XVII: La Ayuda.

“Bésame, una y otra vez, porque tu amor es más dulce que el vino. ¡Que agradable es tu fregancia! Tu nombre es como el aroma que se esparce de aceites perfumados.”

Cantar de los Cantares 1:2-5.

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La noche había caído y aún quedaba poca gente dentro de la casa comunitaria cenando y agradeciendo la primera jornada de dos días más que quedaban.

Había vuelto de su paseo con la señora Hee-Jin, pero se fue a su hostal para mañana a primera hora tomar el tren de regreso a Seúl. Agradeció la buena compañía y la conversación sincera que tuvieron nunca imaginó verla tan sensible, abierta y dispuesta a hablar de un pasado que la atormenta.

Deseaba haberse quedado más porque realmente la estaba pasando bastante bien hablando con ella, pero la hora pasó y ya era bien de noche. Regreso rápido y lo único que vio fue que ya todos habían partido. Corrió hacia su habían y se dispuso a encerrarse.

Se coloco pijama y pensó en lo adrenalinico que fue ese día. Recordaba la fría mirada del alfa, tenerlo a él mirándolo como si lo fuera asesinar en ese momento, fue horrible.

Los ruidos de la noche eran agobiantes por simple hecho de que no sabía cómo el alfa aún no llegaba y cada brisa era un anuncio de que ya venía lo peor. Cerró las cortinas y se quedó sentado en la cama abrazando sus piernas pensando en lo mucho que había arruinó la situación, pero si lo pensaba bien, en realidad fue la madre de Min que terminó revelando toda la verdad y cuando lo veía de ese modo se sentía culpable por echarle la carga a ella, pero era la verdad.

Encendió la luz de su lámpara y se puso de pie para ir a apagar la luz del cuarto para irse a dormir de una buena vez. Y esperar lo que Dios le imponga en su camino para el día de mañana. Si debía asentarse a las consecuencias de haber mentido, pues debía de hacerlo.

En eso que va de regreso a su cama, los golpes estrepitosos lo sobresaltan. Kim se giró hacia ella y se quedó esperando a oír la voz de quien fueran que esté buscándolo. Rogaba de que fuera cualquiera, menos el alfa.

Otro golpe las se oyó y luego la voz se dejó oír.

—Ábreme, ahora.

Era Min Yoongi. El omega lo ignoró para ver si por su cuenta se iba, pero una particularidad de él es que era insistente y no daba su brazo a torcer con facilidad. Lo pensó mucho si dejarlo entrar o que se fuera, pero el alfa podía llamar la atención de alguien si seguía de ese modo.

Así que le abrió viendo al alfa. Su silueta se adentró al cuarto; lentamente y penumbroso. Cerró por su cuenta la puerta colocando el seguro de manera brusca.

—¿Qué necesita? —preguntó haciéndose el desentendido.

—Vengo a darte tu castigo, hermano Taehyung. —Murmuro. Camino mirándolo con furia luego lo tomo del brazo con fuerza y lo sentó con brusquedad en la orilla de su cama. —Tu, omega imbécil, te atreviste a invitar a mi madre, te metiste en parte en mi vida. —Gruño. Tumbándolo de un empujón sobre el colchón. —Te advertí lo que iba a pasar... ¡Te lo dije!

El omega se volvió a sentar, pero el alfa le tomo los brazos para mantenerlo apresado sin posibilidades de ir, lucho por un tiempo para escapar del agarre del hombre.

—No lo hice con malas intenciones, p-perdóneme, por favor... Se lo suplico. —Mascullo con sus ojos lloroso. —No me rompe mis dedos, por favor... por favor...

Yoongi alzo la mano extendida con el fin del estrellarla en la mejilla de Taehyung. Estaba molesto con todo el mundo, con su madre sobre todo que vino a recordarle de nuevo porque quería desaparecer de una vez de su vida. Y quien recibía toda esa ira era el omega, que hacía cosas que quizás para otra persona eran actos nobles, para Min solo significaba que se estaba metiendo en su vida y era lo que más odiaba, por ello debía castigar a los intrusos como lo hizo antes, pero... no era tan fácil.

