XLI: Cabos Sueltos.
“El hombre cargado con culpa de sangre humana, fugitivo será hasta la muerte; que nadie lo apoye”.
Proverbios 28:17
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Durante el último tiempo, Taehyung y Yoongi mantuvieron una tortuosa distancia, por el bien de su relación y protegerla de las sospechas de Baek. Sin embargo, Min estaba más tranquilo tras enterarse de que la madre Park ya sabía un poco de ellos y claro que se lo contó al omega, quien se emocionó por la razón de que alguien no los juzgaba o los veía como viles pecadores.
Tras haber marcado a Taehyung, sentía una desesperación por estar siempre más cerca de él, respirar en el mismo espacio, oler sus feromonas y hundirse en su cuello mientras se entregaban al mutuo placer carnal y el amor fogoso que ambos sentían.
Iba de camino al comedor esa mañana para tomar desayuno junto a los demás, y porque a Kim ese día le tocaba cuidar de los niños, Yoongi se iba a desaparecer por salud mental y no perder la paciencia, no los odiaba, pero se agobiaba cuando todos corrían hacia él buscando jugar y pasar el rato. Taehyung le enternecía cada vez que hacía el intento de convivir con pequeñas personas que era un torbellino andante. Aún guarda en su corazón ese día en que jugaron a las escondidas con los ojos tapados, había sido el punto decisivo de todo lo que sentía por ese alfa de cabello largo y azabache.
Lo miró de reojo en tanto caminaban hacia las escaleras. Esa mañana, Min se había colocado un pantalón beige un poco más oscuro. Una camiseta blanca y un suéter negro con detalles de costura blanca, mientras que por primera vez lo ve un poco más peinado de lo normal, no con su cabello atado. Estaba con su cabello piando hacia atrás, dejando que el largo cayera sobre su nuca y unas cuantas mechas decoraran su frente. Mientras que sus orejas portaban sus aros característicos.
Ni hablar de su aroma, olía a alfa, como no, pero a un toque de perfume varonil que tenía a Kim por las nubes.
Sus manos se rozaban sutilmente al ir de camino. Yoongi lo miró con una sonrisa y Taehyung se sonrojó. Desde que contaba aquella marca en su cuello, se sentía más que nunca del alfa, y le gustaba pensar que podía ser llamado "mío" y el poder llamar a Min como "suyo". No le importaba si sonaba posesivo, realmente amaba a ese hombre más que nunca.
—¿Quieres algo en particular para desayunar? —preguntó el rubio.
—A ti te quiero comer de pies a cabeza. —Le dijo en el oído, dándole una suave mordida.
Taehyung rio entre dientes y lo alejó un poco.
— No tienes remedio. —Le dijo mirando hacia todos lados.
Yoongi rodó los ojos. A continuación, le dejó un beso en la frente, quería deleitarse de nuevo con el contacto de los labios, pero el sonido de la puerta ser abierta de una de las habitaciones del piso los hizo alejarse de golpe, casi quedando cada uno al extremo del pasillo. Quien salió era una muchacha, compañera del omega. Esta chica saludó a Kim agitando su mano y a Yoongi le sonrió, pero el alfa apartó la mirada y aclaró su garganta simulando ver su teléfono.
Ambos vieron cómo la chica desaparecía de sus vistas, después ambos comenzaron a reírse.
—Ya vamos a desayunar.
El rubio tiró del brazo del alfa hasta las escaleras, comenzando a bajar cada peldaño mientras conversaban de qué debían hacer durante el día. Min iría al invernadero a arreglar algunas cosas que la madre Park le encargo ahora, aprovechando la temporada de frío donde no tenía plantas que estorbasen. Y Kim, como le contó en la mañana, iría con los niños y estaría con ellos la mayoría de día para evitar que saliera y se enfermara por el drástico cambio de temperatura. Prometieron verse a la noche en la biblioteca para poder estar juntos y luego pasar la noche en el cuarto de alfa.
Al bajar el tercer escalón, Yoongi ve algo de madera tirado ahí. Se detiene, mientras que Taehyung se queda mudo al ver que lo dejó hablando solo.
