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Según las reglas de los lobos; antes del matrimonio, debía haber un periodo de cortejo que duraba alrededor de dos meses. En este periodo de tiempo ambos cambiaformas debían convivir el mayor tiempo posible, pero este tiempo que quedó reducido para la futura pareja a una semana, por los problemas que estaban enfrentando las manadas.

Si dijeran que Jimin no estaba nervioso, sería una mentira. Él no había sido cortejado nunca, las insinuaciones y acercamientos por parte de Taehyung no fueron precisamente esa clase de "Cortejo".

—¿Cuántos lobos hay en la manada? —pregunto Hoseok sacando a Jimin de sus pensamientos.

La pareja, caminaban por los terrenos del norte, observando el paisaje como si fuera lo más interesante. Las construcciones para sus hogares eran similares, en material y arquitectura, se trataban de cabañas hechas con madera de pino, de uno o dos pisos, con balcones amplios; estas casas estaban rodeadas de árboles y todo tipo de plantas que Hoseok nunca había visto en su hogar.

—Éramos sesenta y uno, pero en los últimos dos meses quedamos reducidos a menos de cuarenta y tres, debido a los cazadores.

—Esa es mucha diferencia —mencionó con preocupación.

—La aldea de humanos más cercana está a unos diez kilómetros de aquí, antes no se acercaban, pero ahora lo hacen. No sé realmente que es lo que está pasando ni porque los humanos nos están atacando pero las pérdidas han sido grandes y muy dolorosas. Por eso nuestro líder quiere unir las manadas y atacar a la aldea, para dejar una advertencia.

Hoseok respiró un poco frustrado. No estaba seguro de que la idea de los alfas lideres funcionará; tampoco quería arriesgar a su manada con alianza inútil, pues por su mente corría la idea de que la manada de Jimin ya estaba perdida.

Él no podía pensar así. Los lobos estaban para ayudarse unos a otros, apoyarse entre manadas, era parte de sus reglas de lobos y códigos. Reglas que él seguía sin comprender, pero las obedecía como si fueran una ley absoluta.

—Dejemos de hablar de eso y mejor vamos al río —sonrío Jimin señalando un pequeño camino oculto entre matorrales. El camino era poco transitable, pues si dabas un mal paso podías rodar por alguno de los muchos barrancos que habían ahí.

De la nada Hoseok gritó cuando vio una víbora colgada en un árbol: —¡Oh por dios!

El animal de rayas negras y amarillas no reaccionó, y Jimin sólo atinó a reír por lo cobarde que se había visto el alfa

—No pasa nada, ni siquiera nos ha visto, creo que está dormir —dijo Jimin sin dejar de reír.

—No te rías —pidió el alfa avergonzado—, esas cosas me dan escalofríos.

—Está bien, ya no lo haré más.  Mirá ya nos queda poco para llegar.

Siguieron caminando hasta llegar a un campo verdoso donde sobresalían pequeñas margaritas silvestres y poco más adelante un río transparente y rocoso. Hoseok quedó maravillado por el paisaje, en sus tierras también había ríos, pero ninguno con aquel paisaje.

—Esto es hermoso —alago el pelirrojo—, ¿entonces aquí es donde vienes a nadar?

—Sí, aquí suelo venir con Taehyung y otros miembros de la manada a nadar, incluso a dormir, hacemos una especie de campamento, cazamos ardillas y algunos peces y los cocinamos en una fogata que hacemos. Es realmente divertido.

—En mi manada también hacemos eso, tal parece que no importa en qué manada estés las costumbres son las mismas.

—¡Jiminie!, ¡Jiminiee!

Se escucharon pequeñas vocecillas y Hoseok rápidamente detecto a dos pequeños cachorros corriendo hacia ellos, uno de ellos cayó al suelo pero se levantó rápidamente como su nada hubiera pasado. Hoseok sonrió cálidamente al verlos.

—Jiminie, cargame —dijo el cachorro que llegó primero mientras alzaba sus pequeños brazos.

El omega tomo al cachorro y lo alzó.

—Él es Jungkook —se lo presentó al alfa—, él que viene ahí —dijo señalando al cachorro que se había caído—, es Yugyeom, son hijos de mi primo.

Cuando el otro cachorro llegó hasta ellos tímidamente le pidió a Hoseok que lo cargará. Hoseok lo tomó en sus brazos sin quejarse y regalándole una sonrisa bastante animada.

—Jiminiee vamos a casa, no quiero estar aquí, me pican los mosquitos —mencionó el pequeño en brazos de Hoseok—. Me duelen mucho.

—Después, más tarde, pero ¿dónde está papi Jungkookie?

—No sé —negó el cachorro.

Mientras tanto Hoseok lidiaba con el cachorro entre sus brazos quien había empezado a jugar con su nariz; la apretaba, la pellizcaba y cuando se olvidaba de la nariz, se entretenía con su cabello entre risas. Definitivamente no iba a tener hijos pronto.

