XIII: Obediencia.

Los vehículos pasaban a una velocidad desbocada, era normal en esa ruta rural al no ver otro tipo de autos haciendo tráfico y prácticamente desolada. Tienden a aumentar la velocidad del auto y pasar como si estuvieran en una pista de carrera con autos deportivos.

El omega que iba por uno de los costados de la caletera. Estaba asustado, creyendo que alguno de esos vehículos, incluidos los camiones, perderían el control hacia el costado, generando una tragedia descomunal. Está en medio de la oscuridad, con solamente los focos de la calle iluminando su camino hacia alguna tienda que lograse ver, pero ha caminado ya diez minutos y no ha logrado ver nada. En el momento, se quedó parado pensando si volver o no, pero le daba miedo que alguien de la comunidad lo viera y le dijera al padre Baek que salió sin permiso y así, ganarse un regaño.

Taehyung salía, pero solo en el día en que iban al centro de Mooji a ofrecer ir a la comunidad o invitarlo a ser parte de ella. Salir como ahora nunca lo ha hecho, menos a esas horas de la noche en donde el peligro lo asechaba.

Era el colmo, estaba arrepentido por haber cedido de esa manera tan fácil. Debía ponerle un fin pronto a ese lío.

Caminó unos metros más y vio, a lo lejos, un lugar con bastantes luces. Estaba llegando a una pequeña villa poblada y, por lo que pudo darse cuenta, lo que tanto brillaba era una tienda. Sonrió victorioso y cruzó con cuidado hacia el otro lado para apresurarse y llegar pronto.

Una vez fuera, se dio cuenta de que efectivamente era una de las famosas tiendas de conveniencia que había en Mooji. El omega se sintió más relajado y se adentró a la tienda haciendo tintinear la campanilla que descansaba sobre la puerta de la tienda vino algunas estanterías repletas de comida en bolsas plásticas de frituras.

Al estar seguro logró sentirse mucho más seguro, logrando respirar con normalidad y sintiendo cómo los latidos de su corazón descendían poco a poco para retomar la frecuencia normal.

Caminó por ella y no vio a nadie hasta que, asomándose un poco más, vio a un chico con una chaqueta sin mangas de color azul. su cabello era rojizo. Estaba mirando perdidamente lo que parecía ser un teléfono celular.

—¿H-Hola? —Se acercó al mesón. La persona de detrás de ella alzó la cabeza y sonrió jovial. Dejando ver su rostro con más claridad. —¿Vende alcohol? —preguntó en voz baja, avergonzado de su acto.

El pelirrojo lo miró confundido y se acercó un poco más para oírlo.

—Claro, hay cervezas, soju de todo tipo. Solo ve al final del pasillo tres y sácalas las que gustes. —Le sonrió.

El omega asintió. Yendo a recorrer la tienda, la verdad es que vio una variedad de cosas para comer y beber que no ha visto en mucho tiempo, pues él no comía nada de chatarra, solo lo que había en Sawon Mun, que era lo que cocinaban las monjas cada día. Tomo un empaque de lo que parecían ser papas fritas con sabor, las dejo donde mismo sin ápice de querer. Min le dio dinero para una sola cosa y si era sincero, quería acabar con esto luego e irse a la comunidad, luego a su cama y no saber más de ese alfa. Este había sido el colmo de todo.

Al estar en el pasillo indicado, vio un refrigerador lleno de botellas verdes, era el bendito soju. Se quedó pensativo de cuantas llevar, recuerda que le dijo un par, pero los días que llevaba conviviendo con aquel alfa, un par se refería al doble probablemente. Taehyung, con sus manos temblorosa, abrió la nevera y sacó cuatro botellas de soju y las acomodó entre sus brazos temiendo que se cayeran. Se iba a ir, pero se quedó pensativo.

«¿Serán pocas?»

Pensó él. Así que, para asegurarse, saco de más, siendo un total de seis. Esperaba que Min estuviera satisfecho y así podría asegurar que nunca le volvería a pedir ese favor tan horrible. Caminó hasta la caja dejando las botellas con dificultad.

El pelirrojo que estaba en su teléfono se quedó boquiabierto.

—Alguien quiere ahogar sus penas en soju, por lo que veo. —Le bromeó.

El omega negó enseguida.

—¡No! ¡Se equivoca! ¡No son mías, es un favor que hago! —Explico asustado. No quería que pensaran mal de él.

El chico rio al verlo y marcó botella por botella para ir sumándole el precio. El chico se le quedó mirando con curiosidad. Era un chico muy bonito como para andar en un pueblucho tan pequeño, por ende, la gente del pueblo se conocía entre sí, pero a él jamás en su ida lo había visto.

