XLV: Perversa Obsesión.
"El de corazón perverso nunca encuentra el bien, y el de lengua pervertida cae en el mal".
Proverbios 17:20.
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Esa mañana Baek había estado en su oficina por horas, desde exactamente las cuatro de la mañana, solamente porque no lograba conciliar el sueño por los pensamientos que lo atormentaban. Ahora bien, seguía allí dentro, pero parado, viendo a través del vidrio de la ventana, cómo hablaba por teléfono sentado en la banca cerca de la entrada a la casa principal de la comunidad.
Sus ojos frívolos, sin ninguna expresión que pudiera decir que le agradaba el chico, solo odio, receloso y profunda desconfianza que generaba el deseo de echarlo sin piedad alguna. Tal como volvió, con una mano por delante y otra por detrás; sin nada, sin dinero, sin un amor.
Sus noches en vela han sido porque ya no podía seguir fingiendo que no pasaba nada entre él y Kim. Desde hace poco tiempo que sospechaba, las señales entre ambos eran más que obvias y, por ello mismo, se sintió un idiota por no verlas desde un principio. Si tan solo hubiera abierto los ojos desde un inicio, Yoongi ya no en la comunidad como si nada, pervertido al dulce omega de ojos avellanas que le recordaba solamente a esa persona que alguna vez amó de manera obsesiva y perversa.
No obstante, Baek nunca lo vio así, solo sentía que su amor por Minho era una imposibilidad más y todo lo hizo por y para él.
Colocó sus brazos detrás de su espalda y observó hacia el piso donde había trozo de vidrios del marco de la foto que rompió la noche pasada. Era la última foto que encontró de Minho. La semana del "accidente" de la hermana Park las había quemado todas, detenido y reducido a cenizas, pero siempre había un poco de él en cada rincón, sin querer, sin esperarlo.
La noche donde hizo añicos el marco de la foto junto con la imagen, todo ocurrió tras un arranque de ira y tristeza nublo el juicio del padre, provocando que lanzara el último recuerdo de Kim Minho, generando un caos dentro de sus cuatro paredes testigo de cada pecado cometido sin levantar sospechas. Así, las veces que intentó acercarse a Minho, las noches en que pensaba en él de una manera más carnal e imaginaba escenarios lujuriosos con él, a raíz de los viejos recuerdos.
La cara de Taehyung remplazo a la de Minho y la rabia afloró desde el fondo de sus entrañas, pensando que, por primera, eso no estaba bien.
Pensó en dejarlo ir y ya poner un punto final a todo, pero no podía dejarlo ir con Yoongi. Había maldad oculta en ese chico, sospechaba de él en cada paso, palabra y suspiro, que hasta pensó que lo que sentía por el omega todo era falso y solo lo estaba usando para su conveniencia y antojo, y que cuando menos se esperaba el rubio, lo dejaría plantado.
Por otro lado, existían los celosos. Ver a Kim reír con Min era una imagen que quería olvidarse de Minho y Sung-il, pero esos dos eran como verlo a ellos una segunda vez, llegando a ser extraño, perturbador y desgarrador.
Baek hizo sus manos puños y ya sin tolerar más lo que pasaba en su nariz, regreso su mirada hacia el alfa que entraba a la casa principal subiendo por las escaleras de nuevo tras de haber hablado por teléfono y tomó la decisión. Una similar a la que hace años con Sung-il, no iba a titubear nunca lo hizo, ni aquel día.
Había que ponerle fin al problema y esto se solucionaba de raíz.
El sacerdote salió de la oficina ofuscado, sin mirar atrás, caminando de forma acelerada hacia el alfa con tal de poder alcanzarlo pronto en el recibidor. Una vez estuvo allí, lo vio completamente neutro, sin expresión alguna en su rostro. Cuando alzó la vista y lo vio, creí que esos ojos oscuros lo juzgaban y lo miraban con burla en el fondo, solo que no lo demostraba totalmente. Aclaro su garganta y entonces se acercó con una sonrisa, entre todo, normal. Dio algunos pasos y se topó con él, llamando su atención con solo pronunciar su apellido.
—Joven Min, buenos días. —Saludó. —¿Tan temprano en pie?
—Voy a trabajar en algunas cosas que me encargo la madre Lee antes de que se fuera, las estuve postergando, pero... necesito dinero. —Explicó con naturalidad.
