XXIII: Viejo Amigo.
Ambos cuerpos estaban agotados. Lo único que los diferenciaba de otros, es que a uno de ellos le dolía un poco más. Sin embargo, el rubio no le quiso decir nada al mayor. Quería seguir como estaba, sobre su pecho recostado, sentía él cada latido de su acelerado corazón que, lentamente, volvía a su calma. Sintió un beso por parte de Min en su cien.
Estaba dócil, algo nuevo para Taehyung.
Sonrió ante ello, quizás esta era aquella faceta misteriosa y oculta bajo una armadura de acero del alfa.
Luego de besarle su cien, recorrió con pequeños besos hasta sus labios. No se atrevió a más.
—Hueles a jazmín... —Dijo, el de cabello largo. Luego recorrió con la punta de su nariz la piel del cuello del omega. Ello, generó en Taehyung cierto entusiasmo.
Kim se apoyó en su pecho y sus dedos acarició este delineado su mandíbula hasta llegar a los mechones de cabello que caigan debajo de su oreja. Apreciaba mejor a Yoongi; era guapo, su piel fría como el invierno y blanca como la leche. Su cabello oscuro y largo dándole un cierto toque atractivo, y los aros de sus orejas, un aire rebelde.
—¿Te gusta? —Jugueteo con las puntas. —Nadie lo ha notado.
Min sonrió ladino.
Ambos yacían desnudos sobre el sofá luego de una breve ronda de sexo fogoso. El celo de Min se había calmado un poco, dejándolo en ese estado apacible donde se dejaba tocar, acariciar y sonreía por solo ser visto. Kim nunca vio a un alfa en celo y la verdad era más agresiva en cuanto a su comportamiento.
—Me relaja...
Kim se sonrojó.
Min alzó la mirada hacia el reloj y eran las seis y media de la tarde. Ese día no trabajó en nada, su cuerpo y mente no estaban del todo centrados para avanzar en la iglesia, por ende, llamó a Hoseok para decirle que viniera, que era más seguro y fijo. Además, la hermana le dio el permiso para tomarse estos días hasta que Baek volviera. Era raro, la gente funcionaba mejor sin él. Sin darle importancia, suspiró al darse cuenta de que aquel pequeño momento con el omega ha de llegar a su fin y regresar a la normalidad.
Se removió un poco saliendo del interior de Taehyung una vez ya bajado el nudo. Se regañó mentalmente, pues no ha comprado preservativos y esperaba que Kim ya se estuviera tomando sus suspensores. Tampoco podía darse el lujo de tomar ciertos riesgos.
—¿Te vas? —Murmuro apenado.
—Alguien puede venir y nos verá. No quiero ese tipo de problemas. —Yoongi tomo su pantalón y se lo abrocha.
Entre eso, Kim agudiza su mirada cayendo en la misma cicatriz que vio en la iglesia. Sin permiso, la tocó con la yema de sus dedos, asustando un poco a Min. Este lo ve de reojo.
—¿Qué te pasó ahí? ¿Te caíste?
—No tienes por qué saber, solo es una cicatriz. —Le respondió con desdén mientras se ponía sus zapatos. Luego se puso de pie y tomó su camiseta.
—Pero tengo curiosidad de eso. Es grande, de seguro fue algo grave. —Se sentó en el sofá tomando la almohada para cubrirse el cuerpo. —¿Por qué... ocultas tu pasado?
—Por qué es algo de lo que no me gusta hablar, así que basta de preguntarme.
—¿Te avergüenza acaso?
—Carajo, ¿qué parte de que no es tu jodido problema, no entiendes? —Le miro frívolo.
Taehyung se hizo pequeña en el sofá. Apartó la mirada y comenzó a tomar la ropa que tomó cerca. Min al ver cómo su rostro decaía poco a poco por el tono que utilizó con él, se dio una regañada por haberse mostrado arisco y a la vez distante de nuevo.
