XXXII: Andante, Andante.
“Tómalo con calma conmigo, por favor.
Tócame gentil como una brisa de tarde de verano.
Tómate tu tiempo, hazlo lento.
Andante, Andante.
Sólo deja el sentimiento crecer”.
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Taehyung estaba frente a la computadora de la biblioteca, buscaba un poco de información sobre el examen de admisión a la universidad, del cual Yoongi le había comentado el día ayer saliendo del invernadero.
Espero ansioso por ir a buscar sobre el tema y poder interiorizarse más para estar pregrado para cuando llegara el día que tuviera que darlo. Tal que encontró varias páginas y documentos digitales que mostraban contenidos que solían preguntar en aquel examen considerado difícil por sus ocho horas consecutivas.
Al ver la cantidad de contenido, su mente de bloqueo, yéndose a negro por completo; sin embargo, esa sensación no duró, ya que quería lograr algo en su vida y esto era un gran paso que dar. En vez de achacarse, se motivó más e indago cómo dar el examen.
Tras ver en varias páginas llego a donde ponían los requisitos cada vez que los leía, su mirada se entristecía más y más. Abatiendo toda motivación.
Kim hizo los cursos correspondientes, pero fue dentro de Sawon Mun con maestros, solo que nunca estuvo en una institución como tal, pero como veía necesitaba un certificado reciente.
Viendo como distraerse, abrió la ventana del sitio web de música. Tomo los audífonos que la madre Lee le prestaba para oír los audios en francés. Los colocó sobre su cabeza ajustándolos para su tamaño, y fue como comenzó a buscar alguna canción que le gustara.
Antes de hacerlo, miro a varios lados, tenido cuidado de que nadie o viera buscando otra música que no fuera de la iglesia o los ejercicios escuchados de francés. Más que nada porque el padre Baek alguna vez le dijo que la música del mundo incitaba las pasiones y provocaba emocione indebidas que llevaban al pecado.
Siempre escucho música, la mayoría eran del idioma que estudiaba y religiosas, esta vez quiso buscar algo distinto y navego por unos minutos hasta que dio como una canción en aleatorio. Subió el volumen de los audífonos con cuidado y dejo que sus oídos se sintieran endulzados por el ritmo.
Empezó lenta, con un piano de fondo. Era un tono romántico cuando apenas inicio para luego darle entrada a la voz de una mujer; tono maravilloso y pronunciación marcada. Estaba en inglés, Kim por ende quiso ver mejor la letra, después de hacerlo, selecciona la opción y a la vez que oía podía ir leyendo.
Para Taehyung fue imposible no pensar en Yoongi en ese momento.
Cada que avanzaba y leía, era como si la cantante estuviera relatando lo que él sentía por el alfa durante el tiempo que llevaban cerca del otro de una manera diferente a la rara enemistad del comienzo. Leer la traducción de la letra lo hacía sentirse enamorado de quien no debía haberlo hecho.
Era imposible, pues Min a pesar de que comenzaron con el pie izquierdo, con el paso de las semanas pudo conocerlo mucho más que solo por encima.
Era amable, compresible, romántico a su modo y bastante inteligente, la mayoría de veces tenía un tema del cual hablar. Si bien, llegar a él fue una batalla contra esa dura coraza que tenía, poco a poco se la fue desmontado hasta ver lo que había debajo de ella: un hombre sensible con los sentimientos a flor de piel. Por otro lado, era claro que no podía dejar pasar lo apuesto que era: cabello largo, oscuro, facciones masculinas con su mandíbula marcada y manos pálidas que lograban recorrer cada centímetro de su cuerpo hasta hacerlo alzar la voz expresando el deseo de querer aún más.
Quizás, ese sentimiento era porque Kim Taehyung se estaba empezando enamorarse de aquel alfa.
"Toca mi alma, tú sabes cómo".
El omega se emocionó. A su mente vino una idea que esperaba que fuera bien recibida por el mayor, solo debía mostrársela esta noche cuando se vieran cerca del río de Sawon Mun.
Al ver la hora que era, quería comenzar a dejar todo listo para esa noche, ir a ver a Min a donde acordaron por mientras. El omega cerro sus libros y la pestaña de la página de música, dejando solo la de la universidad abierta.
—Buenas tardes, Taehyung.
El omega se quedó helado al oír la voz de Baek.
—Padre... —Murmuró con agobiedad.
Tal parecía que se tomó muy en serio lo de tener los ojos encima de él. A Taehyung ya lo comenzaba a estresar un poco. No le daba tiempo de tomarse un respiro, compendia que lo que hizo, escaparse y dejar la comunidad, estuvo mal, porque se puso en peligro, pero ya había pasado y quería que fuera un tema cerrado, sin embargo, el sacerdote seguía dándole vueltas a lo mismo.
