su uña se clavo en su mano, no se iba del lugar sin la denuncia.

- Eric se hizo cargo de lo qué pasó.- su labio se frunció, abrió y cerró la boca, no podía pedir su denuncia igual?.- Ya niño, no tengo todo el día.

-Quiero mí denuncia, me la tiene que aceptar.- el hombre asintió mientras le pasaba la hoja pero claramente no había anotado nada más después de la pelea.- Quiero lo de D'amelio ahí.

-Escucha, niño ¿Te crees demasiado?.

- Mí nombre es Dylan, no conozco a demasiado.- se paró porque no iba a llegar a nada pero si pasaba algo iba a exigir la denuncia, la cámara de igual formas tendría que haber grabado todo, se levantó y fue directo a la puerta.- Sin embargo.- se dio la vuelta observando al oficial, le generaba impotencia la situación, y si le hacían algo a Eric?.- quizás deba hablar con Soborno.- le sonrió hipócritamente y salió del lugar.

Sabía que el oficial no iba a hacer nada, eso sería explicar el por qué no le tomo la denuncia, sí, era un idiota pero no un estúpido, se acercó a la mesa de entrada y miro a otra oficial.

-Hola, buenas noches, en qué lo puedo ayudar?.

-Quiero ver a Eric, no me acuerdo el apellido, llegó recién.- la chica miró el registro y le volvió a sonreír.

-Lo siento, no tengo a ningún Eric en la lista.

-Por favor, ambos llegamos juntos.- la miró preocupado, estaba seguro que Eric todavía no se fue.- acaba de declarar.

-Solo hay una cámara para declarar y salió usted recién, no tengo la información de quién estaba antes.- miró detrás de la chica a Cristian, cruzado de brazos hablando con otra oficial, miró su gafete "Clara".

-¿Clara, verdad?.- la chica asintió.- ¿Puede hacerme el favor de preguntar? Estoy preocupado, es mí amigo.- mentira, nunca se llevó con Eric, Clara lo miró igual de confundida pero se alejo, la vio ingresar por otras puertas, cuando regreso ya había pasado más de veinte minutos, lo miró con una sonrisa apenada.

-Tengo su orden de salida, me figura hace una hora, es lo único que tengo.- cruzaron miradas y él asintió, no iba a pensar mal, era la policía pero la sensación de que él seguía dentro no se iba, y si no estaba acá ¿A dónde mierda fue?.

-Gracias.- Escucho su "de nada" antes de salir.

Mikeyla, la novia de uno de los hermanos D'amelio estaba fuera, ambos se miraron y la chica lo saludo inclinando la cabeza, él hizo lo mismo por cortesía.

Observo a Luciano hablar con Amelia un poco más allá, se acercó a ambos, cuando estaba bien cerca podía escucharlos hablar de su detención, la gente era bastante chusma.

Al parecer habían liberado a todos o bueno a su mayoría.

-¿Paseando en la comisaría?.- ambos se exaltaron y lo voltearon a ver.- En lo personal, me gustan más los parques.

-Amigo, estaba preocupado, idiota.- Luciano lo abrazo dando una palmada en su espalda, le respondió.- ¿Qué pasó con Eric?.- su mirada fue directo a la entrada del lugar.

Eso se estaba preguntando, volvió a mirar a sus amigos y llevo su mano a la cabeza, masajeando su frente un ratito. De igual formas, él que mierda podía hacer, no era como que podía entrar a la estación y buscar por todo el lugar sin que lo encierren con causa.

-No lo sé.- salió como un susurro, ambos lo miraron esperando más información.- Estoy seguro que le hicieron algo.- se apoyó en la camioneta.

-Dylan, es la policía, está seguro dentro.- Amelia acaricia su brazo y se acercó a abrazarlo, su pecho se descomprimió, no se había dado cuenta lo tensionado que estaba.

-Ni se crean, él que me atendió a mí estaba comprado por el cartel, y si hay más? Eric no está seguro ahí dentro.- la chica se tensiono un poco, sus manos por inercia fueron a sus hombros para darle un masaje, claramente la noticia impactaba.

Luciano lo miró pero sin saber que decir, los tres miraban la estación, su mirada se centro en Mikeyla, los estaba mirando, y en cuyo caso, ¿Qué hace ella acá?.

-¿Qué dices, tío? La policía no puede estar comprada.

-No te lo crees ni tú, amigo, lo vi, vi sus ojos, quería intimidarme primero, pero cuando nombre que vi a uno de los D'amelio arriba.- su mirada se encontró con Luciano que lo miraba sorprendido.- su máscara cambio, dejo de anotar, y después por arte de magia me dejaron ir, todavía no entiendo que pasó dentro pero tengo que buscar a Eric.- Se encontraba bastante perdido, su mente no podía conectar el golpe que Eric le regaló con el hecho de que éste haya desaparecido.-Manzanas podridas hay en todos lados.

¿Por qué desaparecería?.

-Le dijiste lo de D'amelio.- Amel lo miró con preocupación, la entendía ella andaba con él pero no podía no decirlo.- y si te hace algo el cartel?.- miró a Amelia y le sonrió, él no le tenía miedo a morir por sus convicciones, la moral era muy importante para él, y quizás, suene muy cliché, pero realmente creía que todo lo que se hace sin mentir y con honestidad siempre regresa de una forma u otra.

- Lo siento.- honestamente sentía declarar en contra de su novio, seguramente su mente ya esté demasiado perdida con sobrellevar su relación como para que ahora él hable, y con una confesión.- Tenía que hacerlo, Amel.- miró a ambos.- Está bien, no me va a pasar nada, ahora lo importante es buscar a Eric.- soltó los hombros de Amelia, por suerte vivía a diez cuadra de la estación.

-¿A Eric? Déjalo ya, Dylan.- Luciano miró su celular mientras le hablaba.- ¿Qué mierda le vas a decir? "¡Gracias por pegarme, amigo, no querés tomar una cerveza a la noche!" o mejor "¡Ey, que buen derechazo, estaba preocupado por ti, hijo de puta!.- dió vuelta sus ojos al escucharlo, ellos no entendían lo que estaba sintiendo, había algo raro en la situación.

No podía ignorarlo aunque quisiera, si algo le pasaba a Erick se iba a sentir muy culpable por no seguir su instinto.

Que importa si lo volvió a golpear cuando lo encuentre pero su conciencia se iba a calmar y eso era lo importante.

-No tiene sentido, Dyl.- Amelia trató de hacerle entrar en "razón", suspiro.

-No lo entienden.- la mano de la chica acaricia su pómulo e hizo una mueca porque ardía como la mierda.

-Mira como te dejó.- susurró, observo la expresión de tristeza en sus facciones y se sintió mal por la situación, su mano fue abajo de la oreja de Amelia, sosteniendo su cuello y parte de su mejilla, acaricio esa zona.

-Estoy bien, pero no sé Erick, solo quiero verlo.- Su mente no iba a dejar de maquinar hasta verlo.

- Seguramente el otro esté alcoholizado y tú acá preocupado por nada.- lo miró serio, Luciano suspiro.- Cualquier cosa que tengas me llamas.- le sonrió a ambos y los abrazo.

-Nos vemos.- empezó a caminar lejos del lugar pero se dió vuelta mientras seguía caminando, ahora de espaldas.- ¡Escuchen, si saben algo de Eric, cualquier cosa, me chiflan!.

-¡Contá con eso, amigo!.- les sonrió a ambos y volvió a retomar su camino.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top