La Batalla comienza, la identidad de el verdadero Patriarca
—Mira Saori, ¡lo hiciste!.—exclamo Shun al notar como Saori había logrado ayudar a Seiya.
Sabíamos cuales eran las consecuencias de que Saori utilizará todo su cosmos en Seiya, y al parecer eso sucedió. Saori se había perdido energía. Todos nos habíamos acercado a la de cabellos cortos, quien solo parecía estar agonizando de dolor. Un a luz brillante color púrpura se apoderaba cada vez mas en él pecho de Saori. De pronto un gran ruido se había hecho presente fuera de la casa de Sagitario, tomando la atención de todos en él lugar.
Al salir de la casa, un caballero se encontraba lanzando rosas hacia una dirección en específico. De hecho una de las estatuas había comenzado a tomar vida, así que por ello él caballero le estaba lanzando rosas.
—Afrodita.—hablo Mū, dirigiéndose a él antes mencionado.
—Lo sé. Él Patriarca es él traidor aquí.—respondió mientras ejercía uno de sus ataques.
—¿Como es que lo sabes?.—le pregunto Milo.
—La señorita Athena, ella no era quien decía ser.—explicó, de una manera que de hecho me confundió.—ella era una suplente.—resumió.—Camus fue quien me ayudo a descubrir la verdad, pero ahora no es momento de explicarlo ¡tenemos que proteger a la diosa Athena!.—exclama.
Los caballeros dorados comenzaron a mirarse entre sí, para mi parecer fue como si ejercieran un plan o algo parecido.
—Ataquen y recuerden que la prioridad, como lo dijo Afrodita, es Athena.—hablo Shaka.
—¡Vamos ya!.—exclama Aioria.
Grandes meteoros habían atacado a la cuidad que se encontraba cerca de él Santuario. Como es que él Patriarca se atrevía a tal cosa, bueno aunque de hecho él no era él verdadero.
Una risa lo bastante tétrica había llamado nuestra atención.
—El poder absoluto, soñé tanto con este día.—murmuró dicha persona.
—Patriarca, ¿que es lo que haz hecho?.—le pregunto Saori.
—¿Patriarca?.—pregunto aquella persona.—¿crees que un Patriarca, se vería así?.—al momento de pronunciar aquello, unas llamas color verde lo atacaron, dejando a la vista la armadura de Géminis.
Él caballero dorado de la casa de Géminis.
—Soy Saga, él caballero dorado de Géminis.—exclamó lo bastante orgulloso de si mismo.—hace dieciséis años intente asesinarte, y perdí la oportunidad de convertirme en Patriarca de verdad.—resumió su historia.—pero aun así, me propuse a apoderarme de él enorme poder de tu cosmos para dominar él mundo.—
Con solamente él aura de su cosmos, había provocado que retrocediéramos. Esta seria una gran batalla, en fin de cuentas.
—Usare tu poder para destruir este Santuario. Athena debes sentir gran honra. Es gracias a mi juicio que la Tierra tendrá una nueva luz y oscuridad.—sonrio con gran maldad.—¡De ahora en adelante yo seré quien gobierne, todo él universo!.—oí maldecir a Shiryū.—Ahora ya no te necesito para nada, diosa Athena.—
Saga, había logrado juntado todo su poder en ambas manos.
—¡No podemos quedarnos así!. —les exclamo a las personas frente a mi.—¡los caballeros dorados están ayudando a las personas, pero nosotros ¿que estamos haciendo?!.—preguntó.
Shiryū se posiciono frente a mi.
—(T/N) tiene toda la razón, en cuanto a Shun.—este lo mira.—tú estarás a cargo de Saori.
De pronto, una ráfaga de color carmesí se había adelantado hacia Saga.
Niego la cabeza algo molesta, este chico no me va a ganar.
Comencé a correr lo mas rápido que puedo, para después lograr dar un gran salto justo como lo había hecho aquella ráfaga rojiza.
Estaba llena de rabia por todo lo que él caballero había hecho, no debía de haber matado a uno de sus compañeros, no debía de haber matado a él Patriarca, no debía de haber intentado jugar con la vida de Athena. Seiya se posaba alado mio, ya que después de hace varios minutos había sido golpeado por Saga.
—¡Meteoro de pegaso!.—exclamó Seiya al mismo tiempo de ejecutar su ataque.
—¡Puño meteoro!.—exclamó al mismo tiempo que él castaño.
Saga evadió los ataques con gran facilidad, eso no era todo de lo que era capaz.
—No deberían de atacar de frente.—aconsejó una voz familiar, Ikki para ser exactos.
—Callate.—le digo.
Me acerco lo bastante rápido a él caballero traidor, para intentar golpearlo. Reconocía él hecho de que los caballeros dorados eran lo suficientemente fuertes, pero alguien que tenia él poder de Athena además de él suyo, eso era pasarse de él límite.
Había sentido como fue que me había brindado un gran puñetazo en la mejilla derecha, de alguna forma la rabia me invadía y no dejaba que aquel golpe me dañara.
Para cuando tuve la oportunidad le brinde un fuerte puñetazo en la mejilla, y este lo mando a volar.
—Recuerdenme nunca harcerla enojar.—le oí decir a Seiya.
—¡¿Se van a quedar allí o van a ayudarme?!.—exclamó molesta.
Tengo que acabar con esto. Tengo que ayudar a todos. Tengo que mostrarles que también las mujeres podemos ser capaces.
—Destelló de él Águila.—aprovechó la altura en donde me encontraba para dar un gran salto hasta Saga.
—Estúpida amazona.—le oí mascullar a él caballero.
Al poco tiempo después, los demás chicos ya estaban combatiendo a mi lado contra Saga.
Nuevamente había avanzado hasta Saga, en compañía de Hyōga, para golpearlo fuertemente. Él caballero aun no se daba por vencido. Retrocedí rápidamente, y gracias a un salto de gran altura. Pero desde allí arriba me percaté de que una gran presencia estaba a mi lado.
Exactamente no había nadie, segundos mas tarde podía sentir un peso extra en mi espalda.
— A tu derecha.
Esa voz había resonado en mi cabeza, desde la altura donde me encontraba nuevamente, fijé mi vista hacia aquel punto exacto. Había un punto ciego, en donde Saga no se estaba protegiendo.
Lo que ocurrió después me pareció algo extraño, parecía como si mis manos fuesen movidas por alguien más. Había aparecido un arco, y gracias a ello logre lanzar una flecha en dirección a Saga, en donde se encontraba su punto ciego.
Él caballero de Géminis, no tardo mucho en descubrir quien había lanzado la dichosa flecha.
—Ese arco...—murmuró, pero después tambien su rostro habia cobrado una gran sorpresa.
De hecho aun no lo veía, así que lo analice por varios segundos. Él arco que tenia era de un color dorado, con las flechas de él mismo color.
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