—¿Qué necesita? —Fingió una sonrisa mientras guarda en su bolso sus libros y cuadernos.
—Saber cómo estabas y... —Al acercarse un poco a la pantalla, logré ver la pantalla de una universidad en Seúl. Su pecho se apretó al leer que se trataba de un examen de admisión. —¿Qué estabas buscando?
El rubio cerro rápidamente la ventana y apago el computador del botón que estaba detrás del aparato al oírlo preguntar con un tono cargado de preocupación.
—No es nada, solo buscaba por curiosidad. —Se encogió de hombros, ignorándole importancia.
—¿La curiosidad te llevo hasta la universidad de Seúl? —Interrogó.
El omega bajo la mirada. Tomo su bolso y respiró hondo. Decidido decir la verdad.
—Quiero irme a estudiar enfermería en la universidad. —Confeso. —Siempre me ha llamado la atención, me gusta la enfermería y antes leía libros de esa clase en mis tiempos libres. Quiero...
—No, Taehyung. —Fue severo en su respuesta.
—¿Qué? —La voz de Kim estaba cargada de desilusión. —Pero... ¿Por qué?
—No puedes, es lejos y peligrosos. Sabes cómo es el mundo juvenil, lleno de vicios, pecados y lujurias que no quiero que cometas. Solo pensar en lo expuesto que estarás me aterra.
Baek camino lejos de allí. Kim tomo sus cosas y le siguió los pasos al mayor.
—Pero padre Baek, es lo que quiero para mi vida.
—Tu vida está aquí... —«Conmigo». Pensó, pero solo fue un pensamiento, nunca se atrevería a decirlo de verdad o, por lo menos, no todavía. —Aquí, en Sawon Mun, tienes todo lo que buscas: felicidad, estabilidad, un techo, personas que te aman más que a nada.
—Lo siento, pero yo lo haré. —No titubeó al responder. Le dirigió su mirada hacia él, expresando su convencimiento. — Tomaré el riesgo y, si me va mal, bueno... me levantaré y seguiré. —Le dijo recordando las palabras de Yoongi. —Solo quiero hacerlo.
—Ya dije que no. —Repitió, poniéndose tenso hasta la mandíbula, además de enojado por la terquedad e insistencia del menor. —Estás bien aquí, y es donde te quiero tener para que no te meta en problemas.
—¡No me trate como si fuera un niño, tengo la edad suficiente para tomar mis decisiones sobre mi vida!
El rubio estalló de rabia. Dejando en claro las cosas que quiere lograr y su plan de entrar a una universidad como la de Seúl. Deseaba hacer algo, de lo cual sentirse orgulloso.
—Taehyung...
—Lo que yo quiera no significa que deje mi hogar de lado. Sé que me han cuidado desde que tengo memoria, pero merezco una vida aparte de esto. —Musito con sinceridad, exponiendo sus sentimientos hacia el padre.
Hace año tuvo una conversación similar con Minho, sobre lo que quería hacer. Llevaba ya tiempo viviendo en la comunidad en ese entonces y para Baek, verlo irse significaba decirle adiós para siempre y era lo que menos quería.
Solo que esa conversación fue más agresiva y directa, con los gritos del omega en la oficina. Incluso Baek, por la tensión que se dio, el enojo y la tristeza de verlo irse, solo atinó a agarrarlo del cabello para detenerlo y no dejarlo ir por la puerta. Minho para ese entonces, aún tenía problemas con controlar sus emociones, sobre todo la ira. Asi que abofeteó a Baek en la cara y salió huyendo a los brazos del impostor de Sung-il, el mismo que le dio la idea de irse de Sawon Mun.
Con Taehyung no podía ser así de duro, y sabía de sobra que Kim no era como su padre.
—Se acabó la conversación. No más sobre la universidad. —Reprendió, provocando que Taehyung apretara sus manos en puño.
El joven, sin mucho más que hacer o decir, se fue de la biblioteca, dejando al padre solo en medio de esta. El tipo miró hacia el techo y expulsó todo el aire, que respiró en sus pulmones e intentó pensar qué podía hacer para mantener a Taehyung a su alcance.
—Dios, padre, guíame en mis decisiones, palabras y acciones, que tú eres el sabio y todopoderoso.
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Mientras esperaba a Kim, se quedó pensando mucho, un lago tiempo en cada cosa que hacía con él o sus conversaciones. Habían cambiado, y era notorio. Ya no le hablaba de manera sarcástica, burlesca o demostrando irritación por la presencia del joven omega.