—Perdón, pero es que... me sigues insistiendo y me estresas cuando preguntas tan insistentemente.
—Lo lamento...
Taehyung se vistió poco a poco acomodando su ropa para que quedara lo más ordenada posible. El omega se quedó mirando lo que aún le quedaba por ordenar, pero si era sincero ya no deseaba continuar, tras haber estado con Min su cuerpo se sentía agotado. Tal vez lo terminaron de ordenar mañana.
Vio cómo el alfa sacaba una caja de su bolsillo del pantalón. Luego las tira hacia el tacho de la basura. Algo curioso se le arrimó.
—¿Eran suspensores? ¿Los alfas iguales toman?
—Sí, solo que son más fuertes. —Le respondió.
—¿No te los tomaste?
—Lo hice, pero... mi madre me mandó una caja con pastillas que ya estaban caducadas. —Explicó con algo de molestia. —Mejor me voy, nos vemos, supongo.
—Espera. —Le tomo el brazo. —Puedes ir a comprar más a la farmacia donde fui con Jimin.
—¿Con Jimin? ¿Quién demonios es? —Le preguntó. Su rostro mostró cierto desagrado, no sabía por qué, pero ese nombre le resultaba como el de alguien empalagoso y bastante chillón.
—Es un chico de cabello rojo. Es mi amigo...
Min bufo un poco.
—No deberías considerar amigo al primer ser humano que se hace agradable. No todas son buenas personas, así como hay buenos y malos alfas, también los hay en los omegas. —Le comentó a modo de lección, pero Kim frunció el ceño, algo confundido.
—¿Tú qué clase de alfa eres?
—No sé... ¿Cómo crees tú que soy?
—Eres complicado, hay veces que... no te comprendo.
El azabache apartó la mirada.
¿Qué debía responder a ello?
El alfa se dio cuenta de ello, más bien su mente, ya estaba hablando de más con Taehyung y, si era sincero, deseaba que las cosas no se prestasen para futuras confusiones. Al haber tenido sexo con él dos veces, ya ponía las cosas en una cuerda floja entre la incomodidad y la satisfacción.
Así como lo pasaba bien y se libraba un poco del celo, también hacía que el ambiente fuera difícil de manejar, ya que Taehyung tomaba confianza muy rápido y se creía en el derecho de indagar en su vida.
No podía permitirse ese tipo de cosas que lo ponían en la dubitativa.
Respondiendo a lo de Taehyung, él se sentía malo.
«¿Qué clase de alfa le habla mal a un omega y luego se lo folla?>»
Pensó él.
Pero había algo que Kim tampoco sabía, es que ni el mismo Min Yoongi se comprendía. Siempre ha estado en esa búsqueda de hallar la verdadera identidad que desapareció hace años, cuando aún era un adolescente con algunas clases de sueño que ahora yacía en algún rincón de su perturbada y enredada mente.
Yoongi miró la mano de Taehyung que rodeaba su muñeca, con algo de firmeza se la apartó, no era buena idea que lo siguiera tocando. El omega le miró confundido nuevamente, guardando su mano entre la otra. Con una actitud llena de desolación.
—Uno de los malos. A los que deberías evitar. —Le dijo frívolo. —Yo creo que... lo que acaba de pasar, deberíamos dejarlo como un desliz, como en la iglesia. No nos conviene acércanos mucho más, Taehyung.
El alfa salió de la biblioteca cerrando las puertas, generando un eco rotundo que claro los huesos del omega. El rubio se quedó mirando la puerta con anhelo, creyendo que quizás se regresaría a volver a pedirle perdón, pues cuando lo oyó por primera vez saliendo de sus labios en un tono sincero, su corazón se sintió bien. Pensando que había logrado derribar era coraza o sacar aquella personalidad que la madre del alfa le había contado, sin embargo, todo volvió a lo de antes: distancia e indiferencia.
