V E I N T I S E I S

El concurso iba bastante correcto, no se notaba nada turbio por parte de los contrincantes de Chan, pero si una actitud envidiosa debido a que no esperaban la enorme puntuación que tenía el rubio.

Perfecto —anunció Soojin cuando los jueces mostraron la puntuación final de la tercera semana de cada uno de los concursantes—. Chan 100 puntos, Yunho 71 y Jungkook 100. La semana que viene será la gran final, vuelva con nosotras para saber quien será el próximo rey de las fragancias. Muchas gracias.










—Estoy cansada —se tiró en el sofá, colocó su cabeza hacia atrás—. Han sido unas semanas muy cargadas —bufó—. Si no hubiera sido por ti, Chan, hoy no pudiera estar segura de que venceremos a mis primos y mi abuelo se tragará su machismo.

Chan estaba manteniendo una sonrisa tierna al ver cómo su jefa se relajaba en el asiento, le parecía muy linda sus acciones y quería seguir poder viéndolo, pero después de la advertencia de YoonGi comprendía que no podía hacerlo.

—Soyeon, tengo que hablar contigo —comentó sentándose a su lado.

—¿De qué? —preguntó— ¡Oh si! —recordó, sacó de su bolso unos cuantos billetes—. Tu paga, se me olvidaba.

—No es eso —negó. Por más que hubiese querido que eso fuese, no era así—. Después de la final del concurso quiero renunciar.

—¿Qué? —preguntó sorprendida—¿Por qué? ¿Pasa algo?

—Solo quiero cambiar de profesión, ya encontré algo que me gusta.

—Pero no decías que te era complicado no protegerme —Su pecho palpitaba tan fuerte, la alegría que sentía se había desvanecido.

—Por favor, respeta mi decisión.

—Puedo pagarte más de lo que te ofrecen —buscó más billetes en su cartera—. Tengo mucho más que esto —se los fue dando—, pero por favor no te vayas.

—Lo siento —susurró—. Debo hacerlo.

Se levantó de su lado para irse a su dormitorio y pelearse con la almohada por lo que estaba haciendo, pero unos brazos rodearon su cintura y una cabeza se pegó a su espalda.

—Eres el único que me protege de verdad —apretó más su agarre—. No me dejes ¿si?

—¿Qué soy para ti? —preguntó, se arrepintió cuando la dijo.

—Eres como el hermano que nunca tuve —murmuró—. Me siento protegida gracias a ti.

No pudo evitar sonreír, le había gustado su respuesta, pero también le dolía, alguna parte de su corazón quería que ella le dijera que lo quería no como su amigo.

—No puedo evitar irme —fue quitando las manos de ella de su cintura, se volteó hacia ella—, pero usted ha sido la mejor jefa de todas.

Ella lo abrazó, lo apretó tanto que él no podía respirar.

—Me estás lastimando —avisó, pero ella no se alejó de él, solo redujo su fuerza.


...



—Entonces ¿te gusta Chan? —volvió a preguntar Yuqi por quinta vez.

—No y mil veces no —negó—. Solo lo veo como un amigo.

—Si es tu amigo por qué soñarías con él teniendo una relación romántica.

—¿Qué dices? —habló extrañada, se quitó las rodajas de pepino que cubrían sus ojos.

—Te he oído mientras dormías la vez que te quedaste aquí —ríe—. ¿Cómo era que decías? —se preguntó haciéndose la pensativa— ¡Ah si! Chan, quiero un beso. Incluso pusiste boca de pato.

—No recuerdo haber soñado eso —mintió. Claro que lo recordaba, pero no iba a revelarlo.

—¡Yuqi! —llamó Lucas—. Ya estoy aquí para que vayamos a.... —dejo de hablar en cuanto vio el estado de su novia. El pelo envuelto en una toalla, una crema color morado cubriéndole la cara y dos rodajas de pepino ocultando sus ojos—. ¿Qué le pasó? —preguntó a Soyeon, quien seguía de pie. Ella a diferencia de Yuqi solo se colocó las rodajas de pepino en los ojos.

—Estamos en medio de un tratamiento de belleza —aclaró Yuqi—. No recuerdo a donde íbamos hoy ¿A donde era? —se quitó todo lo que tenía en la cara con delicadeza.

—No importa. Veo que ser modelo te ocupa la mayor parte de tu tiempo.

Yuqi había decidido aceptar la oferta de trabajo con Hong y siempre estaba ocupada.

—Lucas , yo también tengo derecho a esmerarme en otras cosas —declaró—. No eres el único que puede perderse semanas porque está ocupado con su vida de cantante. Creo que también tengo derecho a hacer lo que quiero.

—Pero si nunca te ha interesado ser esa mierda —dijo enfadado—. Te extraño Song.

—Creo que debo ir al baño —susurró Soyeon notando que estaba en un mal momento.

—¿Mierda? Llamas mierda a lo que tú haces porque yo lo hago —No podía creérselo. Mojó sus labios y decidida pronunció: —Lo he estado pensando.....

—No, no lo hagas, no me digas que terminaremos, no quiero perderte. Así no —suplicó, se arrodillo y sostuvo sus manos.

—No iba a decir eso. Me han propuesto un empleo como modelo en Tokio.

—¿Qué me quieres decir con eso?

—Voy a ir, pero no se cuando regresaré, estaré por un tiempo indefinido.

—¡No lo hagas! —negó—. No es un buen momento. Me siento muy sensible con tantas cosas que tengo que hacer como cantante. Todo tiene que salir perfecto, nada puede fallar y tú eres mi único motor para seguir.

—Creo que tenemos que darnos un tiempo —alejó sus manos—. Quiero hacer mis cosas, no todo se trata de ti ¿sabes? Estoy empezando a incomodarme por no poder revelar nuestra relación.

—Sabes porque lo hago —comentó—. No estoy entendiendo tu punto.

—Démonos un tiempo.

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