Capitulo 3
Un sudor frío recorrió su cuerpo, ¿Que clase de persona era?, cómo siquiera podía pensar en meterse con un alumno, estaba mal, muy mal, pero jodidamente amaba la idea de un Yoongi acostado a su lado, llevando en su vientre a sus cachorros, oh sí, amaba esa parte de su extraño sueño.
Ahora que estaba completamente despierto y sin ganas de volver a cerrar los ojos, siendo las cuatro de la madrugada, se vistió de ropa deportiva, tomó su reproductor de música, y lo más esencial audífonos, junto a su cartera. Al salir de su casa el fresco de la madrugada golpeó su rostro y se relajo, troto dos calles, hasta llegar a un parque, le dio cinco vueltas, pero se sentía tan frustrado que decidió ir más lejos.
Sintió hambre pero tenía flojera de ir hasta su casa y salir de nuevo, checando la hora en su reproductor, marcaba las cinco treinta, y corrió desde un café —específicamente de su amigo Jin— que sabía que abría desde las seis de la mañana, para así hacer tiempo y regreso al parque que no estaba tan alejado del café.
Se sentó por un momento en una de las bancas del parque, y suspiro, los pensamientos sobre el chiquillo no abandonaban su cabeza, quería golpearse, era una persona adulta, uno que sabía lo que quería y sabía distinguir lo bueno de lo malo, y pensar indebidamente con el chico no era nada bueno, su lobo le gruño insatisfecho por su lógica, más no le hizo caso, su estómago gruño y solo entonces se levantó y troto sin ganas hasta el café, no quería llegar bañado sudador, así que quitó la sudadera que tenía puesta y dejó que el aire declara las gotas de sudor, aunque sonara asqueroso, pero sería peor llegar a un lugar todo sudado y oliendo a basura, lo único bueno de eso, era que su sudor no se apestaba, no sabia el porque pero era genial, siempre se lo dijeron. Ese pensamiento le distrajo de su ensimismamiento por el chiquillo, al entrar al café se sorprendió que ya había como cuatro personas sentadas cada una en una mesa. Ignorando las miradas curiosas de las personas del café, se sentó en una de las mesas libres, pegado a la ventana, aún se sentía extraño entrar a un lugar y que varias personas —cambiantes o no— se le quedaran viendo, como un alfa llamaba la atención y como humano igual, se sentía como un pedazo de carne, uno muy jugoso y delicioso.
Observó el contenido de la cartilla, inseguro sobre qué pedir, estuvo al menos seis minutos indeciso, para al final elegir algo simple, sin despegar la mirada no se despegó de la cartilla pero por el rabillo del ojo captó cómo se acercaba alguien, lo que suponía él, un mesero.
—Bienvenido a Âme Soeur, ¿Ya sabe que desea ordenar?—entonces esa voz penetró como una bala su cabeza, era su dulce y apacible voz, al segundo de reconocerla giro si vista hacia el mesero aun costado suyo—Profesor Park— dijo dando un respingo.
—Min, ¿usted trabaja aquí?—oh sí, eso lo había sacado de su cabeza, una cosita como lo era el señorito Min, no debería estar trabajando tan temprano, tendría que estar durmiendo, refugiado en el calor de su cama, y eso a su lobo no le gusto.
—Ehhh...y—yo s—si— hablo de nuevo bajito, esto para él era humillante en cierto aspecto, porque debería estar haciendo cosas normales de adolescentes, pero en cambio trabajaba y se sostenía así mismo.
Jimin noto lo incómodo que se había puesto, pero él en cambio le agradaba su compañía, eso no debería pasar pero era algo muy cierto y que su lobo no lo negó, para dejarlo ir y no causarle problema, comenzó a recitar lo que quería, una vez que el chiquillo había tomado su orden, se alejó a paso entre apresurado y lento, algo tipo camina rápido pero lento para que no se de cuenta que estas huyendo de él, su lobo movió su cola feliz con ese pensamiento, él cazando al chiquillo de piel pálida por el bosque, para que después de haberlo atrapado, hacerle el amor, donde solo la naturaleza sería testigo de su pecado, abrumado por dicha imagen formado en su cabeza, sacudió esos pensamientos, manteniéndolos en cuarentena.
Cuando entregaron su pedido, su lobo de entristeció al ver como otro mesero llevaba su pedido hasta su mesa, pero su cara no mostró ningún signo de tristeza o penar. Comió lento sus hoy canes y su capuchino, el hambre había bajado considerablemente antes de que pedido llegará, pero aun así comió, percatandose de la hora, puesto que dentro de una hora tendría clases, dejó el dinero justo, junto una considerable suma de propina para el mesero, iría de nuevo a ese lugar y con un gran pretexto, así no se sintiera como un acosador, aunque lo fuera.
[···]
Odio el momento en que el chiquillo que siempre interrumpió sus clases, esta vez no fuera así, en cambio entró otro chico —omega— que estaba seguro casi le gruñía, la razón, simple, ese era el puesto de Min, alguien estaba amenazando el deber de su chiquillo, eso a su lobo no le agrado, y lo puso de mal humor, tanto que la mayoría de sus alumnos tuvieron menos tres puntos, se sorprendía de sí mismo porque cada día que el chiquillo entraba a su clase, sus alumnos ganaban al menos dos puntos e incluso sonreía y bromeaba con sus alumnos, y hoy había sido el peor para ellos porque les había dejado tarea solo por placer.
Una vez terminó su jornada de trabajo, inconscientemente empezó a buscar a Min, su lobo se sentido extraño, como enojado y con ganas de consolar, un revoltijo de emociones que alteraba su corazón. A lo lejos pudo distinguir a Yoongi, pero este iba cabizbajo con un color azul rey bañando su cabeza y parte de sus hombros, una cólera viajó por su garganta, gruño enojado, iba a buscar al responsable y lo haría pagar.
De regreso al edificio llamado por el "trabajo" y para sus alumnos "cárcel", ingreso a la sala donde se reunían los profesores, un lugar casi inconcurrido para él, haría algo de trabajo para su clase, oh si sus alumnos iban a pagar su furia, sacó algunos libros, y escucho sin interés la conversación de tres profesores.
"No entiendo porque se deja maltratar, yo he hablado con él, pero no quiere denunciar, incluso me ofrecí a ponerme como su tutor para tomar cartas en el asunto, pero se negó".
"De quien hablas, ¿te refieres al joven Min?"
Y bum! Eso había llamado su atención, su lobo alzó sus orejas y aruño para que preguntara de quien hablaban era Min Yoongi.
"Ahh ese es un buen alumno, tengo entendido que se hace cargo de sí mismo, le he dado asesorías de filosofía pero como que se le dificulta por su salud, suele enfermarse seguido, pero cumple con los parámetros".
"No puedo hacer nada por ese chico más que apoyarlo, no podemos ayudarlo si no quiere".
Eso último lo había enojado, claro que podían ayudarlo, y aunque no quisiera, ahora él iba a preocuparse y hacerse cargo, lo sacaría de la zanja donde estaba estancado, los adulto no comprenden que cuando les preguntas "¿estás bien? Y ellos te contestan con un "estoy bien" en silencio te están gritando por ayuda, pero su orgullo o su desganas de ser ayudado o que sientan lastima, pensando que solo es un estorbo, o que no es digno de ser ayudado, Min Yoongi así rechazara su futura ayuda, lo obligaría a salir adelante, el mismo se encargaría de eso, aunque él y su lobo se perdieran.
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