Al contrario, a medida que pasaban los días Min se sentía cómodo a su lado, se reconfortaba cada que Taehyung, a pesar de la lejanía, le regalaba una sonrisa tímida como si fuera un adolescente viviendo su primer amor de juventud y Yoongi, reaccionaba del mismo modo, solo que lo negaba y pensaba que solo lo hacía por amabilidad. Pero no, luego de confesarse esa noche, luego cuando durmieron juntos, confirmaba que Taehyung sentía más amabilidad, había algo más, mucho más profundo que una simple amistad.
Aun así, todavía, estaban en una etapa en que le aterraba dar el salto final a esa piscina.
Min volvió a sacar el teléfono del bolsillo y vio la hora nuevamente: las diez con treinta y tres minutos. Resopló, pues sintió que sus pensamientos lo sumergieron por mucho más a la espera del omega.
Nos duró mucho más, cuando unas pisadas en el césped se lograron filtrar por sus oídos. Se asomó, por un lado, del tronco del árbol y vio a Taehyung caminar hacia él, sin darse cuenta. Yoongi sonrió al verlo; fue un acto involuntario. Se permitió observarlo mejor, dándose cuenta de que su cabello estaba algo ondulado y un poco desordenado por la leve brisa; su mirada perdida en sus manos mientras caminaba por el césped, con sus piernas cubiertas por un jean claro que lo sujetaba un cinturón marrón, ya que su cintura era fina. Subió su par de ojos para ver la prenda de arriba. Constaba de un suéter beige con un estilo medio desgastado y roto, propio de la prenda y dejó lo mejor para el final. Su rostro.
Mirarlo a los ojos, los labios y su nariz, generaba cierta ola de emociones en el alfa que ni él podía controlar. El rostro trasmitía serenidad a todas sus inquietudes, confirmando aún más lo que había entre ambos y lo sentían mutuamente.
—Hola... —murmuró Kim al llegar mirando al alfa. —¿Esperaste mucho?
Min negó embelesado. Al tenerlo cerca, su corazón se detuvo por un segundo. Respiro hondo y regreso a latir con normalidad.
—No... Bueno, media hora solamente.
—¿Acaso estabas ansioso por venir? —preguntó.
—La verdad es que sí. Yo quería verte. —Admitió.
El rubio se acercó un poco, ilusionando al alfa de que lo besaría, hasta el mayor se preparó para recibirlo, pero se quedó confundido cuando Taehyung lo aferró de la mano para comenzar a guiarlo hacia donde realmente iban. El omega le dio un aire juerguista a la situación, sacándole una sonrisa al alfa y el mismo que era al ver que Min trataba de pisar bien para no caerse a la tierra.
Algunos árboles pasaron al lado de ambos. El follaje verde que dejaba entre ver la luz de la luna de esa noche, y que desviaba la brisa entre los dos jóvenes. Era un lugar sin dudas hermosos, impresionante, de hecho, pues también asombraba al alfa al ver todo ese gran terreno que comunicaba con Sawon Mun.
Pasaron por una ronca grande, junto a esta caminaron varios minutos por el sendero marcado sobre la tierra y el césped. Iban hacia más al sur de la comunidad, pues allí había un pequeño paraíso —como Kim le decía— que deseaba enseñarle a Yoongi esa noche. Escondido entre la densidad de los árboles frondosos, la hierba y la flora que crecía de la tierra más virgen y cuidada. Con cuidado bajaron de una elevación de la tierra y allí, se abrió paso un río que caía en cascado hacia un estanque de agua cristalina rodeada de árboles y rama por su perímetro. Hacia arriba estaba despejado, dejando que la misma luz de la luna cayera sobre el agua, dando un toque más hermoso, secreto y romántico, en cierto aspecto.
Min quedó impresionado, al darse cuenta de que Kim conocía un lugar como ese. Era perfecto para pasar el rato juntos sin interrupciones.
—Vaya... —Masculló. —No sabía que la comunidad tuviera un terreno como este.
—Yo tampoco, pero explorando lo descubrí y está en medio del bosque —dijo complacido, sonriendo al ver ese rincón que hace tiempo no visitaba a menudo. —¿Te gusta? —Mira a Yoongi.
—Es bonito. —Se hincó en la orilla metiendo su mano al agua. No estaba tan fría. —Está temblada el agua. —Observó a Taehyung que estaba distraído mirando su alrededor. Con un poco de maldad, le lanzó gotas de agua y el rostro.
