Esta noche era mía
EMMA
Ya se habían acabado las vacaciones. Era un alivio porque ya me estaba aburriendo. Matt mando un mensaje a nuestro grupo, dijo que nos veríamos en los módulos de carreras.
No pensaba estar ahí, se llena de chicos nuevos y me da un poco de ñañaras recordar cómo se siente estar en ese lugar.
Mientras estaba fuera de casa, les dije que mejor en el auditorio. Marco y Colle contestaron. Matt no.
Fui la primera en llegar, bueno ya había gente eso era obvio, pero de mis amigos, era la única. Mientras esperaba, estuve buscando cabello pelirrojo como loca.
Luego de un rato llego Marco, estaba inmerso en su celular, después llego Colle y fue exactamente lo mismo, la gente de hoy en día no sabe estar de otra forma que no sea jodiendose la espalda mientras ve instagram.
Al rato Marco y Colle se enseñaban fotos de chicas en el celular, era asqueroso, ya me había rendido tratando de que entendieran que eso estaba mal. Les he dicho mil veces, pero son como niños de cinco años, necios y tontos.
Entonces, distrayéndome al momento, una ráfaga de cabello pelirrojo corriendo me llamo la atención, tenía enganchado a él, a Lyra, creo que así se llama, ambos corrían como si estuvieran llegando tarde, no era tan tarde.
Yo lo vi a él, pero él no me vio a mí.
A los minutos llego Matt, se veía algo enojado, pero a la vez distraído. Se peleó con Colle por lo de las fotos, él nunca se cansaría de hacerles ver lo mal que eso estaba, por eso me caía bien. Todos entramos al auditorio, estábamos buscando asientos cuando algo extraño paso.
Matt saludo a alguien, sí, eso ya es raro, pero aquí lo más raro, es que saludo a Lyra ¿la conocía? Ella solo asintió apenada, como si le diera vergüenza.
Matt volteo a verme, con las pupilas bien dilatadas, a uno se le dilatan las pupilas por dos razones, por cocaína o porque ves algo que te gusta ¿Lyra le gusta? ¿Pero, cómo si nunca han platicado?
Voltee a donde estaba sentada, de un lado tenia a Fred y del otro tenia a Mónica, la estaban molestando, entonces Fred alzo la vista, viéndome directo a los ojos, levanto un poco la cabeza, haciendo ese ademan de saludo tan casual, casi como si fuéramos amigos.
Esto era bastante extraño.
―No sabía que eras amigo de Lyra. ―señale cuando ya estábamos sentados.
―En realidad no somos amigos, Fred si es mi amigo, y ella es amiga de Fred, entonces nos presentó. ―me conto él.
― ¿Cómo que tú y Fred son amigos? ―pregunté.
―Simple, nos conocimos en vacaciones, resulta que nuestros padres son amigos desde hace años, es un tipo increíble, no entiendo porque te cae tan mal.
―Es que tu no lo conoces tan bien como yo a él.
―Si, si ya sé que se conocen desde secundaria, pero la gente cambia Emma, es un buen tipo, te menciono de hecho.
Abrí los ojos de par en par, ¿Fred preguntando por mí?
― ¿Ah sí?
―Si, dijo que no es tan idiota como tú piensas, yo creo que él tiene razón.
Puse los ojos en blanco, que tonto más tonto.
Gire mi cabeza de nuevo ´para echarle otro vistazo, se veía cambiado, o sea se veía igual, pero podía notar algo diferente en tu presencia.
Al terminar la ceremonia de bienvenida, Fred y su grupito salieron casi, casi corriendo. Supongo que iban a registrarse para los cuartos, para saber si quedarían cerca unos de los otros.
Nosotros deberíamos ir a hacer lo mismo, porque pueden agotarse los lugares, pero yo antes de la escuela reserve mi cuarto, poca gente sabe que se puede hacer eso, pero es mejor que no muchos lo sepan.
Solo Matt y yo lo sabíamos, entonces nos ahorrábamos enormes filas, somos chicos listos.
Lo siguiente era ir a clases a conocer a nuestros nuevos maestros, al menos para mí, era la parte que menos me gustaba, me aburría mucho ver de nuevo a mis nuevos maestros, porque ya sabía la cogida que vendría.
