Capítulo 01
Benjamín
Sentí un pequeño dolor en mi cabeza, abrí los ojos lentamente y observe el techo de mi habitación, volví a cerrar los ojos y a mi mente vino el recuerdo de mi noche con Milene, sonreí con victoria gire la cabeza y observe la cama vacía, esto era extraño.
Toque su espacio estaba frío eso significaba que ella ya se había ido desde hace mucho tiempo pero ella no se había podido ir solamente así, ¿o si?.
Me levante de la cama y me enrolle una toalla, mire alrededor solo mis cosas estaban en el suelo fui al baño todo seguía exactamente igual de hecho toda mi casa seguía igual, regrese a mi habitación y me senté en la orilla de mi cama todo esto no podía solo ser un sueño, ¿o si?.
Podría jurar que lo sentí bastante real, me deje caer en mi cama y otra vez un pequeño dolor de cabeza me invadió, maldito alcohol.
Después de una larga ducha aun me sentía confundido por lo ocurrido, mi mente daba vueltas sobre ese asunto, algo me decía que todo había sido real pero no lo parecía.
Debía admitir que no sabia que hacer no podría simplemente llegar y preguntarle, ella me daría la paliza de mi vida...o tal vez no.
A quien engaño si resulta no ser cierto estaría mas que muerto por ella aunque si resulta que si fue verdad, tendría mucho que preguntarle. ¿Porque se había ido solamente así?.
Mientras salía de casa oí mi teléfono al contestar solo oí como Noah me grito.
— No grites.
—Tengo llamándose desde ayer.
—Tu esposa se pondrá celosa—bromee— además, no tenías que estar en tu luna de miel o algo por el estilo.
—Recuerda que antes tengo que trabajar CONTIGO, tenías que haber llegado hace media hora.
—Lo siento es solo que esta mañana al despertar... Todo fue tan confuso.
—Vaya manera de decir que estabas crudo... Por cierto, ¿porque te fuiste temprano ayer?.
—Ni siquiera yo lo se— confesé—todo es tan borroso.
—Recuérdame no volverte a dar alcohol.
—Como si fuera a hacerlo— dije mientras entraba a mi auto— sabes no tengo muchas ganas de ir.
—... Perdona, ¿que dijiste? no te oí por estar conversando con Annabelle.
—Que llego en cinco minutos.
Dije antes de colgar el teléfono para arrancar el auto. Y cómo si mi vida dependiera de ello, llegue a los quince minutos, al llegar lo primero que busque fue su rostro, al encontré de inmediato y me acerque a ella con una enorme sonrisa que no podía quitar, ella me devolvió el gesto pero en un par de segundos me observo nerviosa. Tal vez, solo tal vez si había sucedido. Pero creo que era algo que tenia que averiguar.
—Hola.
Annabelle.
Pensé qué todo iba a la perfección aquella noche, sentía que podía tocar el cielo hasta que aquellas tres palabras me hicieron volver a la realidad.
—Te amo Milene.
Lo oí decir fuerte y claro, yo estaba totalmente confundida, cuando una persona lo dice durante el sexo significa que va enserio, ¡oh mierda!.
En cuánto se quedo dormido me levante de mi lugar y mire alrededor a ver veamos, ¿donde esta mi ropa interior?, ¡aquí!, haber veamos vestido, aun lado del tocador, mientras caminaba me golpee el dedo del pie me queje y silencio, mientras caminaba adolorida, comencé a vestirme y seguir buscando mis demás cosas, no pensaba dejar evidencia alguna, acomode el pequeño desorden que hicimos durante su camino a la habitación, una vez que todo esta arreglado tome todas mis cosas y salí de su departamento, ojalá que piense que solo haya sido un mal sueño.
Tome un taxi y volví a la boda, al llegar la fiesta aun seguía en su apogeo, ¡excelente!
Estoy totalmente segura que nadie noto mi ausencia, me dirigí al baño a retocar mi maquillaje y ahí fue cuando lo vi, una pequeña marca en mi cuello, maldito ojalá pudiera golpearlo por esto, tome mi maquillaje para cubrirlo por suerte era pequeña. Sonrei victoria al notar que ya no se veía nada, salí del baño y me encontré a mi amiga.
—¿Donde estabas?— preguntó.
—En el baño— conteste obvia.
—Por mas de dos horas— me cuestiono ella.
—Me descubriste, me estaba emborrachando en el baño— bromee.
Mi amiga me rodó los ojos.
—¿No has visto a Ben?—pregunto mientras miraba a su alrededor.
—No, ¿por que?— pregunte un poco nerviosa.
—Noah lo esta buscando y no contesta su teléfono.
—A lo mejor se fue a casa.
—Puede ser, bueno ven un momento conmigo quiero presentarte a alguien.
—No otra vez —me queje—creo que ambas recordamos lo que paso la última vez.
—Te prometo que este es un buen chico.
—Eso dijiste la última vez.
—Vamos Annabelle sin compromisos.
—Y si te confieso ahora mismo que ya estoy saliendo con alguien.
—Si, aja.
A la mañana siguiente me vestí para ir a la junta de negocios con Noah, ya que Miriam se sentía mal me pidió que pateara lejos el rostro de todas las chicas que van detrás de su esposo, creo que después de tanto tiempo muchas cosas no han cambiado, Noah seguía siendo popular entre las chicas y Miriam seguía siendo una mujer celosa.
Me disculpe para ir al baño un momento al regresar vi a Noah hablando por teléfono.
—Solo espero que no sea ninguna chica porque es muy temprano para patear traseros.
Noah despejo el teléfono antes de reír.
—Es Ben— me contesto y volvió a colocar su teléfono en su oreja—... Perdona que dijiste no te oí por estar conversando con Annabelle.
Vi como Noah hizo un gesto mientras miraba su teléfono.
—¿Que dijo?— pregunte curiosa.
—Que llegaba en 5 minutos.
Casi me atragante con la bebida, pero decidí no sentirme tan nerviosa o al menos tratar se disimular un poco todo el asunto.
—Sabes con el paso del tiempo se volvió un hombre maduro, así que ya no te preocupes por que haga alguna de sus estupideces.
No hace falta, ya lo hizo ayer.
Pensé de inmediato, pero como respuesta a Noah yo solo atine a sonreírle.
Y como obra de Magia mire hacia la puerta, habían pasado exactamente cinco minutos y Ben estaba atravesando aquella puerta, él nos miro y me observo con una enorme sonrisa o al menos quería creer que si era a mi a quien sonreía, yo le devolví el gesto y institivamente lleve mi mano a mi muñeca, pero ese pequeño momento de felicidad se desvanecido al no sentir mi pulsera, baje la mirada a mi muñeca y luego volví la mirada hacia a Ben, ¡MI PULSERA!, ¡SE HABIA QUEDADO EN EL DEPARTAMENTO DE BEN!.
Ahora, ¡¿ como demonios regresaría ahi!?.
—Hola— dijo sacándome de mis pensamientos.
—Hola—conteste nerviosa. Si esto era bastante incomodo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top