T R E I N T A Y U N O
No podía creérselo, casi llora, pero se contuvo. Con rapidez trato de alejarse e ignorarlo, no quería verlo.
—¡Soyeon! —la llamó varias veces, insistía y la seguía entre los invitados—. Es algo importante.
Harta de ser perseguida por él, lo encaró insultada.
—¿Con qué derecho vienes aquí? —protestó—. Me dejaste plantada en la final del concurso sin ninguna explicación. Te fuiste sin decir adiós y ahora vienes y dices que necesitas hablar conmigo. No quiero escucharte.
Chan sabía que las cosas iba a ser así de difícil. Soyeon no iba a estar dispuesta a hablar con él por más que insistiese, pero él tenía que contarle sobre los malos pasos de su esposo.
Por más que insistió no consiguió hablar con la pelinegra. Entró al baño y se retiró la venda de la cara poco a poco, la estaba usando para no ser visto cerca de ella.
Su sorpresa al salir del baño fue su exnovia estaba recostada en la pared esperándolo.
—Sabía que eras tú —comentó—. Te regale esos pantalones por navidad y nunca me he podido quitar de la cabeza lo bien que te quedan.
—¿Qué haces aquí Cherry?
—No me digas así. Me cambie el nombre, ahora me llamo Sana.
Le estaba costando seguir con la conversación. No quería hablar con ella, no se lo merecía después de lo que le había hecho.
—¿Qué es lo que quieres?
—Quiero que volvamos a intentarlo si es posible.
—¿Estas loca? Me hiciste mucho daño, me engañaste.
Fue entonces que entendió el dolor que debía sentir Soyeon. No era igual, pero si parecido.
—Lo se, pero ya no será así.
—No insistas más. Lo nuestro es cosa del pasado.
...
— ¿Mamá puedo dormir en nuestra casa? —preguntó Soyeon abrazada a su madre. Ya estaba a punto de irse.
—Claro —la abrazó más fuerte—. Cuando quieras puedes quedarte, pero ¿pasó algo con YoonGi?
—No, es solo que quiero volver a dormir en mi camita.
Margaret no se trago ese cuento, pero se mantuvo masticándolo con los dientes.
Llegaron a la mansión Jeon, momentos antes Soyeon aviso que no llegaría a la mansión Min con la excusa de que quería pasar tiempo con su madre.
El olor a quemado se sentía desde la sala. Eso obligó a Margaret a ir corriendo hacia la cocina.
—¿Dejaste el horno prendido? —preguntó sentándose en el sofá.
Se entretuvo con Rufina que enseguida entró a saludarla. Le acariciaba la panza en lo que ella le daba lamidas a su pierna.
—Buenas —saludó una voz masculina, la hizo alzar la cabeza.
Su mamá media pálida se colocó al lado de él y trató de explicar.
—Él es un amigo. Se está quedando aquí unos días. Se me había olvidado decírtelo —mintió.
—Lo he visto, esta contigo en la sala de Alcohólicos Anónimos —recordó—. Es el profesor.
—Ese mismo —sonrió él. Margaret lo miró mal. Soyeon comenzó a reírse en respuesta.
—Mamá no tengo ningún problema en que empieces a salir con alguien —reveló—. Tienes derecho a ser feliz.
—Goojin, podrías dejarnos solas —él asintió y Margaret se sentó de inmediato al lado de su hija —. Fue algo espontáneo, pero no creo que lleguemos a algo serio.
—Ya te dije, sea lo que sea me parece bien. Eres una persona libre. Tienes derecho a tener pareja.
—Me gusta que pienses así, pero cambiando el tema, ¿sabes algo de tu papá?
Soyeon había cortado el contacto con su padre desde aquel día que discutieron. Después de eso él dejó la empresa y ya no vivía en la casa, así que no tenía forma de contactarlo, aunque escuchó un rumor de que estaba fuera del país resolviendo unos asuntos en China.
—Nada.
—Deberías localizarlo y hablar con él. No es bueno que estén separados así —sugirió.
—Intentaré hacerlo, pero debes decirme si te gusta ese chico.
—Si, es muy simpático.
...
Yeong tocaba una pieza en el piano eléctrico para Jennie. Gaehyung estaba sentada en la punta de la cama y YoonGi miraba a la castaña de pie.
Los tres estaban reunidos de último momento porque Yeong había visto a Jennie mover uno de sus dedos.
El doctor la estaba revisando y negaba con la cabeza cada vez que terminaba de analizar.
—Debe ser por la medicación , no significa que esté consciente —dijo finalmente el doctor.
—Doctor, pero ella movió el dedo después que le pregunté algo —dejó de tocar el piano.
—Yeong no insistas más —comentó Gaehyung.
—Jennie diles que moviste el dedo —pidió a modo de súplica con lágrimas en los ojos— ¡Jennie!
Y así fue, Jennie movió un dedo nuevamente, el mismo de antes.
—Ven que digo la verdad —dijo entusiasmada—. Solo falta que despierte y que diga quien le provocó el accidente —fulminó con la mirada a YoonGi.
«2018»
Jennie se estaba alistando para una fiesta en la mansión Min. Llevaba puesto un vestido ajustado al cuerpo y largo, con decoraciones de rubíes. Su pelo estaba recogido en una coleta alta y sus labios eran de color rojo.
YoonGi le dijo lo hermosa que se veía y ella sonrió halagada.
—Falta el último detalle para que estes perfecta —sacó de una maleta una caja de regalo —Toma esto —se la entregó.
Muy emocionada lo abrió y se encontró con un perfume, el frasco tenía forma de corazón y se llamaba Heart.
—Es precioso y huele bien —se hecho en su cuello y tras sus orejas.
—Eso es para mi nuevo proyecto. Con esto planeó levantar la empresa.
La castaña fue hacia él y le dio un tierno beso en los labios.
—Todo se arreglará —le sacudió los hombros—. Esto será solo una mala pasada.
Recibieron un llamado a la puerta, YoonGi se acercó a abrirla y se encontró con su socio.
—¿Qué te trae por aquí? —preguntó nervioso.
—Me invitaste —ríe — Tenemos que hablar de nuestro negocio.
Jennie se acercó preocupada, le daba mala espina la voz de esa persona que no conocía.
—YoonGi ¿Quién es él? —dijo desde atrás.
—Es Hyujin, mi socio. Ahora regreso, vamos a estar hablando.
A Jennie no le gustaba mucho Hyujin. Le veía algo sospechoso.
A escondidas se puso a escuchar lo que esos dos estaban hablando. Se impresionó con lo que estaba descubriendo y comenzó a llorar por la decepción.
Al parecer esos dos tenían planeado meter drogas en estado líquido dentro de los perfumes.
—No me gusta eso que estás haciendo —le reveló la castaña a penas YoonGi volvió con ella.
—¿De qué estás hablando?
—Hablo de esos negocios turbios —cogió el perfume que antes había regalado y lo tiró al piso, se rompió en varios pedazos—. Esto. Siento que no eres la misma persona de la que me enamoré.
Comenzó a llorar de nuevo y salió corriendo de la habitación. YoonGi se quedó en el lugar. Se sentía tan triste por haberle fallado a Jennie, pero no le quedaba otra opción, debía salvar KM al costo que fuese.
—No dejaré que arruines mis planes, Kim Jennie —soltó con frialdad viendo los cristales en el suelo.
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