Baek asintió con una sonrisa.
—Déjeme ayudarlo entonces, joven.
El padre posó su mano sobre su espalda de tal manera que a Yoongi le pareció un exceso de confianza que lo molestó. Se removió para qué captará la señal de que le incomodaba ese tipo de tacto, pero el sacerdote no cedía y este mismo se mantuvo con una sonrisa en su rostro.
—¿Cómo me va a ayudar usted? —preguntó frívolo, intentando ignorar la cercanía del padre.
—Sawon Mun tiene una bodega vieja por aquí, siguiendo el sendero cerca del estanque. —Comenzó explicando. —Algunas herramientas le van a servir para lo que quiere arreglar. ¿Es para la calefacción de la biblioteca?
Min frunció el ceño.
—Sí, lo dejé para el final porque quería acabar con algunas goteras. —Contó caminando hacia el exterior con el padre detrás de él.
—Entonces vaya, hay muchas más que le pueden servir. Lo iré a ver en un momento, yo adelantaré algunas cosas listas para la misa de mañana, domingo. ¿Le parece?
Para el azabache, tenerlo cerca era una garantía de que no se acercara a Taehyung, entonces no quedaba nada más que hacer. Solo aceptar y soportarlo por unos minutos mientras ibas por esas herramientas a la bodega.
—Sí, no es mucha molestia...
—¡Claro que no! —Le apretó el hombro con fuerza. —Vaya, nos vemos en un rato, verá la bodega enseguida, es... muy particular.
Yoongi sentía desconfianza, más de la normal. Sin embargo, no quería que anduviera cerca del omega ahora que estaba en cinta, ya que si sentía el dulce aroma de Taehyung y sospechaba todo, se iría por la borda. La idea de la huida era no levantar sospechas para Kang y Baek que eran las dos piedras del camino que estaban entorpeciendo todo.
—Lo veo entonces, señor Baek.
—Con cuidado, joven Min.
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Había ido finalmente a la bodega por petición del padre Baek ir que le pido por algunas herramientas estaban casi que allá, pensó en pedirle alguna a Hoseok para evitar todo esto, pero este estaba fuera del pueblo, en pocas palabras, el beta andaba en un viaje familiar visitando al resto de sus parientes.
Taehyung, por su lado, lo vio en el comedor con algunas chicas cuidando de los niños, más ahora que ni una de las hermanas estaba para ayudar en la comunidad. Lo más extraño de todo esto, es que la ida de las dos monjas y el fallecimiento de la hermana Park parecía no afectarle en nada la muerte de una mujer que pasó su vida dentro de este terreno, siendo alguien importante para todos hasta para los niños.
Lo que lo llevaba a pensar algo perturbador, pero sentía que era pasarse. Baek podía ser un desgraciado, pero... ¿Llegaría a matar?
Era una pregunta seria y un tema delicado el que pasaba por su mente, así que lo dejó de lado cuando la policía había visitado la comunidad informando que fue un accidente y que no había mucho más allá que investigar.
Al llegar a la zona de la bodega, al verla, le dio una muy extraña vibra. No corría mucho viento, las nubes oscuras sin dejar ver ni un rayo de sol.
La bodega aprecia tener la madera casi que podrida y comida por las termitas del lugar. Caminó un poco más y sacó la llave, se quitó los guantes para agarrarla mejor y abrir el candado. Se quedó mirándolo unos segundos más. Caminó por el alrededor y vio que tenía una pequeña ampliación hacia su lado derecho, todo lucía demasiado viejo y abandonado.
Abrió la puerta de la bodega y tosió por el polvo que esta soltó. Apartó algunas partículas con la mano, agitándola un poco para entrar. Encendió la linterna del teléfono y logré ver un poco más dentro. Estaba todo demasiado abandonado, con varias cajas botadas y deshechas por el tiempo y la humedad del exterior. Las fue moviendo con el pie hasta que llegó a una caja roja con herramientas. Al tomarla el estante, se suelta de un lado cayendo al suelo y asustando al alfa.
—Me lleva. —Farfulló al ver el desastre.
Recogió algunos palos y vio una caja vieja, que estaba igual que las demás, pero esta tenía un nombre y era nada más que el de Kim Minho. Yoongi abrió la caja sin más, viendo que dentro había libros, ropa veja y al fondo una foto de él y el supuesto Sung-il pegados el uno al lado de otro.