—Yugyeom no molestes a Hoseok por favor —pidió Jimin, regresando a Jungkook al suelo y apartando al cachorro de los brazos del alfa, para ponerlo también en el suelo.

—Vamos a buscar a papi cachorros. Perdón por eso —dijo esta vez dirigiéndose a Hoseok quien sobaba su nariz.

—No es nada —contesto restándole importancia al asunto—. ¿A dónde vamos ahora?

—Espero que no te moleste que busquemos primero a mi primo.

Hoseok negó y siguió a Jimin con cuidado. Observando el paisaje, la herbolaria, la fauna y lo hermoso que se veía, para ser un lugar donde abundaba el clima frío.

Ser padre soltero nunca es fácil y SeokJin sabía eso a la perfección, nunca había tiempo para él; incluso su tiempo de dormir era absorbido por sus cachorros, dos mellizos de poco más dos años hiperactivos y traviesos.

Cuando miro a Jimin ir hacia él con los dos cachorros pudo volver a respirar de forma tranquila. Al perderlos de vista mientras cazaba algunos pescados y no encontrarlos entro en crisis, temiendo perderlos, temiendo por la vida de estos, pensamiento como: ¿Y qué tal si habían sido atacados por un oso o picados por una víbora?, Inundaban su cabeza, incluso se imaginó a sus dos cachorros siendo arrastrados por río.

Corrió hasta Jimin y cuando estuvo cerca de los dos cachorros los tomó de las orejas mientras maldecía una y otra vez.

—¡Los odio!, ¡Los odio! —repetía una y otra vez. Los niños se quejaban y se culpaban uno al otro.

"Fue culpa de Yugyeom"

"No, fue culpa de Jungkook, él dijo que quería jugar a las escondidas".

—Me asustaron —finalmente Jin abrazo a sus cachorros y le sonrió a Jimin y a su acompañante.

—Los encontramos por ahí — Jimin tomó la palabra—, son unos diablillos.

—Lo sé —respondió Jin entre risas, luego miro al alfa y después al omega con cara de interrogante.

—Él es Hoseok, mi prometido —aclaró el omega.

—Oh —Seokjin pareció sorprendió—, mucho gusto soy SeokJin, pero todos me dice Jin —saludo al pelirrojo haciendo una venia.

Hoseok pudo notar la marca de Jin y su mente sólo la podía describir de una forma "asqueroso", su marca estaba en estado de pudrición, lo que sólo podía significar una cosa, SeokJin era un omega abandonado o su alfa había muerto hacía poco, cualquiera que fuera la razón, era algo muy lamentable.

—Soy Hoseok mucho gusto —el pelirrojo también hizo una venia.

—El gusto es mío, bueno yo tengo que retirarme. Los veré al rato en la fiesta de bienvenida, a esta hora ya todos deben saber de ti, espero que la manada te dé una buena acogida.

—Espero lo mismo y gracias por los buenos deseos —sonrió el pelirrojo.

Jin terminó de retirarse con los dos cachorros a su lado.

—¿Y ahora qué hacemos? — pregunto el castaño nervioso.

—Jimin a decir verdad yo nunca he cortejado a nadie —se sinceró el alfa al no saber qué hacer.

—Ni yo he sido cortejado. Supongo que estamos igual.

Ambos sonrieron incómodos. Hoseok finalmente se dio valor y se acercó al omega. Lo tomó por la cintura y empezó a olerlo, Jimin olía a fresas, era un aroma suave y delicioso; poco a poco comenzó a restregar su nariz contra el cuello del castaño.

Jimin era un remolino de emociones. También empezó a oler a su futuro alfa, Hoseok tenía un olor muy fuerte que no podía describir, pero le era tan familiar, le recordaba al bosque, al olor de los árboles y la madera.

Poco a poco fueron sentándose en el pasto, y las simples caricias pasaron a ser suaves besos. Hoseok acomodo un mechón de Jimin detrás de su oreja y después beso su mano para recorrer su brazo y terminar de nuevo en su cuello.

Fueron besos suaves sin ninguna intención más allá del simple cortejo. Un cortejo que tenían que realizar para saber si existía química entre los dos antes de realizar una marca y Jimin estaba deseando que existiera esa química entre el pelirrojo y él.

Pero nada. No sentía nada más que algunas cosquillas por el toque del pelirrojo, no sentía desagrado, pero su cuerpo tampoco se estaba derritiendo. Y para Hoseok el sentimiento era exactamente igual.

Lentamente los besos depositados en el cuello del omega, pasaron a los labios, fueron suaves roces hasta que Hoseok sintió un fuerte golpe que lo hizo irse de bruces contra el suelo y casi tragar tierra.

Se levantó enojado y alerta;  dispuesto a partirle la cara al idiota que lo había golpeado, por supuesto había reconocido el olor a café.

—Estas empezando a joderme las pelotas Kim Taehyung —escupió con irá.

Frente a él se encontraba Taehyung, junto con otros tres alfas pelinegros, que a leguas se veía que se estaban aguantando la risa.

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