¿Por qué le dolía un poco?
¿Será por qué se entregó a un hombre que lo miraba con un objeto con el cual quitar sus pecadoras y lujuriosas ganas? ¿O por qué sabía que algo entre ambos sería imposible?
Quizás era hora de despertar y entender que a veces el corazón se equivoca y late acelerado por personas equivocadas. Lo triste es que nadie lo controla, ni el mismo Taehyung lo hizo.
Dolía, otra vez.
Solo que cada vez que ambos se decían que debía de alejarse, de uno u otro modo volvían a estar cerca sin importar el porqué.
✶⊶⊷⊶⊷❍ ✟ ❍⊶⊷⊶⊷✶
El teléfono en su bolsillo sonó. Y refunfuñando, lo sacó, pues, se le había enredado entre la tela, como pudo contestar, ya que era su madre y muchas ganas de hablar con ella no tenía, y no era novedad. La bloquearía, pero, puesto que, daba igual.
—¿Me estabas llamando, hijo? ¿Qué necesitas? —Se logró oír emocionada.
—Primero, me mandaste los suspensores vencidos de hace como mil años. Segundo, dile a tu perro de Choi que deje de ofrecerme mierda, porque no lo haré, ni por más que se arrastre hasta mí. —Lanza el cigarrillo con enojo, pisándolo para apagarlo.
—Perdóname, pero no vi la fecha. Y con lo de Choi... —Se oyó su suspiro. —Hablaré con él, está desesperado porque no ha vendido nada y los de Tai...
—¿No sé si entendiste que no me metan en su mierda? ¡No me importa lo que haga Choi con los kilos que tiene y toda esa basura! —Insistió comenzando a enojarse. —Ahora entiendo por qué me mandaste una caja de suspensores que vencieron hace como diez años, tienes la cabeza en otra parte... —Hizo énfasis en ello. —Es que eres la única que se supera, lo digo en serio.
—Te estoy pidiendo perdón. ¿Qué carajos quieres? ¿Te mando dinero? ¿No te alcanza con lo que te mandé?
—No quiero nada de ti. Y con lo de tu dinero sucio, no lo quiero. —Hizo una breve pausa tomando aire. —Te los deposité en tu cuenta de banco.
—¡¿Qué hiciste qué?! ¡Min Yoongi...!
—No quiero dinero que venga de la droga. Estoy trabajando para ganar de manera limpia y sin meterme en problemas legales. —Le dijo con sinceridad. —Solo cuídate, porque yo no iré para tu defensa si te meten a la cárcel.
Cortó la llamada de golpe, lo puso en silencio porque ahora seguía que Hee-jin lo comenzara a llamar a cada segundo que pudiera hasta que su teléfono se quedase sin batería, pero no le importaba. Se podía entretener bastante, puesto a que el alfa no se dignaría ni a mirar la pantalla de llamada.
Caminaba en dirección al centro de Mooji, pues no pasaba ni un solo taxi por la zona. Además, le daba igual si regresaba tarde, no tenía a nadie que los esperara y mañana debía trabajar, que era lo único que realmente le está importando. Pensó que la paga por trabajar en una iglesia no sería buena, pero entre pequeños trabajos y ayudas que hace se está ganando lo necesario para juntar y gastarlo en sus cosas de uso personal o para darse un pequeño escape de ese lugar religioso.
Respecto al dinero que le devolvió a su madre, esa noche que se encontró a Taehyung, venía del banco de Mooji, un pequeño acorde al pueblo para hacer el depósito de todo lo que la mujer le había dejado ese día que llegó en las puertas abiertas. No quería nada de ella, ni dinero, ni cariño, mucho menos sus disculpas; era tarde.
Cuando salió del banco, pasó a una tienda a comprarse una botella de soju que se bebió. Caminó por la calle con la botella sin saber dónde botarla, y allí fue cuando vio al omega ser acorralado por tres alfas de traje.