No deseaba hacerle daño a Taehyung, menos de ese modo tan humillante.

Relajo la mano y la bajo enseguida. Viendo como el omega cerro los ojos esperando en golpe en su cara, y este jamás llego. Abrió sus ojos y vio la mano del mayor en su posición original y se relajo un poco.

—No v-volverá a pasar... Lo juro por Dios. —Le dijo de corazón.

—Cierra la boca, estoy teniendo piedad contigo. —Le susurró. —Si te estoy perdonando es porque me das lastima.

—Haré lo quiera, señor Min... Por favor, Yoongi. —Le rogó con la voz en un hilo.

Min se sonrojo al oírlo decir su nombre en aquel tono tan dócil. Aparto la cara y miro hacia la ventana que estaba cerrada y con las cortinas abajo tapando todo.

—¿Lo que sea? —preguntó con el corazón a mil.

El omega asintió.

Yoongi trago duro. Sonrió ladino y luego cambio su expresión a una más seria.

—Entonces... Usa esos labios para que te perdone.

¿Acaso oyó bien?

Taehyung retrocedió un poco. No podía, no de nuevo, menos en su cuarto.

—Todo menos eso...

—Lo sabía, eres demasido santurrón para dar un beso. Ni quiera lo haces...

El rubio vio el perfil del alfa iluminado por la suave luz de la lámpara tenue de su cuarto. Su mandíbula, su nariz y sus labios. El omega de Kim arañaban desde su cuerpo, buscando llegar al alfa de una vez, sin embargo, Taehyung sabía que estaba mal y bastante. No podía.

No podía hacerlo...

Yoongi seguía hablando de lo tonto que era y que jamás podría dar un beso. No respondió, solo se le quedó mirando perdido en sus ojos.

La madre del alfa, antes de irse le dijo que los ojos de su hijo eran de un color oscuro, profundo que casi era una espejo del alma. Era cierto. El omega dio un paso adelante.

—Mejor me largo antes de que te golpeé por haberte metido en lo que te incumbe...

Y antes de que lograse decir una palabra más insultado o humillando al omega, los labios del rubio rozaban los suyos de manera peligrosa. El azabache se iba apartar, pero Taehyung —sin experiencia— le dio un beso fugaz y se alejo tímidamente.

—¿Y eso que fue mierda fue?

—Un beso...

—Eso no es nada, de hecho, fue patético.

Min lo observo y estaba usando un pijama de cmaksa y short qhe dejaba ver sus piernas. El calor que sentia en us cuerpo, comenzaba a emanrse en forma de sus feromonas, aturdiendo un poco al joven rubio que estaba de pie frente a él.

Sin aviso lo tumbo contra el colchón en un movimiento rápido. Para él Taehyung no pesaba nada, era casi como una pluma que puso contra la cama. Se posiciono sobre él dejando al chico dejaba con su rodilla flexiona a solo centímetros de la entrepierna del alfa, este suspiro al verlo.

Se tomo unos segundos para apreciarlo mejor. Su cabello descasaba rubio, casi dorado, sobre la cama de manera desordenada. Sus mejillas estaban coloradas y ojos brillantes por las lágrimas que los llenaban. La respiración de el era cálida y acelerada, nervioso por el hombre que tenia encima. Y lo último, pero no menos importante, sus labios. Rojizos, atrayentes y apetitosos, Min había desarrollado una especie de fascinación por ellos tras lo ocurrido anoche, y ahora deseaba devorarlos una vez más en la tenue habitación, ellos solos.

Se acerco a su odio luego.

—Esperaba algo como lo de anoche.

Kim abrió sus ojos.

—Yo... No sé hacerlo así...