No literalmente, jamás me he tirado a ningún profesor, ni lo haría, que asco.
Creo que a todos los universitarios nos pasa, no importa la carrera que elijas, semestre nuevo se traduce a volver a sentir los dolores de espalda, el dolor de cabeza, de tan recuerdos de guerra, no exagero, revives todo el dolor en un minuto y solo piensas “maldición ¿Por qué elegí esta carrera? Debí haber seguido mis sueños de rockstar”
A veces pienso en eso, en que hubiera pasado si tan solo hubiera seguido lo que de verdad me apasionaba, pero el abuelo dice que nadie vive del arte.
Mentira. La arquitectura es un arte y voy a vivir de él, claro que es más fácil decir “quiero ser arquitecto” a decir “quiero ser músico” Me refiero, uno es más “aceptable” que el otro.
En fin, solo son tonterías que pienso de vez en cuando, aparte, a veces si disfruto mi carrera, más que nada porque se me da bien a pesar de no ser algo que me apasiona, digo, solo son matemáticas, es fácil para mí.
Aunque de vez en cuando, cuando no estaba hasta el cuello de tareas, me daba el lujo de dejarme llevar por la música, improvisar un poco en mi cuarto. Una vez Matt me ayudo a escribir una letra, escribir no es lo mío, me desenvuelvo mejor con los ruidos, se entenderlos, se guiarlos, pero las palabras siempre me bloquean.
En cambio Matt es un erudito para escribir, nunca comparte lo que escribe con nadie, ni siquiera conmigo que soy su mejor amiga, pero ese día decidió compartir un cachito de lo que guarda en ese cuaderno tan particular que tiene, agradecí que me tuviera esa confianza.
Aun me acuerdo un poco de cómo va la canción, es melancólica, hasta gozo de decir que desgarradora, pero no me gustaría compartirla con alguien más, hay cosas que están mejor ocultas.
Las mejores cosas pasan en secreto.
Seguro hay miles de artistas que han hecho canciones increíbles que jamás saldrán a la luz, porque justo como dije las mejores cosas pasan en secreto.
Entonces recibí un mensaje, bueno en realidad era un email.
Cuando entre a la aplicación, arque una ceja, no podía creerlo, ni siquiera estábamos en las misma clases, bueno, aún faltaban los maestros de mañana.
El mensaje decía algo así:
Destinatario: [email protected]
Asunto: Hola J
No desertaste que alivio.
Pensé que me había quedado sin competencia, eso sería aburrido ¿no crees?
Fruncí el ceño ante su mensaje. Pero aun así se lo conteste rápido.
Respuesta de: [email protected]
Asunto: Hola J
Yo pensé que este correo solo era para cosas de la escuela.
No recibí respuesta, pero daba igual, tal vez estaba ocupado, yo también iba a estar ocupada hoy, tenía muchas cosas que hacer, muchísimas, estaría repleta de interminables tareas, como por ejemplo: procrastinar.
Bien, no tenía nada que hacer y quería aprovechar esa paz aunque sea un rato, porque luego los descansos serían más escasos que el agua en el desierto.
Unas dos horas después, habiendo perdido todas las esperanzas de tener una respuesta de Fred, pero llegó. Mi reacción fue la misma al leer su correo.
Respuesta de: [email protected]
Asunto: Hola J
Si, si, sé que lo dije, pero tengo derecho a arrepentirme, ¿harás algo al rato?
¿Y a este que mosca le pico? Cada que nos encontramos parece cambiar su forma de ser, eso no es lindo, es lo contrario a lindo, es, inlindo.
Respuesta de: [email protected]
Asunto: Hola J
¿Ya checaste que no tengas fiebre? Y si, iré a una fiesta, y no, por si lo preguntas, no quiero salir contigo a ningún lado, ni lo intentes.
«Eso Emma, demuéstrale que no estarás cuando se le hinchen los huevos»
Estuvo bien la respuesta, digo, él me besó, nos peleamos, y luego que ¿va a tratarme de invitar a salir? Primero el beso ¿Y luego qué? ¿Acostarse conmigo? ¡Ja! Eso no va a pasar.