Se iba a ir, pero... su mente y su corazón, lo detuvieron tal como cuando Jungkook lo atrapó en el momento adecuado para aprovecharse del omega. Al asomarse, su sangre comenzó a hervir a cien grados Celsius en cuestión de segundos.
Apretó los dientes, tensó la mandíbula, hizo su mano hecha puño y se lanzó contra tres tipos desconocidos, que lo derribo sin hacer mucha fuerza. Entre que comenzaba su celo y estaba hecho una furia, lo hizo.
Ver a Taehyung espantado en un callejón oscuro le hizo comprender que, los que realmente eran el problema eran Sawon Mun junto a ese asqueroso hombre de Baek que lo ha cuidado de una manera exagerada. Lo crio dentro de la ingenuidad, inocente, para crearle una imagen distorsionada de la realidad con la cual jugar y moldear al antojo suyo para aprovecharse del omega.
Al llegar al centro, se fue directamente hacia la farmacia y saludó a la cajera.
—Suspensores, por favor.
—¿De? —preguntó sin levantar la mierda de la revista.
—Alfa. ¿Cuánto es?
—Ahora lo traigo.
Min la miró con desagrado, era una señora mayor de cara poco amigable. Solo la ignoro esperando a que le trajera lo que buscaba. Mientras esperaba, se dio una vuelta por el local, metiéndose entre las estanterías de cuidado femenino y al otro de omegas, específicamente de varones. Entre ello vio una caja de preservativos, se quedó mirándolos por algunos segundos —varios para sincero—. Sus dedos temblaron antes de poder tomarlos, hasta que de un solo movimiento agarró la caja para ir a pagarla. Hace años que no compraba de ellos, y tener nunca estaba de más en caso de que salga y pueda pasar otro celo más.
Por suerte agradecía que ya se estaba acabando el suyo. Pasó la peor etapa con Taehyung, es decir, cuando su deseo y la libido estaban nublándole la razón, tal vez por eso habló tanta incoherencia.
"Hueles a Jazmín."
"¿Te gusta?"
"Me relaja..."
Arrepentido estaba, claro era. Pero tampoco debía negarse que fue algo que extraño sentir. Desde que tuvo por primera vez sexo con el omega, no se volvió a sentir tan a gusto, no por el acto, sino por lo cálido que era Taehyung. Su aroma lo envolvía en una ráfaga que lo podía dejar atontado, pensando en lo maravilloso que era. Entre la naranja, el jazmín y el sándalo, su mente se borraba.
Dejo en el mesón la caja de preservativos y sus suspensores, que ya estaban ahí. La cajera marcó ambas cosas y le dio el monto total. Busco en los bolsillos interiores de su chamarra los billetes y unas pocas monedas sueltas. Mientras que los buscaba y peleaba por ello, ya que estaban en el bolsillo hondo, el tintineo resonó.
La señora cerró de golpe la revista al ver que se demoraba. Tomo una bolsa de papel para guardar lo que había comprado. Estaba a punto de pensar que le sacaría un arma, pero podía por las monedas chocar en el fondo de su bolsillo.
Una presencia se acercó por sus espaldas, sintiendo un frío extraño.
—¿Min Yoongi?
El de cabello largo se dio la media vuelta tras sacar las monedas y dejarlas frente a la mujer que ya había sacado el recibo de la compra. Min sonrió ladino, incluso no podía ni creer quién era el que estaba ahí en el mismo lugar que él.
—Oficial Kim, tanto tiempo sin verlo. —Le saluda, tomando su bolsa y caminando hacia la salida.
El oficial le siguió enseguida, pasando por alto lo que quería comprar. Los dos alfas salieron de la farmacia, quedando a las afueras de esta.
—Lo mismo digo, ¿habrán pasado unos diez años? —Metió las manos a los bolsillos del pantalón. Sonrió algo orgulloso.