El alfa frunce el ceño, algo extrañado. Se inclina para tomar el bastón y ve que, por las características, era de la señora Park. Él sabía que ella lo necesitaba para tener un soporte a la hora de caminar. Lo sostiene entre sus manos, mientras que el rubio se le acerca.
—¿Es de la madre Park?
Yoongi asiente algo confundido. Continuaron bajando para ir a buscar entregárselo, se imagina que quizás lo dejó ahí y se le olvidó por andar con la cabeza en otra parte. Se acercó cada vez más al final de las escaleras cuando de un momento a otro su piel se enfrió de golpe. Sus manos dejaron caer el bastón al temblar cuando vio a la señora Park tendida en el suelo.
—Mierda... —El alfa se arrodilló frente a ella, golpeándose las rodillas debido a que se abalanzó al cuerpo inerte de la mujer. Él la giró como pudo y vio su pálido rostro.
Taehyung estaba paralizado al ver a la mujer en los brazos del alfa completamente pálida y con la cabeza cubierta de sangre, al igual que la alfombra.
—¡Madre Park! —Kim dejó caer el bastón que había recogido. Se acercó a ella para ver su rostro como un papel. Miró a Min con sus ojos llenos de lágrimas mientras murmuraba el nombre de la señora Park. —No, no... ¿Q-Que tiene? ¡¿Qué le pasó, Yoongi?! —Se alteró. Por tanto, lleva a su cabeza con sus manos y mancharla con sangre.
—¡Llama una ambulancia! —Le indicó. El rubio tembló aún más al ver que no reaccionaba. —¡Taehyung, llama ahora!
El chico se levantó del suelo y tomó el teléfono del azabache marcando al número de un equipo médico. En eso que Taehyung llamaba y pedía una ambulancia, aparece la señora Kang, Baek y la hermana Lee tras oír los gritos de ambos jóvenes.
Eun-Shil grita y la hermana Lee se queda muda y se acerca a la señora Park. Ella ve cómo el alfa le toma el pulso en la zona del cuello, buscando ver si quedaba algo de vida en ella y estaba solamente incontinente, pero era hacerse falsa esperanza, ya que con solo verla pálida y con la sangre rodeando su cabeza, era señal de que ya no estaba con ellos.
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Todo transcurrió como una película. El menor solo recuerda haber salido detrás de la camilla, mientras que los paramédicos la subían a la camilla y la cubrían con una manta blanca.
No solo apareció la ambulancia, sino que la policía, pues Taehyung en la llamada dijo que parecía estar muerta y por protocolo tocaba llamar a los oficiales de Mooji para asegurar el lugar. El omega se dejó caer al suelo al ver cómo se la llevaba ya inerte bajo las mantas y el alfa lo ayudó a ponerse de pie tratando de calmar un poco, aunque hasta él estaba acongojado por lo que había ocurrido.
A Sawon Mun llegó Namjoon con su equipo. El moreno, al ver a Kim, se acerca para hablar con él y Yoongi, pero el chico parecía aún mal por lo que había ocurrido como para poder decir una palabra al respecto. Por ello mismo, se quedó con Min que lo llevó lejos de la aglomeración de personas para contarle qué había ocurrido en ese momento. Se quedaron parados cerca del gran árbol del patio principal de la comunidad.
El alfa uniformado miró a Min de reojo y este se estaba mordiendo las uñas de los nervios. Namjoon le sacó la mano de la boca con fuerza y Yoongi lo miró enojado.
—Te vas a quedar sin mano si sigues así, aterriza de una vez, te necesito aquí y ahora para que me digas qué paso. —Se parió cruzado de brazos frente a Yoongi.
—¿Qué mierda voy a saber yo? —Le miro enojado. —Baje las escaleras con Taehyung y ella estaba ahí... muerta —dijo tensando la mandíbula. —No sé qué demonios ocurrió, ¿qué más te puedo decir?
Namjoon negó con la cabeza.
—Todos dicen que fue un accidente. El forense dijo que se rompieron algunas vértebras y luego se golpeó la cabeza, y eso que solo la vio. —Comentó. —No hubiéramos venido de no ser porque Tae dijo que parecía estar muerta, así que van a empezar a preguntar cómo la vieron, qué estaba haciendo para destacar que haya sido intencional.