—Oh mierda...
Dejó de lado y vio algunos recortes de periódicos antiguos donde ponía un anuncio de una desaprecian. Al leerla mejor, se dio cuenta de que el aviso era con la foto de la pareja de Kim Minho, es decir, Sung-il, y abajo un número de teléfono. El aviso ponía que fue visto por última vez a las afueras de Sawon Mun a las diez de la noche con una maleta y que cualquier avistamiento, llamaran de inmediato.
Mientras leía su teléfono, soltó una llamada y la vibración del aparato le sacó un susto. Lo tomó y vio que la pantalla ponía el nombre de Choi.
—Llamas en un buen momento —dijo afirmando el teléfono con su oído y hombro mientras leía y veía fotos.
—Busque lo que me pediste, de ese sujeto, Minho.
—¿Y? ¿Encontraste algo? —preguntó interesado.
—Claro que sí, tengo buenos contactos en varias partes. —Presumió. —Esto te va a gustar, pon atención, mocoso. —Yoongi dejó de hacer lo que hacía y oyó con atención. —Kim Minho trabajó en algunos burdeles como omega de compañía, o sea, que le pagaban por follar con alfas. Algunos dueños de los locales lo reconocieron cuando me mandaste la foto y hablan de que él solía dejar abandonado el trabajo cuando algún idiota se sobrepasaba con sus fetiches y gustos raros.
—Ve al punto, ¿está vivo o muerto?
—A eso voy. El tipo se fue a Mooji y no se sabía nada hasta hace un año.
Yoongi se congeló.
—¿U-Un año? —murmuró. —¿Por qué?
—Se mudó a Daegu, compró una propiedad; casa pequeña para una persona. —Hubo un silencio largo. —No supe más del otro sujeto, Sung-il. No encontré nada, solo un reporte como desaparecido.
—Esto es una mierda, Choi... —Se hizo el cabello hacia atrás.
—Sí, y además investigué a ese padre del que me dijiste, y el tipo no es un santo. —Carcajeó el tipo. —Tiene delitos por acoso y abuso sexual a omegas, específicamente, hombres. ¿Qué te parece?
Yoongi apretó el teléfono con fuerza y se apoyó en la pared de la vieja bodega.
—¿Cómo ese hijo de perra llegó hasta aquí? ¿No supiste más? ¿No buscaste más?
El alfa estaba frío y pálido como papel al oír todo lo que Choi Pro le estaba contando de su investigación a fondo sobre Kim Minho. Llevándolo a destapar la verdadera careta de Baek, era un perverso, un asqueroso tipo que no merecía estar en un lugar como Sawon Mun.
Ahora, más que nunca, le aterraba que le hiciera algo a Taehyung. Su obsesión con Kim era extraña y siempre lo fue desde el día que llegó y esto dejaba en claro que el "padre" tenía intenciones ocultas con su sobreprotección.
—Oye, calma, te estoy haciendo un favor... —Reclamo. —Y sí, busqué más porque me dio curiosidad saber.
—Solo apúrate, me está comiendo la puta ansiedad.
Min se comenzó a morder las uñas una vez más, mientras que de fondo se oyó cómo dejaba algo pesado sobre una mesa.
—Baek Jung-ki, trabajó en una iglesia de pueblo donde abusó de Lee Yirim, primer omega, tenía veinte. —Contó en primer lugar. —Después se mudó a Busan donde también abusó y acosó a un omega de dieciocho, Oh Jihoon. En tercer lugar, en Daegu, acoso solamente a un omega; este lo denuncio. Último lugar, donde está ahora. Fue a tu amigo Minho y este dijo que Baek lo acosaba y se insinuaba mucho, y... confesó haber sido abusado por él.
Min se enderezó, quedándose en blanco por solo unos segundos, intentando atar cabos.
—¿A-Abusó? ¿Alcanzó a- a hacerlo? —Yoongi se tomó al frente.
No era cierto. No podía serlo.
—Carajo, sí.
El azabache botó todo el aire que mantuvo en sus pulmones mientras se apoyaba sobre sus rodillas para buscar estabilidad; si no por el fuerte mareo que azotó su cabeza, se iba a desmayar.