—Sí, pero no te burles de quién te dio la placa y un par de pantalones de tu talla. —Ataco de regreso.
Namjoon no cambió la expresión.
—¿Qué haces aquí? ¿Sigues vendiendo droga?
—Sigues igual de directo e idiota. —Chasqueó la lengua. —No, para tu información, aunque no te interesa, estoy trabajando y con un contrato legal.
—Qué bueno, se ve que aprendiste la lección, hice bien con sugerir la cárcel de alfas de Seúl, ¿la pasaste bien?
Yoongi tenso el cuerpo.
—Mira, oficial pueblerino, por tu jodida sugerencia casi me matan, apenas ingresé, pero para tu también mala suerte, aprendí a defenderme de las peores maneras que conoces. Mientras no esté en servicio, te juro que te muelo la cara a golpes. —Amenazó entre dientes. —Idiota, no me sigas, será mejor.
—Es una pena que si estoy en servicio y bueno, dada la situación, busco a un alfa igual a ti; cabello largo, azabache, actitud de mierda y traficante.
Min lanzó la bolsa al suelo y se regresó para tomarlo del cuello de la camisa. Estaba enojado, lo suficiente como para poder golpearlo en el suelo para patearlo hasta que empezase a sangrar por la boca. Odiaba que usaran un término como ese con él.
Lo hecho, hecho estaba y cumplió sentencia. No debía porque tragarse más humillaciones de un tipo como él.
—¿Qué mierda quieres? Mira que me importa un carajo que estés en servicio, ya he pasado noches en las cárceles de las estaciones, una más no aterra.
Namjoon le apartó los brazos con fuerza. Recogió su bolsa y se la colocó en el pecho con fuerza.
—Necesito hacerte unas preguntas, sobre... algo que pasó en ese callejón de la vuelta. —Señaló.
—¿Por?
—Taehyung, te menciono, dijo que lo defendiste y justo me llegó un llamado de un hospital diciendo que tres hombres habían llegado malheridos. ¿Te suena?
—Sea lo que sea, se lo merecía.
Sonrió ladino y victorioso.
Min sacó un cigarro de su bolsillo; ya era el segundo de la noche. Se quedó pensativo si ya era mucho, hasta que recordó que en la cárcel fumaba máximo tres en el día, aún no sabía cómo demonios no le daba alguna enfermedad pulmonar o peor, cáncer. Ignorando el pensamiento, extendió uno más para Namjoon, pero este le negó.
—A mi novio no le gusta el aroma a cigarrillo.
Yoongi carcajeo.
—Pobre... —Murmuró guardando el cigarrillo y la caja en su chamarra. —Si no quieres fumar, ¿para qué demonios me seguiste? ¿Me vienes a arrestar por partearle las pelotas a un trío de imbéciles?
Kim negó enseguida.
—Solo decirte que casi matas a uno, dijo que le dieron con la tapa de un basurero, y al otro le luxaste el hombro. Eres un maldito demente... —murmuró viendo al alfa de reojo. Logro apreciar cómo sonreía con sus labios.
—Hago las cosas por un bien común, mientras entre pueblucho tenga menos idiotas como esos, es mejor. ¿No crees?
El moreno se quedó pensativo por un momento. Los dos hombres estaban sentados en una banca frente a una plaza de juegos infantiles, pero sin niños, por lo cual Min se podía dar el lujo de abrir sus cigarrillos y calar humo espeso. Hace años que no lo veía, tampoco como si lo hubiera visto miles de veces, pero una cara como la de Yoongi no es fácil de olvidar.
—Si te soy sincero, no quise llegar al agresor, pues... Taehyung dijo que fuiste tú.
Yoongi bajo el tabaco.
—¿Conoce a ese chico?
—Claro... Llego a la tienda de mi novio cuando lo mandaste a comprar soju casi a las diez de la noche. ¿Ahora te haces el héroe con él? —Se cruzó de brazos.