—¿Me estás diciendo que la mataron? —preguntó, a lo que Namjoon asintió. —Mierda... —Se hizo el cabello hacia atrás algo frustrado. —¿Y quién, Namjoon? Esa mujer era una santa, digo... era la única persona con la que se podía conversar sin que me viera como el maldito anticristo de este lugar.
—Van a comenzar a preguntar dónde estaban a la hora que cayó, pero eso será después de la autopsia para determinar la hora de muerte. —Comento agregando a la conversación. —Conozco el protocolo y, como a estos imbéciles de la estación les da igual este lugar, van a dejarlo como un accidente y ya está.
Yoongi miro a Namjoon seriamente.
—Sí, pero tú no eres como esos idiotas de la estación. —Min lo miro. —Yo sé que tú piensas algo más.
—Es una locura... —Bajo la mirada.
—Al demonio, esa mujer no merecía acabar de esa manera. Caminaba con bastón, pero dentro de todo estaba bien.
El moreno estaba de acuerdo, pero su palabra estaba contra varios policías más que casos como estos le importaban un bledo.
—Espero realmente que haya sido un accidente, dudo que la gente aquí tenga intenciones oscuras contra una pobre señora. —Agrego. —Me voy, deberías ver a Tae, estaba muy mal.
Yoongi se abofeteó mentalmente por dejar a Taehyung solo mientras lidiaba con todo lo que estaba pasando en Sawon Mun.
El policía y alfa se fueron caminando de regreso viendo cómo Baek daba una declaración.
Min lo miró por el rabillo del ojo y este parecía demasiado mal, estaba llorando y temblando como si le fuera dar un colapso nervioso, algo inquietante; sin embargo, al alfa le daba igual, solo le importaba Taehyung que seguía allí. Se regresó a sentar en los peldaños de la escalera mientras miraba cómo la ambulancia as e iba con la madre Park.
Apretó sus labios y se hincó frente a él.
—Taehyung... —dijo neutro, llamando su atención para que despertara de una especie de trance en la que estaba en ese momento. Sus ojos rojos por sus lágrimas, hinchados y su cara húmeda. —Taehyung... —Llamó de nuevo.
En ese segundo llamado, el omega se larga a llorar. No pudo contenerse más y, sin importar que lo viera, se aferró a los hombros de Yoongi como si dependiera de solamente ello para mantenerse en tierra firme. Comenzó a llorar más ahogado, entretanto sorbía su nariz. Los labios del rubio temblaban cada vez que intentaba formar alguna oración que le hiciera saber a Yoongi cómo se sentía en ese momento. Min, sin embargo, le daba igual si le decía algo o no, él solamente se sentó junto al omega para abrazarlo y contenerlo como pudiese, pues lo que estaba pasando había sido un duro golpe para él.
Desde lo lejos, Baek observaba la escena con molestia. Celoso de ver cómo ese muchacho se atrevía a seguir entrando en la vida del rubio, como se le daba la gana, pero ahora no podía desgastarse. Por el momento tenía a sus propios demonios con cuáles lidiar tras la muerte de la hermana Park.
Ahora solo le quedaba fingir demencia, como si no supiera, fingir que estaba en su cuarto descansado cuando la monja rodó por las escaleras que la llevaron a la muerte. Su próximo paso a seguir era hacer el funeral de la mujer y seguir con el teatro que acaba de arma sin ayuda de nadie, él solo, ya que no era capaz de decirle nada ni siquiera a su confidente, a la señora Kang, quien le advirtió que sus mentiras lo llevarían a un punto donde no tendría marcha atrás.
Pero por suerte, “divina”, la verdad de Minho no se sabría, no por ahora, pues, Baek no toleraba los cabos sueltos, asi como Sung-il, la madre Park, ahora Min era quien se cruzaba en su camino.
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Al día siguiente, se había realizado una misa en nombre de la madre Park para que todos pudieran despedirse de ella. Esa misma tarde cayó un agua cero, así que las personas que vivían en Sawon Mun entraron apresuradas con sus velas en la mano y un crisantemo blanco para colocarla en el altar de la iglesia. Tras ello, las personas de la comunidad, se sentaron en las bancas llenando la iglesia para despedirla y honrarla mientras había una foto de ella sobre el altar rodeado de flores blancas y velas dando luz tenue. Estaban todos, menos Taehyung y Yoongi.