—No hagas eso... —Se la seco con sus manos. Kim se acercó a él y se sentó en la orilla mirando el reflejo de la luna. —No es hondo, llega hasta los tobillos. —Explicó mientras el alfa se sentaba a su lado. —Una vez traje a Hoseok y comenzamos a tirarnos agua hasta quedar empapados, fue divertido. Tenía quince años en ese momento.
Min arqueó una ceja y volvió a meter la mano al agua, estaba vez mojando más la cara y un poco de la ropa del omega.
—¡No te dije para que lo hicieras! —Kim se cubrió de inmediato con su antebrazo.
Ambos comenzaron una guerra donde uno se empapaba más que el otro. Min se puso en modo competitivo, sacándose la chaqueta y lanzándola más lejos con su teléfono dentro, evitando un accidente con este. Se alejó de Taehyung, que le arrojó agua en la cara con fuerza. Rieron tontamente, como dos niños pequeños en cuerpos de adultos y divirtiéndose por lo que hacía a solas allí sin que nadie les dijera cuando parar.
—¡Ya para! —Exclamó Kim, recibiendo agua por la espalda. Rieron hasta doler su estómago.
Al estar de espalda, Min se acercó rápidamente y aprovechó de tomarlo por la cintura para derribarlo hacia abajo hasta dejarlo en el suelo del estanque, mojándole de pies a cabeza. Taehyung no se molestó, al contrario, estallaron de la risa hasta que decidió empatar las cosas. Por ello, agarró a Min de los hombros para darle la vuelta y tumbarlo en el agua, salpicando hacia todos lados. De ese modo cambiaron de posición: el rubio sobre el alfa y el alfa en el agua.
—Bien, bien, tiempo fuera —dijo el azabache tomando un poco de aire.
—Gané. —Presumió el menor.
—Mentira, yo te tumbé primero. —Debatió con orgullo.
—¡Qué no!
—Sí... —Murmuró, atrayéndolo con sus brazos y cuando lo tuvo reposando en su pecho se quedaron el silencio, mirándose profundamente.
El omega no pudo evitar ver lo atractivo del alfa con su rostro húmedo y cabello mojado mientras este caía hacia atrás, dejando ver su mandíbula definida. Cerró los ojos por un segundo y se acercó a los labios del mayor, besándolo con pasión.
Aquella sensación les gustó, ya que no sentían fríos debido al calor mutuo de los dos, el contacto cuerpo a cuerpo, transfiriéndose calor mientras que en el agua los rodeaba. Los sonidos de la naturaleza a su alrededor eran sutiles que no interrumpían en lo absoluto; de tanto en tanto, el agua del estanque chocaba con la orilla, los pocos pájaros revoloteando regresando a sus nidos y los búhos desde la lejanía.
Se separaron por un segundo, Min se sentó y Kim, un poco cohibido, se colocó ahorcajas sobre el alfa mientras este lo contemplaba con la luz de la luna pintando su cuerpo. Hundió su nariz en el cuello de Taehyung, dejando que el aroma se impregnara en su nariz, que mezclaba con el hierbajo y tierra mojada del lugar.
—No trajimos nada para cercanos —comentó Taehyung.
Min rio entre dientes, aun en el cuello del omega.
—¿Te quieres ir? —preguntó el mayor.
—No... No quiero irme de aquí. —Masculló mirándolo a los ojos. Su mirada brillaba cada vez que se encontraba con la de Yoongi. —Quiero estar aquí contigo, un rato más, no importa que nos dé hipotermia. —Bromeo. —Podemos darnos calor.
—¿De qué manera?
—No de la que piensas.... —Río mientras veía cómo Min rodeaba los ojos.
Le acaricio las mejillas con sus manos y le beso nuevamente.
—Yoongi, hay algo que te quiero decir.
Para Min aquello era un amplio abanico de posibles situaciones trágicas o importantes de las cuales quería el omega hablar. Se tensó en seguida, tomando cierta distancia para analizar el rostro del muchacho. Una sola cosa se cruzó por su mente y no dudó en decirla.
—¿Estás en cinta?
—¿Qué? —El rubio se sorprendió. —No... ¡Claro que no!
—Menos mal... me asusté. —Volvió a respirar.
Kim lo miró pensativo. Como omega aquello, solo le afectó un poco, pues siendo lo que era, de alguna u otra forma, la idea le llenaba de ilusión. Sin embargo, la posibilidad era lejana. Al ver el rostro relajado del alfa, le fue inevitable sentir cierta curiosidad sobre la preferencia de forma familia. Si era sincero, Min no tenía mucho que brindar como padre. O era lo que creía, quizás se equivocaba.
—¿No quieres tener cachorros?