—¿Por qué carajos debería estarte respondiendo? —Min le miro hastiado. —Apenas te soporto, eres policía, yo ex convicto. No creo que sea bueno querer ser amigos. Tarde o temprano nos traicionaremos mutuamente.
—Eso me importa poco. Solo quiero decirte, si es que me dejas, que... se lo merecían. Esos idiotas tienen un largo prontuario de acoso y abuso en las calles contra chicas y chicos. —Comento. —Como mi novio es amigo de Taehyung, Jimin prestó una declaración que sirve como para inculparlos.
—¿No necesitas el de la víctima?
—Estaban las cámaras de ese ángulo, donde graban cómo se llevan a Tae a la fuerza, esas dos cosas, son suficientes.
Cuando vio a Namjoon por primera vez entrando al bar de Choi Pro pensó que no sería capaz de arrestarlo, se veía demasiado introvertido y que probablemente lo echaría tras ese arresto, pero se quedó mudo cuando el novato de Kim en ese entonces lo tumbo contra el suelo y le puso las esposas para llevárselo hasta la patrulla. Lo vio en su juicio y este mismo había colocado en el informe que lo enviaran a la cárcel de alfas de la capital para que cumpliera sentencia.
—Oficial Kim, ¿quién lo diría?
—No jodas... —Kim se puso de pie para irse. —Mejor me voy, solo quería decirte eso. Jimin me espera.
—Lo mencionaste dos veces, supongo que ese "Jimin" es tu novio y el amigo del que Taehyung habla. —Menciono Yoongi apagando el cigarrillo luego de darle la última calaba al tabaco. —Déjame decirte que su nombre me suena chillón y empalagoso, es como medio metiche. Esa noche me defendió a su nuevo mejor amigo.
—Cierra la boca, no hables así de él. —Le dijo el moreno de manera seria. —Como sea, mejor me largo. Tengo que trabajar mañana.
El de cabello largo lo vio marcharse, sin embargo, había algo en la punta de la lengua que deseaba decirle con un toque de sarcasmo y de sinceridad.
—¡Oficial! —Alzó la voz para que se detuviera. El alfa se dio la vuelta y le quedó mirando desde su posición. —Fue un gusto verlo, la verdad.
—Si, como sea, no te metas en problemas, Min Yoongi, puedo cambiar de opinión.
Ambos sonrieron ante las palabras del otro.
Tras la extraña reunión y reencuentro con alguien de su pasado, Yoongi sacó su teléfono y miró la hora; faltaban diez minutos para que fueran las once de la noche. Suspiro y decidió que era mejor regresar, tenía que trabajar mañana, de ese modo, esperar a Baek con la iglesia acabada.
Luego de ello, de cumplir su trabajo más importante dentro de la iglesia, debía empezar a pensar cuando irse de la comunidad definitivamente.
✶⊶⊷⊶⊷❍ ✟ ❍⊶⊷⊶⊷✶
Como pequeña aclaración, es mi primera vez escribiendo omegaverse, por ende, me ha costado encontrar como las "reglas" respecto a los celos, aromas, etcétera, así que me base en todo lo que buscado y alguna vez leí.
Primero, hay un tercer aroma que es el que percibe el destinado, por ello se hace mención al jazmín.
Segundo, los celos son diferentes entre alfas y omegas, por lo que yo alguna vez leí en viejas historias y también leí algunos foros, a los alfas les dura 24 horas y a los omegas, es variable en días.
Tercero, el tema de los suspensores, tenía bastante claro que los efectos son diferentes debido a la jerarquía.
Más que nada eso, como aclaración. Si tienen alguna otra sugerencia o si me estoy equivocando en algo, díganmelo en los comentarios sin problemas, claro que con el debido respeto.
Muchas gracias por leer y aprovechar este punto por el apoyo a la historia, estoy fascinada con la participación de los lectores. ♥️
P.D: Tengan paciencia con Yoongi.
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