—¿Cuándo fue eso?
—La declaración fue tomada en abril del noventa y cinco.
Yoongi hizo cálculos.
«Taehyung nació en diciembre del noventa y cinco..»
—Esto es una mierda... ¡Una mierda, Choi! —gritó. —¡¿Cómo no me llamaste antes?! —Se exasperó saliendo fuera de la bodega para tomar aire. Estaba más que ahogado entre el encierro y el olor a madera vieja, más toda esta información.
—¿Qué demonios? —preguntó ofendido. —Tarde casi un mes en juntarte toda esta mierda, Yoongi. —Le recordó. —¿Te doy un consejo? Sal de ese puto lugar, acaba con el contrato y a la mierda todo.
—No puedo irme sin él.
—¿Sin quién?
Min se frotó el cabello ya bastante frustrado.
—Hazme un favor más...
Yoongi se quedó mudo de un segundo a otro cuando una presión en la zona occipital de la cabeza lo aturde, generando un dolor indescriptible. Bajo el teléfono hasta que lo soltó. De fondo oía cómo Choi lo llamaba a gritos hasta que la llamada la cortó.
El alfa se tanteó donde le dolía llevando su mano tocando hasta la zona afectada. Con sus dedos sintió algo húmedo, resbaloso y entonces apartó sus dedos hasta llevarlo frente a él, viendo que tenía sangre. Parpadeó un par de veces aturdido y se giró tambaleante, encontrándose con Baek a sus espaldas y un martillo en la mano derecha.
—¿Qué...?
—Ya sabe mucho, joven Min... —Baek caminó hasta él, haciéndolo tropezar con la caja con las fotos viejas de Minho. —No debiste meterte en lo que no te incumbía... no debiste... —Lo apuntó con el martillo, Min se arrastró buscando alejarse, pero poco a poco la conciencia lo abandonaba.
—Maldito loco, estás enfermo... —Murmuró tomándose la cabeza.
Baek tensó la mano y afirmó con fuerza la herramienta.
—Necesito el perdón de mis pecados y la liberación del poder del pecado. —Alzo el martillo. —Necesito perdón por lo que he hecho y también la liberación de los que soy.
Entonces para el alfa sujetó la mano de Baek para evitar que lo golpeara, pues, si el martillo le azotaba la cabeza una segunda vez, estaba seguro de que moría ahí mismo. Sacó la fuerza, como mejor pudo, y empujo al padre con fuerza, haciéndolo caer de bruces al suelo. Yoongi, atontado aún por el impacto, recogió su teléfono intentando marcarle a quién sea.
—¡Lárgate de una vez, maldito impostor! ¡Solo eres un demonio mentiroso! —Le gritó.
—¡Me voy, pero con Taehyung de aquí! —Respondió. —¡Ni pienses que te lo voy a dejar aquí mientras haces lo que se te da la gana y le mentiste como quieres! ¡Todo lo que le hiciste a su padre te la va a cobrar tarde o temprano, si no lo hace él, lo haré yo, maldito, enfermo!
Min le lo tumbó agarrándolo con fuerza para ponerlo contra el suelo y golpearlo, pero Baek colocó sus brazos evitando que un puño se estrellara contra su cara. Entonces toma a Min de su cabello y lo aparta.
Ambos se levantan y al ver que el chico quedó parado delante de una tabla de la pared con agujero e inestable. Se abalanzó contra Yoongi haciendo traspasar la madera, cayendo hacia el exterior, en donde para mala suelte del joven había un desnivel de tierra que lo llevaba hasta lo que aprecia ser una zanja con tierra y grandes piedras.
Baek salió a verlo y este estaba tumbado, sin moverse, aparentemente, muerto.
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El rubio caminaba de lado a lado en la habitación viendo el reloj; estaba desesperado al no ver que Min aparecía. Miró el reloj por una sexta vez y ya eran las nueve de la noche. Estaba más que asustado al no poder verlo en todo el día, sentía que algo malo le había pasado y esa sensación no lo dejaba estar en paz, alterándolo y poniendo sus nervios a mil.