La pregunta lo dejó ahora más que helado. La paternidad era un tema sensible para él, por el mero hecho de que jamás tuvo la figura paterna que su madre esperaba que fuera en algún momento con tal de darle nietos. Por ello nunca se colocó en esa posición, era ajeno a él.
No sabía ser padre, porque no tuvo alguien que le enseñara lo básico: querer, amar, cuidar, proteger. Ser alfa significaba ser la cabeza de la familia, quien protegía y proveía a su hogar, solo que Min nunca se figuró ni imaginó como ese alfa que se esperaba, él solo quería irse lejos de donde vivía, olvidar su pasado criminal y ser un hombre solo.
—No es algo que piense, no por ahora. Sabes que tengo cosas por hacer, ordenar mi loca vida antes de pensar algo como eso. Entonces, no. No quiero tener hijos, Taehyung. —Confesó. —Si preguntas es porque... —Le miro el estómago.
Taehyung se lo cubrió con los brazos.
—¡Ya dije que no!
—¡Entonces no me preguntes qué me haces pensar que sí!
Taehyung se rio por su cara de espanto.
Los dos se pusieron de pie para sentarse en la orilla del estanque y esperar pacientemente secarse, lo que tardía teniendo en cuenta que estaban empapados. A ni uno parecía molestarle la situación, de hecho, estaban divirtiéndose más que nunca, dejando fluir sus lados infantiles. Mientras que miraban el reflejo de la luna, Kim, algo dudoso, se apoyó en el hombro del alfa.
—Es otra cosa que quiero decirte. —Min asintió. —Hoy en la biblioteca, mientras buscaba sobre las universidades, oí una canción...
—¿Escuchas música?
—De vez en cuando, más si me quedo solo en la biblioteca, pero siempre era religiosa o francesa. —Se encogió de hombros. —Solo que hoy oí otra, que encontré y... y quería que la oigas, pro favor.
Yoongi parpadeó varias veces. El gesto le enternecía lo suficiente como para acceder.
—Bien... Lo haré. ¿Y por qué?
—Lo que dice la canción es lo que yo siento por ti.
El alfa sonrió levemente, esta vez no se aterró ni quiso salir huyendo.
—¿Y qué es lo que sientes por mí?
—Averígualo.
Kim tomó el teléfono del alfa y se lo pasó para desbloquearlo. Min para agilizar el proceso, ya que se sentía curioso por lo que oiría en ese momento. Una vez estuvo listo, el rubio escribió el nombre de la canción y colocó el teléfono sobre la chaqueta.
Los dos entregados a la melodía y al ambiente nocturno romántico que los rodeaba.
El corazón de Yoongi latía efusivamente a medida que avanza la melodía, tenía miedo, no de lo que podía llegar a sentir, sino de arruinarlo, pensar que Taehyung era demasiado para un tipo que estuvo en la cárcel por cuestiones ilegales.
En eso que la canción comenzó a sonar, entre ambos se miraron por unos segundos con ternura, algo diferente, un brillo nuevo en los orbes de ambos jóvenes, dejándolos embobados por el otro. Kim se acercó y rozó los labios del alfa, y este cerró los ojos, dejando que el omega tomara la iniciativa de besarlo como lo deseaba: delicado, tímido y con cariño, sin dañar sus labios.
Ambos húmedos se dejaron llevar por el beso hasta que el alfa se recostó en el suelo junto al omega, mientras que este último se posaba sobre su pecho sin detener los besos que le regalaba en cada momento. Fueron solos pequeñas pausas para tomar aire.
—Siento eso y más por ti, y tengo miedo de que el sentimiento crezca sin saber hasta dónde.
—¿Y lo malo de eso?
—Es que... si llega el momento de separarnos, me faltes como el oxígeno. —Admitió con la mirada penumbrosa.
—Dejemos que esto crezca, Taehyung. —Le sujetó el rostro. —No quiero faltarte, no por ahora.
—¿Prometes no romperme el corazón?
El alfa tomó aire profundamente.
—Te lo prometo.
Ambos jóvenes se unieron en un beso delicado hasta que el aire volvió a hacerles falta.
✶⊶⊷⊶⊷❍ ✟ ❍⊶⊷⊶⊷✶
“Pisa ligeramente en mi suelo.
Andante, Andante.
Oh por favor, no me decepcione”.
✶⊶⊷⊶⊷❍ ✟ ❍⊶⊷⊶⊷✶
Hasta ahora uno de los capítulos que más he amado escribir. Les dejo la traducción más cercana a la canción para que la lean y sientan más el capítulo. Y crean que fue difícil escoger una canción de todas de las que me gustan de “Mamma Mia”, pero “Andante, Andante”, es la canción de Yoontae.
Disfruten el capítulo.
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