El omega le explicó al alfa que no quería estar allí dentro. Verlos a todos, lo sofocaba, y al ver la foto de la monja le partía el alma. Quizás su pena exagerada sobraba, o eso pensaría aquel que no conociera realmente la relación que había entre el chico y la mujer.
La señora Park cuidó de Kim desde que era un niño, no solo ella, sino las demás monjas, Baek y la señora Kang, pero con quien mayor afinidad tenía y sentía lazos más afectados era con ella. Esto se debía porque la veía como su abuela, en quien podía depositar toda confianza cuando lo necesitara, y así fue por mucho tiempo hasta que Taehyung se convirtió en un joven de bien.
Min no le insistió ir, sino que quería; estaba en su derecho de elegir qué hacer, solo lo acompañó hasta el invernadero, el lugar donde más cercanía sentía con la mujer fallecida.
Yoongi se quedó con las llaves desde que la anciana le pidió hacerse cargo de los arreglos y le dijo que podía entrar y salir cuando quisiera para que él pudiera comenzar a trabajar. Pensar en ese día, le hacía un nudo en la garganta. Tenía mucho que mostrarle de lo que podía hacer por embellecer ese pequeño rincón que cuidad desde hace mucho tiempo.
El omega entró y, al dar un paso dentro, sacó una foto del bolsillo de su abrigo mientras que la colocaba sobre la mesa del medio del invernadero. Llevo unas velas también y aquella la encendió con ayuda del alfa que le prestó el encendedor, con cuál prendía sus cigarrillos.
Kim se levantó y caminó hacia el alfa para hundirse entre sus cálidos brazos. Yoongi nunca lo apartó, de hecho, cada vez que Taehyung lo necesitaba, lo abrazaba y le decía que todo iba a estar bien. El rubio sabía que era difícil, pero con tiempo la herida sanaría y el espacio que dejó la señora Park siempre dejaría un buen recuerdo en Sawon Mun y en el joven que siempre la vio como su abuela, la que jamás tuvo.
Sin embargo, el que ella ya no estaba y significaba que estaba más vulnerable ante Baek, Kim se refugiaba en el invernadero cuando ella estaba y Baek andaba merodeando cerca de él y admitía que ya estaba comenzado a sentir miedo por sus acciones. Taehyung se quería ir, pero lo más pronto posible.
—¿Crees que nos podamos ir antes de que acabe el año? —preguntó mirando a Yoongi.
—Eh... Yo... —Min lo miró a los ojos. Luego pensó en el dinero, todavía faltaba la mitad. —No lo creo. —Afirmó pesimbroso. —Nos falta dinero por juntar y, ahora que paso todo esto, no sé qué hará Baek conmigo, si me va a terminar el contrato o me dará más trabajo. —Le respondió con sinceridad.
Taehyung se mordió los labios.
—Me quiero ir, Yoongi. No quiero estar cerca del padre Baek, menos que la madre Park se fue... —dijo asustado. —Me incomoda el hecho de que esté cerca de ti y de mí, es como si fuera nuestra sombra. —Confesó, el alfa concordaba con el omega. —Debemos irnos como sea.
—Lo sé y te prometí que nos iremos juntos...
El azabache, al alzar la mirada, se quedó como piedra de pie dentro del invernadero. Ve al padre Baek, parado en el marco de la puerta con un semblante tranquilo, pero sus ojos proyectaban cierto enojo. El alfa se separó del chico, este último no entendió por qué hasta se dio la media vuelta encontrándose con Baek presente.
—¿A dónde... irán? —preguntó caminando hacia el interior con las manos detrás de la espalda.
Taehyung supo que lo estaba oyendo, esperaba que no haya oído la parte donde dice que le tiene miedo. Tratando de disimular un poco, apartó algunos cabellos de su rostro y lo miró neutralmente.
—Lo invité a Jeju —dijo Yoongi mirando seriamente. —Cuando acabe de trabajar, me iré a dar una vuelta por Jeju y lo invite, es todo.