Observó a través de la ventana corriendo las cortinas, viendo que había comenzado a llover, pues, el patio estaba mojado y la tierra se hacía de enormes charcos que se convertirían en barro ya para mañana. Entre medio de la lluvia alcanzó a ver el furgón que conducía el padre Baek cada vez que salía de la comunidad por requerimientos o si iba de compras. El chico se alejó de la ventana con una horrible sensación de náuseas, se quedó en los pies de la cama tomándose el estómago tratando de disminuir el malestar.
Cuando se iba a ir al baño, oye dos toques en la puerta. Se emocionó pensando que era el alfa que había regresado, así que se levantó de un moviendo dirigiéndose a la puerta, ya abriéndola rápido.
—Yoonie, ¿dónde...?
Su sonrisa se desvaneció como humo cuando vio al padre Baek parado allá afuera de su cuarto. El chico disimula la desilusión que sintió al verlo a él y no al alfa que tanto esperaba.
—¿Estuviste durmiendo, Taehyung? ¿Despreocupaste tus actividades? —Interrogó mientras se adentraba a la habitación sin el permiso del omega.
—No me sentía bien... —respondió dándose la media vuelta para que no lo analizara mucho.
—¿Por qué? ¿Qué te pasa?
—Es solo estómago —dijo sin más rodeos. —Padre Baek quiero darme una ducha e irme a la cama. No tengo hambre, si es que viene a preguntar si deseo cenar.
Baek lo miró extrañado por su forma de actuar. Cuando iba a volver a decirle algo, percibió un aroma que Taehyung desprendía debido al nerviosismo. Eran sus feromonas, pero aún más dulces de lo normal. Entonces caminó hasta Kim, dejándolo casi acorralado contra su escritorio, donde logró sentirse ese olor dulce aún más presente.
Lo reconocía, pero no quería hacerse falsas ideas. Aunque el pensamiento lo atormentó desde ese momento.
—¿Seguro que no es nada? —preguntó fríamente, mirándolo de pies a cabeza.
—Sí, es mi estómago que me tiene enfermo, padre... —Volvió a decir. —¿Me permite estar a solas?
El sacerdote retrocedió varios pasos hacia atrás y cerró la puerta para poder conversar con Taehyung más en privado. Se sentó en la silla de su escritorio mientras que el omega quería alejarse; sin embargo, Baek posó su mano sobre el escritorio, sintiendo un objeto delgado debajo de una hoja de papel. La levantó y entonces la vio, una prueba de embarazo. Baek lo apretó con fuerza, debido a la rabia que lo invadió al ver el resultado positivo.
El rubio tembló del miedo y sus feromonas indicaban que el terror que sentía era abismal.
Baek le tomó el rostro entre sus manos, empezando asustar al omega. Este intentó separarse de él, pero le fue imposible, ya que Baek comenzó a ejercer más fuerza de lo normal. Su rostro dejó ver toda la impotencia que tenía en ese instante, entonces Kim se apartó las manos con rudeza. Él retrocedió chocando contra su closet.
—¡¿Hasta cuándo me mientes, Taehyung?!
—No sé de qué habla... —Murmuró.
—¡¿Crees que soy un tonto que no sabe nada?! —Baek se puso de pie y caminó hasta Kim. —¡¿Y qué significa esto?! —El hombre jalo del suéter hacia abajo, rajándolo, dejando ver la marca del alfa en el cuello del omega. Taehyung se la cubrió enseguida, solo que Baek lo agarró de las manos y se la bajó para que dejara de ocultarlo todo. —¡¿Cómo pudiste hacer algo como eso?! ¡Quedarte en cinta de un demonio como ese y dejarte marcar por alguien como él!
El omega se alejó, aterrado por la reacción de Baek.
—Déjeme...
—¡Eras puro de alma, mente y cuerpo! ¡Te dejaste corromper por el pecado que arrastra ese mentiroso y usurero! ¡Te crie bajo el ojo de Dios para que no cometieras ni un solo pecado y mírate ahora! ¡Marcado por un delincuente, usado como si fuera cualquier cosa! ¡¿Por qué tuviste que entregarte a él?!
—Suélteme, me está lastimando... —Forcejeó el omega intentando escapar.
Baek oscureció su mirada mirando al omega.
—¿No ves que Min es un alfa mentiroso que te va a dejar corrompido y se largará dejándote con un bastardo dentro de ti? ¡¿Qué acaso quiere acabar como el sucio de Minho en un burdel dejando que te toquen?!
—¡Cállense de una puta vez!
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