El alfa se abalanzo contra sus labios con ferocidad. Taehyung se quedo atónito, pero poco a poco fue entendiendo como hacerlo. Movía sus labios tal como el mayor lo hacia hasta que sus lenguas se comenzaron rozar sin decoro. Saboreando al otro. El omega soltó un gemido casi inaudible, pero debido a la cercanía entre el y el alfa, este último logro oírlo y sonrió entremedio del beso.

Taehyung negó y se alejó.

—E-Esta en mi habitación... Eso no está bien...

—Cállate. —Gruño tomándole con la mano el rostro para volver a besarlo con fuerza. Taehyung se removió un poco y sus piernas se dobló un poco más topando la zona intima del alfa. Este dio un respingo y se alejo un poco, fue asi como su pantalón comenzó apretar más de lo normal. —Cuidado idiota... No lo vuelvas hacer...

—L-Lo lamento, es que... no puedo, debe irse... —Le pidió.

—¿Quieres que me vaya? —Le preguntó.

—S-Sí... No debe estar aquí, es inapropiado —respondió bajando su pierna.

Min sonrió ladino, bajo la mirada hacia ambas pelvis y vio de nuevo la misma erección de la otra noche, pero su sorpresa fue mayor al ver que el omega estaba igual que él. Además, ese short que usaba y que dejaba ver sus morenas piernas. Él también se había excitado.

—¿Seguro que quieres que me vaya y me detenga? —Insistió.

—S-Sí...

—Tu cuerpo dice lo contrario. —Le señalo hacia abajo.

El omega se espanto al verlo. Jamás le había pasado o quizás nunca se dio cuenta, era horrible, la sensación, ese molesto hormigueo extraño que estaba sintiendo en ese momento y precisamente en aquella zona, y el cómo se veía era terrible para él. Se removió inquieto buscando irse, pero el alfa lo contuvo.

—Deje... Por favor...

—¿No quieres que te ayude a que desaparezca?

El omega se quedo pensativo. No le gustaba como se veía, pero... deseaba que se fuera y algo le decía que el alfa sabia el como hacerlo y estaba ansioso de saberlo.

El omega pensaba y miraba como aquel raro bulto apareció, desvió la mirada hacia el alfa, exactamente a la misma zona y estaba igual, solo que un poco más grande que el suyo. Se sonrojó como tomate, sus mejillas ardían como llamaradas de fuego. Quería huir y desaparecer en ese momento.

—¿Quieres o no? —La voz lo hizo volver.

Lo miro dubitativo por unos segundos. La mano de Yoongi se quito de su boca para dejarlo responder.

—Y-Yo... —Su estomago dolía y su cabeza daba vueltas. —S-Si... Ayúdeme, no lo quiero...

El azabache le beso la boca por segunda vez. Comenzando a acercarse más al omega para rosarse un poco más justo en aquella zona intima de ambos. Continuaron de ese modo solo segundos, porque no era suficiente, el calor no se iba, el deseo aumentaba y Taehyung se desesperaba cada vez al sentir esa misma humedad cuando le llegaba sus celos. Y aquello le asusto, pensando que se había adelantado o algo asi, no lo entendia.

La verdad es que Taehyung desocnocia su propio cuerpo.

Min sabia esto, que el omega era un virgen de primera y de seguro no tenia idea de lo que era un ereccion y ponerse duro por la excitación, pero nos se iba a ir, porque el que no tuviera idea le gustaba, podía enseñarle un poco de lo bien que se sentía apagar esa llama con más deseo y lujuria.

El alfa le quería enseñar a pecar.

El de tez palida se separo por unos segundos y el omega gimio ante ello genrando que los vellos de la nuca del mayor se erizasen. Miro al chico y su short, estaba húmedo señal de que su omega necesitaba de una mayor atención.

Bajo una de sus pálidas manos y le estruja la pierna al omega. Este último entre abrió las labios antes el fuerte tacto que le dio. Tomó la mano de Min y este le volvió a presionar el muslo con vehemencia. Subió sus dedos rozando la piel hasta llegar al elástico del pijama.

