Su cuerpo aún sumido en las drogas, suministradas por los dardos en su lomo, lo mantenían somnoliento, despierto pero desorientado. Había perdido su forma lobo, intentó cambiar para que su cuerpo depurara la droga, ni sabía cómo es que había pasado eso, porque los lobos mantiene una depuración casi instantánea ya sea de drogas, veneno o alcohol, se sentía débil, solo esperaba que el proceso de purificación se apresurara.

Vagamente escuchaba el sonido de personas hablando, su mente se fue aclarando poco a poco, e intento mover sus manos, fallando, su cabeza caía sobre sus clavículas, entonces se percató que estaba amarrado de sus extremidades, gruño con molestia.

—Está despierto.

—Vaya si que es resistente a la droga, pensaba que despertaría hasta dentro de unas horas más, pero es mejor así.—Escucho los pasos de las personas dentro de la habitación, y contó a tres personas, todos hombres, el olor a podrido de los errantes eclipsó los demás aromas, ahora que lo pensaba, no sabía cómo era el aroma de Yoongi, bien todo pudo ser una trampa, se había precipitado a los hechos, ahora sus enemigos tenían un gran arma contra él.

Un par de cachetadas golpearon su mejilla derecha, gruño amenazador, iba a matar a todos, e iba a disfrutarlo.— Despierta pulgoso.

—Voy a matarte cuando esté libre— susurro con voz profunda, junto a una promesa de que haría eso.

—Si, tu no vas hacer eso lobito, primero porque si me haces algo hay órdenes de que le quiebren el cuello al chiquillo y que antes de eso lo rompan de todas las formas posibles.

Sin contener su enojo, mostró sus colmillos seguido de gruñirle, sus ojos de tintaron de un rojo intenso, su lobo estaba demasiado enojado como para pensar claramente y sus enemigos lo sabían muy bien, intento calmarse, pero su ira viajaba por sus venas como lava hirviendo.

—¿Que esperas de mí?, ¿Acaso quieres hacerme sangrar?, adelante errante.

A Ro, porque si ese era el nombre del errante, que por cierto odiaba que le dijeran así, pero poco le importó, el sabia perfectamente que estaba tentando su suerte, si pensaba que tendría algún remordimiento al hacerle sangrar estaba equivocado.—Ya lo verás.

—¿Todo esto es por Lullaby?, ¡Yo no lo mate maldita sea!

—¡Cállate, fue tu maldita culpa!, Solo pensabas en ti, eres un jodido egoísta.

—¡Yo no lo maté!—gritó de nuevo con dolor. Eso había pasado hace una década, él y Ro eran compañeros de trabajo, asesinos siendo más específicos, ellos no podían darse el lujo en ese tiempo de mantener alguna relación, era muy peligroso, en el gremio que estaban eran muy exigentes con ese tipo de encuentros, porque se supone que estaban hechos para matar y matar, creían que si te enamorabas, acababas en la miseria o acabarías por complicar alguna misión. Eso había pasado, en uno de sus trabajos, por error había dejado escapar a un testigo, pasó el tiempo y al final se retiraron de esa forma de vida, pero entonces el rencor y venganza tocó a su puerta, hicieron creer a Ro que él había matado a su pareja, su compañero, pero la verdad era que él había llegado en el momento perfecto, Lullaby estaba esperando una criatura de Ro, como uno de sus mejores amigos, se le había comunicado la noticia, antes que a Ro, Lullaby quería hacerle una sorpresa, pero cuando llegó a su casa, había encontrado a la pareja de su amigo muerto, lo habían mandado a asesinar. Cuando fueron a investigar él había sido el único del que habían encontrado huellas dactilares y su aroma en la casa, Ro lo odio, le lloro preguntándole por qué había hecho eso, por qué odiaba el amor que había entre ellos, pero entonces él cumplió su condena, siendo al final liberado, rehizo su vida de forma "sana" encontró a una buena manada y grandes amigos. Pero su pesar siempre fue que Ro una vez su amigo le odiara porque pensara que él había sido el responsable de la muerte de Lullaby, y ahora Ro venía por venganza.

—Eso dices tú, pero el cuerpo de Lullaby estaba rasgado por dientes de lobos, nadie nos conocía, solo tú, solo tu sabias de nuestro amor, más sin embargó nos odiabas, dime ¿cuál era tu dolor al vernos juntos?, ¿acaso gustabas de Lullaby?.

—Jamás sentí nada por tu pareja, solo era un buen amigo, lo apreciaba porque sabía que te hacia feliz, te sacó de esa vida de asesinos, y mirate dónde estás ahora, ¿crees que Lullaby estaría orgullo de todo esto?.

—¡No digas su nombre con tu sucia boca!, ¡¿Por qué lo hiciste?!.

—¡Ya te lo dije!, ¡Lullaby me llamo diciendo que quería ayuda para darte una sorpresa!—gritó esta vez mezclando todas sus emociones malas— yo solo llegue y lo encontré muerto, ¿alguna vez te preguntaste por qué no tenía sangre en mi cuerpo?, si lo hubiese hecho hubiese estado bañado en sangre, yo también vi el cuerpo Ro.

—Pudiste haberte lavado y hacer como si nada, pero sabes que, me cobraré cada lágrima.

El sonido de su voz prendió alarmas en su cabeza— ¡Malditasea Ro, no lo hagas!.

—¿Que te hace pensar que te haré caso?—con eso y una mirada frívola, salió de ahí.

[···]

Su cuerpo dolió al despertar y de pronto recordó que había sido raptado, levantándose del frío suelo, pensó en lo peor, era muy joven para morir, bien se lo habían dicho, ten cuidado cuando salgas y no hablas con extraños, pero cómo iba saber que un extraño le pidiera la hora lo iba a raptar, chillo con miedo, iban a matarlo o venderlo por kilos, o bien lo prostituirian, mordió sus labios cuando la única puerta de la habitación a oscuras se abrió. La luz lo cegó, y pronto de vio siendo arrastrado por dos hombres corpulentos, su cuerpo golpeó el suelo varias veces al ser empujado para que caminará, entraron por un pasillo extraño donde había una sola puerta.

Cuando abrieron la puerta, fue empujado hacia el suelo, su cabeza golpeó el suelo, y gimió de dolor, un dolor punzante recorrió el centro de su cerebro y se quedó en el suelo, uno de los hombres jalo el cabello de su nuca, para hincarlo, llevó sus manos hacia la zona afectada, intentando zafarse causando que jalara más fuerte su cabello. Estabilizando su vista, logró reconocer a una persona.

Park Jimin, el alfa.