«¿Será nuevo?»

—¿De qué parte vienes? —preguntó para bajarle los claros nervios.

—Sawon Mun.

El muchacho se sorprendió. La mayoría conocía ese lugar, sobre todo las señoras cristianas de la zona.

—¡Eres de la comunidad religiosa que está a unos minutos de aquí! —Hablo sorprendido. —Nunca te había visto, ¿cómo te llamas?

—Taehyung. —Se presentó.

—Un gusto, me llamo Park Jimin. —Le extendió la mano. El omega de manera tímida la aceptó. —¿Y qué hace alguien de allí comprando alcohol? ¿No es pecado?

—¡Claro que lo es! —Afirmó. Jimin rio entre dientes. —Solo es un favor que un hombre me hizo, solo eso...

—Déjame adivinar... ¿tu novio?

Las mejillas del rubio se encendieron.

—¡No es mi novio! —Alzó la voz sorprendiendo a Jimin. —¡Alguien como él no lo es! ¡Es una mala persona!

—Bien, lo lamento. —Rio divertido. —Me agradas. —Le dijo y Taehyung no supo porqué, pero el sentimiento era mutuo. Igualmente, le sonrió.

Las botellas fueron dejadas en una bolsa negra tapando el contenido. Jimin le dio el monto a pagar y Taehyung sacó todo lo que Yoongi le había dado para alcohol para pagar e irse. Una vez pagadas las botellas, el omega se despidió, pero Jimin al verlo tan... perdido y temeroso, dudó si dejarlo ir solo.

—Oye, espera. —Lo detuvo Jimin antes de que se fuera. —No vayas solo, está muy oscuro y estas horas salen los viejos ebrios de este pueblo. No es seguro para un omega salir a estas horas.

—¿Ah, no? ¿Y por qué? — Miró ladeando la cabeza, algo confundido. Jimin pensó que ese chico no sabía mucho de la vida. Cualquier omega sabría que andar de noche era tentar la suerte.

—¿No lo sabes? —Taehyung negó. —Bueno... la gente es mala, sobre todo los alfas que, en su mayoría, tienen malas intenciones con la gente como nosotros. —Al haber dicho nosotros Taehyung comprendió que debe ser una omega, como él. —Es mejor salir acompañado. ¿Por qué ese hombre no acompaño si era para él?

—Así es él...

El pelirrojo arrugó la frente, molesto con aquel desconocido que mando a un chico como Taehyung a la calle. Y “como él” se refería a que se veía temeroso, tímido y sin la capacidad de lograr desenvolverse en su entorno.

—Espera, no te vayas, quizás le pueda decir a alguien que te deje en donde vives, Taehyung.

—¿De verdad? —Sus ojos se iluminaron.

Jimin asintió.

—Solo aguarda un poco, Tae. —El omega se giró hacia el lado donde había una puerta que decía “solo personal” —¡Namie! —Grito a viva voz asuntando a Taehyung.

Un hombre alto, moreno de tez y vestido de oficial de policía se dejó ver. Por su porte y estatura, además de su aura y la capacidad de sus feromonas por hacerse presentes en el ambiente, supo que era un alfa. Al ver su rostro sereno, pensó que quizás era amable. Le sonrió al chico de cabellos rojo dejando ver un par de hoyuelos marcados en su facie; era moreno, de contextura galante y se notaba que era del tipo protector.

—¿Por qué me llamas a gritos? —pregunto confundió.

—A veces no me oyes. —Le tomo de los hombros luego lo sacó de atrás del mesón de atención confundiéndolo hasta dejarlo frente a Taehyung. —Te tengo tu primera labor como oficial en turno. —El hombre miro al rubio sin saber quién era. —Él viene de esa comunidad religioso a unos minutos de aquí, un idiota lo mando a comprar a estas horas no es conveniente. ¿Podrías irlo a dejar a su hogar?

—¿Cómo se te ocurre preguntar algo asi, amor? ¡Claro que puedo! —Le dijo.

«Amor...»

Taehyung ahora entendia, eran pareja. Sonrió al verlos juntos. Se veía diferentes el uno al otro, pero a pesar de verlos recién y conocerlos apenas ahora, podía asegurar que se quería bastante a pesar de la diferencia.

—Eres el mejor. Muchas gracias. —Le beso la mejilla. —¿Ves? Problema resuelto.

—No sé cómo agradecerles, en serio... —Murmuro algo tímido.