Comenzó a bajarlo poco a poco viendo que Taehyung no usaba nada más que el short. Su rostro se encendió enseguida.

—¿Qué hace? —Le preguntó en un susurró el omega sin entender.

—Te ayudo por segunda vez. —Le respondió. Min introdujo su mano y tocó esa zona erógena y sensible del omega que nadie, ni el mismo había tocado.

Kim arqueo la espalda al sentir el frío de la mano de Min. Apreto la sabana y jadeo cuando uno de sus dedo rozo su intimidad. Negó repetidas veces hasta que le apartó con vrusquedad la mano al alfa dejándolo confundido. A pesar de ello se quedó acostado bajo Yoongi que lo miraba enojado por haberle cortado la inspiración.

El omega para no verlo con el ceño fruncido se le ocurrió imitar al mayor. Nunca había hecho algo como lo que estaba pasando en su cuarto. No lo entendía, pero lo quería más que nada.

Era todo demasiado confuso como para detenerse y solo pensar en ello.

Su mano tocó la entrepierna del mayor, algo torpe, pero había servido para que Min sintiera un escalofríos recorrer todos su cuerpo. Ya sin soportar más la presión del pantalón debía hacer algo más.

Sus labio picaba por besarlo, y no dudo más y le devoro los labios al omega que jadeaba cada que sentian la lengua adentrarse en su cavidad. Kim llevo sus manos a su rostro para acunarla con cuidado y besar al mayor.

El pantalón a Min le apretaba con fuerza que le estaba haciendo dolor su parte intima.

—Mierda... —Gruño cuando la rodilla de Taehyung al fleixionarse le toco. —Te dije que no hicieras eso.

—P-Perdón...

Sus besos continuaron de manera morbosidad, saboreando y recorriendo sus bocas para ver si sus mentes en dispuesta eran capaz de grabar aunque sea la textura del otro.

Kim estaba sumanate avergozado con todo lo que estaba haciendo, no estaba pensando con claridad, menos cuando sus genitales se rozaban con los del hombre cada vez más. El cuarto quedo inundado de una danza de ferormonas de alfa y omega que ambos estaban embriagados por el otro.

Si estuviera en sus cinco sentidos ya hubera salido corriendo despavorido hacia el padre Baek diciendo que el alfa que contrato se estaba acercando de manera pecmainosa a él, pero, en ese momento no pensaba asi, de heho, estaba disfrtando cada roce que daba.

Estaba mareado con el aorma a bergamota y geranio del alfa que abrzaba su nariz con euforia dejandolo autrdido, le encataba... simplemente, le encataba asi como estaban.

No tenia explicación, pero su omega lo entendia tan bien, al igual que el alfa de Yoongi. Se necesitaban, urgían estar cerca y ambos arañaban desde sus interiores deseando tocarse, pero sin ropa... Sentirse cada centimetro de piel. Ambos jadearon a la vez mirnadose a los ojos por primera vez de otro modo; no como miedo o desprecio sino que con deseo y lujuria.

—Yoon... Yoongi... —Jadeo hundiendo su rostro en el cuello del mayor. —Me siento mareado... No lo soporto más...

—¿Qué es lo que te duele?

—La cabeza... —Murmuro en su cuello. El alfa apretaba los dientes conteniéndose al tenr la repsiracion del chico a centimtros de su piel.

—¿Q-Que más sientes?

—Calor... tengo mucho calor...

El ambiente era propicio para una experiencia como esa; lujuriosa e intima entre dos personas contraría a la  otras. Pensando qué el deseo era capaz de derribar a aquella muralla. Taehyung desconocía, por supuesto, esa avalancha de sensaciones nuevas que su cuerpo sentía, pensando que quizás y tan solo quizás, no era algo tan malo como se creía en Sawon Mun.

También podía que sus pensamientos divagaban por la confusión que estaba pasando debido al calor sentía. No lo sabía con exactitud.

