IX
-¿Qué le dijiste qué? ¿Enloqueciste? Si alguien llega a escuchar eso, estarán acabados y enterrados los dos.
-No pasará nada, tranquilízate.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Cuatro días después de la visita de los marqueses, mi madre, mi hermana Juliette y yo, habíamos ido al castillo. Era la primera vez de Juli así que estaba tan maravillada con todo.
Ella era la segunda mayor, después de mí, así que tenía que empezar a salir más y aprender a comportarse.
Al llegar la noche, Juliette había logrado hacer un fuerte lazo con Gaela. Al parecer ella era mas inocente que yo y no tenía interés alguno en el marqués, cosa sufiente para poder ser de su agrado.
Pidió quedarse y me "obligó" mi madre a acompañarla en su estadía. Fingí oponerme pero al final, cedí.
Ambas damas se quedaron hasta altas horas hablando y leyendo. Empezaba a desesperarme así que fui a prepararles un té para dormir, fingiendo que sólo era para Juli y sus problemas de sueño.
La mucama se los llevo y le pedí que no dijera que lo había preparado yo, ya que Juliette odiaba tomar su té de sueño, y no lo bebería si sabía que era de mi parte.
Minutos más tarde, ambas estaban profundamente dormidas en sus respectivas camas, y Antoine y yo nos encontrábamos en las caballerizas repitiendo actos que nos causarían incluso la muerte.
Él había llevado mantas y las había acomodado entre la paja. La oscuridad, el viento, los caballos y la lejanía, me habían permitido hacer ruidos y gemir a placer. Esa vez, no le permití interrumpir la cúpula y terminó haciendo algo incancelable.
Dos meses después, le había dicho que tenía mareos y vómitos y que lo mas seguro era que estaba embarazada. Por supuesto que había sido mentira.
Mi madre me había explicado un método para saber cuando estaba más fértil, y así poder concebir hijos sin problema. Pero no me importaba mi fertilidad, sino la ausencia de esta. Mis cálculos no habían fallado ya que después del tiempo, mi vida y salud seguían siendo la misma, y mi regla llegaba sin falta.
-Un hijo...¡al fin seré padre!
-Shh, te van a oír.
-No me importa, tendré un hijo que espero sea varón.
-Pero no importa, porque será un bastardo. No podrá ser heredero de nada.
-Lo será, créeme que lo será. Con esto voy a poder dejar a Gaela. Será el pretexto perfecto y la iglesia no se opondrá. Diré que te escogí como concubina para poder procrear y dejar línea de sangre.- Sus palabras se habían vuelto la melodía más dulce. Iba a ser marquesa y Antoine, mi esposo.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
-Beverley, ¿qué pasará cuando note que tu abdomen no crece y que pasados los nueve meses, no nace nada.
-Le diré que lo perdí, y volveremos a intentar. Quedaré embarazada de verdad y formaremos una numerosa familia.
-Estás jugando con fuego, vas a quemarte muy pronto. Gaela es el combustible perfecto. Ella descubrirá que no estás embarazada.
-Ella no lo sabrá, porque nunca ha tenido un hijo en su vientre. Está seca. No sabe nada sobre embarazos.- Me estiré y arranqué una hoja del árbol, jugué con ella entre mis manos mientras veía mi jardín, pensando en que pronto tendría uno mucho más grande.
-Bev, estás llevando esto muy lejos.
-Hugh, cariño. Esto es en serio, estoy completamente enamorada y llevaré está situación hasta el final. Yo tengo las riendas.
-Asegúrate de que no se te suelten.- Hugh se levantó de la banca y comenzó a caminar hacia mi casa.
-¿A dónde vas?
-A casa. Tengo que digerir tu obsesión y buscar la manera mas viable de no delatarte, pero intentar apoyarte.- Seguido de esto se dio la vuelta y se fue sin despedirse ni nada.
Él no entendía, no estaba obsesionada, estaba enamorada. Además, Antoine también lo estaba de mí. Me quedé un rato más ahí, pensando en lo que podría depararme el futuro si todo salía como lo planeaba.
Tres semanas después, mi madre llegó escandalizada a la casa, casi llorando y gritando mi nombre.
-¿Qué pasa?.- Me encontraba en mi habitación hablando con Juliette sobre Hugh; el chico del que ella estaba enamorada.
En cuanto oí el escándalo de mi mamá, bajamos corriendo las escaleras.
-Los marqueses, se van a separar.
-¿Qué? ¿Por qué?- Juliette le tenía gran aprecio Gaela, por lo que la noticia también le afectó.
-El marqués Antoine ha solicitado a la iglesia, la anulación de su matrimonio por no darle un heredero. Las autoridades lo están considerando como viable, ya que la familia Rupenauv ha tenido el poder por generaciones, y un cambio no es lo que se necesita en estos momentos.
-Pero, si se separa, ¿cómo tendrá hijos?
-Una concubina, al parecer tiene una y está embarazada. Para que ese bastardo fuera el futuro marqués, tendría que casarse con la amante. Por eso solicita separarse.
-Eso es una tragedia. Pobre de la marquesa, la ha de estar pasando terrible.- Juliette fue y abrazó a mi madre mientras se lamentaban.
-¿Cómo te has enterado de todo eso, madre?
-La marquesa Gaela me lo ha comentado esta mañana. La vi comprando cosas y dijo que estaba aprovechando sus últimos momentos de opulencia.
-No creo que el marqués se atreva a dejarla sin nada.
-¿Y qué se tendría que merecer? ¿Qué ha hecho como para que se le deba dar algo? Ni siquiera un hijo pudo darle a su pueblo.
-¡Beverley! Cuida tus palabras, niña.
Aún es nuestra excelencia y merece respeto.
-Cómo digas, mamá.- Me di la vuelta y me fui a mi habitación. No compartía su dolor, yo estaba feliz. Me sentía tan satisfecha conmigo que quería gritar a los cuatro vientos mi triunfo.
El problema ahora, iba a ser mi familia. Ellos le tenían un profundo cariño a Gaela y la humillación de la que estaba siendo víctima, era muy injusta para ellos.
Al final de todo, eran mis decisiones y mi vida. Mi madre debería estar orgullosa de que su hija fuera marquesa, y mi padre tendría un negocio más activo debido a que sería familiar de alguien de la nobleza.
Estaba segura de que iban a aceptarlo todo, no iban a dejar a su hija sola.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top