—No debes agradecer, es mi trabajo como policía. Ven vamos antes de que se haga tarde. —Le invito a salir de la tienda. —Nos vemos mañana, Minie, te amo.

—Y yo a ti. —Le sonrió. —¡Gracias por venir, Taehyung!

El rubio asintió y se despidió.

Namjoon una vez fuera abrió su auto, era de tipo SUV, bastante grande y cómodo, no se veía que era un modelo nuevo. Se subió con cuidado de no ensuciar nada, ya que el vehículo se veía recién limpio y olía a aromatizante para auto nuevo. Se acomodo mejor en el asiento del copiloto, dejando la bolsa con botellas a sus pies. Se colocó el cinturón y el auto fue encendido comenzando el viaje por el mismo camino que hizo a pie. Miraba por la ventana fascinado el entorno, ahora lo veía asi, pero antes le aterraba esa oscuridad. El auto le brinda protección.

El azabache sonrió al verlo. Parecía un niño con sus ojos brillantes mirando su entorno.

—¿Con que eres de Sawon Mun? —Le preguntó rompiendo el silencio presente en la atmosfera.

—Sí, vivo allí. ¿Cómo conoce el lugar?

—Todos hablan de ella. Sobre que es hermosa, sobre todo. —Comento. —Mi abuela antes de fallecer iba mucho, era el jardín de Edén, con la montaña de fondo y su bosque. —Suspiro. —Falleció hace unos dos años.

—Lo lamento mucho.

—Está bien, ella dijo que fue feliz en su vida y que no había nada que lamentar.

—Que sabía. —Elogio.

El camino continuo, y sin quererlo, Namjoon vio la bolsa con soju. Imposible de que fueran de él, pues su cara delataba que nunca ha probado alcohol.

—¿Quién te mando a comprar esas botellas?

El rubo guardo silencio mirando el soju.

—Alguien que trabaja en la iglesia de nuestra comunidad. —Explico.

—¿No podía venir él? —pregunto molesto. —La noche es peligrosa, no salgas asi como si nada, menos con dinero en los bolsillos. —Le aconsejo.

—Estaba trabajando y me envió a mí.

—Que idiota debe ser... —murmuro.

Taehyung rio un poco.

Los minutos avanzaban y el camino cada segundo se iba acortando, indicando que ya quedaba poco para llegar. Estaba nervioso, solo esperaba haber cumplido el favor como Min le había pedido. Mientras que iba en el vehículo, le vio el uniforme a Namjoon, recordando que su oficio era como policía, seguramente de Mooji y eso lo tranquilizaba bastante.

No solo eso, sino que podía de cierta manera resolver algunas dudas respecto al alfa.

Al ser de un cargo como ese podría resolver algunas dudas respecto a Yoongi, sabía que debía de dejar de indagar en su vida, pero su aura misteriosa y prepotente no dejaba de captar su atención y descubrir cuáles eran los demonios que atormentaban la mente del alfa, ha de haber laguna explicación de porque era así.

Venía de prisión, eso lo sabía, y lo supo de mala manera, pero falta algo importante, y eso era el porqué. El motivo verdadero porque estuvo en la cárcel.

—¿Puedo hacerle una pregunta?

—Ya la estás haciendo. —Bromeo.

—Entonces quiero hacer otra. —Insistió. Namjoon sonrió con gracias. —¿Por qué la gente va prisión? Quiero decir, la gente mala que deja el camino que Dios le dio, pero ¿son muy malo los motivos?

—Vaya, te la tenías guardada.

—Lo lamento...

—No, no... Te puedo responder, tranquilo. —Freno en a luz roja. —La gente que va a la cárcel comete ciertos delitos por los cuales debe de pagar y la ley los castiga, aunque... muchas veces las mismas personas que crearon las leyes las incumplen. Así es el mundo en el que vivimos.

Taehyung asintió entendido las palabras. Entonces. ¿Qué hizo Yoongi?

—Es que... el hombre que mando, fue a la cárcel y no sé qué hizo porque él es muy frío conmigo, no el agrado. —Comento cabizbajo.

—Bueno, a veces algunos delincuentes prefieren omitir su pasado y empezar desde cero. —Explico poniendo el auto en marcha. —¿Cómo sabes que fue a prisión?

—Tenía una identificación que se le cayó, no fue mi intención hurtar, señor, pero le juro que la devolví. —Explicando pensando que Namjoon le daría un sermón de aquello, está mal; sin embargo, lo único que se ganó fue una risa.

