- Ah, si, así si, dame m-mas. -gimió de forma aguda y sensual.

- ¿Quieres mas?

- ¡Si! -gritó desesperada.

- Te daré mas.

Y embistió duramente y sin piedad en la pequeña cavidad femenina y rosada. Apretó con tanta fuerza sus caderas que juraría que le habia dejado la marca de sus dedos.

Ambos continuaron buscando mas contacto y el muchacho arremetió de forma brutal contra la feminidad de la chica, quien se encontraba en cuatro y a su merced.

- Voy a follarte tan duro que no podrás caminar en una semana.

- Por... favor. -suplicó. -Ya no puedo... no puedo mas...

- Vamos, aprieta mi polla, vente conmigo. -gruñó aumentando la velocidad.

Tres estocadas profundas hicieron que sus orgasmos fueran demoledores. El chico soltó el cabello de su acompañante y, aun dentro de ella, siguió embistiendo y descargando su semen en su interior.

La castaña gimió, presa del placer y se mordió los labios cuando el líquido blanquecino de su amante se escurrió por sus muslos internos.

Él tomó la camara que habia junto a la cama e hizo un primer plano de aquella excitante escena.

Le dio una nalgada y apretó su gluteó con fuerza y ansiedad. Lo lamió, lo mordió y volvió a golpearlo.

Sonrió burlón ante la camara y la apagó.

Se quitó la mascara de carnaval que tenía puesta y exhaló tratando de recuperar el aire despues de aquel... ejercicio.

Jennie se dio vuelta.

- ¿"No podras caminar en una semana"? -imitó su voz burlona. - ¿En serio?

- Callate, a los virgenes les encantan esas frases.

- Eres tan cursi.

- Te estas dejando follar por un cursi.

- Me estoy dejando follar por la vida, la cual te puso en mi camino y ahora hace que me deje follar por ti.

- Pues vuelve con tus padres si es tan malo.

Ella se sentó en la cama y se puso una de las camisetas de Yoongi.

- Nunca dije que lo fuera. -le guiñó un ojo y se levantó para caminar hacia la cocina. - ¿Que quieres cenar hoy? ¿Pollo o pasta?

- A ti... -susurró mientras veía sus piernas largas y descubiertas moverse por la cocina.

- ¿Que dijiste?

- Pollo, Jen.