Respuesta de: [email protected]
Asunto: Hola J
L
Ese fue todo el mensaje, una carita triste, ajá si claro, como si de verdad le doliera. No pienso caer en su juego.
Para distraerme decidí comenzar a arreglarme para la fiesta, las fiestas de inicio de semestre eran más divertidas que las de fin de semestre, esas eran deprimentes, un montón de chicos y chicas cansados, sacudiéndose en la pista del baile sin ningún afán de diversión, solo están ahí por estar.
En cambio, al iniciar el semestre, la fiesta derrochaba alegría, era fiestas épicas, pasaban cosas increíbles, mucha música, mucho alcohol, algunos adolecentes colados que buscan enredarse con alguna sexy universitaria, obvio eso muy pocas veces pasa, el aroma a pubertos se percibe a kilómetros.
Siendo honesta, no quería ir despampanante, digo, siempre me veo despampanante, pero me refiero a ropa ¡wow! Así que solo elegí un pantalón negro ajustado medio roto, un top lleno de brillos y una chaqueta de cuero, ah y obvio, botas, siempre botas.
Iría con el cabello suelto, pero quería ondularlo un poco, sobre el maquillaje, mi maquillaje de diario y el de fiestas era exactamente lo mismo, delineado negro, como si fuera emo, pero con la peculiaridad de que en las fiestas usaba sombra negra con brillitos y ya, eso era todo. Labial rojo, rojo quemado obvio y ya, estaba lista para bailar y divertirme.
Baje de mi apartamento para esperar a los demás, había llamado a Matt, él nunca quería ir a la fiestas, si tan solo supiera lo divertido que es cuando esta borracho, muchas veces me hizo la noche cuando escabullíamos tequila a mi habitación.
Pero como todas las otras veces, su respuesta no sorprendió a nadie, siendo ésta “NO” le insistí un poco, pero la respuesta seguía siendo no.
Me estaba subiendo a la camioneta cuando recordé que debía cerrar la biblioteca, eran cosas que hacían los becarios y yo era uno de esos, pero esta noche iba a estar muy ocupada como para cerrarla yo, y como sé que Matt es muy buen amigo, seguro él no tendría problema en cerrarla por mí.
Matt bufó, pero aceptó, la biblioteca le queda cerca de todas formas.
Me subí a la Jeep, Matt no se fue de ahí hasta que el auto desapareció, me sentía tan mal por él, no me gustaba que se sintiera excluido, trataba de hacer cosas que le agradaran también a el de vez en cuando.
Aunque en realidad no sabía si le molestaba en serio, a él no le gustaba hablar de sus sentimientos con nadie, típico de los hombres.
No lo hacen porque sean insensibles eso es bueno aclararlo, lo hacen porque está mal visto, no debería ser así.
Ya en la fiesta, todo se sentía genial, siempre he sido el alma de las fiestas con o sin alcohol encima, es un don, lo sé. Pero no tenía muchas ganas de tomar, porque me dan miedo las resacas, sé que soy joven, pero ya no tanto que cuando tenía 17.
La música era Half Alive de Blackbear, mis caderas se movían de un lado a otros, yo amaba esa canción, por mucho que se saliera de mis gustos convencionales, algo tenía.
No tenía idea de donde estaban los demás, ni me importaba, yo solo quería bailar con los ojos cerrados y disfrutar el momento. Disfrutar esa pizca de juventud que me quedaba, antes de quedar expuesta ante la cruel realidad.
Esta noche era mía, debía disfrutarla.
Uno no sabe lo importantes que estos momentos serán cuando seamos grandes, me refiero, más grandes, cuando logremos ser alguien, añoraremos estos recuerdos como si de joyas preciosas se trataran.
Ya no quería crecer. La vida va más rápido de lo que me gustaría, es una llama ardiente que se extingue en menos de lo que pensamos. Me asusta pensar que tal vez nunca me alcance la vida para hacer todo lo que deseo. Es una pesadilla vivir, pero también es un dicha, porque disfrutamos de cosas que son magníficas.
La existencia Humana es una casualidad cruel, nos dan el don de la vida, nos dan los mejores placeres, y luego, te lo quitan todo en ochenta años, ochenta años no es nada.
«Basta Emma, estas en una fiesta, no es un foro de gente con ideas existencialistas depresivas»
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