—Tranquilo, no te diré nada malo. Después de todo lo regresaste, eres un buen ciudadano. —Le sonrió. —Pero tal vez se sintió expuesto cuando viste su tarjeta.

­—Ya veo, no debí preguntarle nada, por eso se enfadó conmigo. —Le dijo cabizbajo.

—Pero si es malo contigo, es porque ha de ser un idiota o quizás hay algo más...

—¿Cómo qué?

Namjoon sonrió y quedó callado, dejándolo con la duda. Taehyung frunció el ceño, no le gustaba que lo dejasen pensativo, le ganaba las ganas de saber.

El viaje concluyó en dos minutos más, dejando a Taehyung frente al portón de la comunidad. Este sonrió al estar en casa, sano y salvo, gracias a dos personas que no creyó conocer nunca.

—Hemos llegado. Puedes bajar.

—Muchas gracias, es usted muy amable junto a su... a su pareja.

—Jimin es así, y es lo que más me gusta de él. —Sonrió pensando en el omega. —Entonces, ¿nos veremos cuando te manden de nuevo?

—Espero no ir por alcohol, espero que sea otro tipo de encargo o vaya por mi cuenta.

El alfa asintió.

—Entonces, un placer conocerte Taehyung.

El rubio asintió y cerró la puerta del auto. Caminando con cuidado de no ser descubierto. Abrió una puerta para personal que había a un costado del portón, una hecha del mismo material. Paso con sigilo y Namjoon se quedó allí hasta ver que se fuera adentrando cada vez más a la comunidad, para lograr asegurarse que estaba ya fuera de peligro en el exterior.

Al ya no verlo más, el policía puso marcha atrás mirando hacia el portón donde había en grande el nombre de la comunidad en una pancarta.

“Sawon Mun”.

Suspiro pesado y continuo su camino. Era hora de comenzar a trabajar.

✶⊶⊷⊶⊷❍ ✟ ❍⊶⊷⊶⊷✶

El omega entró a la iglesia en silencio, esperando a ver al alfa dentro tras haber concluido el peor encargo de su vida. Normalmente, Taehyung tenía buena voluntad, pero para el joven de cabello negro y actitud déspota, era difícil tener la motivación de ayudarlo o cumplirle el favor.

Cerró detrás de él una de las puertas que había abiertas siendo abrazado por el frío ambiente y el olor a pintura, la luz dejaba ver lo luminosa que estaba la parroquia al tener la primera capa de pintura con el color claro que el padre Baek había escogió previamente junto a la señora Kang, su secretaria y mano derecha.

Era de un color marfil que hacía ver más grande el espacio de la iglesia. En el momento en que tuviera ya, todos sus muebles y bancas donde correspondía, además de lo demás destapados de aquellos plásticos, se verían mucho mejor. Debía de admitir que admiraba el trabajo recién comenzado del alfa.

Camino hacia dentro de la iglesia buscando al mayor. Dio un par de pasos más y lo logró ver en cuclillas, cerrando un tarro de pintura, colocando la tapa con fuerza para que, en caso de darse vuelta, no se derramara el contenido. Tenía algunos rodillos ya limpios y guardados como correspondía para evitar que se dañasen.

Se acercó por la espalda y se aclaró la garganta, haciendo hacia adelante la bolsa con las botellas de alcohol.

—Señor Min. —Le llamo.

El azabache se giró mirando por sobre su hombro al rubio que llegó. Se colocó de pie frente a Taehyung, demostrándole al omega la diferencia de estatura entre ambos. Yoongi era una media cabeza más alta que el menor. El chico tragó al tenerlo cerca con su semblante frívolo y aroma penetrante.

—¿Trajiste lo que te pedí? —Le preguntó alejándose de él, dejando el tarro sobre una mesa de trabajo que monto con ayuda de Hoseok hace unos días, cuando apenas se había conocido. Miro la pantalla del su nuevo teléfono, viendo que ya eran las diez con veinticinco minutos. Sonrió satisfecho. —Llegaste antes, eres un omega muy obediente. —Comentó burlándose un poco.

—¿Está bien así? —Le preguntó ingenuo el rubio, pensando que quizás debió traer otro árbol más, pero si lo hacía, la bolsa no sería capaz de sostener mucho más peso.

—Sí, pero... —Min tomó una botella y en un dos por tres la abrió. —¿No crearás que me tomaré seis botellas yo solo? ¿O sí? —Se la extendió lanzando la tapa al suelo y poniéndole la botella cerca de las narices de Taehyung, dejando que el fuerte alcohol le picara la nariz. —Bébela hasta el fondo. —Sonrió socarronamente.