El alfa vio el short algo húmedo y quiso bajárselo de un tirón para sasear lo que el omega sentía. Podía, pero conocía sus límites como hombre que era alfa. No podía, solo se limitó a besos y lamidas en el belfo inferior. Lo que su entrepierna quería, debía ser sentida por sus cuenta en la privacidad de su cuarto.

Kim se separo y tomo un poco de aire ya rendido.

—Creo que es momento de parar... No puedo...

—Tienes un habilidad de arruinar todo. —Gruñó molesto cerca de su rostro. —Sí solo te pones así por un poco de roce... —Le miro las piernas hasta su rosotro sonrojado. —No me imagino como serás cuando llegue el día que alguien te folle de verdad.

El rubio apartó la mirada.

—¿Siempre tiene que usar un lenguaje tan... grosero?

—Hablo como se me da la gana. —Min se separó un poco y desvió su vista hacia el pantalón dándose cuenta que la erección necesitaba salir de presión que ejercía el bóxer y la prenda. Murmuro molesto. —Al carajo... Se acabó. Ahora que te estás echando para atrás tengo que lidiar con una erección por tu culpa.

—¿Q-Qué es eso?

Yoongi río.

—¿Me estás jodiendo? ¿No sabes que es? —Le miro sorprendido. —Es lo que tienes debajo de ese short, te lo dije antes de empezar a... besarte. —Se aclarar garganta. —Pensé que quería mi ayuda otra vez.

—Es que esto... esto esta demasiado mal. No puedo hacer estas cosas, menos besarme con usted. —Le dijo mirándolo al rostro. —He pecado desde que usted llegó aquí con su intenciones extrañas y actitudes que me ponen nervioso.

El alfa sonrió ladino.

—¿Con qué te pongo nervioso? ¿Ah? —Sonrió ladino burlándose un poco del omega. De seguro no tiene ni idea de nada. —Pero que digo, si un omega virgen como tú apenas tiene idea del sexo o besarse.

—¡¿Ve?! ¡Con usted no se puede hablar nada nunca! —Exclamó Taehyung quien seguía debajo de Min apresado entre sus brazos. —¡No soy capaz de entenderlo y creo que jamás lo haré!

—Baja tu tono conmigo, que se te olvide que soy mayor que tu. —Le respondió tomándole el rostro.

—Por su culpa, le he faltado al respeto a este lugar con su lujuria y el tener relaciones...

—¡Espera! ¿Acaso creíste que estábamos teniendo sexo? —preguntó Yoongi al borde de reírse del joven rubio. Taehyung no hay más manera que solo aceptar, pues para él, aquella sesión de besos era "tener sexo". —¡Eres muy divertido! ¡¿En serio pensante que estaba teniendo relaciones?! ¡¿Yo contigo?!

El omega bajó la mirada apenado.

¿Entonces porque lo beso? ¿Por qué anoche y hoy le beso con tanto deseo?

—Y si tanto le da vergüenza besarme, ¿por qué? ¿qué hacer qui besándome y tocándome descaradamente? ¡Ni usted se entiende! —Vociferó.

—Hago lo que quiero, te lo dije. Y no debo tener ni un maldito motivo para besar al virgen del lugar. Si quiero, lo hago. Punto final.

La conversación se vio bruscamente interrumpida por toques en la puerta que resonaron en la habitación del rubio. Ambos se callaron esperando que solo fuera una confusión. No fue así, pues los golpes regresaron.

Entonces, enseguida Taehyung empujo a Yoongi con fuerza casi botandolo cama a bajo. El alfa gruñó más que enojado.

¿Taehyung?

—¡Oye idiota...! —Min reclamó por el empujón que el rubio le había dado. Taehyung le puso la mano en la boca y lo cayó siseando un poco al mayor evitamdo que hiciera ruido.

Yoongi se molesto un poco más al tener la mano del chico en su boca.

A pesar del intento del alfa en liberarse. Kim no iba a dejarlo ir y salir, sino estaría ambos acabados, metidos en el peor de los lios.

¿Estás durmiendo, Tae?

Era el padre Baek.

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