Baek asintió, comprendiendo un poco al joven, pero no le creía. Tantas veces que pasaban juntos, riendo, abrazándose y mirándose, ya no había nada más que sospechar. Todo estaba más claro que el agua y la conversación sobre irse juntos, era lo que necesitaba para acabar de confirmar que Taehyung y Yoongi estaban juntos como pareja. Aquella le revolvió y quemó las entrañas desde el interior, recordaba la sensación, pues sintió exactamente lo mismo que cuando Minho y Sung-il se iba a ir a Seúl juntos.
Pero quería fingir que no, pues deseaba esperar enero, para darle la patada Min Yoongi y correrlo de una vez.
—Eso suena... bueno. —Tragó duro. —Pero Taehyung jamás ha salido de Sawon Mun, solo.
—Ese es el punto, quiero hacerlo ahora.
Baek sonrió un poco.
—Primero lo de la universidad y ahora saldrás sin haberme dicho nada. ¿Qué quieres realmente, Taehyung?
Yoongi apretó sus manos haciéndolas puño.
—Igual quiero intentar lo de la universidad, pero... no le dije de Jeju porque aún no estaba realmente concretado. —Miró a Min para que le siguiera un poco el juego. —De todas formas, falta para ello. ¿Cierto?
—Sí, falta concretar algunas cosas todavía, así que no se preocupe.
—Eso es bueno.
Por un momento el invernadero se volvió un espacio cargado de incomodidad y silencio sepulcral, hasta que Taehyung apagó las velas y sacó la foto de la madre Park para llevársela consigo.
—Mejor me iré a mi cuarto, estoy cansado... —Susurró saliendo, dejando a Yoongi y al padre solos.
Salió rápidamente, casi que corriendo. El sacerdote se quedó observando hasta que la silueta del omega desapareció por completo. Él permaneció en su postura y miró al alfa sonriéndole algo forzado, al igual que Yoongi. Ambas sonrisas falsas y demostrando que fingían tolerarse.
—Me alegra saber que Taehyung tiene un muy buen amigo. —Elogio. —Solo quiero decirte una cosa, Yoongi. —Min prestó oídos. Baek se acercó a él y posó su mano sobre su hombro izquierdo y presionó levemente. —¿Realmente son amigos? Digo, ¿Taehyung sabe quién eres en realidad? —Ejerció fuerza y Yoongi miró la mano en su hombro.
El azabache se sacó la mano con cierta rudeza, apartándola, odiaba que lo tocaran más que gente como él. Luego sonrió un poco.
—Hágame el favor y... no me toque otra vez. —Le advirtió apacible. —No quiero malinterpretarlo, pero ¿acaso me amenaza, señor Baek?
—No te amenazo. —Aseguró riendo un poco y Min solo lo observó fijamente. —Taehyung, me importa mucho, el mundo es muy malo para algo como el tan puro de alma.
—¿El mundo es malo? —Inquirió mirándolo fijamente. —El mundo es lo que es, la gente es mala; los hipócritas, mentirosos, aprovechadores, los con mente perversa, y ni hablar de los manipuladores. —Le dijo casi con indirecta y Baek se tensó. —Algo me dice que esta conversación es porque lo invité a ir conmigo, no sé preocupe, creo que Taehyung es capaz de cuidarse solo conmigo.
Yoongi salió del invernadero veloz, dejando al hombre a solas dentro.
El sacerdote golpeó la mesa con un puño pensando que quizás Min sospechaba de lo que pasó con la madre Park.
Por más que quiera correrlo, Baek cargara con mil demonios que lo atormentaran por ser quien es realmente.
Un demonio.
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¡Hola!
Sí, volvió su historia favorita luego de días sin actualizaciones, así que me quiero disculpar por esa ausencia, pero fue un mes caótico por suerte aprobé los exámenes y mi practica también. Por ahora queda esperar ya los últimos exámenes que son en noviembre y adiós estrés.
Tengo muchas ganas de retomar, lo iré haciendo de poco a poco, ya que igualmente quiero comenzar con una nueva historia que tengo pensada por Halloween, pero aún no hay nada concreto.
Aprovechando este apartado decirles que Amartía pronto entrara en su recta final 👀.
Muchas gracias por seguir aquí y sus mensajes de apoyo. Espero que estos 2 capítulos les gusten y prepárense porque se viene más drama y revelaciones.
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