—No. No tengo permitido hacer algo como eso. —Negó alejando dos pasos atrás.

—Vamos, compraste seis, te dije un par, supongo que igual quieres probar.

—No bebo, ya le dije una vez. —Insistió. —Tomar alcohol es un acto aberrante, que solo hace que la gente se comporte de manera depravada.

—Cállate, me da igual. —Lo agarró del brazo. —Pero yo no beberé solo, ¿o quiere que me despidan?

—No entiendo a dónde quiere ir con este señor Min. —Kim retrocedió, dándole la espalda finalmente para irse. Antes de llegar a la puerta, el alfa lo tomó del brazo y lo hizo girarse para quedarlo viendo cara a cara. —Y-Ya hice lo que me pidió, déjeme... por favor...

—Solo quiero ser un buen prójimo y compartir. —Sonrió ladino. —Hazlo.

El omega negó repetidas veces y apretó los labios con fuerza. El azabache rodeó los ojos, y con su mano hizo fuerza en sus mejillas, provocando que así dejara el paso libre hacia su boca, para, posteriormente, verter el soju en un hilo hasta el interior de su cavidad. Haciendo que Taehyung se removiera incómodo. Por el acto, y reflejo, tosió ahogándose con el alcohol que le provocó un desagradable ardor en la garganta.

—¡Es horrible! —Exclamo tosiendo.

En aquel proceso, sin querer, mojo un poco el rostro del alfa, que se alejó de golpe al tener algo de líquido en la cara.

—¡Eres un maldito idiota! —Min se limpió con su mano.

—¡No vuelva hacer algo así! —Exigió el omega.

—Hago lo que se me da la puta gana, si quiero, te doy vuelta una botella en la cabeza. —Lo amenazó. —Ten, bébetela, o te rompo la boca, tarado.

Taehyung recibió la botella y la quedo mirando. Min abrió otro y comenzó a bebérsela, casi como si fuera agua mientras dejaba ordenada las cosas que uso. De reojo vio que el rubio seguía con la botella en sus manos, presionándola, pensando si hacerlo o no.

Min rodó los ojos.

—¿Te la vas a beber o no?

—No... No creo que sea correcto, si no se las quiere beber, todas las puede botar, no me importa. —Dejo la botella sobre la mesa.

—¿Acaso quieres que te la dé a la fuerza? —Lo miro intensamente y el menor tembló en su lugar. —¿Cómo te la doy? ¿Te abro la boca o te la vierto en la cara? —Camino hasta él.

Kim se sintió aterrado y tomó enseguida la botella y le dio un sorbo largo, apretando sus ojos debido al disgusto que sentía por el sabor del soju. Siguió así hasta que no pudo más, dejando la botella hasta la mitad. Min sonrió al verlo y dio un sorbo a la suya. Taehyung tosió debido al amargor y se limpió la boca con el dorso de su mano para quitarse el resto de líquido derramado por sus comisuras, luego paso su lengua en sus labios tratando de quitar el sabor.

Yoongi logro ver aquel simple acto que, es su interior, fue la chispa que encendió una pequeña llama.

El omega lo miro.

—¿Así o quiere que beba más? —preguntó.

Aun así, Taehyung estaba completamente arrepentido por sus actos.

—Quiero verte a beber más. —Sorbió la botella sin ser capaz de dejar de ver a Taehyung.

Sus orbes oscuros se posaron sobre los belfos rojizos del omega; húmedos y algo tersos a la simple vista.

Cuando se colocaron en la boca de botella de soju, rodear los bordes de esta de manera sutil y tímida, esa pequeña llama creció más, generando que el alfa rasgara desde el fondo, suplicando mucho más que solo verle los labios.

Sonrió ladino. Verlo sumirse a sus órdenes, le provocaba cierta satisfacción.

✶⊶⊷⊶⊷❍ ✟ ❍⊶⊷⊶⊷✶

Hola a todo/as. Como verán volví a subir 2 capítulos, ahora explico.

Tenía planeado solamente subir uno, pero justo hoy Amartía llego a 1K lecturas. 🥳 No pensaba que sería hoy, pero véanlo como un regalo más como agradecimiento por el apoyo que esta recibiendo esta nueva historia. Espero que lea guste mucho, como a mi me esta gustando hacerla. Ya saben que esto lo hago por diversión.

Así que muchas gracias por el apoyo a Amartía ♥️ cada voto y comentario hacia ella es señal de que les gusta y eso me hace feliz.

Esperen el próximo capítulo con muchas ansias 👀

Hasta el próximo sábado.

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